El ex ministro de Sanidad dice que Barrio Adentro es un fracaso y agrega que "aquí quienes mandan son los cubanos". Señala que la incorporación de los médicos comunitarios a los hospitales aumentará la morbilidad. "El Gobierno ha lanzado los recursos para la salud en un pozo sin fondo"
Ángel Rafael Orihuela se graduó de médico cirujano en 1972. Su profesor de Medicina Tropical, el sabio Félix Pifano, el investigador que elaboró el mapa de las enfermedades endémicas de Venezuela y quien trabajó en la campaña antimalárica con Arnoldo Gabaldón, ya le había puesto el ojo. Orihuela había sido un importante dirigente estudiantil y se hallaba seducido por un partido neonato que había roto con el marxismo radical: el MAS. El pupilo, finalmente, se quedó al lado del maestro. Fue su mano derecha durante 30 años en el Instituto de Medicina Tropical de la UCV. Pifano, que formó a más de 30.000 médicos, lo esperaba todos los días a las 6:00 de la mañana para pasar revista a distintos temas. Hablaban de política, literatura, filosofía.
Y a las 8:00 en punto comenzaba la consulta a dúo.
Orihuela historió más de 20.000 pacientes durante las 3 décadas que dedicó al instituto. "Nunca he ejercido la medicina privada", dice sin aspavientos. Y subraya que los médicos venezolanos, en general, no tienen una vocación mercantilista, como se pretende hacer creer. Fue ministro de Sanidad entre enero de 1992 y junio de 1993. Los eufemismos están ausentes en su diccionario: habla directo y de manera graciosa. Parece que los atajos verbales y los cumplidos le resultaran ajenos. "Lo que estamos viviendo es un barbarazo: medicinas vencidas y comida podrida". Suelta otra de las suyas cuando se le pregunta sobre el repunte de enfermedades que se observa en el país: "Esto es un desastre. Hay una anarquía. Hemos tenido 9 ministros en 10 años. La guinda de la torta fue Reyes Reyes: un piloto encargado de la salud".
Y escupe cifras subversivas.
--En varicela (lechina), en 2008, se reportaron, según el Boletín Epidemiológico del Ministerio de la Salud, 113.466 casos; en parotiditis tuvimos 200.707 casos en un año; el sarampión, cuya erradicación costó bastante plata, y se mantuvo hasta el año 2000 con cero casos, reapareció con fuerza entre 2001 y 2003, cuando se produjo un registro de más de 2.000 casos. No son 100.000, pero la cifra no es desdeñable porque ésa es una semilla que hace que la enfermedad se disemine. Hace 3 semanas, 2 niños venezolanos que viven en Canadá se enfermaron aquí y llevaron el sarampión a ese país. Eso provocó una luz roja en todo el continente americano. También está el caso de la tosferina, que era una enfermedad casi exótica, una rareza, y resulta que en 2008 se reportaron 491 casos, y estamos en ascenso importante. Eso es insólito. Y lo que refleja es que no se ha vacunado suficientemente o que las vacunas no están en buen estado o que no se respeta la cadena de frío. Está también el caso de la fiebre amarilla. Desde que se inventó la vacuna, en 1939, es cien por ciento eficaz: te la pones y no te mueres. Después de estar 20 años sin fiebre amarilla en Venezuela, hubo un brote en 2002 y otro en 2003 que dejó 34 muertos. Si no se vacuna 95% de cada sector susceptible, tendrás epidemias. Aquí llegamos hasta 50%, incluso en algunas vacunas en 2008.
Quedaron expuestos 50 de cada 100. Eso es demasiado. Y explica todas estas epidemias que hemos vivido en los últimos 10 años.
Hizo un posgrado en Medicina Tropical en la Universidad de Sao Paulo, Brasil. Se graduó con honores. Fue director del Hospital Universitario de Caracas.
--Hay enfermedades que avisan. En el caso de la fiebre amarilla, el alerta lo da la muerte de los monos araguatos. Eso ocurre por lo menos dos meses antes de que haya peligro para los humanos. Y lo que se hace es vacunar alrededor de donde se están muriendo los animales. ¿Por qué hubo el reventón en 2002 y 2003? La epizootia y posterior epidemia de fiebre amarilla comenzó en el lado colombiano de la Sierra de Perijá y alcanzó el lado venezolano luego del desmantelamiento del Centro Centinela de Casigua El Cubo. Tú necesitas tener sitios, puestos centinela, donde está el riesgo de la epidemia. Los guardabosques que andan metidos por el monte son los que avisan que hay monos muertos y ya uno sabe que viene un brote de fiebre amarilla. Bueno, ese puesto de control fue cerrado por el Gobierno y luego vino la epidemia. ¿Por qué lo cierran? Por ignorancia. Por más nada.
Viste de civil para la entrevista: no carga su bata de médico. Nació en 1944. Sigue con las cifras.
--Hay enfermedades que se controlan con vacuna y hay otras que se controlan a través de otros mecanismos como el saneamiento ambiental, la vigilancia de vectores y la higiene de los alimentos. En eso también hay fallas. Van cuatro brotes de chagas oral: el de Chacao, el de Chichiriviche de la Costa, el de Antímano y uno del que poco se ha hablado: el del geriátrico de San Juan de Los Morros, en Guárico, en el que murieron 8 viejitos por consumir alimentos contaminados. También está el caso del paludismo o malaria, que, igual que el chagas, tampoco tiene vacuna. Desde 1999 hasta hoy se reportaron 442.639 casos (una media de 36.886 por año). Desde 1987 hasta 1998 se registraron 318.482 casos (una media de 26.540 por año). Es decir, que si se comparan los 2 períodos hubo un deterioro de 30% en paludismo. El dengue, para el que tampoco hay vacuna, alcanzó su punto más alto en 2001 con 82.915 casos y se espera que para el cierre de 2010 se superen los 90.000.
¿Qué está relajado? Está relajado el control de los vectores, la educación sanitaria y la higiene de los alimentos. Esas tres cosas no sirven en Venezuela.
Su esposa Gladys (médico pediatra) aparece de pronto con un nieto de meses. Orihuela se transforma. Sonríe plácidamente. El bebé emigra con la abuela.
--Dos elementos ponen en evidencia el fracaso que significa Barrio Adentro para la atención primaria de salud.
Uno de ellos es la vacunación.
Eso es un desastre. La prueba: las epidemias que ha habido.
Segundo, la atención de los partos. Se supone que los partos normales (niños que nacen sin ninguna dificultad) iban a ser atendidos en los módulos de Barrio Adentro. Solamente cito esta cifra, que es de 2007: en Venezuela nacieron, en total, 586.000 niños.
Y Barrio Adentro sólo atendió 1.800 partos. O sea, quedaron fuera 584.200. Conclusión: eso no sirve para nada. En el afán de crear algo mejor que lo que había sencillamente nos quedamos sin el chivo y sin el mecate. Ahora, eso tiene una explicación en la cabeza dirigente: 9 ministros de Sanidad en 10 años. ¿Qué continuidad puede haber? Y de esos 9, los 3 últimos son militares. En realidad son 4, porque la actual también es militar, pero es médico, por lo menos. Fue mi alumna y mi ahijada de promoción. Está llena de buenas intenciones, pero está incapacitada para actuar porque no tiene fuerza de acción. Aquí quienes mandan son los cubanos. El día en que un ministro de Sanidad bote a los cubanos del país, comenzaremos a mejorar.
Le comento que es innegable que el Gobierno ha destinado enormes recursos para la salud. Lo admite. Y enseguida dispara.
--Estamos de acuerdo. Lo que pasa es que los ha lanzado en un pozo sin fondo porque esa es una caja negra. Es inauditable. Yo quiero que me entreguen una sola hoja de control. Una hoja de balance. Que me digan: debe, haber. Vamos a un punto concreto: el Gobierno invirtió 1,7 millardos de bolívares en un programa de rehabilitación de hospitales durante la gestión de Jesús Mantilla. Yo quiero que me entreguen los resultados de esos centavos porque todos se perdieron. Todos, absolutamente todos se los robaron.
El Gobierno podrá haber gastado mucho dinero, pero no se nota. Si a mí me dicen que yo gasté tanto en el programa de endemias y hoy en día, en vez de casi 40.000 casos de paludismo, tengo 5.000: aplausos, perfecto. En vez de tener dengue en 90.000, lo tengo en 10.000: maravilloso. Si me dicen que hay una cobertura de vacunas de 95% y no hay epidemias de varicela o de parotiditis: muy bien. Pero ¿dónde están los resultados? No se ven. Lo demás es hablar paja Toca el tema de la incorporación de los estudiantes del quinto año de Medicina Integral Comunitaria a los hospitales. Casi ladra.
--Es lo más grave de todo lo que se le ha ocurrido al Gobierno. Esos muchachos, que pudiesen ser útiles en prevención, en educación para la salud, van a ser enviados a la primera línea de choque: los hospitales. Ese es un curso tan pirata que se despachan y se dan el vuelto unos cubanos que, para legalizarse, hicieron una supuesta maestría en Cuba. No sabemos si son médicos. Va a aumentar la morbilidad en los hospitales. Porque, a la hora de enfrentarse con un infarto al miocardio, un edema agudo de pulmón o una placenta rota, esos muchachos son prácticamente unos analfabetas funcionales. No están preparados para eso. Aquí va a aumentar la cantidad de muertos en los hospitales por atención incorrecta, por lo que se llama iatrogenia médica. Esos médicos creados por el socialismo real los vimos en la Unión Soviética. El doctor Pifano visitó una vez la URSS y se quedó asombrado porque el pensum incluía 1.600 horas de marxismo. Allá hubo hasta epidemia de fiebre tifoidea. Y en China crearon los llamados médicos descalzos, otro acto de piratería suprema de Mao Tse-Tung. Y Chávez lo copia de otro que también se lo copió: el fósil de Fidel Castro. Eso será un fracaso.
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