BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

viernes, 29 de marzo de 2013

ANÍBAL ROMERO, LA CAMPAÑA Y LA VERDAD

Hace unos días el candidato presidencial de la oposición aseveró que, de ganar las venideras elecciones, decretará un aumento de 40% en el salario mínimo. Recuerdo que mi reacción al leer la noticia fue preguntar: ¿Y cómo lo hará, con qué recursos? Si de un lado la oposición afirma que el país ha sido colocado al borde de una debacle económica, debido a la ineficacia y el despilfarro del Gobierno, ¿qué sentido tiene, de otro lado, formular promesas que de cumplirse profundizarían la crisis financiera?
No realizo este señalamiento con ánimo mezquino hacia Henrique Capriles. Reconozco su esfuerzo y los cambios positivos que ahora pone de manifiesto. Para empezar, todo indica que ha acumulado suficiente indignación en el alma para golpear con fuerza al régimen, aunque todavía le falta un largo trecho en esa senda. Pareciera haber entendido que su postura sumisa el pasado 7 de octubre desalentó a amplias capas de votantes. Ha dicho la verdad al llamar corrupto al régimen y denunciar a su candidato como representante de los intereses imperiales del castrismo. De nuevo, sin embargo, este tema no ha sido colocado, como debería ser el caso, en el eje de la campaña electoral.
Ahora bien, lo que deseo enfatizar es que promesas como las de un aumento del salario mínimo y otras por el estilo no responden realmente a la situación que vive Venezuela, no se ajustan a la naturaleza del desafío que enfrenta la oposición, ni creo que sean las que en verdad motivan a los ciudadanos que rechazamos este régimen funesto, o a los que en el pasado le han apoyado pero podrían tal vez ser persuadidos de cambiar su actitud.
Venezuela enfrenta un reto que trasciende lo social y económico y se centra en lo político; de lo que se trata es de la lucha por valores completamente incompatibles en cuanto al rumbo que debe tomar la actividad política y el país como un todo, una lucha que exige un cambio radical hacia la libertad.
No creo que la inmensa mayoría de ciudadanos de oposición que han votado bajo el actual régimen se movilizaron en función del monto del salario mínimo, la recolección de basura, los huecos en las calles y ni siquiera la vivienda o el empleo, a pesar de su obvia relevancia. Les han motivado razones que tocan lo aún más esencial, razones que también alientan a los centenares de miles de personas en los sectores populares que han respaldado a la oposición democrática. Es un error presumir que el mero hecho de ser pobre impide ver más allá de lo puramente material y entender lo que está en juego en el país.
En este orden de ideas cabe preguntarse: ¿qué obstaculiza al candidato de oposición desplegar una campaña que sin descanso revele a los venezolanos la sombría y grotesca realidad del socialismo en Cuba? Y ya que tenemos tantos expertos en pobreza, y que el discurso sobre los pobres predomina absolutamente en el país y el mundo, ¿qué tal si la campaña opositora procura explicar por qué son ricos los países ricos y cuáles han sido en todas partes los resultados nefastos de las fórmulas socialistas?
¿Es que acaso tienen miedo de hacerlo, o es que, por desgracia, en no poca medida la dirigencia opositora comparte las ideas que defendía el difunto caudillo y todavía pregonan sus disminuidos sucesores? ¿Por qué no suscitar un debate que aborde de manera específica la realidad de Cuba y la tragedia del socialismo? ¿Fue acaso un logro de Chávez colocar a la oposición en su terreno y hacerla imitar sus esquemas ideológicos, sus tendencias demagógicas y su mensaje engañoso?
aromeroarticulos@yahoo.com

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GERMAN CABRERA, EL UNICO ANTÍDOTO

Las serpientes ponzoñosas más comunes en las zonas montañosas venezolanas pertenecen a la familia Bothrops.

Popularmente se les conoce con los nombres de Tigra Mariposa, Mapanare, Macagua, Terciopelo, Cuatro narices, Rabo Candela entre  otros.
Su veneno es producido por glándulas ubicadas en la base de los colmillos, que son huecos como agujas hipodérmicas. Cuando el animal muerde, el colmillo presiona la glándula, la ponzoña corre por su interior y es inoculada eficazmente a la víctima.
La mordedura de un animal de este tipo representa un accidente muy grave ya que el veneno tiene propiedades necróticas, proteolíticas y neurotóxicas.
Los objetivos primordiales de la toxina son inmovilizar a la presa para deglutirla y facilitar la digestión subsiguiente.
 El único antídoto realmente eficaz para contrarrestar sus efectos es la utilización del suero antibothrópico que debe ser aplicado en cantidades apropiadas.
Así que si a Ud. lo muerde una culebra ponzoñosa no se ponga a inventar con ensalmos, con rezos, con kerosén, ni con cócteles de caña clara con alacranes, arañas monas y víboras de dos cabezas. Si Ud. opta por alguno de estos métodos se va a morir.
Al ciudadano venezolano le está pasando algo similar que al picado de culebra.
Un gobierno autodenominado revolucionario que finge actitudes y adopta lenguajes oportunistas para engañar a las izquierdas estúpidas (como dice mi amigo Demetrio Boersner) ha clavado los colmillos en su humanidad y le ha inyectado una ponzoña letal con el objetivo de inmovilizarlo, deglutirlo y digerirlo fácilmente.
Ese veneno es un cóctel vomitivo y letal de necrofilia histórica, cursilería comunicacional,   dádivas petroleras, fidelismo de etapa oral, populismo cristiano, corrupción entronizada, Evi-peronismo momificado,  marxismo-leninismo-apostólico-romano, guevarismo luterano, maoísmo animista, islamismo feminista, malversación evangélica, sindicalismo antiobrero, ineficacia glorificada, machismo cuartelero, ignorancia explotada, hipocresía jaculatoria, mediocridad alabada,  pobreza manipulada, fascio-comunismo consumista, indigenismo posmoderno, guerrillerismo oficial, militarismo litúrgico, patrioterismo imperialista, violencia piadosa, armamentismo pacifista, latrocinio devocional, exclusión abanderada, justicia prostituida, violación discursiva, electoralismo abusivo, indignidad uniformada, amor ultrajante e infinidad de otros tóxicos del mismo tenor.
El único antídoto realmente eficaz y probado para neutralizar los efectos de esta combinación de venenos es el voto universal y secreto.
Así que si Ud. realmente desea salvar la vida a este país sea responsable y no se ponga a inventar ridiculeces como ir a las autopistas hasta que el régimen caiga, o invocar el 350, o abstenerse para deslegitimar al proceso, o exigir el cambio de árbitro, o descalificar al candidato y a la unidad, o argumentar cansancio y aburrimiento o hacerse el loco porque el rollo no es con Ud.
Si asumimos esa actitud inmadura y egoísta, el veneno nos inmoviliza y la serpiente roja nos deglute. Sería criminal que se repitiese el desastre abstencionista de la elección de gobernadores, igualemos y aumentemos el número de votos de las presidenciales. La culebra ya tiene los colmillos quebrados.
¡A votar el 14 de Abril!
german_cabrera_t@yahoo.esEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

MARIANELLA SALAZAR: LOS APÓSTOLES DE CHÁVEZ

Nadie le ha dicho a Maduro que los apóstoles en la política venezolana gozan de mala reputación, aunque los 12 apóstoles de Carlos Andrés Pérez –grupo de empresarios y banqueros que monopolizaron contratos en la “gran Venezuela”– se quedaron en pañales frente a los delincuentes en ejercicio que han vendido al Estado venezolano en nombre de la revolución y en provecho propio, con la complicidad militar.
Como en esta época toda contradicción y necedad siempre prosperan, el presidente encargado se ha declarado “apóstol de Hugo Chávez”, a quien compara con Cristo y lo ha bautizado como “el redentor de los pobres de América”. Nicolás Maduro explicó que los apóstoles de la causa del comandante Chávez cuidarán su legado y se convertirán en los protectores de los necesitados.
Como si no fuera suficiente la utilización del cadáver insepulto de Chávez para ocultar los graves problemas que aquejan al país, lo han convertido también en fetiche macabro de la campaña electoral del sucesor. El fetichismo es una idolatría común en muchas religiones, entre ellas desde luego la católica. Los católicos tenemos muy extendido el culto a los objetos de los santos y a sus mismos restos. Se rinde devoción a las reliquias. En el campo del fetichismo religioso existen ejemplos a millones, y repasarlos sería un cuento de nunca acabar, pero, con la deificación de Hugo Chávez –que también practicó a mansalva el fetichismo con la espada de Bolívar–, su cadáver insepulto, el escapulario que heredó de Maisanta, sus uniformes militares y de beisbol, gorras, boinas, la famosa colección de relojes y hasta las cartas que escribió con buena dosis de cursilería se les rendirán devoción como a las santas reliquias. No sería extraño que, en un futuro inmediato, se paguen sustanciosas sumas de dinero por “las reliquias” del nuevo redentor tropical y caribeño que puja por tener un sitio en el calendario santoral.
El polémico rosario en versión bolivariana, de cuentas rojas con la cara del difunto presidente, es sólo una muestra de la connotación religiosa con la que quieren impregnar el mito, canonizarlo, para integrarlo a una nueva Trinidad formada por Cristo, el Libertador y Chávez. Así, la gente piadosa irá en procesión hasta el cuartel de la montaña y le hará promesa de votar por el apóstol Maduro para cumplir su última voluntad.
EL APÓSTOL DE LA ANTIRRECONCILIACIÓN
La dimensión del engaño es tan grande que se trata ya de un engaño asumido por los engañados. Maduro, a falta del carisma político de su “padre” y mentor, se nos muestra como el apóstol de la antirreconciliación, empeñado como está en dar rienda suelta a sus resentimientos sociales y mantener el clima de pugnacidad, inventando tesis escabrosas como la del asesinato del presidente a través de un cáncer inoculado, o el supuesto atentado contra el candidato opositor fraguado por el Pentágono y la CIA.
De verdad este apóstol ha interiorizado bien el espíritu de la farsa y se muestra farisaicamente compungido. ¡Que Dios salve a Venezuela! De resultar elegido presidente el apóstol de la mentira, cualquier cosa podría ocurrir. En el libro La “V” por dentro. 
Caras nuevas, vicios viejos –Solar Ediciones, enero de 2001– el diputado oficialista William Ojeda nos brinda datos y señas del hombre que podría gobernar el país por seis años más: 
“Nicolás Maduro jugó siempre a ir nadando en las corrientes, pero aprendió con una impresionante facilidad a mentir. Abraza, besa, sonríe, gesticula por el frente, pero una vez que la persona le da la espalda, cualquier cosa puede ocurrir”.
msalazar@cantv.net

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ADOLFO R. TAYLHARDAT. LAS RELACIONES CON EL GOBIERNO NORTEAMERICANO

Lo que enturbia las relaciones con el gobierno de los Estados Unidos es la conducta reiteradamente provocadora y agresiva del régimen venezolano. 
El jueves pasado la prensa venezolana publicó una nota con el encabezamiento: “Caracas suspende ‘por el momento’ contactos con Washington. Efectivamente, no se trata de las relaciones de Venezuela con los Estados Unidos, las cuales no han sufrido ninguna merma salvo la que originó la decisión norteamericana de expulsar a la Cónsul venezolana en Miami acusada de acciones dirigidas contra los sistemas de informática de la Casa Blanca, la CI, el FBI, la Agencia de Seguridad Nacional y centrales nucleares.
Aparte de la medida de reciprocidad que normalmente procedía en ese caso, el régimen venezolano decidió cerrar el consulado en Miami lo, cual no era  un represalia contra el gobierno norteamericano sino que castigó de manera arbitraria e injusta a todos los venezolanos  residentes en Florida, obligándolos a recurrir  a los consulados en otras ciudades para cumplir los actos del estado civil y a viajar a Nueva Orleans para participar en la elección presidencial.
La cancillería  informó que el usurpador de la primera magistratura decidió “suspender por  el momento el canal de comunicación que se había establecido” en rechazo a  las declaraciones de la Secretaria de  Estado adjunta Roberta Jacobson. “Roberta Jacobson, cuando usted entienda que Venezuela es  un país soberano, entonces vuelva a llamar” dijo Jaua, y agrego: “todas las relaciones diplomáticas y consulares se mantienen”. “Ojalá haya una rectificación y cese la injerencia de Estados Unidos”
Esta última frase confirma mi punto de vista de que en las relaciones país a  país no existe ningún problema. Los intercambios comerciales y los negocios continúan. Más bien las compras del gobierno venezolano de alimentos y artículos de toda  clase en los Estados Unidos han aumentado considerablemente como resultado del desabastecimiento en nuestro país resultante de la absurda política financiera y comercial que aplica el régimen venezolano. Es más, hasta hemos tenido que recurrir al mercado norteamericano para comprar gasolina a fin de cubrir el déficit en la producción de la empresa petrolera venezolana. ¡Insólito! Lo mismo ocurre con las relaciones económicas y con el intercambio de personas. Los venezolanos, incluso los oficialistas siguen viajando al “imperio” sin ninguna traba.
Pero veamos qué dijo la señora Jacobson que provocó tanto prurito al régimen. Simplemente dijo que su país desea que la elección del 14 de abril sea democrática y aseguró que el gobierno de Obama desea “una relación funcional, productiva y positiva con cualquier  gobierno que resulte de la elección presidencial”. “Los venezolanos merecen unas elecciones abiertas, justa y transparentes en las cuales todos electores puedan ejercer su voto con la certeza  de que su decisión será respetada” “Será difícil,  pero eso es lo que los venezolanos quieren y la comunidad internacional debe apoyar”
Pregunto  ¿es  esto injerencia?  ¿No puede  un gobierno amigo expresar sus expectativas acerca de una elección que como todas las  anteriores y como sabe la comunidad internacional, se  perfila plagado de abusos ce poder, manipulaciones, presiones y amenazas  a los votantes, empleo de los recursos, materiales, financieros y humanos para tratar de imponer al candidato oficialista y que además cuenta con la complicidad del órgano responsable  de supervisar la ejecución del proceso comicial?
En cambio, el régimen no dijo pío cuando el Jefe del Comando Sur, General John Kelly dijo, en esos mismos días, en una audiencia en el Congreso que “prevé el triunfo de Maduro en las elecciones del 14 de abril”
La reacción del gobierno norteamericano no se hizo esperar. Rechazó categóricamente las alegaciones del régimen venezolano y se manifestó “decepcionado” por sus continuas  e infundadas acusaciones. Adicionalmente el gobierno norteamericano anunció que se mantendrá “alejado” de las elecciones de Venezuela para evitar acusaciones “como las que se han producido en estos días”
Entre esas acusaciones destaca la del usurpador de la silla de Miraflores en el sentido de que  la  CIA inoculó el cáncer al fallecido jefe de estado.
Tamaña barbaridad, producto de la ignorancia del bigotudo usurpador. Solo a un papanatas se le ocurre decir eso. Ya expertos en la materia han explicado que es imposible inocular  el cáncer. Pero es que además ha dicho que creará una comisión para  ”demostrar”   que efectivamente eso ocurrió. ¿Por qué, en su oportunidad no convocó una comisión para verificar el estado de salud del mandatario muriente?
Otra afirmación ridícula y absurda es aquella  según la cual la CIA, en combinación con agentes venezolanos, tiene un plan para asesinar a Henrique Capriles.
¿Hasta cuando van a seguir inventando acusaciones fantasiosas que ni ellos mismos se las creen y piensan que los venezolanos somos imbéciles para tragarnos sus mentiras?
adolfotaylhardat@gmail.com

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ANGELA ZAGO, LUCHANDO POR IDEALES COMUNISTAS

¿Qué más podemos esperar?
"El que no ama su patria no puede amar nada." Lord Byron
Oír al usurpador Nicolás Maduro –cuadro del Partido Comunista Cubano- cantar junto a jóvenes venezolanos el himno de la dictadura cubana, fue patético. Sobretodo para quienes alguna vez arriesgamos nuestra vida y libertad por lo que nos vendieron como “un mundo mejor”.  
Me retrotraje a aquellos años cuando defender nuestra soberanía del “imperialismo yanqui” y de cualquier intromisión de la bota invasora nos exigía dar la vida: ¡qué ilusa!. Segura estaba que cualquier revolucionario daría la suya por la defensa del territorio nacional.

Mis dudas comenzaron en la primavera checa de 1968, cuando la URSS invadió a Checoslovaquia y el Partido Comunista de Venezuela -al cual pertenecí hasta ese año- calló, no tomó posición y yo me dije: la invasión de los soviéticos es tan invasión como la de los norteamericanos. Rompí lazos y nunca más he vuelto a militar en ningún partido, mucho menos creer en los principios que defienden los comunistas.
Pero, quienes se alzaron un 4 de febrero de 1992 no dijeron que fuesen comunista y, afirmaron, a través de documentos escritos y declaraciones orales, que uno de sus principios era la defensa de la Patria y la soberanía nacional. Se trató, entonces, de otro grupo que utilizó la palabra Patria para obtener el poder y mancillar nuestro terruño. Por lo menos los checos se alzaron contra los tanques soviéticos y trataron de “salvar su soberanía”. Los dictadores cubanos no, los Castro se entregaron en cuerpo y alma a los rusos, eso sí: mientras le pasaban 80 millones de dólares mensuales para mantenerlos en el poder.
Nicolás Maduro asimiló muy bien su paso por la Escuela de Cuadros del Partido Comunista Cubano: eso está claro. Lo que aún no lo está, es cuál es la doctrina que defienden el resto de quienes forman parte del régimen y dicen ser “revolucionarios” y “patriotas” o, los militares venezolanos que estén a favor de la Constitución y las leyes venezolana porque el Código Penal define claramente qué significa ser traidor a la patria. Se lo resumo:
1) Quien atenta contra la independencia de la República.
2) Se confabula para destruir la forma política republicana que se ha dado la Nación.
3) Solicita la intervención de país extranjero en los asuntos de la política interior de Venezuela.
4) Revela los secretos políticos o militares concernientes a la seguridad de Venezuela.
5) Entrega recursos a un país extranjero, que son empleados en perjuicio de la República Bolivariana de Venezuela, sus instituciones republicanas, sus ciudadanos y ciudadanas y sirven para desestabilizar el orden social.
Bien, Chávez Frías hizo todo eso, pero ya está muerto y la justicia venezolana no lo alcanzará. Sus “herederos” ilegales no sólo mantienen esos delitos, además ya se dan el lujo de alzar la bandera cubana y cantar en cadena nacional el himno de unos invasores.
¿Qué más podemos esperar?
Zagoangela@yahoo.comEL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,

ROMULO LANDER, CAPRÍLES Y EL RETO: UN NUEVO CONTRATO SOCIAL

En los últimos 14 años  he sostenido que el Estado (sic) asaltado por una tropa de resentidos, ha empobrecido totalmente a la nación a pesar de crecimientos relativos del PBI  y sobre todo de los inmensos ingresos fiscales, abultados  muchísimo mas aun por la criminal, ilegal e improductiva deuda Externa e interna que quienes nos desgobiernan ha contraído en aras de un fracasado proyecto ajeno, que no de nosotros los pobladores de esta maltratada patria.
Si en algo ha tenido un total éxito quienes hoy nos desgobiernan,  es en la disociación de esa  percepción abstracta y no por ello inexistente, que significa el Estado-Nación y en la casi desaparición de su principal característica que la ratifica –a la nación-  como un grupo humano cohesionado; con raíces, tradiciones e intereses comunes. La sensación de permanencia de sus integrantes. 
Es en este inducido desvanecimiento de las características inherentes al concepto de nación en lo que quienes nos desgobiernan (y especialmente quienes nos desgobiernan a control remoto) han tenido un rotundo éxito, que sin duda, lo veremos reflejado en las generaciones por venir en las que estarán sembrados sus largamente anhelados  “hombres nuevos”.
La nación es una entidad natural, creada por sus integrantes, que se va convirtiendo en realidad a través  del desarrollo continuado de usos, hábitos y costumbres que, dependiendo de su utilidad y resultados prácticos, terminan convirtiéndose en leyes de aceptación general.
De allí el porque quienes hoy nos desgobiernan se empeñan con tanta intensidad en la repetición constante, de frases, slogans, comportamientos premiados y dadivas.
Después de 14 años de lo mismo, tenemos casi dos generaciones que han crecido dentro de este “sistema” y es con ellos, con sus anhelados hombres nuevos, con los que vamos a tener que lidiar para integrarlos plenamente a un nuevo modelo de desarrollo social.
La Nación como una entidad, requiere de normas claras para su organización y justamente una de las cosas en las que mas se han empeñado quienes hoy nos desgobiernan es en la elaboración de normas confusas, retóricas e incumplibles que han aumentado progresivamente la entropía en el sistema con un solo fin posible; EL CAOS.
Independientemente de la concepción que se tenga del derecho, el conjunto de leyes y  normas  debe servir como un escudo para todos y en consecuencia, en este sentido,  hay que recuperar la operatividad del Estado dotándolo de un marco conceptual moderno, justo y sobre todo igualitario.
La cohesión  del Estado se cumple a través de la Constitución, es entonces cuando el concepto Nación aparece implicando inter relaciones que van más allá de lo económico, lo cultural o lo ético, dando paso al sentimiento de pertenencia. Aparece entonces el concepto de Patria.
Es ese sentimiento de pertenencia y ese concepto, el que muy hábil y arteramente quienes hoy nos desgobiernan han desfigurado volviéndolo una simple percepción, que también se va desvaneciendo.
Es lo que tenemos que recuperar con un nuevo Contrato social  que sea inclusivo, que sea aceptado por todos y sobre todo que sea POSIBLE.
Amanecera y Veremos
rlander48@yahoo.com

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ALBERTO MEDINA MÉNDEZ, PAUPÉRRIMO LIBRETO, DESDE ARGENTINA

El populismo contemporáneo, ha construido una estructura desde la cual defienden su visión ideológica, que incluye una historia que redactaron a su arbitrio y que suscriben linealmente, para diseminarlo como verdad única.
Se trata de un relato de escasa jerarquía, que con el paso del tiempo y el esperable desgaste en el ejercicio del poder, se debilita progresivamente y ya no resiste el más mínimo contraste cuando se lo tamiza con la realidad.
Queda claro que los gurúes del poder, se han quedado sin letra y también sin creatividad, y no tienen otra alternativa que reiterarse, por eso es que abusan del mismo ardid, y lo replican hasta el cansancio.
Se amparan en esa vieja creencia, errónea por cierto, que dice que “si hasta aquí ha funcionado, porque habrían que cambiar”. Y así se mantienen firmes en esta variante, porque entienden que no hay motivos suficientes para modificar la estrategia. Se apalancan además en el éxito de los resultados electorales como aval inapelable de las decisiones elegidas.
Abundan ingredientes en ese discurso, pero algunos de ellos asombran por su evidente autoritarismo e intolerancia manifiesta.
Por un lado invocan aquel alegato que insiste en que aquellos a los que “les va bien” no deben quejarse. Bajo esa línea de razonamiento, los fanáticos del modelo, parecen pretender desde su posición de iluminados,  indicar que los únicos que pueden hablar son los perjudicados por el sistema, y como no los hay según su visión, pues entonces nadie puede reclamar.
Esta interpretación es despiadadamente despótica. Propone que los que se lamentan, se callen, solo porque su realidad económica es positiva, y como se atribuyen el mérito gubernamental de ese resultado, pretenden como agradecimiento el silencio de los que ellos definen como favorecidos.
Es tan básico y elemental ese razonamiento, que bajo esa forma de ver la realidad, el gobierno actual debería seguir siempre, porque al hacer las cosas bien, según ese criterio, casi no tendría sentido ir a elecciones.
Lo que no admitirán es que quieren “discurso único”, y por lo tanto que los que no están de acuerdo, enmudezcan. Es que se acostumbraron a que su voluntad, siempre se cumple. Compran a los mas con dinero, subsidios prebendarios y planes sociales, favores políticos o tráfico de influencias, créditos blandos o concesiones generosas, y en el caso de los medios y el periodismo, la suficiente dosis de pauta publicitaria oficial.
Les molesta terriblemente la opinión diferente y eso ya no lo pueden ocultar, por eso apelan a buscar cualquier mecanismo para minimizar las críticas ajenas, o bien al menos menoscabarlas sistemáticamente.
Es que cuando la razón no los asiste, el último recurso al que pueden apelar es el cruel e inconsistente, de desacreditar a su interlocutor de turno. Si tuvieran mejores argumentos para defender su postura, los usarían, pero como están frágiles en ese plano, entonces solo les queda la dinámica de desprestigiar a quien manifiesta el reproche.
Cuanto más flancos presente la víctima elegida, mucho mejor para los perversos operadores del NO debate. Ese eventual traspié, error o alocución desafortunada en el pasado, es suficiente para que sea castigado.
La otra variante, siempre posible, es condenarlo por su presente, sobre todo por su circunstancial cercanía a algún personaje público que disponga de algún costado endeble para ser así el blanco predilecto de la reprobación.
Una modalidad utilizada adicionalmente es la de juzgar al sujeto según la actividad profesional o el sector al que pertenece, o bien buscar algún pariente que, en el presente o en el pasado, permitan generar alguna relación familiar que posibilite desnaturalizar el primer esbozo.
Ese es el juego que proponen. Cambiar el eje, mutar el foco. El único que pueden usar. Lo concreto es que no tienen argumento mejor, solo les queda despotricar contra el interlocutor, lo que evidencia la debilidad de su razonamiento y la pobreza intelectual de su construcción dialéctica.
No tienen razón, y si la tienen, lo disimulan muy bien. Solo recurren a lo emotivo, para desarmar el debate en base al ataque personal para luego pasar a la quebradiza estrategia de la incomprensión y la victimización.
Cuando ya nada funciona, aparece la tesis de las mayorías, esa que utilizan también para finalizar la discusión. De última, si no tienen razón, tienen al menos el número suficiente para imponerla, porque han obtenido el voto popular. En fin, más de lo mismo. Nada nuevo ni demasiado atrayente. NO les interesa la discusión, ni el debate, solo los mueve seguir en el poder.
Es importante no entrar en el juego que ellos proponen. Por eso, cuando aparece este esquema que empuja a responder en línea con el planteo, no se debe seguir el ritmo del poder. Hacerlo implica ser funcional al relato que ellos intentan establecer.
Los argumentos malos solo se contrarrestan con argumentos mejores, superadores y no, a la defensiva, explicando si el protagonista que emite su opinión tiene pasado, presente, parientes, amigos, historias, o lo que sea que tenga que ver con su individualidad.
Si el ataque al referente en cuestión fuera veraz, eso no cambiaría en nada la eventual solidez o debilidad de su planteo para neutralizar el original.
Cuando recurren al golpe bajo, es porque se quedaron sin explicaciones consistentes. Esto queda cada vez más en evidencia. Ya está agotado el artilugio. No se puede mentir todo el tiempo. Solo les queda la agresión personal. Pero es  un error seguir ese juego irracional del relato como si fuera cierto. En definitiva estamos solo frente a un paupérrimo libreto.
albertomedinamendez@gmail.com

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AGUSTÍN LAJE, DEL “NUNCA MÁS” AL “OTRA VEZ”, DESDE ARGENTINA

Cuando los rencores del pasado se utilizan para legitimar determinadas políticas e ideologías del presente, las enseñanzas de la historia caen en saco roto y el peligro de repetir errores y horrores se vuelve inminente. En efecto, la pasión intrínseca a ese oximoron conocido como “memoria colectiva” se interpone a la sobriedad, rigurosidad y templanza del estudio de la historia, y acaba por reproducir en el hoy conductas y pensamientos del ayer. Es lo que estamos viviendo, en pocas palabras, los argentinos de la era kirchnerista.
Estuve en la marcha del pasado 24 de marzo que se hizo en conmemoración por el 37 aniversario del último golpe cívico-militar. Fui ahí una suerte de infiltrado, pues no comparto la versión reduccionista y maniquea de la historia que en ese evento se difunde, ni comulgo con la violencia simbólica que opaca por completo una supuesta defensa de los Derechos Humanos que, en los hechos, se degenera en una oxidada manifestación de ideologías extremistas. Mi intención era, más bien, tener un contacto directo y personal con los acontecimientos que allí se desarrollaban para interpretar las motivaciones, creencias y expectativas de los aunados.
Tanto lo que observé en ese acto de la ciudad de Córdoba, como lo que luego mostraron los medios nacionales y pronunciaron los referentes de los organismos de Derechos Humanos, me han dado la certeza de que si algo evidenció el pasado 24 de marzo, eso fue que el “Nunca Más” −como slogan que señalaba la necesidad de evitar repetir el sangriento pasado− ha sido una rotunda y descarada estafa.
El eje del relato setentista configurado por el kirchnerismo está puesto sobre la impugnación de la llamada “teoría de los dos demonios”, frente a la cual no han podido mejor cosa que imponer una maniquea “teoría del demonio único”. Pero si creer que la reducción de lo vivido en los años `70 a un conflicto entre militares y guerrilleros es una forma de simplificar la realidad, sostener que la complejidad de la historia se explica únicamente a partir de las responsabilidades militares, es directamente faltar a la verdad.
La “teoría de los dos demonios” liberó de culpas a la sociedad civil y a la clase política. Borró de la historia sus responsabilidades, que fueron muchas. La “teoría del demonio único” completó el trabajo, no sólo borrando de la historia las responsabilidades de las organizaciones terroristas (21.644 atentados entre 1969 y 1979 según datos de la Causa 13 y miles de víctimas), sino que además, les devolvió la legitimidad que necesitaban para hacer su reaparición en la historia.
Si algo destacó en los distintos actos del 24 de marzo que acaba de pasar, eso fue la cantidad de banderas de Montoneros que se enarbolaban en lo alto. Varios muchachos −algunos encapuchados, cubriendo sus rostros y cargando amenazantes palos− las sostenían, con la entusiasta complicidad de los concurrentes, que los felicitaban. El logo de la organización guerrillera, conformado por una tacuara cruzada por un fusil, no había sido reemplazado por uno menos belicista que, al menos, fuese más apropiado para una supuesta marcha “por los Derechos Humanos”. Ya no se mantienen ni las apariencias. La lógica marcial era lo que predominaba con claridad, ante un amenazante “Volvimos” y una serie de cánticos en los cuales el público se reivindicaba como “soldados de Perón” (tal como se identificaban los Montoneros de los `70 en algún momento).
 “Volvimos”, reza la bandera montonera.
Debe recordarse que Montoneros fue una peligrosa organización terrorista declarada ilegal nada menos que por un gobierno constitucional y peronista el 6 de septiembre de1975, a través del decreto 2452. Este grupo se cobró la vida de varios cientos de personas: militares, policías, sindicalistas, políticos, empresarios, obreros y hasta niños y ancianos. La organización recibió entrenamiento militar en Cuba por instructores castristas, y en Medio Oriente por la Organización de Liberación de Palestina (OLP). Fue considerada, por todo esto, como la banda terrorista de mayor peligrosidad de toda América Latina en el Siglo XX.
La exacerbación de la “teoría del demonio único” y el uso político y económico de la memoria, lejos de conducirnos a un genuino “Nunca Más”, ha ido generando las condiciones necesarias para la reaparición de Montoneros en la vida política actual. Cuando Estela de Carlotto dijo por la radio Rock & Pop, horas antes de la marcha del 24 de marzo, que “lo malo fue el terrorismo de Estado y lo bueno, una generación que dejó la vida y nos dejó la democracia… lo que ellos hicieron fue hermoso”, no sólo estaba legitimando con su maniquea palabra el resurgir de una organización que hizo del terrorismo su argumento político, sino que estaba faltando groseramente a la verdad. En efecto, tal como se desprende de los datos de la Causa 13 (Juicio a las Juntas Militares), el 52% de los atentados del terrorismo subversivo fueron perpetrados durante períodos democráticos. Su lucha −“hermosa” para Carlotto− no era por la democracia, sino por la instauración de un régimen dictatorial similar al castrista, tal como lo confesaban en sus propios documentos y publicaciones.
Para alegría de esa abuelita tan afecta a los viajes en primera clase y la estadía en lujosos hoteles de cinco estrellas, la organización Montoneros se ha reagrupado principalmente en Mendoza y en Córdoba, y se está preparando también en Buenos Aires. Hay algunos antecedentes recientes que vale la pena repasar: intentos de La Cámpora por traer de España a Mario Firmenich para homenajearlo; publicación de una revista de Montoneros llamada Repensar. Visión y proyección de la experiencia montonera; intentos de reorganización en septiembre de 2010, cuando el cuñado de Firmenich, Guillermo Martínez Agüero, dijo a La Voz del Interior que “No hemos enterrado las armas… creemos que es una opción para cuando las condiciones lo hagan necesario”; y la celebración del “Día del Montonero” el pasado 7 de Septiembre, organizado por agrupaciones kirchneristas, son algunos precedentes de lo vivido este 24 de marzo.
En el acto del 24 de Marzo, el cuñado de Firmenich junto al jerarca montonero Roberto Perdía.
¿Planean volver a practicar la “lucha armada”, es decir, el terrorismo? Martínez Agüero respondió, en esta oportunidad, casi en idéntico sentido que en 2010: “Creemos que es una opción para cuando las condiciones así lo hagan necesario, como ya ocurrió con las FARC o con el Subcomandante Marcos, por ejemplo. Las armas están; ni se entierran ni se desentierran”. En Córdoba se pegaron, durante el acto del llamado “Día de la Memoria”, carteles que rezaban: “Y ahora vamos a enseñar a esos mierdas lo que es TERRORISMO”. Por supuesto, nadie firmaba la amenaza.
La historia enseña a los pueblos a no repetir sus errores, pues empuja a todos los actores a efectuar su mea culpa, algo que aquí nunca ocurrió. En Argentina se compró con entusiasmo un relato setentista que ahora nos está empujando al borde de revivir épocas de sangre, con el visto bueno de los organismos de Derechos Humanos, que utilizaron la idea de un “Nunca Más” para llegar a un “Otra Vez” que es, en definitiva, ese intimidante “Volvimos” que rezaban las pancartas montoneras del 24 de marzo pasado.
agustin_laje@hotmail.com | www.agustinlaje.com.ar | @agustinlaje
BANDERA DE MONTONEROS EN EL PATIO OLMOS, CÓRDOBA.

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ALBERTO JORDÁN HERNÁNDEZ, NO VOTAR POR LOS CASTRO, CON VOZ PROPIA

A 14 años de protagonismo  en el régimen del cual ahora es PE, descubre que el más grave problema que tenemos está en la inseguridad y cita  violencia, criminalidad, tráfico de droga, armas, robos, secuestros.  
RAUL CASTRO
¿PRESIDENTE DE VENEZUELA?
Para él la sociedad está dormida frente a eso y se propone despertarla. Promete “un movimiento para atacar la criminalidad”. Y la depuración de tribunales.
En Asamblea Nacional  reconoció que el  índice de 56 homicidios/100 mil habitantes, presentado en 2011 nos coloca como segunda nación con mayor criminalidad en el orbe.          Al primer lugar ascendería hoy porque según el Observatorio Venezolano de Violencia los 21.600 homicidios del 2012, da una tasa de 73 asesinatos/ 100 mil habitantes.
Para su política recurre a un “emisario fiel de su amo”, como definió  el escritor mexicano Carlos Fuentes  a Roy Chaderton, retractado de su militancia socialcristiana y del  Opus Dei, institución que ubica en la ultraderecha. El ahora embajador ante la OEA viene de servir 30 años al  “poder neoliberal que hizo de Venezuela un país en descomposición, empobrecido, con una vergonzosa historia de violaciones de derechos humanos y de corrupción masiva” tal describe a IV República.
         En carta al entonces canciller y hoy PE  que  publicó en el diario El Universal de México el 11/02/2008, arremete contra la Organización Demócrata Cristiana de América y pide “investigar a los Legionarios de Cristo”.
         Con la emblemática política del embuste cuestionó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y  a la Corte Interamericana (CorteIDH). Del primer  organismo, que tiene a Venezuela en “lista negra”, indica que "obedece a dictadura imperial" (la yanqui, no la china) y afirma que nuestra nación tiene más de 10 años presentando quejas ante dicha entidad y la respuesta siempre ha sido “ni veo, ni escucho, ni hablo”.
De acuerdo al ex secretario ejecutivo de la CIDH Santiago Cantón,  las 400 denuncias recibidas en 1998 pasaron a 2.700 en 2012. Restrictivas estadísticas de vocería oficial revelan que entre 1977 y 1998 se recibieron  solo 4 y no se dictó medida cautelar. Pero desde 1999 cuando se instaló el régimen hasta 2012, se recibieron 102 denuncias y se dictaron 28 cautelares.
Sobre CorteIDH revelan que de 1988 a 1998, sentenció un solo caso: El Amparo, pero desde 1999 hasta 2012 ha sentenciado 16.
No olvidar que el régimen fue reprobado en Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de ONU.
Tal actuación se le revierte a la candidatura del PE. Lo demostró encuesta de su Facebook que dio como ganador al candidato de la Unidad: Henrique Capriles con 3.254 votos  contra 1720.
Ojalá analistas dizque oposicionistas entiendan que el pueblo no votará por la política Castrista de conservar los $ 13 mil millones anuales, con la debida inflación.
albertojordanhernandez@yahoo.es

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GUSTAVO CORONEL, POR QUÉ NO HABRÁ DEBATE PRESIDENCIAL

En Chile hay debate. Pero Chile es un país civilizado
El difunto le dijo a Capriles:
"¿Quién va a debatir contigo muchacho? Vete a aprender a hablar primero, eres un analfabeta político. ¿Qué vas a debatir con Chávez?
        El difunto a María Corina Machado
 “Aguila no caza moscas”
J. Rodríguez a Henrique Capriles
 “Anda a debatir con María Bolívar”

El debate entre candidatos a la presidencia, Nicolás y Capriles, no se va a dar, por las razones siguientes:
1. El régimen dictatorial considera que quien pide un debate es porque se ve perdedor. Para los castristas que tienen el poder en Venezuela, un debate presidencial es visto como una pelea de boxeo donde el retador desea pelear con el “campeón”. Y desde que el difunto estaba en el poder, pedir el debate era una pérdida de tiempo. El difunto repetía, de manera soez, que "águila no caza moscas”. Es decir, quien ocupa la presidencia no se “rebaja” a debatir con inferiores. Este es un argumento absurdo en cualquier país civilizado del planeta, pero es el usado por este arroz con mango acomplejado que domina hoy el entorno politico venezolano. Y es particularmente absurdo porque el ‘retador”, llámese Capriles, Machado o López es invariablemente más culto, educado y capaz que el difunto o que Nicolás.
2. El castrismo enquistado en Venezuela a través de Nicolás usa este argumento porque sabe, exactamente, que en un debate con gente preparada estarían perdidos. Así lo sentía el difunto y, por supuesto, así lo siente el patético Nicolás. Quien lo haya oído hablar entenderá que Nicolás no podría debatir ni con Winston Vallenilla. Es absolutamente incapaz de discutir sobre los problemas fundamentales de la nación. Se limita a algunas incoherencias y a saludar, con acento cubano, al tipo disfrazado de Chapulín Colorado, para hacer reír a quienes han sido llevados allí a fuerza de autobús y cerveza.
3. La ventaja que tiene el castrismo venezolano radica en la inmensa cantidad de compatriotas que no están interesados en debates, porque no entienden los problemas derango nacional ni tienen la menor idea de como resolverlos. Para ellos lo único importante es el día a día y el “cuanto hay pá eso”. No me hablen, dicen, de asuntos incomprensibles como la deuda, la caída de la producción petrolera, la confiscación de empresas, el fraude de la faja del Orinoco, la agricultura de puertos, la colonización de Venezuela por Cuba. Nosotros, dicen, somos gente sencilla, nos contentamos con la nevera, el vergatario y la beca. Lo demás lo arregla Nicolás porque lo dijo el difunto.
4. Como se comprenderá, el castrismo venezolano no puede estar interesado en elevar el nivel de vida de estas masas, de educarlos para que se conviertan en productores, en clase media. No, de lo que se trata, como le decía el sinverguenza llamado Jorge Giordani a Guaicaipuro Lameda, es mantener pobres a los pobres, “porque sin pobres no hay revolución”. Esto llevó a Lameda a decirles, con propiedad, hijos de puta. La llamada redistribución de la riqueza, la bandera retórica del régimen, es una nivelación hacia abajo, en la cual la clase media pasa a ser pobre. No es una nivelación hacia arriba mediante la cual los pobres pasan a ser clase media.
5. Si la estrategia del malandraje castrista es empobrecer a la clase media para que se parezca más a los pobres y se hagan dependientes del estado paternalista, se comprende facilmente que un debate presidencial que revele las tragedias nacionales y la ineptitud del régimen no puede ser acceptable para ellos.
6. Pero, hay, además, otra razón hasta más perentoria. Nicolás no sabe hablar. Es un tipo que no sirvió ni como chofer de autobús. Es un cruce de Joselo con Iris Varela. No es posible tolerar que el difunto le haya impuesto al país un analfabeta como futuro presidente. Que es lo que corre por las venas de nuestra fuerza armada que se ha prestado a este inmenso fraude? Donde está la sociedad civil?
Ojalá esté equivocado, pero siento que Venezuela está al borde de una trágica crisis colectiva. Si los venezolanos deciden insurgir cívica y abiertamente contra este régimen absurdo que humilla, embrutece y llena de verguenza a nuedstro país, yo los acompaño. A mi edad ya no puedo ser líder, pero si un seguidor. A diferencia de quienes fueron a morir en Febrero de 1992, engañados por el difunto, yo iría con plena conciencia, porque pienso que hemos llegado donde mueren las palabras.
gustavocoronelg@hotmail.com

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CLODOVALDO HERNÁNDEZ, ¿ALGUIEN ME LLAMÓ MERIENDA DE NEGROS?

Hace muuucho tiempo (no tiempo cronológico sino ideológico), mi amigo Ibsen Martínez escribió un artículo llamado "Escoria, ¿alguien me llamó escoria?" (El Universal 06-03-1999) en el que, aparte de ridiculizar a Henrique Salas Römer, comentó que Francis Scott Fitzgerald dijo que si uno no ha nacido rico le resulta casi imposible entender lo que significa serlo y comprender por qué los ricos se portan como lo hacen. El autor de El gran Gatsby resumía la cosa diciendo que los ricos siempre se creen mejores que nosotros, aunque algunos de ellos hasta accedan a arrastrarse de vez en cuando por las calles sucias de nuestro mundo.

Bueno, han pasado catorce años de aquel artículo y el amigo Martínez parece haber perdido la fe en el aserto de Fitzgerald. Por una de sus más recientes creaciones periodístico-literarias, todo parece indicar que ha comenzado a entender a los ricos, a pensar como ellos, aunque haya nacido –como lo dice orgullosamente en su pieza de 1999– en el barrio Los Alpes, por los lados de El Cementerio.

Ibsen ha pintado las manifestaciones populares que acompañaron las exequias del comandante Hugo Chávez, con la expresión "merienda de negros", que –vaya ironía– le hubiese cuadrado mucho mejor al objeto de sus críticas de entonces, el godo Salas, porque ese sí tiene los ojos azules.

Creo que este episodio indica la profundidad del drama que atraviesa nuestra oposición (es nuestra, no pretendan quitárnosla): por un lado, la dirección política y la vocería la llevan unos ricos y unas ricas que –no logran ocultarlo ni con los consejos de diez asesores– se creen mejores que la gente común, aunque últimamente anden en plan de dirigentes sociales; y por el otro lado, el sustento ideológico de ese movimiento de ricachones corre por cuenta de unos intelectuales que nacieron pobres y algunos hasta fueron de izquierda, pero es obvio que se cansaron de ser pueblo.

Sobre los ricos y las ricas que han tomado el timón opositor me basta con citar a Fitzgerald, citado a su vez (en 1999, aclaremos) por el autor de la telenovela hiperrealista Por estas calles: "son blandos donde el resto de nosotros somos duros; y cínicos donde somos crédulos". ¿Puede haber una mejor definición de lo que hemos visto en esta última y sui géneris campaña presidencial?

Se supone que corresponde a los intelectuales opositores curtidos de pueblo tratar de suplir las carencias de los millonarios metidos a políticos en aspectos clave para llegar al poder democráticamente, como lo son el contacto con el pueblo y la sensibilidad social. Pero –al menos si se juzga por el caso de Ibsen– ha ocurrido un proceso contrario: de tanto colearse en "degustaciones de blanquitos", estos personajes han terminado poniéndose blandos donde antes eran duros y cínicos allí mismo donde lo son los ricos (pero sin la plata).

clodoher@yahoo.com

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IBSEN MARTINEZ, FANDANGO DE LOCOS

La expresión "fandango de locos" equivale exactamente a "merienda de negros".
A decir verdad, me gusta más "merienda de negros" a la hora de pintar de un brochazo lo que se nos ha echado encima a la muerte del Hombre Imprescindible.
Pero detengámonos por unos párrafos en el origen de "fandango de locos".
Me apresuro a decir que lo de "fandango de locos" se me antoja uno de los más felices hallazgos del ingenio mantuano caraqueño: eso dijo "la criolla principal", doña María Antonia Bolívar, hermana mayor del Libertador, y a diferencia de éste, furibunda realista partidaria de Fernando VII, cuando se vio, por allá por 1825 o 26, sumida en el soberbio caos social que encontró en Venezuela a su regreso de un duro exilio impuesto por la guerra de Independencia.
Fue con horror y aborrecimiento que le escribió a su ilustre hermano, por entonces ocupado en independizar el Perú (donde, por cierto, nadie lo había llamado), imponiéndolo de sus impresiones de la joven Venezuela republicana donde a la pobre señora le tocó vivir: un rebulicio de mulaticos recién vestidos, de feroces mantuanos arruinados por las guerras, de zambos respondones, de bastos generales de montonera, doctorcitos atorrantes y leguleyos, de curas borrachines y amancebados, todos igualitarios, todos republicanos, todos muy revolucionarios y liberales, todos empeñados en un arrebatador y vociferante rebusque, todos en un "tú sabes cómo es la vaina" y un "cuánto hay pa’ eso".
Según el diccionario de la Real Academia, la voz fandango designa, primordialmente, a un "antiguo baile español, muy común todavía en Andalucía, cantado con acompañamiento de guitarra, castañuelas y hasta de platillos y violín, a tres tiempos y con movimientos vivos y apasionados".
Otra acepción ofrece el diccionario de lo castizo: "bullicio, trapatiesta". Y el de americanismos ofrece, entre varias, la noción de que quien anda de fandango, anda en la eterna parranda que diría Salcedo Ramos.
En otra carta, la vieja señora reprocha a su ilustre hermano haber creado con su gesta emancipadora y sus afanes libertarios ni más ni menos que una ella despreciable "pardocracia": un gobierno de los pardos, de los igualados.
De modo que lo que quiso decir María Antonia resplandece: un fandango de locos equivale, a mi modo de ver, a una trapatiesta de gente de casta inferior.
Existe una locución más cercana a nosotros que significa cabalmente lo mismo que fandango de locos. Me refiero a la muy ilustradora y simpatiquísima "merienda de negros" y esto último va sin la excusa de fingirme apenado al incurrir en una incorrección política. Nunca indicará lo mismo escribir con melindres "había una merienda de afrodescedientes" (que de paso somos todos) que afirmar, llanamente, que "había una merienda de negros".
Todo este largo rodeo lexicográfico que durante seiscientas palabras he dado para aterrizar en una merienda de negros me viene dictado por lo que durante quince días nos han ofrecido las cadenas que cubren las exequias del Hombre Más Grande del Siglo XX y XXI Juntos.
De todo ha abundado en este zuriburri de ínfima moralidad en el trato que exigen los restos mortales, no ya de un Jefe de Estado, sino los de un ciudadano común digno de elemental respeto humano. Un ensordecedor barullo de analfabeta oratoria patriotera, si ese oxímoron alcanza a explicarme, ha ahogado todos los altavoces del omnipresente aparato comunicador estatal.
Todo ello encaminado a inflar lo que en vida ya fue un revulsivo culto a la personalidad para fundar una mostrenca religión política cuyo Cristo vendría a ser el Héroe del Museo Militar. ¡Nunca el latiguillo del desaparecido Manuel Caballero vino mejor a cuento! El desazonado remedo de unas solemnes exequias de Estado que han brindado los usurpadores miembros del autoproclamado "comando cívico militar" es el mural de las bajas pasiones que traspasa a los usurpadores y sus secuaces. Un verdadero fandango de locos es lo que hay ante nosotros y es preciso ponerle fin.
Es imperioso derrotarlos el 14 de abril.
@IbsenM
 imartine@reacciun.ve.

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ALBERTO JIMÉNEZ URE, LA RETÓRICA SEGÚN ORTEGA CARMONA

El sacerdote y helenista  Alfonso ORTEGA CARMONA, adscripto a la Universidad de Salamanca [España], hace más de dos décadas me envió uno de sus más consultados libros que difícilmente pierden vigencia: Retórica [Editado en Madrid, España, bajo el sello de la citada institución académica, el año 1989]. A su juicio, «[…] en Europa el arte de hablar bien ha sido siempre el instrumento más importante de la cultura y de la formación del hombre...» [Ob. cit.,  p. 11].
Se cree que Aristóteles (Estagira, 384-322)  «legitimaría» la «Retórica» porque fue quien –de hecho- la utilizó metodológicamente  para impartir conocimientos: cuestionar los sucesos sociales y políticos de Grecia, e igual para prodigar sus ideas al Vulgo.
Es indiscutible que la «Retórica»  se fortalece en los pueblos en los cuales la democracia impera, y sucumbe ante regímenes totalitarios. 
En este tiempo y realidad, muchos indeseables del ambiente político presumen –íntima e infamemente- que no es cosa distinta  al don de hechizar: la fase superior de la –para ellos- necesaria dosis de mentira, demagogia o histrionismo. 
Cierto es que la auténtica praxis democrática no es ni la oficialización del discurso timador ni la coacción del librepensamiento. Leamos lo que piensa ORTEGA CARMONA:                  
«[…] Sin la facultad de hablar libremente, exponiendo el propio parecer para la mejor decisión y deliberación acerca del bien común, no puede existir verdadera democracia [Idem., p. 17]
Aristóteles pasó a la Historia considerado como el más admirable de los discípulos de Platón. Inicialmente, se había dedicado al estudio e investigación de la Biología. Durante aproximadamente veinte años, asistió a la Escuela Platónica. Luego de la muerte de su maestro [año 347], marchó de Atenas para convertirse en asesor e instructor del Príncipe Alejandro DE MACEDONIA.
Regresó, más tarde, para fundar lo que trascendió bajo el nombre de Liceo: claustro donde inmortalizaría sus ideas filosóficas. La Política comenzaba a ser considerada como una de las nuevas ciencias: […] «... debía ocuparse de las formas de gobierno reales, a la vez que de las ideales, y debía enseñar el arte de gobernar y organizar estados, cualquiera que fuese su forma, del modo que se desease...» –afirma George SABINE, en su Historia de la Teoría Política («Fondo de Cultura Económica», Bogotá, Colombia, 1976, p. 77). Es probable que cuanto en aquellos días se definía mecánica política no fuere sino la «Retórica», el método de praxis de una disciplina cada vez más compleja y propensa a ser malintencionadamente utilizada. En Atenas, los filósofos fueron los primeros políticos profesionales porque estuvieron más cerca del poder que quienes ejercían actividades no intelectuales, aun cuando vinculadas a los gobiernos. Novedosamente, esos pensadores fueron los primeros en platicar sobre la factibilidad o no de abolir la Propiedad Privada y la Familia (tesis que Platón defendía).
Ellos impulsaban las leyes, eran  consultados para la redacción de las normas o para eliminar las existentes. Ejercer la «Retórica» era ejercer la crítica: de una postura específica o de acontecimientos provocados por los hombres. Aristóteles difería de su maestro en lo relacionado con el Estado Ideal y, frente a ello, formularía –respetuosamente- su argumentación personal. Lo hacía con técnicas, lucidez e información científica.
En mi opinión, «Retórica» es el discernimiento o debate público de las ideas opuestas: morales, filosóficas, políticas o de cualquier otra disciplina del conocimiento humano (1) Sesudo, Alfonso ORTEGA CARMONA lo dilucida perfectamente e infiere «[…] que la mayoría de las decisiones políticas, dentro de las instituciones democráticas, son, a su vez, resultado de un debate en el que la propuesta y defensa de los mejores argumentos corre también la suerte de las mas brillante y persuasiva exposición» [Cfr., p. 17]. Imprescindible para los (defensores o acusadores)  «oradores» o «exponentes» en los juicios y los adeptos del mitin o meeting, añado. Don Alfonso sostiene que ya en los textos clásicos La Odisea e Ilíada se advierte respecto al «arte de hablar en público», lo que habría precedido a la intencionalidad aristotélica.
La  importancia de dominar el discurso, la argumentación y hasta la gestualidad determinaría el éxito político de un personaje.
En esa etapa iniciática de la «Práctica Retórica», la  investigación, ponderación y coherencia fueron cruciales y ulteriormente conducirían a un  extraordinario pensador (Sócrates) a inventar la «Mayéutica» (2):
«[…] Muchos retóricos antiguos vieron ya en Homero al padre de la Retórica,  y, con frecuencia, citaron  ejemplos suyos para la confirmación de técnicas persuasivas. Bastaría recordar que tres cuartas partes de la Ilíada, un poema de guerra, están constituidas por conversaciones  y discursos...»  [Ob. cit., p. 20].
En aquellos días, la preponderancia de la «Retórica» influiría [todavía, en diversos aspectos de la vida universitaria e intelectual posmoderna] en el establecimiento de los tribunales del pueblo: organismos mediante los cuales [se asegura] los griegos eliminaron la corrupción judicial.
Si meditamos un poco, descubrimos que en los actuales «juicios orales» [ya en tardía práctica en lo que denomino ultimomundano] el talento discursivo de los abogados suele salvar de la Pena de Muerte a los reos acusados de haber cometido delitos graves.
Los tribunales del pueblo en la Antigüedad eran integrados por numerosas personas, lo que obligaba a los defensores y acusados al afinamiento de sus intervenciones. En pocas palabras, a fortalecer su oratoria. Curiosamente, Platón [pese  a su gran reputación filosófica] no pudo evitar que a su amigo Sócrates lo condenasen a muerte bajo la absurda acusación […] «... de haberse ocupado en exceso de la investigación de lo subterráneo y lo celeste, convertir en fuerte el argumento débil y enseñar a otros estas mismas prácticas» (Platón: Defensa de Sócrates, Edición de «Aguilar», Madrid, España, 1973. P. 21). El filósofo «delincuente» no lograría salvarse tras utilizar la Mayéutica con la cual, asombrosamente, deslumbraba e iluminaba las mentes de sus discípulos. Y confundía a sus detractores con lucubraciones que los develaban como los auténticos culpables.
La Mayéutica se basaba en la incesante interrogación que, por instantes, lucía inquisición. Hubo algo inusitado que, en una de las innumerables y acomodaticias reformas del Código Procesal Penal del país en el cual infaustamente nací y que, por ejemplo, luce mediocre reminiscencia de las leyes que imperaban en la Grecia Antigua, aquí se ha establecido en los juicios orales [no se sabe por cuánto tiempo ni por virtud de cuáles legisladores desquiciados o ebrios] lo siguiente: la selección por sorteo de jurados o escabinos sin la necesaria formación jurídica o conocimiento de la Constitución y Leyes y que, aparte, no tienen la voluntad personal, la razonable curiosidad y sensibilidad humanas, la determinación o formación intelectual para indagar los detalles de los casos penales para decidir quién es inocente o culpable de haber cometido el [los] delito [s] que se le [s] imputan.
 Sospecha Ortega CARMONA que la aparición de la «Retórica» sería contemporánea a la decadencia de la «Sofística», de la que se inferiría que fue la primera Ilustración Europea:
«[…] Su concepción de la Verdad, de la Vida y del Hombre, en antítesis con la época precedente, dará lugar a otra profunda revisión filosófica en Platón y Aristóteles, influidos por Sócrates. El clima espiritual que precede a la Sofística alienta a una fe inquebrantable en poderes sobrehumanos que rigen, sin posibilidades de protesta, los destinos y todo fenómeno cósmico...» [Ibídem., p. 23]
Quienes propugnan el empleo del mitin o meeting [en la actualidad, francamente en declive y desprestigio] cometen impresionantes esfuerzos de oratoria para mantener atento al imbecilizado enjambre que los escucha. Lógicamente, los políticos de la Antigüedad no gritaban porque se dirigían a pequeños grupos de personas cultas y por ser intelectuales. Sabios, portadores de La Verdad.
 Por virtud de políticos sin instrucción filosófica, la «Retórica» ha degenerado en formas intimidatorias: amenazantes, en mensajes apocalípticos y de trasfondo vulgar: se ha envilecido con la vindicta, agitación bélica y el tremendismo. Los oficiantes  de intervenciones públicas justifican su mediocridad bajo el alegato según el cual, en pro de la supervivencia de los «actos de masa», el mensaje debe estar despojado de intelectualismos (3)
NOTAS.-

(1) Definición personal que inserté casi al final de mi libro Dictados contrarrevolucionarios («Edición de la Universidad de Los Andes», Mérida, Venezuela, 2008. p. 201).
(2) Cuando me instruí sobre esa fascinante práctica discursiva, experimenté una inconmensurable felicidad: de modo empírico, yo hacía tiempo que la ejecutaba.
(3) STUART MILL, John, dijo en su Diario  «[…] que todo empeño intelectual, o, en cualquier caso, todo empeño científico cae bajo el popular estigma de ser insensible» [p. 45]. También infirió que […] «… ser popular es adular a todas las personas diciéndoles que son lo que más desean ser» [Supra., p. 45. «Alianza Cien», Madrid, España, 1996]
(@jurescritor/jimenezure@hotmail.com/urescritor@hotmail.com)

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