PRESOS
Puede ser infructuoso el esfuerzo por
entender cómo viejos luchadores por los derechos humanos hoy los conculcan con
tanta saña.
Fue una tradición venezolana que los presos políticos, pasado un
tiempo, con el aquietamiento de las aguas, fuesen liberados.
La izquierda,
incluida la que hoy se mece en el Gobierno, enarboló siempre el tema como parte
de su patrimonio. Claro, se puede decir que los presos políticos son los de
uno, mientras para el Gobierno son delincuentes comunes barnizados de
ideología; pero no siempre fue así.
Hubo épocas generosas, aun en medio de la
lucha armada de los años 60; ningún gobierno democrático exigió que los presos
cambiaran sus puntos de vista.
Hubo sin duda violaciones de los derechos
humanos, pero pronto la democracia, en esfuerzo conjunto del gobierno y de la
oposición -incluida la que fue insurreccional-, encontraron caminos para
procesar las diferencias.
Algunos hechos terribles se sucedieron
posteriormente, como el asesinato de Jorge Rodríguez, y sus autores juzgados y
condenados.
Hubo gente que abandonó definitivamente la lucha armada y se
incorporó a la lucha democrática, pero también hubo quienes siguieron en la
profecía de su fe sobre un cambio violento, revolucionario, y vivieron cómodos
sin ser perseguidos; incluso, aquellos que fueron inspiradores e ideólogos del
golpe de Chávez en 1992, algunos retenidos brevemente por el Gobierno fueron
liberados pronto, bajo el clamor agudo de "Los notables", casta
notable de aquellos tiempos.
No había la misma visión política,
pero sí un terreno común en el cual procesar las diferencias. El propio Chávez,
culpable de decenas de muertes con su golpe, convertido en héroe por las
élites, también fue objeto de la gracia presidencial. No estoy dentro de
quienes responsabilizan a Caldera por esa liberación, era un clamor de las
gentes más principales de esta Capitanía General. Nadie le exigió a Chávez que
pensara diferente. Tampoco a sus compañeros de golpe, a quienes Caldera había
incorporado al Gobierno. Hasta varios jefes militares de unas FAN que habían
derrotado el golpe, se encontraron extrañamente compelidos a hacerles
carantoñas a los golpistas derrotados.
Chávez acaba de obtener un victoria
que no por sospechosa, deja de ser muy corpulenta. Se supone que dado el
resultado y su quebrantada salud, podría ser un tiempo propicio a la
generosidad. Hasta el momento de escribir estas líneas, no lo ha sido. Debería
ocurrir. Sin pedir nada. Sin otorgar nada a los negociadores que no sea la
libertad de los presos y el regreso de los exiliados. Es un acto de gracia del
Príncipe y no un trueque.
LOS PRESOS DE GIORDANI.
Jorge Giordani tiene sus presos, los
cuatro directivos de Econoinvest quienes hoy cumplen 930 días secuestrados.
Giordani no quiere soltarlos por dos razones: envuelto en su lagrimeo periódico
hacia Chávez, es de los hombres que ha hecho del odio su oficio cotidiano; pero
además, sería reconocer que toda su tesis sobre la elevación del precio del
dólar en un mercado antes mosqueado, luego gris y ahora negro azabache, es
falsa.
Si se observa la economía, se ve que
se acentúa la crisis cambiaria, sólo hay en reservas dos meses de importaciones
y los restos de oro. La nefasta decisión de Giordani de acabar con el mercado
de valores y, lo que es peor, estigmatizar la compra de títulos valores por
parte de los ciudadanos, ha traído graves consecuencias: el costo del
financiamiento de la República ha aumentado enormemente y la poca industria que
sobrevive, está a punto de colapso. El rey de las notas estructuradas, Nelson
Merentes, junto a Giordani, mantienen aún secuestrados a 10 ciudadanos acusados
de unas acciones que Giordani convirtió en delitos. Ahora por serlo, están de
manos atadas para flexibilizar el mercado cambiario y tratar de darle una
salida a la crisis; presos de su odio y resentimiento, han puesto la economía
nacional en coma.
Los dólares que había en el mercado
eran del sector privado, no afectaban las reservas internacionales, y al haber
un mercado regulado, transparente, y donde el Estado intervenía, se podía
controlar mejor la brecha entre el dólar oficial y el alternativo. Ahora lo que
hay es un mercado negro, donde actúan aún algunos entes del Gobierno en la más
absoluta oscuridad, con gente al margen de la ley, mientras se abren compuertas
parasofisticadas prácticas delictivas.
Los presos de Giordani son la
evidencia de su fracaso y de su odio.
LA PRESA DE CHÁVEZ.
La juez Afiuni es una víctima personal
de Chávez. Por razones personales, él quería mantener por siempre preso a
Eligio Cedeño, la juez se atrevió a actuar en derecho, salió Cedeño de la
cárcel y Chávez clamó venganza contra ella por ¡30 años! Las Luisas lo
complacieron, como no podía ser de otra manera. El ensañamiento ha sido tal que
una reacción de horror recorre la sociedad al comenzar a conocerse detalles de
su prisión. El espanto se sabrá con precisión a través de la juez, cuando
podamos disponer del libro de Francisco Olivares "Afiuni, la presa del Comandante".
A veces es de preguntarse cómo un ser
humano puede ser sometido a tanto agravio por Chávez. Pienso y pienso cómo un
hombre que ha conocido el éxito, la fama, que vive como un jeque
ultramillonario, que no conoce más límites que los que le impone su cuerpo,
puede sentir tanto resentimiento hacia una mujer que sólo cumplió con su
obligación. ¿No tendría Chávez hoy el coraje para enfrentar su propia miseria y
liberar ya, hoy, sin demora a María Afiuni?
LA HIJA DE IVÁN SIMONOVIS.
Extractos de la carta de Ivana
Simonovis: "Hoy 22 de noviembre de 2012 se cumplen 8 años de una tortura
que parece no acabarse nunca. Desde que tengo 7 años llevo viendo a mi papá de
una manera un poco diferente a la de los demás niños, lo veo una vez por semana
de 11:00 a.m a 5:00 p.m. Nunca se nos ha ocultado ni a mi hermano ni a mi, que
mi papá es un héroe, un héroe llamado "preso político... Ahora tengo casi
16 años, eso significa que mas de la mitad de mi vida lo he visto en esas
condiciones" (...) "En esta situación mi papá no es el único preso,
todos en mi familia lo estamos con él, todos nuestros planes deben estar
organizados de manera que no se pierda el día que tenemos para verlo, ya que él
depende de nosotros, le llevamos su comida, ropa, medicinas y lo más
importante, cariño y apoyo. Este sería ya el noveno Diciembre separados de
él... Yo, Ivana Simonovis, quiero que este 2012 haya un mejor Diciembre en
Venezuela, y por eso les quiero pedir específicamente a los políticos, tanto
del Gobierno como de la oposición, por favor pónganse de acuerdo de una vez,
dejen los conflictos a un lado y sobretodo les pido de todo corazón, que esta
Navidad, y las que le siguen, sean navidades sin presos políticos".
¡LIBERTAD! ¡LIBERTAD!
@carlosblancog
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