BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

martes, 25 de noviembre de 2014

RUBÉN RIVERO CAPRILES, DE TOTALITARIO A LIBERTARIO

RUBÉN RIVERO CAPRILES
Los independientes somos hoy la primera fuerza electoral de Venezuela, conformamos el 43% según encuestas anunciadas por José Vicente Rangel el domingo 23 de noviembre 2014. El GPP conserva 39% de simpatía y la MUD sólo retiene al 18% de los votantes. 

Los independientes serán excelentes consumidores potenciales de las despolarizadas ofertas políticas que propondremos las nuevas alternativas durante los próximos años. No nos arrepintamos de haber ejercido nuestro libre albedrío en un momento pasado de la vida, pues entonces entraría en contradicción la libertad democrática de elegir. Pero sí podemos exponer que las promesas electorales de Maduro fueron diferentes a lo que ahora ofrece. Muchos habíamos preferido votar por Chávez y por Maduro porque más valía malo conocido, no queríamos que llegara al poder el bueno por conocer. Los totalitarios anhelan una profundización revolucionaria con burócratas que no sean corruptos.

Los políticos no aprendemos a dedicarnos a otras cosas de vez en cuando. Solemos enchufarnos a cargos presentes y futuros en un afán personalista de mera estabilidad laboral. La permanencia indefinida en la administración pública, disfrazada mediante enroques, fomenta corrupción en los burócratas. Nuestra mentalidad venezolana es tan totalitaria que sólo es factible hacer campañas para subir hacia el centro. En algunos años podremos seguir subiendo hacia lo libertario. Calémonos y solventemos críticas constructivas y destructivas. Si a estas alturas de la vida seguimos con la ladilla del legado de Chávez, no habremos madurado para nada.

La intolerancia e intransigencia constituyen delitos para ser denunciados, erradicados, castigados y sometidos al escarnio público con carácter retroactivo. Somos fascistas cuando imponemos odios, pues generamos rechazo electoral a cualquier opción adversa a este régimen. Nos hemos dejado instaurar el vocabulario cubiche al preocuparnos por presuntos infiltrados. Damos vergüenza al no querer abrirnos a otros modos de vida que desconocemos. Nuestra tenacidad azuza groserías y resentimientos propios de los ultras recalcitrantes. Fastidiamos con nuestro vocabulario arrabalero al ansiar depuración de la raza, para que sólo los opositores de cuna y alcurnia lleguen al magno firmamento de los no traidores.

La mentalidad comunista debe ser tan respetada como la mentalidad capitalista en una sociedad libertaria. Persisten preocupantes síntomas de totalitarismo en quienes acusan de traidores a la patria a quienes no piensan exactamente igual que nosotros. Nos negamos a comprender por qué tanta gente se resiste a abandonar el régimen. El odio que vomitamos es peor que los maleficios económicos que padecemos. Ocurre que muchos de forma democrática prefieren votar por el totalitarismo pues así se sienten seguros.

Ruben Rivero Capriles
rivero@riverocooper.com
rroopstr@gmail.com
@rroopstr
@alt1miranda

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ADRIANA VIGILANZA, ¿PRESENCIAMOS EN SILENCIO EL FIN DE LAS DEMOCRACIAS EN AMÉRICA LATINA?

ADRIANA VIGILANZA
Un avezado político y periodista venezolano, en el exilio en Florida, no cesa de escribir sobre una supuesta "capitulación" de los dictadores Castro ante la Unión Europea, a cambio de inversiones en la isla, impunidad para ellos y el respeto a los derechos humanos. Rafael Poleo, Editor de “El Nuevo País”,  da por hecho este acuerdo y dice que su firma está plantea para el 8 y 9 de enero de 2015. Y que en ellos se arrastra a Venezuela, cual colonia de la isla.

Pero Rafael Rojas, en “El País” de España, refiere que los tiranos de Cuba y sus sucesores, no contemplan reforma política alguna, a cambio del financiamiento Europeo y de los EEUU, sino, a lo sumo, una renovación generacional de la cúpula del partido único, que se supone se decidirá entre 2017 y 2018, más una mayor representatividad de la heterogeneidad social del país “(…) dentro del mismo régimen de partido único, oposición ilegítima y control gubernamental de la esfera pública y la sociedad civil (…)”. Se agrega que “(…) La comunidad internacional parece pensar que, antes que a la democracia, es preciso que Cuba transite (del totalitarismo) al autoritarismo y al mercado, preservando intacto su régimen político. América Latina y Europa lo han aceptado, tácitamente, en el proceso de integración de la isla a la CELAC y en el diálogo en curso entre La Habana y Bruselas (…)” (Ver: http://elpais.com/elpais/2014/08/29/opinion/1409332330_583638.html).

Parece mentira que una información tan crucial para el destino de la democracia en América Latina y el derecho a una vida digna de quienes la habitamos, no se la hayamos escuchado o leído a otros periodistas o políticos. Al menos no en Venezuela, ni en la Florida. Pero se nos ha metido en la cabeza y como un tambor imaginario, redobla fuerte cada vez que entra en contacto con otras informaciones, de esas estrambóticas que estamos recibiendo ahora los venezolanos, casi a diario y que tal vez por eso, sean un tanto menospreciadas por las mayorías. Por ejemplo, el cambio de lugar de reclusión de Iván Simonovis, acusado de ser cómplice en la muerte de 2 personas,  el 11 de abril de 2002 (murieron un total de 19, que no se sabe aún quién las mató. Tampoco hay un autor material para esas dos muertes de las cuales se lo acusa de ser cómplice. Y no lo liberaron, sólo que ahora tiene “casa por cárcel”, por estar enfermo) o la destitución por parte de Maduro de Miguel Rodríguez Torres, militar que ocupaba el cargo de Ministro de Interior y de Justicia, justo después de que cuerpos de seguridad a su cargo, asesinaran a la cabeza de un “Colectivo” (asociaciones para delinquir, consentidas por el régimen de Maduro). Nos preguntamos ¿tendrán que ver esos hechos con la supuesta “capitulación”? ¿Será que están entre las condiciones que impuso la UE a los Castro, para financiarlos? En el caso venezolano, ¿quién ”negocia” y por quiénes? ¿Qué papel juega en esto la “oposición” venezolana? ¿Alguien le ha explicado a la UE y a los EEUU, qué son los “Colectivos” y por qué hubo más de 200.000 asesinatos en Venezuela, en 14 años?

Ante eso, vuelve a nuestra memoria lo que en su momento consideramos una extrañísima declaración de parte de Henrique Capriles, cuando dijo, "cuidado: El "Maduro vete ya" puede ser un "Diosdado vente ya". Pero ¿por qué pensó Capriles que si se recontaban sus votos o si renunciaba Maduro, eso podría llevar al poder a Diosdado? Según la Constitución venezolana, si el fraude que cantó Capriles era declarado o si Maduro renunciaba, lo que vendría después sería una elección. Y si en Venezuela hay posibilidad de una elección auténtica, como piensa la MUD ahora, ¿cómo se iba a encaramar Diosdado en el poder? Porque personaje menos popular que ese, en Venezuela, solo “la sayona” (espectro del folklore venezolano, alma en pena que persigue a los hombres infieles, para asustarlos). Pero tratemos de explicar todo esto ahora, a la luz de la “capitulación”:

El aliado venezolano de los Castro es Maduro y junto con él, los “Colectivos”. Rodríguez Torres fue responsabilizado por Odreman, cabeza del Colectivo 5 de marzo, si algo malo le pasaba. Y le pasó. Fue asesinado por la policía CICPC, en un supuesto enfrentamiento. José Vicente Rangel, anciano operador político del régimen, declaró que fue muy grave esa masacre contra miembros de colectivos. Y acto seguido, fueron encarcelados los policías

Por lo que vemos, la UE y al parecer, también los EEUU, han asumido que sólo dos grupos pueden hacerse del poder, en Venezuela y que con alguno tendrá la UE que aliarse. Uno “civil” (Maduro y los Colectivos), que son pro Castros (ambos militares) y uno abiertamente militar, como el difunto Chávez (Diosdado Cabello), integrado por militares a quienes se ha involucrado con el narcotráfico.    Visto desde el ángulo democrático, eso significa que la UE reconoce que no hay salidas ni electorales ni institucionales, para nuestra crisis. Y lo aúpa con el pacto de Bruselas.  ¿Será por eso que Rafael Poleo ha catalogado la petición de renuncia a Maduro y la idea de una Constituyente, como  “fantasías desesperadas” (El Nuevo País, “Esto es lo que hay”).

Si se parte de eso, la extraña actitud de la MUD empieza a cobrar cierta lógica (aunque nos parezca repugnante). Se supone que EEUU y la UE ayudarán a los Castro, tan sólo a cambio de la esperanza de que el Estado totalitario, pase a ser un Estado capitalista. Pudiese incluso ser esa la razón de los 6 editoriales seguidos del New York Times, pro Castros. Ergo, pensarán dentro de la MUD, hay que montarse en este proceso de “transición”, con la esperanza de que algún día seamos un país más “vivible”, porque haya respeto al mercado (los negocios), no porque haya respeto a los derechos humanos y políticos para los Latinoamericanos (al menos, según la reseña que hace Rafael Rojas en “El País” de España). La "bisagra" entre MUD y Maduro es casi seguro que sea José Vicente Rangel, uno que siempre quiso ser Presidente de Venezuela (muy anciano ya.  No creemos que el tiempo le alcance). Tal vez por eso se fue personalmente a la ONU, justo en este mes, a tratar de suavizar el repudio mundial ante los crímenes del régimen venezolano contra civiles desarmados, de forma tal que a la UE no le sea tan difícil apoyarlo y por otro lado, salió a darle un “espaldarazo” a los “Colectivos”, aliados naturales del Castro/Madurismo, contra el grupo militar chavista, encabezado por Diosdado.

Es plausible que, en este escenario de lucha entre bandas - ambas armadas, en la que la UE aceptó a una y desechó a la otra, quién sabe por qué, siendo lo único claro que quieren a cambio capitalismo, cosa que, irónicamente, la banda civil (pero armada) que apoyan, dice detestar-  la oposición-MUD haya aceptado la tarea de trabajar en un "lavarle la cara" al régimen, tal vez a cambio de algunas posiciones de “poder”, que de todas maneras tendrá que conquistar en unas elecciones en las que quienes contarán los votos serán Maduro y los Castro. Posiblemente, a cambio de seguir en esta farsa hacia una “transición” gatopardiana, donde todo quedará igual, habrá pedido la MUD la libertad para algunos presos políticos (habrán incluido a ¿Leopoldo López?) y el retorno de algunos exiliados. Quizás esto explica por qué Poleo, quien lleva meses llamado a  Maduro “el esperpento”, pasó a llamarlo ahora “un político maduro y fino”.

Todo esto luce inmoral y colaboracionista, pero para otros, así es la política.  En el fondo, presenciamos algo sumamente alarmante: el fin de las democracias y el respeto a los derechos humanos (van de la mano) en América Latina, porque este pacto de Bruselas las amenaza a todas, al igual que la “paz” que negocia Juan Manuel Santos, en Colombia, con las “FARC”.

¿No contamos los demócratas con aliados poderosos en el mundo? ¿Dónde están los Congresistas norteamericanos amantes de la democracia? ¿Dónde están las ONG que defienden derechos humanos? ¿No dirá nada al respecto el Papa Francisco? ¿Presenciaremos mudos esta catástrofe?

Adriana Vigilanza
adriana.vigilanza@gmail.com
@Adrianavigi 

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LEONARDO FERNANDEZ, LA HECATOMBE DEL CHAVISMO.

LEONARDO FERNANDEZ
Desafortunadamente para los venezolanos, nuestra Venezuela está anclada en el pasado y repitiendo errores ya superados en el mundo de hoy. Mientras países como Chile, Perú y Colombia atraen inversiones y permiten como en el caso de México que entren anualmente 20.000 millones de dólares a su economía, Maduro en vez de generar empleos y estabilidad para miles de trabajadores, genera inestabilidad política y económica con sus acciones obtusas, erradas y superadas en América Latina y en el mundo moderno desarrollado y democrático.

Maduro emulando las ideas trasnochadas de su mentor Hugo Chávez, se aleja vertiginosamente del la prosperidad y el progreso con un discurso incendiario anti empresarial que ha conseguido mantener en zozobra jurídica permanente la iniciativa privada, teniendo como política una persecución feroz al empresario.

Diría un lector chavista que quien escribe es defensor de sectores de la derecha ¡Noooo! Quien escribe tiene como principio el respeto a la empresa privada y al sistema democrático, desde la izquierda moderna profesamos el respeto a las leyes, promovemos reglas claras para lograr prosperidad para los pueblos, rechazamos las expropiaciones y el control total de los poderes públicos.

La búsqueda constante del enemigo externo e interno que obstruye, pone trabas a la economía, induce la inflación, roba a los sectores más deprimidos, no son más que burdas excusas elaboradas en la cuba fidelista y ha sido el argumento histórico de los países que, han tenido como gobiernos la izquierda trasnochada y cavernícola como ha calificado (Vargas Llosa) a los gobiernos que se han comido y devorado con la estupidez que los caracteriza el erario público y que han socavado las bases democráticas metiéndole una espada al estado de derecho hasta resquebrajar las instituciones y el imperio de la ley.

La continuación del modelo Neopopulista y de corte dictatorial en sus formas modernas de vulnerar los derechos humanos, tiene como finalidad imponer sus ideas hegemónicas con el fin de controlarlo todo, un estado grande, un estado paquidermico diría (Américo Martí ) un estado intervencionista, ineficaz, pero en búsqueda del control político total de la sociedad y la economía, supeditando así al ciudadano a la dádiva del estado, logrando con esto una brutal dependencia de los que menos tienen con el estado y suprimiendo el emprendimiento y la innovación.

La extrema izquierda que práctica maduro y su combo se ha convertido como lo dijo (Guy Sorman), en un paraíso sin opción alguna de porvenir, manteniendo una política rigurosa de controles de precios, que generan distintos mecanismos de corrupción, teniendo como enemigo a la empresa privada y no como el aliado perfecto para el desarrollo de un país, Maduro y sus secuaces conducen a Venezuela hacia la quiebra total.

La idea de que la pobreza de nuestros pueblos es producto de la mano oculta del imperialismo y los intereses de la oligarquía, es una quimera del pasado, exigimos en voz alta y con firmeza que Maduro flexibilice los controles que le ha impregnado a la economía, genere seguridad jurídica para que los inversionistas nacionales e internacionales piensen en Venezuela y no en terceros países.

Maduro es el responsable y artífice de la intervención y el monopolio del estado que no trae más que corrupción y vicios a la economía.

Primero Chávez, luego Maduro y sus ideólogos dominados por ideas fracasadas como la economía planificada, el estado fuerte y robusto, han sumergido a los venezolanos en el atraso, anacronismo y el subdesarrollo, hemos ido como país para atrás como el cangrejo.

Leonardo Fernandez
leocat100@hotmail.com
@leofernandezf

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JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, ECONOMÍA ACORRALADA POR EL ESTADO, LA FAMILIA Y LOS OBREROS.

JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ
En función de intentar comprender (más allá de la obviedad cuantitativa) las causas del profundo desajuste macroeconómico que experimenta Venezuela, abordamos el basamento ideológico que sustenta la relación Estado-familia-obreros en lo que se refiere a las aspiraciones redistributivas de carácter igualador, que intenta promover (1) estándares elevados de vida o (2) una igualdad en las necesidades mínimas, con la intención soterrada de evitar que la movilidad social (nuevas clases medias) actúe en contrario al enfoque del proceso que adelanta la izquierda comunista. 

Al propio tiempo, visualizaremos la pretensión gubernamental por una ampliación de los derechos de los trabajadores para participar en la gestión económica (y empresarial), en un horizonte que procura una lucha de clases para controlar los medios y modos de producción con la finalidad ulterior de cambiar estructuralmente las relaciones sociales, y retornar a un  Estado (totalitario) como principal agente productor de bienes y servicios, que de igual modo asume (contradictoriamente) la garantía de los derechos civiles, sociales y políticos de todos los ciudadanos.

Resulta pertinente recordar, que las políticas liberales impulsadas por el Consenso de Washington (año 1989)  se orientaban al funcionamiento de un sistema de mercado sin regulaciones (autoregulado) en la producción y distribución de bienes, bajo el marco de la libre competencia; escenario que a la postre mostro una incapacidad para disminuir la desigualdad social (pobreza y exclusión). 
Tal situación, motivo la refundación del Estado interventor para que participara activamente en la instauración de una cohesión social,  asumiendo el rol de principal (y casi único) coordinador y facilitador de una específica matriz socioeconómica entre la sociedad y los agentes económicos, hasta constituirse (el Estado), en respuesta a un clamor asistencialista emanado de la sociedad, en la más relevante estructura social que podía inducir beneficios sociales colectivos en armonía con un obligante crecimiento económico sostenido; en un contexto donde los sindicatos obreros, aparte de luchar por mejorar sus condiciones laborales, también participarían para restringir la libertad empresarial. 
Es evidente, que el mercado autoregulado y el principio de la igualdad tienen entre sí postulados incompatibles, ya que uno (el mercado) exige la no intervención del Estado mientras que en el otro (la igualdad) se infiere que el Estado debe asumir la caga de eliminar los obstáculos que impidan al ciudadano contar con una seguridad social a la luz de gozar de sus derechos (civiles, sociales, políticos y económicos); contradicción que origina una especie de economía mixta donde coexisten un sector privado (en vías de demolición) que participa en un mercado altamente controlado como mecanismo asignador (¿?), y un sector público con un marcado rol intervencionista al extremo de imponer (alejado de cualquier forma de “pacto social”) las políticas sociales y económicas hasta configurar una relación Estado-sociedad bajo una premisa de difícil logro: “que cada integrante de la sociedad se sienta como un miembro pleno, capaz de participar y de disfrutar de la vida en común” (Kymlicka y Norman, 1997) al establecer vínculos determinados entre los sectores sociales y el Estado, sin que medie el obligante compromiso entre el capital y el trabajo a los efectos de inducir tanto crecimiento económico y empleos dignos, como la generación de recursos financieros para sostener la inversión social.
A tenor de lo expuesto, puede inferirse que la perturbación económica (con implícita desestabilización política e institucional) que en la actualidad impera en Venezuela, es en mucho consecuencia de una errática gestión fiscal del Estado ante el exceso de recursos (humanos y financieros) que concentra habida cuenta de su cuantiosa e improvisada (y populista) participación directa en materias de índole social con el consecuente efecto sobre el crecimiento del gasto público (en dependencia exclusiva de la renta petrolera), al tiempo de convertirse en un obstáculo para el desenvolvimiento de la economía al desatender el impulso que debe prestar a la acumulación de capital (y su rentabilidad) en favor de magnificar los planes sociales compensatorios (renunciando a la debida eventualidad de algunos de ellos) propiciando una esperanza creciente hacia el Estado (la mano extendida),  hasta materializar una contradicción que conduce a una disminución en la eficiencia funcional (y burocrática) de las políticas públicas  y a una pérdida de legitimidad en la actuación del Gobierno, incluida la ruptura del consenso social. 
En lo referente a la intervención del Gobierno en la economía, debería condicionarse su participación a la eficiencia (o ineficiencia)  en razón a la obligación de hacer buen uso de los recursos fiscales siempre escasos y a su costo de oportunidad (escoger implica renunciar) so pena de apuntalar, por una parte, un déficit fiscal continuado y por la otra, estimular en las familias el fácil sendero de delegar en el sector público la procura de recursos para financiar la satisfacción de ciertas necesidades (rentismo mental) que ellos mismos pudieran asumir, con la sola condición de contar con un empleo decente. En fin, ha de estar suficientemente claro que la supervivencia del Estado social (y benefactor) está limitada tanto por el tipo (y condicionantes) de las prestaciones que aspira (y puede) suministrar, como por la fase del ciclo económico en que se encuentre el país, ya que en una etapa expansiva variados componentes de la inversión social tienden a disminuir al ser absorbidos por el aparato productivo; mientras que por el contrario  en una fase recesiva algunos elementos del gasto social se contraen ( o deberían) por la elemental circunstancia de hacerse más difícil la recaudación de ingresos para atender el crecimiento natural y los incrementos en materia de política social. 
Es justamente una situación de desequilibrio macroeconómico y crisis recesiva, lo que debe impulsar hacia una redefinición del sector público en su rol de operador para la satisfacción de las necesidades inherentes al bienestar de la familia, previa revisión del esfuerzo compartido. 
En consecuente comportamiento, ha de revisarse lo relacionado con el desplazamiento que ha sufrido el sector empresarial en su participación en la conformación del PIB como reacción a la imposibilidad de competir con las perversas importaciones subsidiadas, con obvio efecto sobre la desaparición de su responsabilidad social, que en lo sucesivo lo intenta cubrir el Estado en un papel de máximo patrón aumentando de tal forma su tamaño y por ende cambiando su ya complicada estructura organizativa por una más pesada, lenta e ineficiente.
En la existencia de un Estado social de gran tamaño, que ahora aumentará sus complicaciones ante el anuncio que el venidero 28/11 se instalará para la reactivación del tejido empresarial el Consejo Presidencial del Gobierno Popular de la Clase Obrera ,  puede  encontrarse la razón de la ausencia de materia económica fundamental al momento de aprobarse el pasado 18/11 según Gaceta Oficial No 40.543 unas 28 leyes “vinculadas con la economía” y destinadas a “la diversificación, el crecimiento y el desarrollo económico de la patria”, donde no se incluyeron temas trascendentes como la sobrevaluación, un plan antiinflacionario, el ajuste cambiario (reducción del subsidio cambiario), una flexibilización del control de cambio, una política monetaria, la monetización del déficit fiscal (emisión de dinero inorgánico), caída del PIB, desequilibrio de la balanza de pagos, desabastecimiento y escasez, dependencia alimentaria, situación critica de las reservas internacionales (especialmente las operativas), estímulo a la inversión productiva (nacional y extranjera, pública y privada) y un largo etcétera. Se desprende entonces, que las leyes en comento están dirigidas al hecho fiscal (reforma tributaria y fiscal) con la finalidad de aumentar los ingresos, cuyo monto reducirá muy poco (cerca del 2% del PIB) el actual déficit fiscal (superior al 20% del PIB), con el agravante que no se hace mención alguna sobre la obligante reestructuración del tamaño del Estado, con la finalidad de elevar la eficiencia del gasto público y así poder disminuir su monto; lo cual debe complementarse con la  devolución a la economía del uso de los factores de la producción.
Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com          
@jesusalexis2020

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MIGUEL BAHACHILLE M., ¿SE PUEDE CONTINUAR ASÍ?

MIGUEL BAHACHILLE M.
A partir del 2000 la nación entró en un período de nihilismo hedonista y frenesí colectivo estimulado por un populista que creyó "ganarse el mundo" con la riqueza provenida del incremento de los precios del petróleo. Se crearon programas inorgánicos (Misiones) que ahora se revelan como sosiegos engañosos y utópicos. 

Chávez se valió del "buen viento político" para modificar mediante un dudoso referéndum (2009) la todavía nueva Constitución, por cierto suscitada por él, que en nada favoreció lo sustancial de nuestra sociedad. Por el contrario el cambio fue para instituir lo peor: la reelección presidencial indefinida.

Comienza así la debacle. "De repente" un número creciente de trabajadores y aprendices de intelectuales se descubrieron enemigos de la economía de mercado de la cual habían usufructuado desde su nacimiento para inscribirse en un hosco proceso cuyo epílogo es la decadencia del país. Por otra parte, también "de repente", casi todos los medios soslayadamente se "hermanaron" con la revelación revolucionaria, pero eso sí, sin descuidar el llenado de sus busacas.

Gobierno y medios, en conjunción, generaron o reforzaron mensajes promovedores de la nueva mentalidad revolucionaria para convencer al pueblo de la vacuidad y naturaleza destructiva de los valores del capitalismo; que los jóvenes de origen humilde estaban en mejor condición para juzgar lo que ofrece el socialismo contra la "pútrida sociedad de consumo". Miles de millones en publicidad se destinaron y siguen destinándose para desfigurar el ímpetu de jóvenes inconformes en vez de promover su progreso.

El epilogo de esa utopía, una vez agotados los recursos semánticos aunque no del todo los financieros, es la más rotunda frustración colectiva tanto en lo social como en lo económico. El intervencionismo trajo consigo incertidumbre e incremento de los conflictos. ¿Soporta el país la continuidad de los edictos que rezan?

1-Aceptar que la inflación del 2014 de 75% (según Fedecámaras) se prolongue como patrón de consumo para los años sucesivos. La revolución se mueve por sus propias motivaciones. La carestía será atendida combatiendo "la guerra económica".

2-Resignarse ante la violencia de grupos parapoliciales (Colectivos). Estimular la manumisión humanista de condenados por crímenes, así sean atroces, que logren dominar 4 idiomas. Seguir obviando la anarquía incontrolada de motorizados que crean un clima de miedo comparable al de los países en conflagración.

3-Desestimar las condiciones arruinadoras de la infraestructura vial y desaplicación de las leyes de tránsito ante los frecuentes accidentes de transportes masivos con saldos mortales.

4-Obviar los factores de corrupción sobre cualquier gestión rutinaria ante entidades con potestad de otorgar documentos públicos; o al adquirir bienes de consumo ordinarios controlados por el Estado como cemento y cabilla.

5-Estimular la huida de jóvenes que buscan referentes en países desarrollados y premiar a aquellos que permanezcan en el país obviando la carencia de profesores en Matemáticas, Física y Química. ¡La revolución no los necesita para su designio igualitario!

6- Derogar la "mala costumbre" de médicos venezolanos que insisten formarse en las prestigiosas Escuelas de Medicina tradicionales e inscribirse en el auge yerbatero traído de Cuba. Los medicamentos patentados están en revisión pues sólo sirven para enriquecer a corporaciones extranjeras usureras. ¡Fuera esos médicos!

No, no se trata de ironías sino de una latente realidad. El país vive un clima general de miedo y angustia en el cual la gente consagra su ingenio para protegerse del ambiente hostil y no para producir ideas constructivas. El Gobierno insiste con diatribas para minimizar opiniones divergentes como prolegómeno para que el pueblo asimile "en paz" el plan oficial pleno de incoherencias. La pregunta es si esto va a continuar así. La decisión está en el pueblo. El año entrante es una ocasión real para optar por el cambio. "Elecciones legislativas".

Miguel Bahachille M.
miguelbmer@gmail.com

@MiguelBM29


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JESUS ELORZA GARRIDO, CHAO CONTIGO

JESUS ELORZA GARRIDO
Durante el desarrollo de su discurso, en el Congreso de los Trabajadores Socialistas, el camarada Nicolás, comenzó a sentirse incomodo, al observar desde la tribuna donde se encontraba, que algunos delegados abandonaban el recinto. Pensó, que a lo mejor sus palabras no tenían la fuerza suficiente para atraer la atención de sus militantes y optó por radicalizarlas.

Camaradas, grito con fuerza, en los próximos días, voy a firmar los decretos de un paquete de leyes por la vía habilitante. Las mismas estarán orientadas a la lucha contra la guerra económica imperialista que la oligarquía ha emprendido contra la revolución. Ya  ordené, que las repartieran a todos los presentes en este congreso revolucionario de los trabajadores para su inmediato análisis y consideración….aplausos y murmullos en el recinto. Al rato, la incomodidad se transformó en arrechera, al ver que un grueso numero de “simpatizantes” ondeaban banderas blancas para interrumpirlo……y dándole un coñazo al pulpito, los increpó, diciéndoles ¡¡¡Donde están las banderas de la MUD!!!....esas banderas no representan la revolución.
Ante, esa incomoda situación, los militantes que portaban las cuestionadas banderas, optaron por retirarse del salón, no sin antes, dejar en claro que lo hacían como un acto de protesta por  las agresiones verbales pronunciadas en su contra y para ir al Sambil antes de que lo cierren….
Nicolás sintiéndose ofendido, de manera soez y vulgar dio rienda suelta a las mas variadas expresiones escatológicas, diciendo “Ustedes, me exigen que le eche bolas todos los días, mientras ustedes se marchan de la asamblea”…no me jodan, traidores, los revolucionarios debemos tener un pacto de sangre para defender la revolución socialista….no para ir a los centros comerciales del imperialismo.
Pero, de la arrechera, pasó a una situación de preinfarto, al ver como los delegados camaradas, comenzaron a abandonar el recinto….. Tirándosela de cómico, preguntó al estilo de Eudomar Santos ¿Qué es lo que esta pa sopa?
La respuesta, de los camaradas que se iban, no se hizo esperar…..coño Nicolás, anuncias sin vaselina que los trabajadores te pedimos el aumento de los precios de la gasolina, cuando nosotros no hemos dicho esa vaina….te pusiste de acuerdo, con el ahora llamado, Miliciano Obrero Wills Rangel para tomar unilateralmente esa decisión. Bueno, los trabajadores organizados en la Asociación Revolucionaria de Taxistas del 23 de Enero, no estamos de acuerdo, con tu paquetazo neoliberal, no vamos a pagar el costo del despilfarro de tu gobierno...por eso nos retiramos, de esta farsa de congreso.
Epa Aristóbulo, ¿pa donde vas tú?, le preguntó Maduro….
- Pa donde va a se, pal carajo….como se te ocurre subir a 27% el impuesto al lujo ahora que me acabo de comprar mi yate y mis motos de agua, no me jodas chico…y la mayor calentera, la agarre cuando leí, en tus proyectos de leyes, el impuesto de 50%  al whisky….yo que tomo solo 18 años, ahora me quieres reducir, con tu reforma tributaria, a beber solo cerveza…tú lo que pareces ser, es un empleado de Lorenzo Mendoza….vámonos pal coño, les ordenó el negrito a todos los funcionarios de la gobernación que lo acompañaban…..chao contigo.
Cientos de viceministros y vicepresidentes de organismos públicos e institutos autónomos, se hicieron solidario con el retiro masivo del congreso, alegando que las medidas económicas anunciadas los afectan directamente y que no pueden considerarse lujos sus camionetotas, sus viajes, sus apartamentos, sus quintas en el Country Club ya que todos esos bienes fueron obtenidos con el “sacrificio revolucionario”
Viéndose solo y al borde de un ataque de nervios, comenzó a llamar a Cilia…Cilia... Cilia…pero no respondía. El cubano, jefe de seguridad, se acercó para susurrarle en el oído “La primera combatiente, se retiró, hace rato, porque no aceptaba el impuesto a sus joyas y carteras Louis Vuitton y dejó dicho, que esta noche no le daba lo suyo por ese atentado contra la modesta elegancia socialista y revolucionaría.
Coño, ahora si me jodi, estoy completamente solo……desesperado, agarró de nuevo el micrófono para anunciar, que había introducido una reforma al paquete de leyes habilitantes…..La Reforma Tributaria señalada en las leyes, solo será aplicable a las personas naturales y/o jurídicas que no estén inscritas en el Partido Socialista Unido de Venezuela…..Patria o Muerte.
Al escuchar esto, los camaradas delegados regresaron al  congreso, felices y contentos.
Jesus Elorza Garrido
jesuselorza@hotmail.com
@jesuselorza

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ALFREDO MICHELENA, “SAPEO INTERNACIONAL”

ALFREDO MICHELENA
Más de una vez, Chávez declaró que Venezuela tenía espías en EE.UU., incluso en la CIA. Que estaba, según sus palabras, “espionando” al imperio. Esto se ha venido comprobando. Lo de la CIA por el descubrimiento de espías cubanos en ese organismo. El Finado siempre consideró que somos lo mismo: Cubazuela. Ahora, un amplio reportaje del Nuevo Heraldcuenta con pelos y señales como opera la inteligencia venezolana en el norte. 

Bueno, algunas cosas que se saben.

Luego de la expulsión de la cónsul de Venezuela en Miami, Livia Acosta, quien es ahora  la número dos en la división de operaciones internacionales de la inteligencia venezolana (SEBIN),  por estar vinculada a un intento de espionaje y saboteo electrónico,  junto a los iraníes, así como de la expulsión de varios agentes del SEBIN  y el cierre del consulado venezolano en Miami, el régimen retiró los agentes de inteligencia que operaban desde las embajadas.
Ahora mantienen una red de “cooperantes”. Personas captadas por el SEBIN o miembros de los varios grupos de apoyo a la revolución bolivariana, como los  Círculos Bolivarianos o captados en seminarios o actividades culturales. Esto no es gratis, se les paga por su información, entre $1,500 y $10,000 mensuales.
Estos “cooperantes”, junto a los del G2 cubano, forman una poderosa logia de espías que junto a los  "apoyadores incondicionales” del régimen -aquellos que sienten que defender a los pobres o acabar con el imperio, es una cuestión de hacer una revolución, aunque haya que oprimir a millones de seres humanos- son el brazo clandestino y semiclandestino del régimen. Cada vez más hay denuncias de que el régimen chavista junto a sus aliados espían en sitios como EE.UU. y Canadá. Es el caso de la entrega de pasaportes venezolanos para insertar extremistas islámicos y espías iraníes en Canadá, que ha sido ampliamente denunciado.
El mundo de los espías, de James Bond, de Mata Hari o de Juan Pujol alias “Garbo”, parece muy glamoroso. Pero bajemos a nuestra realidad. Aquí en Venezuela los llamamos “sapos”. Claro, han querido darle glamour llamándolos “patriotas cooperantes”, pero misión es “sapear” a aquellos que “ efectúen actos contrarios al régimen” y a sus propios compañeros de partido. Es oficial. Maduro y otros dirigentes del PSUV lo confirmaron. Hay un número de teléfono y un email para el “sapeo”. De allí a denunciar a padres y hermanos no hay sino un paso. La “sapocracia” ¿habrá llegado para quedarse?
Alfredo Michelena
alfredomichelena@gmail.com
@Amichelena

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SIMON GARCIA, LA UNIÓN NO ES UN MITO,

SIMON GARCIA
Dentro del modelo socialista autoritario no hay solución a la crisis. Puede que se persiga la ilusión de un Dakazo, pero si el gobierno continúa la destrucción del aparato productivo privado y la redistribución de la renta con fines fundamentalmente políticos se le terminará de partir el serrucho. Mientras el avestruz oficialista más se auto entierre, mayor será el desastre que tendremos que afrontar todos los venezolanos.

            La experiencia de estos quince años contiene elementos positivos, aunque sus aspectos  destructivos, que se han multiplicado los dos últimos años, comienzan a marcar la valoración global. Los fracasos se reproducen por todos lados. El más visible es que vivir en Venezuela supone un batallar con las más cotidianas realidades.
            La crisis del modelo, la errada gestión de Maduro y la pérdida de las motivaciones originarias han resquebrajado transversalmente al chavismo. Todas las corrientes y grupos dirigentes capaces de expresar críticas y llamados de cambio de rumbo del proceso, intentan salvaguardar lo que consideran un proyecto revolucionario. En su mayoría tienen una trayectoria que les da autoridad para levantar una disidencia por razones de principio.
            Respecto a los seguidores el mapa es más movido. Unos se sienten abandonados y excluidos.  A otros, la decepción  no les da ánimo para seguir poniendo sus hombros para que otros trepen. Finalmente, están los que, resistiendo los embates de la cúpula burocrática, expresan abiertamente sus malestares, porqué ya no se resignan a santificar todo lo que hace o deja de hacer el gobierno.
            En la Venezuela de hoy el descontento es el consenso.  La pregunta es si pueden llegar otros consensos desde nuevos espacios de convivencia y limpia confrontación entre quienes, teniendo proyectos políticos opuestos, comienzan a actuar juntos para tener más fuerza y eficacia en la defensa de intereses existenciales que les son comunes. La ideología se guarda para otros temas.
            Si este escenario, que ya está manifestándose en la base de la sociedad, adquiere significación nacional, entonces debatir sobre la transición (ocurra cuando corresponda)  aumentará la posibilidad de su evolución pacífica y constitucional. Y ocurrirá, al margen del gobierno, que sigue empecinado en reimponer una alta polarización y evitar el menor gesto de aproximación con la Venezuela que tiene una visión de la democracia, de la economía y de la política diferente a la que se dicta desde Miraflores.
            Dialogar para unir es distinto a hacerlo para dejar las cosas tal y como están. El diálogo con y entre los sectores populares es más bien una herramienta de lucha, un esfuerzo por reconocer que el otro, el que piensa distinto y contrario a nosotros, también tiene derecho a dar su aporte para definir y defender el tipo de sociedad que nos merecemos. Hay un buen punto de partida: ellos y nosotros buscamos cambiar el rumbo actual, sin reponer los vicios, carencias y limitaciones que contribuyeron a la crisis del proyecto democrático 1958/1989 ni las que condujeron al fracaso del ciclo 2000/2015. 
            Es hora de intentar innovaciones en la estrategia de la oposición y esbozar un modelo alternativo que conjugue bienestar con igualdad, propiedad privada con solidaridad, justicia social con ejercicio efectivo de los derechos. A partir de esos y otros supuestos mínimos, ¿podremos redefinir pluralmente las bases de la Venezuela del siglo XXI?
            Es un tema que hay que resolver previo a deshojar la margarita entre revocatorio, constituyente, renuncia o elección presidencial. Y hay que resolverlo porque el gobierno está llegando a un punto de pérdida de legitimidad y apoyo social que pudiera incapacitarlo para encarar una transición hacia la democracia.     
            Existen otros riesgos y desafíos de monta, pero el agravamiento de la crisis empuja a la oposición a desanudar un primer dilema: ¿aprovecha la crisis sólo para fortalecerse o paga el costo de convertirse en un sujeto político que se hace responsable de las medidas para sacar al país de esta crisis y para reducir sus graves efectos sobre los sectores más vulnerables?
            2015, año electoral. Tiempo para combinar las diversas formas de lucha para disputarle democráticamente el poder al autoritarismo y para abrir un ciclo de cambios con unidad nacional. No podemos escapar del futuro: encontrarnos es lo mejor para el país.
Simon Garcia
simongar48@gmail.com
@garciasim

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ENRIQUE MELÉNDEZ, EN TIEMPOS DE REVOLUCIÓN

        
ENRIQUE MELÉNDEZ
Este ministro Rodolfo Marco Torres, si él se diera cuenta de lo que dice; con su cara de mareado, afirma: “Ya a mediados de 2015 habremos vencido la guerra económica”. Si él se diera cuenta –digo, se reiría de sí mismo. Esta simpleza la ha esgrimido, a propósito del conjunto de leyes, que acaba de aprobar el gobierno de Maduro, a través de la Ley Habilitante, y las que parten de criterios equivocados; desde el mismo momento en que hablan de una supuesta especulación, y que es donde está presente la parte de terror de este régimen, en especial, contra el empresariado nacional.

         Hay hechos aquí, que semejan mucho el proceso de la revolución francesa: el reino de Luis XVI arrastraba una pesada deuda; originada por la vida muy dispendiosa, que se vivía en el Palacio de Versalles; llega un momento en que ya no se puede, y hay que tomar medidas económicas urgentes; que acaben con el derroche palaciego; Luis XVI no se atreve, porque esa es la vida de su régimen: mantener a una nobleza muy exquisita y con un altísimo nivel de existencia; cuyo financiamiento corre a cargo del pueblo; que tiene que honrar hasta tres impuestos.
         Aquí ocurre lo mismo: hay que cortarle el financiamiento a esa vida dispendiosa, que se lleva en Miraflores, y por extensión en La Casona, y Maduro no se atreve. Incluso, hay una cierta analogía en cuanto a la desmesura física que se nota tanto en uno, como en el otro; pues, mientras Luis XVI no cabía de lo obeso; éste sobresale en tamaño; lo que ha dado lugar a apelativos como el de “Platanote” o, como le dice mi colega Pedro Llorens en su columna de El Nacional: “Pánfilo Bigotón”.
         Ambos con mujeres que se hacen notar en la política; por supuesto, siendo la famosa y muy odiada por el pueblo María Antonia, a causa de sus relaciones extramatrimoniales, más aparatosa que la “dulce” Cilia, y la que ahora se ve mínima, al lado de ese gigantón, que parece demasiado hombre para ella, como se suele decir algunas veces.
         He allí lo que da al traste con ese régimen; mejor dicho, con ese desgobierno; cuya descomposición da lugar a uno de los regímenes de terror más crueles, que haya conocido la historia de la humanidad; que comienza con el corte de cabeza de Luis XVI, y se va a extender hasta el último de los nobles, que convivió con él en Versalles, el palacio más hermoso del mundo. A continuación se van contra la productores, y a los que comienzan a acosar con impuestos; al tiempo que los acusan de acaparadores; se trata de un gobierno de pobres, como lo define Robespierre, y así que lo que se le quita a los ricos, se reparte entre los pobres.; lo que a la larga va a lugar al quiebre del aparato productivo; cosa que se niega a admitirlo el régimen; obligando a los propietarios, so pena de conducir a la guillotina, a no cerrar las puertas de sus empresas; al tiempo que se forma un comité, una especie de Superintendencia de Costos y Precios Justos; que preside hoy esa suerte de comisario bolchevique conocido como Andrés Eloy Méndez; sólo que dicho comité estaba compuesto por tres miembros, y quienes eran los encargados de inspeccionar y requisar la producción agrícola de todo el país, a los fines de combatir el acaparamiento, luego al precio en que eran vendidos cada uno de los productos, para evitar la especulación.
         Si acaso se descubría un caso de acaparamiento; entonces, se decomisaba el producto, en cuestión, y se repartía entre los pobres; como decir hoy en día, se distribuye por las cadenas de Mercal y Pdval, cuando a uno de los funcionarios de Méndez le da por calificar al inventario de determinado comerciante un producto acaparado. Nada de esto es nuevo; ya se ha visto en la historia.
         Incluso, Robespierre en las tribunas de la época acusaba a William Pitt, primer ministro inglés de la época, a instigar contra la revolución francesa, y así hablaba de que este señor financiaba a traidores dentro del territorio francés, a los fines de que generaran turbulencias sociales, en un intento por alterar el clima de tensión política, y sabotear, en ese sentido, a la revolución. ¿No es esto muy parecido a lo que hemos visto a lo largo de estos años, a propósito de un discurso, heredado del castrocomunismo, basado en el antiimperialismo norteamericano?
         Porque, en efecto, todo régimen de terror, basado en el populismo, lo primero que hace es diferenciarse de alguien; designar un sujeto enemigo, a quien se la sataniza, y nada más fácil como fomentar lo que el marxismo conoce como la lucha de clases; así hay un sector favorecido, y al que se le premia con todo, sólo que a cambio de su voluntad, y esta especie de compra de almas se lleva a cabo bajo dos recursos; primero, el de la prebenda; segundo, el de la banda armada, que amedrenta a toda forma de disidencia, y que sirve, al mismo tiempo, para acosar a los productores; promover invasiones; que es lo que ha llevado a la pérdida del aparato productivo.
         Claro, ese argumento del ministro Torres no forma parte sino de una forma de ignorar a la opinión pública; que es lo que hay en el fondo del cínico; que dice cualquier cosa, a propósito de uno de sus actos de irresponsabilidad; quizás, porque se siente señalado; habida cuenta de que más de un economista le ha dicho al gobierno, que el verdadero enemigo, instigador de esa guerra económica es el gobierno. Ahora, esa forma de idiotez es preocupante, si se parte del hecho de que la misma lo que traduce es que el gobierno no le piensa hacer caso a las advertencias, que le vienen formulando economistas, incluso, identificados con la corriente oficial, en el sentido de que tiene que admitir que el modelo de política económica, que se implantó desde la época de Chávez, fracasó; en segundo lugar, aplicar un plan de ajuste, asesorado por el FMI.

Enrique Melendez O.
melendezo.enrique@yahoo.com
@emelendezo

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ÁNGEL LOMBARDI, REALIDAD Y UTOPÍA DE LA FRATERNIDAD EN AMÉRICA LATINA Y LA EDUCACIÓN COMO FACTOR DE IDENTIDAD, INTEGRACIÓN Y UNIDAD

ÁNGEL LOMBARDI
I
América, una idea difusa y confusa
  
América, para los europeos, de 1492 en adelante, es una idea difusa y confusa, proyección de todas las leyendas y mitos de la antigüedad, como la Atlántida y la Última Thule, hasta imaginarla como el paraíso terrenal, tal como lo expresa en algún momento la afiebrada mente medieval de Colón.

Los navegantes, exploradores y cronistas más lúcidos, poco a poco fueron reconociendo la realidad americana como un mundo nuevo. Definitivamente no eran las tierras de Oriente, Catay y Cipango, poyección fantástica de la mitología creada por Marco Polo. No había transcurrido medio siglo del llamado descubrimiento cuando era evidente que se trataba de un Orbe Novo, es decir, un nuevo continente, intuído y experimentado por mentes renacentistas, entre otros, como Américo Vespucci y Pedro Martyr de Anghieria, que aunque nunca estuvo en América, tenía el privilegio, como secretario de la Corte, de recibir y procesar casi toda la correspondencia que venía del nuevo continente. El nombre temprano de América fue producto de una percepción equivocada de un cartógrafo que erróneamente identificó en los nuevos mapas las tierras de Colón como las tierras de Américo, equívoco definitivo y que de alguna manera ayuda a crear una idenidad fundada en la precariedad y la confusión.

La idea más persistente, en el siglo germinal del “nuevo” continente, es la utopía, coincidiendo con el libro de Tomás Moro de la misma época y con ese título. Ésta, encarna o debería encarnar en las tierras recién descubiertas. Idea que fue asumida por autores influyentes en los siglos siguientes, entre otros, Rousseau y Hegel. Así fue como, de manera intelectual y eurocéntrica, terminamos definidos y asumidos como el continente del futuro, la tierra de la utopía y nuestras élites se lo creyeron y así lo proyectamos en nuestros sistemas constitucionales, educativos, mentalidad y cultura hasta nuestros días. La literatura terminó sustituyendo a la historia, y el mito-histórico fue nuestra particular mitología de tierra-paraíso. Los del norte se lo han creído y creen haberlo construido, y los del sur seguimos pensando que nos toca construirlo.

Conceptualmente vivimos en estas tierras del sur, de ambigüedades identitarias y confusiones antropológicas-culturales. Nos dejamos arrebatar la condición de americanos y asumimos los nombres que el colonialismo francés impuso, en su empeño por regresar a sus colonias americanas, y de paso, justificar la invasión a México. Así se impone la idea, concepto y nombre de América Latina, una falsa identidad antropológica, que de entrada excluía a aborígenes y africanos. Una identidad por oposición al norte, blanco, anglosajón y protestante (wasp).  La referencia más antigua sobre el uso del concepto América Latina lo encontramos en Eugenio María de Hostos, en 1854, en una gacetilla que publicaba en Nueva York en su lucha a favor de la independencia de Puerto Rico, su patria. “América Latina” y “Latinoamericano”, progresivamente fue asumida por la mayoría gracias a su éxito mediático hasta desplazar otras denominaciones o nombres como Ibero-América, Luso-América, Hispano-América, Indo-América, inclusive fue dominante con respecto al Pan-americanismo que los norteamericanos trataron de imponer como un complemento y continuidad de la doctrina Monroe y que sirvió de basamento ideológico a la creación de la OEA. Desde el punto de vista político, literario y cultural, sin lugar a dudas, hoy es nuestra palabra identitaria por excelencia, la condicion de latinoamericano, como expresión de una identidad agredida y humillada por el norte anglosajón y reivindicada siempre como un proyecto que identifica nuestra tierra con el futuro y la utopía. Esto lo asumió de manera militante toda la élite intelecutal del siglo XIX y buena parte del siglo XX y quizá uno de los más emblemáticos es el uruguayo José Enrique Rodó, con su famoso libro Ariel (1900) en donde el norte agresivo e imperialista representaba la materia, con toda su connotación negativa, y estas tierras del sur, el espíritu. Siempre sucede así, cuando la realidad nos es adversa terminamos huyendo de nosotros mismo creando nuestra propia mitología.

II
América, una y múltiple

La visión unitaria del subcontinente, de México a la Patagonia, terminó opacando las profundas e importantes diferencias locales, regionales y nacionales de nuestros diversos países. No terminamos de entendernos en nuestras características antropológicas, culturales, sociales, económicas y políticas, y por consiguiente, no terminamos de asumirnos en la realidad-real. El mito historiográfico nacional con su ideología nacionalista y la mitología literaria tienden a prevalecer sobre los procesos reales que nuestros pueblos han vivido y padecido.

El subcontinente latinamericano (incluído el multi-diverso Caribe) pese a sus diferencias, tiene una poderosa identidad compartida, de tipo cultural y espiritual, de lengua, religión e instituciones, y al mismo tiempo, un fecundo mestizaje en todos los órdenes antropológicos culturales, incluído nuestro poderoso sincretismo. La historia colonial, sin lugar a dudas, homogeneizó el continente en términos políticos, jurídicos, religiosos e institucionales y eso permitió que nuestros procesos emancipadores fueran coetáneos e imbricados e interconectados entre ellos, tanto, que se llegó a plantear, y realizar de manera parcial, procesos unitarios importantes, como por ejemplo la Unidad Centroamericana con México. La Gran Colombia, proyecto iluminado de Simón Bolívar, que el historiador Castro Leiva, llamó la “ilusión ilustrada”, y más al sur, la Unidad del vasto continente brasileño y las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Como consecuencia de la independencia, el continente al sur, se asumía grande y unido, pero la realidad fue otra, el surgimiento de élites y oligarquías locales que impusieron la idea de patria grande como discurso y patria pequeña como realidad y que terminó definiendo los proyectos de estados nacionales que todavía hoy subsisten.  Si las guerras emancipadoras imponían una visión estratégica unitaria continental, la realidad de los intereses concretos impuso las realidades integradoras de los estados nacionales, creándose al efecto dos dinámicas, al norte, los Estados Unidos, un proyecto federal en permanente crecimiento territorial y de poder, y al sur, los Estados DesUnidos, con fronteras precarias y algunas de ellas, todavía hoy, en discusión, y con lazos neo-coloniales en el proceso economía-mundo que liderizaban europeos y norteamericanos.

Con la doctrina Monroe (1823), oficialmente cancelada por el gobierno de Obama en el 2014, se pretendió “unir” el continente bajo la guía y dominio norteamericano, que no era otra cosa que el designio colonial e imperial de la potencia emergente y que en el siglo XX se continuó con la doctrina del panamericanismo, y unas décadas después de la creación de la OEA, el proyecto integracionista de la ALALC bajo el tutelaje norteamericano y que en la práctica continuó con los diversos tratados de libre comercio que se han venido propiciando y firmando.

En una perspectiva dialéctica inevitable frente al expansionismo norteamericano surge una fuerte corriente latinoamericanista que se potencia con el triunfo de la Revolución Cubana (1959) y que nos coloca de manera absoluta en la historia universal, primero como países tercermundistas en alianza estratégica con países de Asia y África (el tricontinental), y después claramente ya, formando parte de los escenarios de la guerra fría con fuertes acentos nacionalistas, aunque sin renunciar nunca al discurso integracionista.

Empezando el siglo XXI, el latinoamericanismo está en plena vigencia, y en él confluyen todos los agravios históricos sufridos por estos pueblos y todas las esperanzas que en términos reales sirven de base ideológica a diversos intereses integracionistas como el Mercosur, Unasur, Pacto Andino y los Acuerdos de los Países del Pacífico, todo lo cual ha llevado a diversas experiencias de integración, en su mayoría fallidas, o insuficientemente desarrolladas, ya que los factores políticos endógenos tienden a prevalecer y nuestras economías no terminan de desarrollarse como para sustentar un proyecto continental y global de integración efectiva y comercio internacional exitoso.

En estos procesos de integración, mención aparte merecen los esfuerzos de la Iglesia en potenciar y articular una visión compartida de América Latina y cuyo instrumento más efectivo, sin lugar a dudas, fue la creación del CELAM (Consejo Epicospal Latinoamericano) y los importantes documentos que desde allí se han producido. Producto de este esfuerzo de evangelización y lucidez son muy pertinentes algunos textos como los contenidos en el llamado “Documento de Aparecida” que insisten en la multiversidad antropológicia y cultural como riqueza y esperanza. “Los indígenas constituyen la población más antigüa del continente. Están en la raíz primera de la identidad latinoamericana y caribeña. Los afroamericanos constituyen otra raíz que fue arrancada de África y traída como gente esclavizada. La tercera raíz, es la población pobre que emigró de Europa desde el siglo XVI, en búsqueda de mejores condiciones de vida y el gran flujo de inmigrantes de todo el mundo desde mediados del siglo XIX. De todos estos grupos y de sus correspondientes culturas se formó el mestizaje que es la base social y cultural de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños, como lo reconoció ya la 3era conferencia general del episcopado latinoamericano celebrada en Puebla, México.”... “La veriedad y riqueza de las culturas latinoamericanas, desde las más originarias, hasta aquellas que con el paso de la historia y el mestizaje de nuestros pueblos se han sedimentado en la naciones, están llamadas a converger en una síntesis capaz de orientarnos hacia un destino histórico común”.

El tema de la identidad en América Latina ha sido permanente y recurrente, desde el siglo XVII hasta nuestros días, y que puede ser sintetizado, tal como lo plantea Leopoldo Zea en su libro “Simón Bolívar, integración en la libertad” en los siguientes términos “El problema de la identidad, ¿Quienes somos los hombres de esta América?; El problema de la dependencia ¿Por qué somos así?; El problema de la libertad, ¿Podemos ser de otra manera?; y el problema de la integración, ¿Integrados en la dependencia, podemos integrarnos en la libertad?. Estos interrogantes se venían planteando desde el siglo XVIII, las respuestas fueron diversas pero coincidentes en los puntos esenciales y quizá uno de los más lúcidos fue el propio Bolívar en su carta de Jamaica (1815) “Nosotros somos un pequeño género humano; poseemos un mundo aparte, cercado por dilatados mares, nuevo en casi todas las artes y ciencias, aunque en cierto modo, viejo en los usos de la sociedad civil... no somos indios ni europeos sino una especia media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: En suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestos derechos los de Europa, tenemos que disputar, éstos, a los del país, y que, mantenerlos en él contra la invasión de los invasores; así nos hayamos en el caso más extraordinario y complicado”. Esta era, y en parte sigue siendo, la visión de las élites latinoamericanas, en el sentido de asumirse españoles-americanos e intelectualmente europeos-americanos, contradicción que se mantiene hasta nuestros días, que seguimos asumiendo nuestra realidades desde la perspectiva de las ideas eurocéntricas, lo que llevó al maestro Simón Rodriguez a ironizar sobre la situación de “traer ideas coloniales a las colonias”. De allí el empeño de algunos autores, especialmente en el siglo XX, de tratar de re-pensar la realidad del Continente a partir de la propia realidad, lo que ha permitido desarrollar un pensamiento teórico sumamente importante como la llamada Filosofía Latinoamericana y la propia Teología de la Liberación.

La gran contradicción que se vive es que lo diverso no termina de ser integrado en una cosmovisión compartida que permita acceder a una fase evolutiva más avanzada y que posibilite hablar con propiedad, ya no solamente de los proyectos libertarios e igualitarios, que inspirados en la Revolución Inglesa, norteamericana y francesa, sirvieron de basamento a nuestros procesos emancipadores así como el propio pensamiento católico que apuntaló muchas de las actitudes y políticas que Lewis Hanke llamó la lucha por la justicia en América, así como nuestro incipiente constitucionalismo como es el caso de Venezuela de la Declaración de Independencia, cuyo autor principal fue Juan Germán Roscio con una fuerte influencia católica y neo-tomista en su formación y pensamiento.

III
Integración, Educación y Fraternidad

La fraternidad como necesidad, más allá del valor principista y utópico del concepto de fraternidad, la palabra olvidada de la modernidad se convierte en un imperativo categórico moral, político y económico, por la sencilla razón de las múltiples amenazas que la humanidad padece. La agonía ambiental de la tierra, el peligro latente y real del holocausto nuclear, la galopante demografía y el agotamiento de modelos socio-políticos y económicos productores de pobreza e injusticias. En consecuencia, todos los modelos de desarrollo que la evolución y la tecno-ciencia posibilitan tienen que asumirse desde la fraternidad que de alguna manera viene a ser la síntesis dialéctica de los otros dos principios de la civilización actual: la libertad y la igualdad, que conjuntamente con la fraternidad, terminan expresando y sintetizando un proceso civilizatorio todavía por construir y cuyo logro más importante quizá sea, en 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que suscribieron todos los gobiernos del mundo y que de alguna manera es la doctrina que permite identificar y definir el sistema político más adecuado a los intereses de la humanidad, dentro de un concepto evolutivo de la idea de progreso y democracia.

Estas amenazas o desafíos nos llevan a la necesidad de definir una nueva Paideia, que puede sintetizarse en la cooperación solidaria, porque cooperamos o perecemos. Es obligante trabajar por un mundo solidario y fraterno, ponerle fin a la historia cainítica, suena utópico y quizá lo sea en el corto y mediano plazo, pero sin lugar a dudas, es la utopía necesaria en este siglo XXI, que por los acontecimientos de los últimos años pareciera empeñado en repetir las tragedias que marcaron a fuego nuestro siglo XX, un siglo sin dios, según el decir de Martin Buber

En pleno desarrollo una crisis mundial de un orden que no termina de definirse ni en función de los intereses geopolíticos de las grandes potencias, ni tampoco en función de los intereses compartidos de la humanidad.

Los seres humanos existimos en y con los “otros”, en la alteridad del reconocimiento, reconocer y ser reconocidos. Esta exigencia de primer orden pudiera ser canalizada a través de un proyecto educativo inclusivo, “educación de todo para todos” y que permitiría desarrollar e integrar la humanidad en una conciencia cósmica de habitantes de la tierra, y por consiguiente, cuidadores de ella, así como cuidadores de nuestros hermanos, para poder responder afirmativamente a la pregunta que Dios le hace a Caín “¿Dónde está tu hermano? Y que pudiéramos responder de manera afirmativa: con nosotros y en acompañamiento solidario.

El problema de la integración y de la educación es su caracter histórico, por aquello que decía Hegel que lo real siempre es racional y lo racional siempre es real, es decir, que los seres humanos estamos limitados en tiempo y espacio, o como diría Ortega y Gasset, yo y mi circunstancia, o mejor sería decir, yo, mis circunstancias y mi consciencia.  Toda realidad responde a unos límites históricos en función de un presente que en realidad es, un entrecruzamiento de tiempos, en donde pueden identificarse estructuras, sistemas e instituciones. El límite siempre es la realidad y en ese sentido la realidad dominante, en términos políticos, es el estado-nación y la sociedad nacional, y en consecuencia, tanto la integración como la educación encuentran sus posibilidades y límites en la estructura de un mundo formado geo-políticamente por naciones con intereses propios y diversos. Es axiomático y universal el principio que los paises no tienen amigos sino intereses, y éstos tienden a prevalecer en las relaciones internacionales que por definición son desiguales, porque siempre una de las partes, la más desarrollada tiende a favorecerse en al relación. Otro tipo de integración, ya no comercial sino ideológica, que termina creando unidades trasnacionales artificiales, cuyo ejemplo más importante, sin lugar a dudas, es la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). No importa la motivación de las relaciones internacionales, lo cierto es que el factor nacional sigue siendo el dominante, con su sentido sectario, desintegrador y poco solidario, como una especie de autarquía espiritual, a pesar de que sabemos que que ninguna nación es viable por sí misma.

Una situación parecida se vive en el plano educativo, la educación nacional con su visión local y nacionalista tiende a prevalecer sobre cualquier otra perspectiva, de allí que la educación se agota en el plano nacional, entre una formación profesional o utilitaria y una formación de visión profundamente nacionalista, inclusive en el campo de los valores, muchos de ellos terminan siendo expresión de intereses y particularidades locales y nacionales, conspirando todo ello frente a una visión de un mundo integrado e interdependiente y una humanidad única acompañándose en la solidaridad. En nuestras escuelas se siembra el germen del patriotismo que cada día termina siendo no solamente anacrónico sino inconveniente para las necesidad y fines de la nueva humanidad.

Dice Kant, que la conciencia nunca puede exceder la experiencia, y si esto es así, la experiencia de la mayoría de los habitantes del planeta no excede más allá de las fronteras locales y nacionales, clanicas o tribales. Lo extranjero y el extranjero sigue teniendo una fuerte carga negativa de exclusión y de diferencias, a pesar del cosmopolitismo de la época y la globalización en curso. Estos son algunos de los límites históricos que nos impone la realidad y que tenemos que tomar en cuenta para tratar de trascenderlos en  una nueva paideia y un nuevo proyecto educativo que nos permita acceder a una consciencia y unas posibilidades que no se agoten en el presente-pasado sino en un presente-futuro. Tenemos que asumirnos con total vocación y convicción como “contemporáneos del futuro” y de esa manera, las diversas ideas y planteamientos y discusiones que se vienen dando en torno al tema de la fraternidad cobran vigencia y pertinencia.

En el diálogo en desarrollo en torno al tema de la fraternidad hay que replantearse totalmente los contenidos de los diversos programas del currículo de nuestros sistemsa educativos y es fundamental al respecto, formar al nuevo educador (educar a los educadores no solamente es un aggiornamento con respecto a los nuevos paradigmas y tecnologías sino la necesidad de re-situarlos en un horizonte de valores que respondan a los desafíos del siglo XXI). Al respecto son útiles los planteamientos que se vienen haciendo en las últimas décadas, una Ética Universal del teólogo Hans Kung o el filósofo Edgar Morín con su Ética de la solidaridad, Ética de la comprensión y una Ética del género humano. Siendo la diversidad antropológica y cultural una riqueza, termina siendo limitante para una visión universal y ecuménica del género humano. Hay que asumir la experiencia-consciencia del navegante del espacio, cuando visualiza desde éste, la morada-tierra y no la particular nación a la cual pertence, no puede sentirse menos que terrícola, habitante de la tierra, lo cual nos obliga a preservarla y a sobrevivir sobre ella en paz y acompañamiento fraterno.

Nota: “El principio olvidado: La fraternidad” En la política y el derecho. Antonio M. Baggio (comp.)
“La fraternidad en perspectiva política” Exigencias,  recursos, definiciones del -principio olvidado-. Antonio M. Baggio (comp.)
“Estudios recientes sobre fraternidad” De la enunciación como principio a la consolidación como perspectiva. Osvaldo Berreneche (comp.)
“Fraternidad y conflicto” Enfoques, debates y perspectivas. Pablo Ramírez Rivas (comp.)
“La brasa bajo la ceniza”. La fraternidad en el pensamiento de la integración latinoamericana. Un recorrido. Domingo Ighina.
“Fraternidad e instituciones políticas”. Propuestas para una mjor calidad democrática. Lucas Cerviño (comp.)
“Fraternidad y educación”. Un principio para la formación ciudadana y la convivencia democrática. Rodrigo Mardones (ed.)

Colección codirigida con la RUEF (Red Universitaria para el Estudio de la Fraternidad): espacio académico integrado por docentes, investigadores, graduados y alumnos avanzados de múltiples disciplinas, que pertenecen a diversas universidades de América Latina. (www.ruef.net.br)

Ángel Lombardi
alr.lombardi@gmail.com
@angellombardi

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