BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

martes, 27 de agosto de 2013

VLADIMIR VILLEGAS, LA POLARIZACIÓN MEDIÁTICA

He recibido comentarios de diverso tenor con respecto a mi artículo de la semana pasada sobre la situación que hoy se vive en Globovisión, luego de la renuncia de varios anclas y periodistas de larga trayectoria dentro del canal, y buena parte de esos comentarios apuntan a la necesidad de que no se le puede pedir equilibrio a este medio de comunicación audiovisual porque ello generaría un mayor desbalance, dada la inalterable línea informativa de los medios del Estado.

Por diversas vías he recibido críticas a mis posiciones frente al tema, y esas críticas lejos de hacerme dudar me ratifican la necesidad de que los medios, públicos o privados, no jueguen un rol promotor de la polarización, de la división entre los venezolanos. 

Me reprochan que no haga una crítica a los medios del Estado, y que me concentre en poner en tela de juicio la línea de Globovisión antes de la operación de compra venta finiquitada hace ya varios meses. Pues quiero recordarle a mis críticos que durante largos años he cuestionado el rol de los medios del Estado, su carácter de medios parcializados, sometidos a una línea político-partidista. Basta con buscar en los archivos de El Nacional mis escritos al respecto.

Ni tengo la lengua amarrada ni tengo miedo de ratificar mis críticas al modelo de medios públicos imperante en el país. Creo que tienen que ser sometidos a lo que ahora se denomina una “reingeniería” para que se comporten como lo que en teoría son, medios del Estado, y no medios para que un gobierno o un partido los utilicen como sectarias correas de transmisión de líneas políticas, ante las cuales pueden sucumbir incluso quienes, sin dejar de ser chavistas y maduristas, tienen críticas frente a cualquier decisión de carácter político, económico o electoral que no sea de su agrado.

Estamos en un magnífico momento para el debate sobre el rol de los medios públicos y privados. Los extremismos de uno u otro signo pierden capacidad de convocatoria, los matices comienzan a verse, aún en forma borrosa, pero cada vez con más claridad. La sociedad, de la cual forman parte chavistas, opositores, independientes, indiferentes, radicales, conservadores, dogmáticos, pragmáticos y otras categorías de ciudadanos no sometidos a la dinámica polarizante, espera mucho de los comunicadores sociales y de los medios. Tal vez esperan más de lo que se pueda dar, pero cada vez hay más conciencia de que la polarización no puede seguir contaminando la información en nuestro país, porque la verdad termina siendo la primera víctima en estas circunstancias.

El presidente Nicolás Maduro está anunciando cambios en algunos medios del Estado. Vive TV pasará a llamarse TV Comunas, y el domingo leía una nota sobre la creación de VTV Noticias. En cuanto a este último anuncio, sólo queda esperar y aspirar a que sea un canal realmente abierto, capaz de superar lo que hasta ahora hemos visto como política informativa de los medios públicos.

Si se recrimina que en algunos medios audiovisuales privados sólo se destacan las noticias negativas, cosa por cierto cada vez más discutible, no hay manera de negar que desde los medios públicos continúa presentándose  una realidad edulcorada, sin espacio para la denuncia, la crítica y la disidencia, lo cual termina siendo contraproducente para el mismo Gobierno.

 Ese esquema de medios polarizados, desequilibrados y empeñados en amoldar la verdad a intereses particulares y no colectivos es parte de los males que como país tenemos que superar. Por fortuna, cada vez hay más conciencia de esa necesidad.

Vladimir Villegas ‏
@Vladivillegas

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ENRIQUE MELÉNDEZ, LA VERDAD ES LA IDEOLOGÍA, CASO GLOBOVISION,

         Ciertamente, lo que vimos fue el efecto dominó; luego de la salida de Chúo Torrealba de Globovisión, y que fue lo que degeneró de inmediato en la avalancha de renuncias de las figuras más prominentes de esta planta televisora; desde Leopoldo Castillo, hasta la Rodríguez, la Párraga, la Lavaud, la Mujica; quienes lo llenan a uno de orgullo, el hecho de ser colegas de ellas, habida cuenta de que han puesto, por encima de una posición privilegiada que, seguramente, no era mal remunerada en el canal de noticias, los principios éticos de nuestra profesión.
        
De cajón, me dije yo cuando trascendió que Leopoldo Castillo había renunciado al programa bandera, por excelencia, de Globovisión, como era el famoso Aló Ciudadano; cuya conducción, digamos de paso, la había ejercido por años,  estamos ante una nueva Venezuela. He allí el caso de un Estado; donde existe libertad de expresión, pero la que comienza a caer en desuso; porque la estrategia aquí es endógena. Es decir, aquí la posesión de un medio se llevó a cabo, no de una manera arrebatada, como ocurrió en el caso de RCTV, sino como si se tratara de una gangrena, que cunde en la estructura de un medio, y poco a poco se va apoderando de la misma. Es una guerra que le ha ganado este gobierno autoritarista a este sagrado principio, que se estableció en la primera declaración de los derechos humanos; con la vista gorda de la sociedad civil, y que está como hipnotizada, en trance de abulia; casi dijéramos que sufrimos de ese síndrome, que se conoce como el de Estocolmo, y el que consiste en llevarse a las mil maravillas con el secuestrador.
         -¿Total, para qué seguir viendo a ese Leopoldo Castillo, cuando este era un hombre, que no sabía sino  prorrumpir en bramidos, como cosa muy espectacular suya? O ¿Para qué continuar viendo a esa Chúo Torrealba, que no hace sino envenenar a la gente con el asunto de la miseria de los barrios, que es como jurungar a la “merde”?- He aquí lo que se conoce como una posición apática e indiferente, y en la que es terrible caer, teniendo por gobierno a estos pillos que creen que gobernar es asunto de romper cintas en las puertas de las obras recién terminadas, y el caso más patético, en ese sentido, lo hemos visto con Nicolasote inaugurando dos veces el Metro Cable de Petare.
         Porque ante la imposibilidad de ejecutarlo esta gente, y la que hoy en día se ve desenmascarada, si tomamos en cuenta que ya no encuentra como ocultar su fracaso; aunque sin dejarse de esas inmensas apetencias de poder, que la obstinan, de modo que lo que queda es aplastar toda forma de disidencia; por mínima que sea, como era el caso de Globovisión, un canal local, puesto que no pasaba de Caracas y de Valencia; si recordamos que a la planta televisora se le cercenó el derecho a la cobertura a nivel nacional; pero que hacía más bulla que la cabuya, como reza el dicho popular, ya que esta presión hizo que mucha gente se plegara a un servicio de televisión por cable, y así sintonizar aquella señal de Globovisión. He allí una hazaña periodística muy exitosa, sobre todo, desde el punto de vista económico, teniendo presente que hasta las cableteras participaron, a ese respecto, de los dividendos de este proyecto noticioso; aparte de su referencia profesional, que fue lo más importante, y que es lo que lleva a mis colegas a poner, por encima de la posición de la que gozan en este canal, a propósito de la renuncia en masa que hemos visto llevar a cabo de su parte, con un comunicado aclaratorio, del mismo, y lo que se traduce en la lucha por el derecho a la información.
         Así, a una gran referencia informativa, refugio de víctimas desamparadas; como fue el caso de la propia Lina Ron, que una vez tuvo que valerse de este medio, para denunciar una situación de atropello de la que fue objeto; primero, se le pone de rodillas con la salida de Alberto Federico Ravell, con su respectivo efecto dominó, a nivel de sus accionistas, en el sentido de que uno tras otro fueron cediendo sus acciones; aquí ya no por reacción espontánea, como fue el caso de Castillo y compañía, sino por el chantaje y el soborno, y lo que es peor, con el dinero de los venezolanos; luego, se le obliga a cambiar la línea editorial, sin importar las consecuencias que eso puede traer para la audiencia.
         En estas condiciones, uno puede considerar que esta gente actúa con el mismo primitivismo, con el que Rafael Caldera llegó al gobierno en el año de 1994, esto es, quebrando al Banco Latino, sin que midiera las consecuencias de su acto. Porque aquí, luego de la salida de esta gente de Globovisión, lo que queda es chatarra, y que más nadie querrá ver; cuando menos acuerda se van sus anunciantes. Muy poco será lo que le quede de vida. Es decir, la misma mentalidad de miseria calderista, tomada por el sectarismo y la venganza política.
         Porque al mismo tiempo, tú desmantelas también una escuela de profesionalismo; que mucho bien le hacía al país, a pesar de que este Castillo me parecía un sujeto de malas pulgas, aunque con esa pedantería suya a lo francés, lo prefiero a él, que al “francesito” que tienen ahí en el Canal 8, muy jalabolas, además de muy falta de honor, sobre todo, porque, aun cuando se lanzó para la alcaldía de Maracaibo, continúa con el programa que, precisamente, le hacía competencia a Castillo en el horario vespertino, y dice que si alguien es tan arrecho, para mandarle a cerrar el mismo, ley electoral de por medio, que se lo vayan a hacer en su cara.
         Hacía ver Ludovico Silva en sus libros que una cosa era ideología y otra la ciencia marxista; esto es, el marxismo, a su juicio, era la mayor verdad de la historia, y que es con la mentalidad con la que nos gobierna esta gente. Son los poseedores de la verdad, y esa será la verdad que ahora veamos; lo que la historia demostró que sí era ideología.

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RAFAEL BELLO, DESAFÍO DEMOCRÁTICO

Estamos sumergidos en la tentación que condena a la escasez, hambre y miseria

Las voces rompieron el silencio y se hizo trizas la pasividad de años. La voluntad eleccionaria se fue de bruces y el destino del país se debate entre la violencia, ignorancia prepotente y saqueo del tesoro nacional. No queda duda de lo incierto de posturas electoreras cuando el agotamiento del partidismo creó una incertidumbre que afloró en destrucción sin precedentes.

Es la muestra patética del estado sombrío que sobreviene en sobradas evidencias de pueblos con el sufrimiento a cuestas. Nos tocó a los venezolanos y los resultados dejan profundas huellas que irrumpen a diario en conflictos sociales de graves consecuencias. Hay de todo en el país, menos lo edificante que conlleve al bienestar y desarrollo nacional. Estamos sumergidos en la tentación que condena a la escasez, hambre y miseria. Ya aparecen muertos indigentes en las calles de este rico país petrolero.

No hay duda de una severa crisis que lleva un componente de dimensiones impredecibles con repercusiones profundas para la paz de la república que llama la atención de la responsabilidad dirigente opositora para hacer frente a la ignorancia totalitaria. La situación del país representa para la sociedad democrática venezolana el mayor desafío en el tiempo que transcurre sin decisivas actitudes de cambio. 

Es un serio problema por cuanto las exigencias de un país en crisis como el nuestro, no pueden dejarse a la buena de Dios. Hay que asumir la conducción del destino democrático con la valentía que la realidad impone.

Diversos sectores mayoritarios del país no se sienten representados por la inercia dirigente que hace suya la campaña de la santidad del ente electoral. 

Sabe mucho más y lo demuestra cuando no se deja llevar por las prédicas del olvido inconsecuente. No se puede olvidar un fraude que jugó con el destino democrático del país.

bello.rafael@yahoo.es

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LUIS MANUEL AGUANA, LA VERDAD CONSTITUYENTE

A veces me encuentro unas perlas de sabiduría en las lecturas más sencillas. Y las aplico a lo que tengo en la mente porque a veces ayudan a resolver los más complicados acertijos. Leyendo, para descansar, la Revista Todo En Domingo de El Nacional, me encontré con dos de ellas en la columna de Paulo Coelho, “Alquimia”, titulado “Historias diferentes sobre la misma búsqueda” (Paulo Coelho – El Nacional-Todo en Domingo, 25 de Agosto de 2013).

EN EL CENTRO DEL CAMINO
Quiero compartirlas con ustedes, no el texto porque es público y está en una revista de circulación nacional, sino lo que extraigo de ellas. Veamos el primero:

LA CERTEZA Y LA DUDA

Una mañana Buda estaba reunido con sus discípulos cuando un hombre se aproximó:

-¿Existe Dios? – preguntó.

-Existe- respondió Buda.

Después del almuerzo se aproximó otro hombre.

-Existe Dios- Quiso saber.

-No, no existe- dijo Buda.

Al atardecer un tercer hombre hizo la misma pregunta:-¿Existe Dios?

-Tendrás que decidirlo tú- respondió Buda.

Cuando el hombre se fue, un discípulo comentó:

-Maestro, ¡que absurdo! ¿Cómo es que da respuestas diferentes para la misma pregunta?

-Porque son personas diferentes y cada uno llegará a Dios por su propio camino. El primero tendrá fe en mi palabra; el segundo hará todo lo posible para probar que estoy equivocado, y el tercero solo cree en aquello que es capaz de escoger por sí mismo.

¡Qué interesante! Buda indica que una misma pregunta puede tener distintas respuestas dependiendo de a quien se le da la respuesta. Y la respuesta que le da Buda a cada uno lo encamina a que consiga la “verdad” que busca, su “verdad”, de acuerdo a la naturaleza del sujeto que pregunta. Por supuesto, en este caso Buda trata que cada uno consiga la verdad de Dios por su propio camino, indicando diferentes respuestas.

¿Cuántas veces hemos visto todo lo contrario? ¿Cuántas veces nos hemos empecinado en dar la misma respuesta a una pregunta, aunque sintamos que esta es la correcta, a diferentes individuos y nunca logramos convencerlos? Precisamente porque cada uno busca su propia “verdad” y para que estos lleguen a ella tal vez necesiten de una respuesta diferente.

A la pregunta: ¿Cuál es la mejor salida para la crisis que vive nuestro país? Cada uno tiene su propia respuesta. Algunos creemos tener una y estamos trabajando por ella: la vía Constituyente. Pero asimismo como nosotros, otros piensan en respuestas diferentes. Sin embargo, después de leer al Buda del Coelho, pareciera que aquellos que siempre respondemos lo mismo deberíamos contestar algo distinto para que de alguna manera esa respuesta le lleve a concluir a cualquiera, y de acuerdo a la naturaleza del que pregunte, que la “verdad” que nosotros hemos elegido- la Constituyente-, es al final la que se debería transitar.

Pero el fondo del problema es que al final nadie tiene la “verdad” objetiva en las manos, aunque estemos convencidos que somos nosotros quienes la tenemos. Cada persona tiene la suya y solo la dinámica de los hechos dará como respuesta cual es el camino que definitivamente se transitará. Es por eso que nuestra “verdad” solo se puede demostrar con hechos. Y asimismo la “verdad” de cualquier otro deberá ser demostrable de la misma manera. Y eso me lleva al segundo cuento de Coelho:

Continuar en el mismo camino

El monje Lucas acompañado de un discípulo, se detuvo en una aldea. Un viejo le preguntó:

-Santo hombre, ¿cómo me aproximo a Dios?

-Diviértete, loa al Señor con tu alegría- Fue la respuesta.

Un joven preguntó:

-¿Qué hago para acercarme a Dios?

-No te diviertas tanto- dijo Lucas.

Cuando el joven se alejó, el discípulo comentó:

-Parece que usted no sabe si nos tenemos que divertir.

Lucas respondió:

-La búsqueda espiritual es un puente sin barandilla atravesando un abismo. Si alguien está muy cerca del lado derecho, yo digo: “¡A la izquierda!”. Si se acerca del lado izquierdo, le digo: “¡A la derecha!”. Y así ellos continúan estando en el camino.

Impresionante. No solo la búsqueda espiritual se puede comparar con “un puente sin barandilla atravesando un abismo” como indica Coelho, sino también las realidades cotidianas que necesitan respuestas.

Los venezolanos estamos transitando como un grupo de ciegos por un puente sin barandilla semejante a ese, y solo un liderazgo responsable y con visión puede ver e indicar “¡A la derecha!” o “¡A la izquierda!” de acuerdo a si advierte que el colectivo va hacia el abismo en cada banda. Hasta ahora lo que hemos visto es que la dirigencia opositora también está ciega y dejan caer repetidas veces a la multitud al abismo hasta que se dan cuenta de su error.

La única manera de continuar en el camino sin que nos terminemos de ir todos por el barranco es que la “verdad” que hayan escogido aquellos que están asumiendo liderazgos tenga sustento y sepan de cierto cual es el camino que definitivamente se transitará. Es por eso que se llama liderazgo. Son los que tienen-o al menos deben demostrar que tienen-, la linterna en el medio de la obscuridad.

Y como en la historia de Lucas, ese liderazgo responsable debe decir cuál es el centro del puente para continuar en el camino y caminar derecho para acercarse a esa “verdad” atravesando el puente sobre el abismo. Nunca antes Venezuela necesitó tanto de esa visión 20-20.

Entonces aquellos que crean que su “verdad” es la verdad, será bueno que se apresuren y la hagan la verdad de todos los venezolanos porque los indicadores muestran que caminamos aceleradamente hacia el abismo de la mano de unos conductores ciegos. Todavía hay tiempo para que alguien demuestre y grite su “verdad” y así evitar caer de ese puente sin barandilla, alineándonos de una buena vez a todos en la misma lucha.

Caracas, 26 de Agosto de 2013

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

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LUIS HOMES JIMÉNEZ, PODER POLÍTICO, SERVICIO Y DOCTRINA DE LA IGLESIA

Visito al Padre Eulacio en su casa parroquial.  Le llevo de regalo el extraordinario libro de Carlos Ruiz Zafón “El juego del Ángel”, una maravillosa obra de suspenso, magia y drama en más de 600 páginas y que he devorado en una semana. Nuestra conversación transcurre amena, sin pausa, intensa, sobre la situación del país y como el tema se hace pesado y agotador, desvío su atención algunas anécdotas de la vida del protagonista de la obra que obsequio,  David Martín, un enigmático escritor envuelto en dramas de la Barcelona de los años 20.
“Mira Luis, ya tendremos tiempo de hablar de este libro. Pero quiero mostrarte ahora mi lectura personal de este Domingo…”  y me saca desafiante una edición del Catecismo de la Iglesia Católica, minuciosamente subrayado y en cuyas páginas me destaca, leyendo en voz alta: 
“Los que ejercen una autoridad deben ejercerla como un servicio. El ejercicio de una autoridad está moralmente regulado por su origen divino, su naturaleza racional y su objeto específico. Nadie puede ordenar lo que es contrario a la dignidad de las personas y la lay natural”… 
Continua el Padre Eulacio: “Quiero que te detengas en esto”. Y fija sus lentes en el catecismo:
“El poder político está obligado a respetar los derechos fundamentales de la persona humana. Y a administrar humanamente justicia en el respeto a los derechos de cada uno, especialmente el de las familias y el de los desheredados.  Los derechos políticos inherentes a los ciudadanos pueden y deben ser concedidos según las exigencias del bien común. No pueden ser suspendidos por la autoridad sin motivo legítimo y proporcionado. El ejercicio de los derechos políticos está destinado al bien común de la nación y de toda la comunidad humana”.
Retoma el Padre Eulacio los temas que abordamos al principio de mi visita. 
Al presbítero le cuesta entender la parafernalia y show que se monta desde el poder, distrayendo la atención de los principales problemas del país. 
“Si no hay alimentos, si la vida cada día vale menos, si hay inseguridad, si la gente anda paranoica buscando una solución a sus problemas cotidianos, porque los gobernantes no se concentran de una vez por todas en la atención y el respeto a los derechos fundamentales de la persona humana, como bien nos ordena el evangelio y la palabra de Dios. Esto es una norma básica, sencilla que se traduce en que los políticos deben ser servidores de sus semejantes y solamente buscar el bien de la nación y de la comunidad humana, como reza el catecismo”. 
El Padre indignado deja colar el nombre de Simonovis y lo toma como ejemplo de que se ha perdido todo sentido de caridad y de misericordia y hasta los elementales conceptos de humanismo y clemencia.       
Me despide en la puerta de la casa parroquial. “Hasta que no se acabe este show que se monta en nombre del gobierno y de la oposición y se entienda que la política es servicio a nuestros semejantes, no saldremos de este atolladero querido Luis, no saldremos” Yo me quedo pensando en la profundidad de sus palabras y si en algo de eso, pensó David Martín en su drama de “El juego del Angel”  
@luishomes

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OLGA RAMOS, ¡ENEMIGOS DEL PUEBLO!


I- Sobre las tablas: Skena

Uno lee en cartelera: “El Grupo Teatral Skena (@SkenaTeatro)  presenta a Jorge Palacios (@JorgePalaciosx)  y Basilio Álvarez (@BasilioAlvarezC) en “Enemigo del pueblo” (@ElEnemigoSkena) de Henrik Ibsen, versión de Ugo Ulive”, y sin duda alguna, compra la entrada, respira profundo y se va al encuentro de ese retrato que, seguro, te restregará en la cara una parte importante de nuestra miseria nacional.

(Aclaratoria para los que no sepan: “En folkefiende” en noruego, o “un enemigo del pueblo” en castellano, es una obra de Henrik Ibsen publicada en el 82, pero en 1882. Esa obra, detalles más, detalles menos, retrata una conducta social y política que, lamentablemente, sigue vigente).

Skena tiene sus funciones en Corpbanca (@cculturalbodcb) hasta mediados de octubre, por lo que están todos a tiempo de ir a verla. (La versión de Ugo Ulive es excelente, cuenta con una tremenda puesta en escena y muy buenas actuaciones, en especial las de Basilio Álvarez y Jorge Palacios. “Un enemigo del pueblo” es del grupo de obras de teatro, presentadas en estos tiempos, que nos invita a reflexionar como sociedad política).

II – por aclamación: Henry y Lázaro

Conocí a Henry Vivas en una marcha, la primera en la que se cruzaban, a la altura de La Hoyada y a dos niveles, manifestantes opositores con simpatizantes del gobierno. Los segundos se dieron cita en respuesta a la convocatoria opositora, también fue una de las primeras puestas en escena de la táctica que podríamos denominar: “en la calle nos medimos“

En el cruce, hubo un momento de “lluvia de objetos y botellas” generosamente enviados por los que que circulaban por el piso de abajo. Los que andábamos por el de arriba nos asombramos-asustamos-molestamos y buscamos refugio temporal, para inmediatamente-escampando, continuar la marcha.

A unos cuantos metros, en una esquina y en su moto, estaba Henry Vivas, con su uniforme de Policía Metropolitano, conversando amablemente con todo el que pasaba y escuchando con mucha humildad y paciencia los reclamos de los manifestantes molestos por el ataque inesperado.

Me detuve a conversar con él un rato. Me encantó su mezcla de sencillez y preparación. Siempre recordaré de aquella conversa, como Henry defendía a Lina Ron porque consideraba que era una mujer que sólo luchaba por los ideales en los que creía. -Henry era amigo de Lina, desde su punto de vista la entendía y nunca dudó en defenderla.

Lázaro Forero fue mi alumno en una de las promociones del curso de formación de Líderes Emergentes que hace unos años ofreciera el IESA. En un par de promociones, un pequeño grupo de agentes de la Policía Metropolitana y otro de Bomberos, compartieron ese espacio de formación con miembros de las juventudes de algunos partidos políticos y con jóvenes de diversas organizaciones sociales.

Lázaro, como Henry, tenía esa mezcla de sencillez y preparación que le permitía cumplir con excelencia su trabajo y a la vez tener el espíritu de servicio que se espera de alguien que ejerza esa difícil profesión. Por cierto, Yajaira Castro de Forero, esposa de Lázaro y una aguerrida comisario de la PM e incansable luchadora, también participó en el curso. Ella fue una de las mejores estudiantes de su promoción, en mi materia.

Forero y Vivas estaban listos para jubilarse y decidieron postergar el trámite, porque sentían que podían dar un poco más, en momentos complicados para el país, en los que, entre otras, apenas se consolidaban los esfuerzos para la profesionalización de la Policía Metropolitana.

En esa extensión de su tiempo de servicio, se produjeron los hechos por los que han pretendido convertirlos, injustamente y por “aclamación popular”, en “enemigos del pueblo”.

III – y… “operadores políticos”, por sus propios méritos

(Sección no apta para todo público)

Cuando se vive en sociedad, llevar a cabo propuestas, políticas públicas, visiones de país, o de comunidad, pasa por el ineludible proceso de construir la “viabilidad política” de lo que se quiere emprender, es decir, lograr la combinación de fuerzas y el apoyo necesario, como para que la iniciativa en cuestión, forme parte de la agenda pública, se apruebe en el proceso de toma de decisiones correspondiente y cuente con los recursos y el apoyo que garantice que se instrumente de manera exitosa.

Muchos son los espacios y dimensiones en los que esta viabilidad se trabaja y se construye, así como diversos son los mecanismos y prácticas que se emplean para ello.

En el ámbito de la ciudadanía política, debatir y manifestar son dos tipos de prácticas de uso común. Sin embargo, como en todo, y ética política mediante, hay prácticas y prácticas.

“El enemigo del pueblo” nos ilustra cómo estas dos prácticas, en lugar de ser utilizadas como mecanismos para promover la participación y facilitar la construcción colectiva de acuerdos en torno a una situación o propuesta, pueden convertirse en espacios para forzar “viabilidad política” por encima de toda argumentación y así, complacer a determinados intereses.

El lobby o el cabildeo, es otra práctica política común y corriente. Es cada vez más utilizada como mecanismo para influir en la toma de decisiones, promoviendo que los actores clave en ella, conozcan y apoyen iniciativas concretas. Pero como todos, es un mecanismo que, como nos ilustra “El enemigo del pueblo“, puede ponerse al servicio de algunos haciendo uso del chantaje y la corrupción.

Debatir, manifestar, cabildear, como prácticas, como parte del ejercicio de la ciudadanía política, en democracia, requieren de una ética política que las sustente.

“El enemigo del pueblo“, nos recuerda ésto, nos ilustra como pueden cambiar las cosas dependiendo de la “ética política” que se practique. Nos enseña como funciona la “construcción de viabilidad política” en el marco de acción de que los que a algunos les ha dado por denominar “operadores políticos“, un ámbito de acción reservado a “entendidos” y habilidosos.

(A partir de aquí que se moleste quién quiera…)

Los “operadores políticos” pululan por los espacios de poder. En algunos casos, los encabezan y hasta los presiden. Para ellos, la “acción política” es como una especie de arte que cultivan, la “dinámica política“, el espacio para “demostrar” su maestría y “la política” el campo de batalla en el que apuestan a vencer, desplegando, a cualquier costo, su capacidad de influencia.

En nuestro país, abundan estos elementos. Tuve la oportunidad de conocer personalmente a muchos de ellos, en los tiempos en los que participaba activamente en la extinta Coordinadora Democrática. Allí pude verlos en plena acción y en primera fila. Los había para todos los gustos, oficialistas, opositores y “ni-ni”; político-partidistas, gremialistas, agentes libres o miembros de grupos diversos de la sociedad organizada; militares y civiles; novatos y experimentados; tejedores finos o de acción torpe y burda. Una gama muy amplia y variopinta que, sin embargo, tenían -aún tienen- en común como propósito “construir a como dé lugar, viabilidad política” -así resultara sólo una construcción mediática- y que comparten el maquiavélico principio de la realpolitik, sobre la utilidad de la ética en la acción política.

En algunos círculos, los “operadores políticos” son aclamados como héroes, o como los grandes artífices de las estrategias, exitosas o fallidas, de la oposición, de los no alineados o del oficialismo. Otros, en cambio, pasan desapercibidos. A algunos, desde mi punto de vista, los más afortunados, los he visto reinventarse, ajustar su ética política y dejar fluir su vena democrática y ciudadana.

Paradójicamente, pocos de ellos corren el riesgo de ser declarados como auténticos “enemigos del pueblo“.

¡Salud!

Olga Ramos 

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ÁLVARO VARGAS LLOSA, PERÚ: OSCURIDAD AL MEDIODÍA.

En la obra maestra de Arthur Koestler que he usado para titular esta columna, el personaje central, Rubashov, un bolchevique encarcelado por el régimen que ayudó a entronizar, acaba admitiendo la posibilidad de que la abstracción comunista haya sido demasiado costosa en vidas humanas. Sabe, de inmediato, que esa duda lo hace culpable; expresa su revelación en dos frases inolvidables: “Ya no creo en mi propia infalibilidad. Por eso estoy perdido”.

El Perú ha tenido en estos días algo así como su momento Rubashov. Después de muchos años en que la abundancia del crecimiento se daba por sentada y la discusión se centraba en cómo incorporar a los excluidos, vino, en boca del Presidente Humala, una admisión oficial: “La crisis ya llegó al Perú”.

Súbitamente, el país que venía diciéndole al gobierno desde hacía un año que la crisis estaba a la vuelta de la esquina cambió de actitud: decidió matar al mensajero, acusándolo de derrotismo y señalando el riesgo de que sus palabras se volvieran una profecía autocumplida. En cuestión de pocos días, todos se volvieron buenos: el diario principal, hasta hace poco implacable con el mandatario, empezó a publicar primeras planas oficialistas; el segundo diario en importancia, hasta hace días un látigo feroz de Alan García y el fujimorismo, se puso a pedirles que dialoguen con el gobierno; el gremio empresarial más relevante, donde se concentraban muchas quejas, adoptó un discurso que debe haber avergonzado incluso a algunos ministros por lo entusiasta; los partidos que pedían la renuncia del primer ministro dejaron de lado esa pretensión; algunos de los sindicatos o grupos de agitación, no todos, redujeron la presión que venían ejerciendo por la disminución del canon minero producido tras la caída de la recaudación fiscal. La cereza de este pastel es el “diálogo” que iniciará este lunes el gobierno con casi todos los partidos, incluidos aquellos a los que hasta ahora llamaba irresponsables y corruptos, y a cuyos líderes daba toda la impresión de querer enviar a la cárcel o inhabilitar como candidatos.

Me pregunto qué es peor: si un presidente que hace una admisión a estas alturas es algo exagerada y podría causar excesivo pesimismo, o esta extraña metamorfosis de la clase dirigente y las clases opinólogas que están actuando como se actúa ante una catástrofe natural, una guerra o una hiperinflación, no ante la noticia de que, en lugar de crecer seis por ciento, este año el Perú crecerá alrededor de un cinco por ciento.

OLLANTA HUMALA
¿Qué ocurre? Por parte del gobierno, hoy convertido en un modelo de urbanidad para con sus adversarios, tres cosas: la popularidad del presidente ha caído a niveles alarmantes (29 por ciento y con tendencia decreciente), para no hablar de la de varios ministros, que es comparable a la tasa de crecimiento que tendrá este año la economía de Paraguay si se tiene en cuenta el margen de error; el miedo a la multiplicación de las protestas sociales, ahora que la recaudación fiscal proveniente de la minería ha pasado a representar la cuarta parte en vez de la mitad del total; por último, el temor a enfrentar el fallo de La Haya en un clima de confrontación política, tanto si el fallo es favorable al Perú (en cuyo caso se piensa que la unidad es necesaria ante la reacción chilena) como si no lo es (en cuyo caso el gobierno no quiere ser el blanco privilegiado de la decepción).

Por parte del resto de la clase dirigente y las clases opinólogas, suceden también tres cosas, pero distintas: el temor a que, en efecto, se venga abajo el milagro peruano y ellos con él; el riesgo de ser vistos como enemigos del Perú en un momento en el que la sicología de la unidad es la que prevalece porque se sospecha que lo que el presidente ha dicho puede ser verdad; y, por fin, una desconfianza tan grande en la capacidad política del Presidente Humala que se prevé, en caso de no ayudarlo, el peligro de que opte por una barbaridad, incluyendo una deriva populista. También en los gobiernos de Alejandro Toledo y de Alan García se registró el fenómeno de la impopularidad, pero en ambos casos había un seguro que ahora no existe: se trataba de zorros políticos.

Nadie en el gobierno osa decir en público, pero lo repiten constantemente en privado, que Humala necesita, para dar un vuelco sicológico a su situación, un fallo favorable en La Haya. Sin embargo, es imposible prever, si eso ocurriera, hasta qué punto tendría un efecto tonificante para el gobierno más allá del corto plazo. 



El nivel de rechazo al presidente y la primera dama ha ido aumentando sistemáticamente; dado el escenario fiscal, que hace imposible atender unas demandas con toda la pinta de intensificarse a lo largo del resto del año, es improbable que haya mayores oportunidades de revertir el agotamiento político del oficialismo.

La semana pasada, las fuerzas combinadas de la policía y el Ejército, a partir de una información de inteligencia obtenida por la primera, abatieron a dos mandos clave de Sendero Luminoso. El gobierno montó un fuerte despliegue mediático para explotar esta extraordinaria noticia; sin embargo, ella no ha tenido, al menos hasta ahora, efecto en los niveles de aceptación popular. Tanto así que en la encuesta más reciente apenas un muy injusto cinco por ciento de los entrevistados opinaba que el éxito se debió al respaldo del gobierno a las fuerzas del orden.

Aunque uno puede presumir que un resultado favorable en La Haya redundaría en beneficio de gobierno, como éste desea a estas alturas con desesperación, no es seguro. No hay que perder de vista, además, que otros dos actores intentarían, si eso se diera, explotar el fallo en beneficio propio: Alan García, cuyo gobierno planteó la demanda formal en la Corte Internacional de Justicia, y Alejandro Toledo, cuyo gobierno inició el proceso al promulgar la ley de líneas de base del dominio marítimo peruano en 2005.

Tampoco en la eventualidad de un fallo desfavorable es fácil prever el efecto. A priori, podría pensarse que la decepción se volcaría contra el gobierno o que la oposición acusaría, frontal o sutilmente, a Humala de haber planteado un mal alegato oral de la posición peruana en diciembre pasado. Sin embargo, los ciudadanos saben que Humala ratificó al equipo peruano que había sido nombrado por su antecesor y que los alegatos orales no son otra cosa que el resumen de una posición que está escrita en la memoria y la dúplica, cuya solidez o debilidad muy poco tienen que ver con este gobierno en particular. Ese es un avispero que no convendría agitar a ningún partido: por las razones antes expuestas, la responsabilidad está bastante repartida.

Independientemente de estas conjeturas inmediatas, lo que importa es si se acabó el milagro peruano. Lo que se acabó, más bien, por ahora, es el ritmo de Pegaso que llevaba el país. Esto obedece a una combinación de dos factores: el contagio inevitable de la situación mundial, especialmente gravitante en una economía abierta como la peruana, y la mediocridad de la conducción política actual.

Lo primero tiene mucho que ver con la caída de las exportaciones mineras. Han bajado un 14 por ciento en el primer semestre por culpa del descenso de los precios (el precio del cobre cayó 10 por ciento y el del oro 17 por ciento en ese mismo período) y en ciertos casos del volumen. Pero también juega un papel la demanda interna, tan importante en el crecimiento promedio de 7,2 por ciento que tuvo la economía peruana en los 10 años que van de 2002 a 2011. El ritmo de aumento de la venta de autos, viviendas y electrodomésticos, hasta hace poco galopante, ha bajado. Por fin, la inversión privada tanto extranjera como nacional ha sufrido una desaceleración y ha tenido que ser compensada con un aumento del gasto público, que subió 13 por ciento este año y podría conducir a un levísimo déficit a fin de 2013.

La falta de reformas de envergadura en un país con un Estado de cuarto mundo (ha habido ciertas reformas meramente salariales hasta ahora), la multiplicación de iniciativas tanto del poder ejecutivo como del poder legislativo enviando señales inquietantes al capital y, sobre todo, la lentitud burocrática agravada por la deficiencia del liderazgo político han contribuido a evitar que el Perú, en un contexto externo ahora inamistoso, mantenga su rendimiento descollante.

El gobierno del Presidente Humala tuvo el acierto, desde temprano, de confirmar que no adoptaría la vía populista y preservaría la democracia. Pero, pasado el tiempo y en parte mareado por las encuestas y por un galope económico que el gobierno creía natural, el mandatario empezó a adoptar un estilo confrontacional y una actitud de aislamiento. Desconfiado del mundo civil por su formación militar y su personalidad, delegó en su mujer, una persona muy joven con atractiva inteligencia pero escasa preparación política, funciones poco comunes en la primera dama. En poco tiempo, ella, que gozaba de popularidad, estableció un modus operandi que le otorgaba un rol de primera ministra, asesora principal y, a veces, cogobernante. Su idea era que el gabinete estuviera compuesto por técnicos de bajo perfil y que sólo su esposo y ella hicieran política: su esposo en un sentido más literal, ella a través de la agenda social. En la práctica, esto tuvo dos efectos: creó informalidad en las máximas alturas del Estado, donde nada se hacía sin su aprobación, y expuso al presidente, percibido como su dependiente político, a un desgaste. Ella ha perdido poco menos de la mitad de la aprobación que tenía. Que esté unos puntitos por encima del presidente confirma que él es quien peor sufre la caída de la primera dama por un efecto multiplicador.

Este funcionamiento político informal vino acompañado, durante dos años, de una percepción nefasta: la de que Humala y su mujer iban a establecer un régimen continuista “a la Argentina”, a través de la candidatura presidencial ilegal de la primera dama. La bancada parlamentaria del oficialismo, tan mala como la de gobiernos anteriores, excepto que con antecedentes ideológicos más inquietantes, ahondó, con sus escándalos, su pésimo manejo de las investigaciones a sus adversarios y sus contradictorios discursos. Los esfuerzos reformistas, en semejante ambiente, fueron pocos y carecieron del tipo de trabajo político que sólo una maquinaria bien aceitada puede realizar, y que sólo un mandatario entendedor de su urgencia y un gabinete con capacidad de comunicación podían haber emprendido con éxito.

El resultado, en un país que no ve con amabilidad a sus políticos y que aborrece a su Estado (al tiempo que le pide demasiado), es la sensación de otra oportunidad desperdiciada. No, no se va a acabar la democracia ni se va a alterar el modelo. Pero tampoco va a dársele al Perú, por ahora, ese definitivo impulso al desarrollo que disipe en el mediano plazo el efecto Rubashov.

http://diario.latercera.com/2013/08/24/01/contenido/reportajes/25-144635-9-peru-oscuridad-al-mediodia.shtml
@susanaabad

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ÁNGELES CASO, LO QUE QUIERO AHORA

Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.
@angelescaso

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EL PACTO DE PUNTO FIJO, DOCUMENTO COMPLETO, FIRMADO, PARTE DE LA HISTORIA, 31 DE OCTUBRE 1958

Los partidos Acción Democrática, Social Cristiano Copei y Unión Republicana Democrática, previa detenida y ponderada consideración de todos los elementos que integran la realidad histórica nacional y la problemática electoral del país, y ante la responsabilidad de orientar la opinión pública para la consolidación de los principios democráticos, han llegado a un pleno acuerdo de unidad y cooperación sobre las bases y mediante las consideraciones siguientes:


1a Como es del conocimiento público, durante varios meses las distintas fuerzas políticas que han participado en las acciones unitarias para la defensa del régimen democrático han mantenido conversaciones destinadas a asegurar la inteligencia, mutuo respeto y cooperación entre ellas, interesadas por igual en la consolidación de la unidad y la garantía de la tregua política, sin perjuicio de la autonomía organizativa y caracterización ideológica de cada uno, conforme se declaró expresamente en el acta de ampliación de la Junta Patriótica firmada el 25 de enero de 1958 por los partidos políticos que la integraban inicialmente. El resultado obtenido es favorable, toda vez que las naturales divergencias entre los partidos, tan distintas de unanimismo impuesto por el despotismo, se han canalizado dentro de pautas de convivencia que hoy más que nunca es menester ampliar y garantizar. El análisis cabal de los antecedentes, de las características actuales y de las perspectivas de nuestro movimiento democrático, la ponderación comprensiva de los intereses legítimamente representados por los partidos a nombre de los centenares de miles de sus militantes; el reconocimiento de la existencia de amplios sectores independientes que constituyen factor importante de la vida nacional; el respaldo de las Fuerzas Armadas al proceso de afirmación de la República como elemento institucional del Estado sometido al control de las autoridades constitucionales, y el firme propósito de auspiciar la unión de todas las fuerzas ciudadanas en el esfuerzo de lograr la organización de la Nación venezolana, han estado presentes en el estudio de las diferentes fórmulas propuestas. La sincera definición y defensa de los derechos que asisten a los partidos como representantes de grandes núcleos nacionales y la preocupación común de atender en conjunto a los intereses perdurables de la Nación, si bien han podido en forma ocasional provocar la generosa impaciencia de calificados valores de la opinión, son la garantía de que las deliberaciones han respondido a un serio y responsable enfoque de las urgencias del país.
2a Las minuciosas y largas conversaciones han servido para comprometer a las organizaciones unitarias en una política nacional de largo alcance, cuyos dos polos podemos definir así: a) seguridad de que el proceso electoral y los Poderes Públicos que de él van a surgir respondan a las pautas democráticas de la libertad efectiva del sufragio; y b) garantía de que el proceso electoral no solamente evite la ruptura del frente unitario, sino que lo fortalezca mediante la prolongación de la tregua política, la despersonalización del debate, la erradicación de la violencia interpartidista y la definición de normas que faciliten la formación del Gobierno y de los cuerpos deliberantes de modo que ambos agrupen equitativamente a todos los sectores de la sociedad venezolana interesados en la estabilidad de la República como sistema popular de Gobierno.
3a Establecidos esos principios de carácter general, COPEI, AD y URD comprometen su acción y responsabilidad en los términos siguientes:
a.      Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral. Las elecciones determinarán la responsabilidad en el ejercicio de los Poderes Públicos, durante el periodo constitucional 1959-1964; intervención de la Fuerza contra las autoridades surgidas de las votaciones es delito contra la Patria. Todas las organizaciones políticas están obligadas a actuar en defensa de las autoridades constitucionales en caso de intentarse o producirse un golpe de Estado, aun cuando durante el transcurso de los cinco años las circunstancias de la autonomía que se reservan dichas organizaciones hayan podido colocar a cualquiera de ellas en la oposición legal y democrática al Gobierno. Se declara el cumplimiento de un deber patriótico la resistencia permanente contra cualquier situación de fuerza que pudiese surgir de un hecho subversivo y su colaboración con ella también como delito de lesa patria.
b.      Gobierno de Unidad Nacional. Si bien el ejercicio del Poder por un partido es consecuencia legítima de una mayoría electoral, la suerte de la democracia venezolana y la estabilidad del Estado de derecho entre nosotros imponen convertir la unidad popular defensiva en gobierno unitario cuando menos por tanto tiempo como perduren los factores que amenazan el ensayo republicano iniciado el 23 de enero; el gobierno de Unidad Nacional es el camino para canalizar las energías partidistas y evitar una oposición sistemática que debilitaría el movimiento democrático. Se deja claramente sentado que ninguna de las organizaciones signatarias aspira ni acepta hegemonía en el Gabinete Ejecutivo, en el cual deben estar representadas las corrientes políticas nacionales y los sectores independientes del país, mediante una leal selección de capacidades.
c.      Programa mínimo común. Para facilitar la cooperación entre las organizaciones políticas durante el proceso electoral y su colaboración en el Gobierno Constitucional los partidos signatarios acuerdan concurrir a dicho proceso sosteniendo un programa mínimo común, cuya ejecución sea el punto de partida de una administración nacional patriótica y del afianzamiento de la democracia como sistema. Dicho programa se redactará por separado, sobre las bases generales, ya convenidas, y se considerará un anexo del presente acuerdo. Como este programa no excluye el derecho de las organizaciones políticas a defender otros puntos no comprendidos en él, se acuerda para estos casos la norma siguiente: ningún partido unitario incluirá en su programa particular puntos contrarios a los comunes del programa mínimo y, en todo caso, la discusión pública en los puntos no comunes se mantendrá dentro de los límites de la tolerancia y del mutuo respeto a que obligan los intereses superiores de la unidad popular y de la tregua política.
4a El ideal de la unidad como instrumento de lucha contra la tiranía y contra las fuerzas en aptitud de reagruparse para auspiciar otra aventura despótica, sería la selección de un candidato presidencial democrático único, la formación de planchas únicas para los cuerpos colegiados y la formación de un frente único a base de un solo programa integral de Gobierno.
En la práctica se ha evidenciado que diversos factores reales contradicen esa perspectiva histórica, mas, afortunadamente, hay otros medios idóneos de preservar la Unidad Nacional. Por consiguiente, lejos de considerar comprometida la unidad por la comprobación de naturales contradicciones interpartidistas que se corresponden con la esencia de la actividad democrática, las organizaciones signatarias después de confrontar sus distintas opiniones entre sí y con las emitidas por voceros independientes autorizados, de la prensa y de otros factores nacionales define:
1.      Los requerimientos de la unidad son compatibles con la eventualidad de diversas candidaturas y planchas legislativas.
2.      Para que la presentación de varias candidaturas presidenciales y diversas planchas legislativas pueda verificarse sin menoscabo de la unidad y sin ruptura de la tregua interpartidista, es indispensable fortalecer el sentimiento de común interés patriótico y la tolerancia y mutuo respeto entre las fuerzas unitarias, base de lo cual debe ser la sincera y solemne adhesión de todas las fuerzas democráticas a los puntos contenidos en esta declaración y al espíritu que la anima, tal como hoy se consagra con la firma de este documento.
3.      Para garantizar la tregua política y la convivencia unitaria de las organizaciones democráticas, se crea una Comisión Interpartidista de Unidad encargada de vigilar el cumplimiento de este acuerdo. Dicha Comisión estará encargada de orientar la convivencia interpartidista, de conocer las quejas que se produzcan contra las desviaciones personalistas o sectarias en la campana electoral y de diligenciar ante cualquiera de los signatarios, y a nombre de todos, la morigeración y control en lo que pudiera comprometer la convivencia democrática.
5a Para garantizar que varias postulaciones presidenciales y varias planchas legislativas sean en todo momento expresiones de la voluntad nacional de celebrar elecciones que en definitiva se traduzcan en fortalecimiento de la democracia, se proclama:
I.       Cada organización queda en libertad de sustentar su propio candidato presidencial y sus propias planchas para los cuerpos colegiados dentro del concepto de unidad aquí consagrado y en el sentido de que garanticen la tolerancia mutua durante la campaña y el cumplimiento de los compromisos generales convenidos en esta declaración cualquiera que sea la candidatura o plancha que obtuviera mayor número de votos.
II.      Todos los votos emitidos a favor de las diversas candidaturas democráticas, serán considerados como votos unitarios y la suma de los votos por los distintos colores como una afirmación de la voluntad popular a favor del régimen constitucional y de la consolidación del Estado de derecho.
III.     La postulación de los candidatos presidenciales y de las planchas legislativas es de la responsabilidad de cada partido o coalición. Será el pueblo elector a quien le corresponda calificar con el voto cualquier postulación.
IV.     Los partidos que suscriben este documento garantizan la adhesión de los principios y normas aquí consagrados de sus respectivos candidatos a la Presidencia de la República.
V.      Los partidos signatarios se comprometen a realizar una campaña positiva de afirmación de sus candidatos y programas dentro del espíritu de la unidad, evitando planteamientos y discusiones que pueden precipitar la pugna interpartidista, la desviación personalista del debate y divisiones profundas que luego pudieran comprometer la formación del Gobierno de Unidad Nacional.
VI.     Después de publicado el resultado oficial de las elecciones, tendrá lugar en Caracas un gran acto popular encargado de ratificar los siguientes principios:
a.      Pública adhesión de todas las organizaciones y candidatos participantes al resultado de las elecciones, como expresión de la soberana voluntad popular.
b.      Ratificación por parte de las organizaciones signatarias de su sincero propósito de respaldar al Gobierno de Unidad Nacional, al cual prestarán leal y democrática colaboración.
Consideran las organizaciones signatarias que la adhesión de todas las fuerzas políticas a los principios y puntos fijados en esta declaración es una garantía eficaz para el ejercicio del derecho electoral democrático dentro de un clima de unidad. La cooperación de los organismos profesionales gremiales, cívicos y culturales, de la prensa y de personalidades independientes, con los fines así precisados, consolidarán la convivencia nacional y permitirán el desarrollo de una constitucionalidad estable que tenga en sus bases la sinceridad política, el equilibrio democrático, la honestidad administrativa y la norma institucional que son la esencia de la voluntad patriótica del pueblo venezolano. Como este acuerdo no fija principio o condición contrarios al derecho de las otras organizaciones existentes en el país, y su leal cumplimiento no limita ni condiciona el natural ejercicio por ellas de cuantas facultades pueden y quieren poner al servicio de las altas finalidades perseguidas, se invita a todos los organismos democráticos a respaldar, sin perjuicio de sus concepciones específicas, el esfuerzo comprometido en pro de la celebración del proceso electoral en un clima que demuestre la aptitud de Venezuela para la práctica ordenada y pacífica de la democracia.


Caracas, 31 de octubre de 1958

Por Unión Republicana Democrática, Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya, Manuel López Rivas. (Firmado)

Por el Partido Social Cristiano Copei, Rafael Caldera.
Pedro del Corral, Lorenzo Fernández. (Firmado)

Por Acción Democrática, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Gonzalo Barrios. (Firmado)


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