En
esta hora menguada de la República. Nos preguntamos: ¿Hemos reflexionamos si
esta etapa es la clausura o el inicio de un nuevo ciclo histórico?
UNA
ACOTACION NECESARIA…
En
Macbeth hay un curioso diálogo entre Lady Macduff y su pequeño hijo. El niño pregunta quién debe ahorcar a los
traidores, y la madre contesta que los hombres de bien. Con la ingenuidad
característica de sus años, el niño comenta: “entonces los traidores serian
imbéciles si se dejaran ahorcar, por que ellos son mayoría y pueden ahorcar a
los hombres de bien”…
EL
CANTO DE LAS SIRENAS
Uno
de los episodios más memorables de la Odisea es aquella en que Odiseo se las
ingenia para oír el Canto de las Sirenas, quienes con su melódica voz, atraían
a los marinos hasta la costa para hacerles naufragar: “Circe nos aconsejó
rehuir la voz de las sirenas. Dijo que sólo yo debía oírlas; atadme con cuerdas
al mástil, y en caso de que os mande que me soltéis, atadme con más cuerdas
todavía”.
Ulises
explica cómo actuó: “Tomé al instante un gran pan de cera, lo partí con la
espada en pedacitos que apreté con las manos y fui tapando con ella los oídos
de todos los compañeros. Luego me ataron al mástil, y cuando estuvimos cerca,
las sirenas comenzaron a entonar un melodioso canto: “¡Famoso Ulises!” acércate
y dejen la nave para oír nuestra voz. No
hay nadie que pase por aquí sin oír la dulce voz que fluye de nuestra
boca. Hice gestos indicando a mis
compañeros que me desatasen; pero todos agacharon la cabeza y se pusieron a
remar. Levantándose dos de ellos, me
ataron más fuerte. Cuando dejamos atrás las sirenas y ya no se oía su canto,
mis fieles compañeros se quitaron la cera con que había tapado los oídos y me
soltaron las ligaduras”.
El
regreso de Troya fue complicado para Ulises: diez años a merced de los dioses y
de los mares y siempre con la muerte en los talones. Cada vez que su nave
arribaba en tierra extraña, una misma inquietud: “¿De que clase de hombres es
la tierra a la que he llegado? ¿Son soberbios, salvajes y carentes de justicia,
o amigos de los forasteros y con sentimientos de piedad hacia los dioses?”.
¿CLAUSURA
DE UN CICLO HISTORICO?
En
toda su historia Republicana de Venezuela, no había experimentado una crisis
como la que sofoca la vida institucional del país. Pudiera postularse que el
tejido que dio forma a la existencia que cultivamos los venezolanos en el siglo
pasado, se encuentra en su estado terminal. Sin lugar a dudas nos aproximamos a
la fase de clausura de este ciclo histórico. Esta es una afirmación gruesa que
apunta hacia lo sustantivo de lo que está arribando a su momento decisivo. Así
se explican las dificultades que experimentan los diversos factores colectivos,
en la búsqueda y articulación de una salida a esta asfixiante situación.
Necesario
es preguntarse entonces, ¿Qué tejido ha entrado en crisis? ¿El político, el
económico, el institucional o el discursivo? ¿La totalidad de ellos? ¿Existe
implicación causal entre las distintas dimensiones societarias? ¿La crisis
política generó la económica? o fue ¿La desigualdad económica que engendró la
conflictividad política? ¿La respuesta a la crisis ha de ser exclusivamente
política, económica o institucional? ¿Tendrá que tener un sentido más amplio?
¿En esta alteración hay un nuevo orden discursivo? ¿Cuál será su lógica?
Es
inaplazable intentar responder estas interrogantes, las cuales deberían ser
objeto de un gran debate nacional. Una reflexión en el plano de las ideas.
Para
ese ejercicio los partidos políticos lucen trabados, los que agonizan,
torpemente conducidos por nulidades fosilizadas y los que intentan emerger,
“crisálidas en estado quiescente”, sumidos todos en una especie de dramática
adolescencia eterna, disolvieron todo rastro de democracia interna y por esa
senda todos terminaron, en el proceso de alienarse a las “elites” en cuyas
canteras debían haberse provisto de la necesaria renovación intelectual,
ideológica y programática.
El
resultado electoral del 8 de diciembre, con sus optimistas resultados para unos
e inciertos para otros, con sus desgarradoras consecuencias, no es otra cosa
que un empate hegemónico característico de la actual situación social y
política que vive el país.
Es
importante resaltar que esta tendencia se ve reforzada por el hecho de que el
régimen en sus 15 años de ejercicio gubernamental, ha privilegiado una visión
instrumental del Estado; es decir una plaza que puede ser conquistada y ocupada
por el partido mayoritario y ser destinada como instrumento al servicio
exclusivo de sus “políticas”.
En
articulación con esa visión, las tácticas desplegadas por este movimiento
político, dirigido antes y sin mediaciones por un jefe único, y ahora por una
confusa tutela Bifronte, desestiman la
existencia de realidades políticas que se imponen y actúan independientemente
del “tamaño” de su victoria o derrota electoral. He allí, una de las razones
que inciden en la situación de turbulencia y confrontación que esta presente en
el clima político de la Venezuela actual.
La
consolidación de una democracia expansiva en Venezuela, ha de ser el resultado
de articulaciones entre principios políticos, (libertad, igualdad, justicia,
inclusión, participación). Se hace necesario vertebrar su cultura con su
política. Esta relación no es de fácil
construcción.
Las
tradiciones populares son vistas por el racionalismo político como antiguallas
para la modernización. Sin embargo, el mundo rural, urbano, el sincretismo
religioso, la diversidad indígena, el lenguaje popular, el mestizaje y demás,
son fuerzas decisivas en el presente, que pueden proporcionar las creencias que
las libertades políticas deben proteger. Es en este marco seria posible
concebir la preterida democracia, no como una abstracción, sino como un
componente vital en la vida de los venezolanos.
Sólo
así, la política se articularía al entreverado de tradiciones, costumbres y
creencias que proporcionan singularidad a nuestro pueblo. Democrático ha de ser el lenguaje que permita
dotar de amplificadores a nuestra diversidad de voces.
La
sociedad no es homogénea, especialmente en sus sectores más débiles, es
diversa, sabe, siente, intuye, comprende e interpreta desde múltiples
referencias criticas, pero también ha sido expropiada de las voces de
impugnación, de sus medios de expresión y de diversas herramientas que permitan
colocar la luchas en condiciones de mayor igualdad, contra el sentido común
dominante, contra los discursos hegemónicos.
En
el país no hay claras definiciones teóricas. Fluyen incesantemente, propuestas
e ideas que, aunque cargadas de esperanza, se mueven en el terreno del
desconcierto. Esto, resultado de un intento de continuidad entre la búsqueda
actual y la evocación del pasado, hay que evitar la repetición dogmática o
neutra de teorías revolucionarias y la copia servil de modelos de otras
latitudes, rasgos que han marcado en gran parte nuestras pasadas luchas.
No
tenemos un pacto societario, cabalgamos todavía en un pacto nacional que es un
pacto de las élites, (libertad-igualdad-dererechos y deberes), cada época tiene
una teoría. A eso deseaba enfrentarse el filósofo italiano Giambattista Vico, para muchos
fundador de la filosofía de la historia. Con sus reflexiones de modo arrojado y
con considerable esfuerzo para su tiempo bautizó como la confabulación de los
doctos a esa especie de asociación de de lugares comunes que se dan por
verdaderos sin serlo gracias al prestigio que les confiere la simpatía de
algunos Académicos.
Apelemos
a los argumentos del filósofo alemán-costarricense Franz Hinkelammert, quien
hace una corrosiva crítica a los relatos de la modernidad. Este autor
disecciona el pensamiento occidental que sirve a esta innovación de fundamento
y legitimidad, desde John Locke, para sostener que no es el capitalismo lo que
esta en crisis, sino la vida, la reproducción humana y del mundo por efecto del
capitalismo. A partir de ello elabora criterios para plantear un nuevo orden
que repose en la centralidad del hombre concreto, corporal, de la humanidad, de
la vida para todos, incluyendo la naturaleza…
Finalmente
para no olvidar la metáfora inicial, debemos tener claro que en el país, la
política no fija el rumbo necesario de los eventos en marcha, la fijan los
medios. En complejísima problemática sus intereses que no son necesariamente
los del país ni los de la política, su configuración, su control y su
funcionamiento, han llegado a ser agentes primarios de socialización. En razón de su importancia, por eso en el
preterido capitulo sobre el debate mediático, no caben abdicaciones,
complicidades, apresuramientos ni simplificaciones, hoy a través de los rayos
catódicos, entonan sus modernizadores cantos las sirenas de nuevo cuño. Están
en juego demasiadas cosas en el contexto actual de las nuevas relaciones de
poder. Sobre este tema volveremos en su momento.
¿A quien el pueblo le entrega el testigo para
este difícil nuevo tramo con obstáculos?…
“No
se puede verter vino nuevo en odres viejos, sin que aquellos se no se
corrompan”
“Los
socráticos que no son por cierto, los únicos “ilustrados” posibles sostienen que el hombre desvaría y se
equivoca porque ignora; Freud se unió a una larga traza de pensadores
antisocráticos (como Lucrecio, Montaigne o Nietzsche) que ponen las cosas más
difíciles: el hombre no yerra por ignorancia, sino por deseo”.
Antes
de aceptar que Dios nos creo a su imagen y semejanza, el infante tendrá que
hacerse un yo a su imagen y semejanza: un representante en el intercambio
simbólico que le degradará del alucinatorio estatuto divino a su humanidad
real. Este yo será el sujeto de la palabra y de la actividad responsable, el
acosado inquilino racional del mundo. El trastorno en su estatuto propio,
porque debe trazar su camino permanente, hostigado por los impulsos infernales
(es decir, inferiores) de la materia viviente y por la sombra represiva del
consorcio simbólico, establecido con sus parientes, los demás hablantes. Nos
encontramos en una situación semejante a la del enérgico caballero que
protagoniza un grabado de Durero, cabalgando con prudente pero orgullosa
firmeza a través del bosque de la existencia, mientras sufre el incesante
hostigamiento del Diablo y de la Muerte… Sin cuya ominosa compañía olvidaría
ciertamente quién es y adonde va.
“A
pesar de las compañías no olvidemos jamás quienes somos, y adonde vamos”…
pgpgarcia5@gmail.com
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