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jueves, 29 de diciembre de 2011

GUSTAVO ROOSEN: 2012, DEL OPTIMISMO A LA CONCRECIÓN

Todos los años son diferentes, es cierto. El próximo, sin embargo, se anuncia como un año muy especial: 366 días en los que se producirán importantes cambios en la manera de enfocar el país. Año de encrucijada y de definiciones, en el transcurso de 2012 se trazará la orientación de Venezuela: la continuidad de este presente marcado por la destrucción y la desesperanza o el inicio de un futuro de optimismo, trabajo, grandes retos y orgullo nacional.

La opinión pública, tanto la que registran las encuestas como la que se percibe en la calle, muestra al menos dos cosas: el desmoronamiento lento pero persistente del mito de la imbatilidad y la consolidación de nuevos liderazgos robustecidos por una clara voluntad de unidad. Para quienes la actual orientación de Venezuela sólo conduce a un recrudecimiento de la destrucción, 2012 se presenta como un año en el que las cosas pueden cambiar.


Es posible ganar y se ha venido trabajando para ganar. Los candidatos con más opción en las primarias representan una Venezuela renovada en lo político, con nuevas propuestas, con apoyo ciudadano, con visión de su compromiso con el país.

Si en 2006 la fuerza propagandística del Gobierno logró identificar al candidato de la oposición democrática como expresión del regreso al pasado, en este 2012 el pasado ­todavía presente­ es claramente Chávez, en tanto que los nuevos líderes son la expresión del futuro, de la posibilidad de cambio para bien.

La renovación del modo de hacer política y de construir el país no pasa por el autoritarismo populista ni por la opción indefinida y fracasada del socialismo del siglo XXI; pasa, al contrario, por alternativas democráticas capaces de unir, de entusiasmar, de generar trabajo y bienestar.

El optimismo frente a los precandidatos que encarnan las posibilidades de futuro nace, entre otras razones, de la coincidencia en una orientación basada en la valoración de la persona y de sus potencialidades. Sus propuestas reflejan fe en el ser humano y en su capacidad de superación, confianza en él como actor económico y político, respeto a su integridad y a sus derechos. Así se explica el acento en temas como la educación, la seguridad, el empleo productivo, el emprendimiento, la descentralización, el respeto a la ley. Una visión así, que exalta la persona y alienta su desarrollo en libertad, contrasta evidentemente con la otra, con la que alimenta la dependencia y la sumisión, acumula poder en el Estado, traba la descentralización.

Desde esta orientación de confianza en la persona y en el país, el nuevo liderazgo apoya la propiedad y la iniciativa privada sin desmedro de la función reguladora del Estado, alienta la generación de valor frente al rentismo, apela al "hecho en Venezuela" frente a la dependencia importadora, propone un país de innovadores inserto en la economía del conocimiento, privilegia la excelencia frente a la mediocridad. Los candidatos se han mostrado dispuestos a hablar de estos temas hablar con claridad y franqueza, a aceptar sus limitaciones, a pedir consejo, a escuchar.

Dispuestos a iniciar el camino de la reconstrucción, son conscientes de la dificultad que implica, pero también de la capacidad de hacerlo si se apela a lo mejor del venezolano. Los ejemplos históricos están a la vista, tanto de países que se han recuperado del desastre de malos gobiernos o de utopías socializantes como de quienes lo han hecho luego de calamidades naturales o de años de guerra. Somos diferentes, pero no está de más mirar esos ejemplos. En todos los casos los factores de recuperación han sido sostenidamente los mismos: educación, trabajo, productividad, disciplina, organización, orgullo nacional.

El nuevo liderazgo de Venezuela es un elemento de optimismo para este 2012, que se anuncia como un año de confrontación y riesgos, pero también de trabajo y esperanza, de nuevas ideas y decisiones, de intensa discusión sobre el país y su futuro. Una visión centrada en la persona y sus potencialidades debe servir para convencer, para entusiasmar, para concitar voluntades. Entonces sí será un buen año.

nesoor@cantv.ne

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