El
camino a la democracia participativa y protagónica, en un Estado de justicia,
federal y descentralizado, que además se arrogue valores de libertad,
solidaridad y convivencia para así asegurar el respeto a derechos tan
fundamentales como el derecho a la vida y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna, pasa necesariamente por el equilibrio inaplazable de su
praxis política, social y económica. Sobre todo, si estos procesos consideran
las exigencias del presente y las demandas futuras.
Según
la Constitución de la República, la comprensión del Estado venezolano considera
“la defensa y el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad” como
razón jurídica, ética y moral de lo que luego exhorta a través de los
principios de solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad. A decir por lo
que de sus postulados se infiere, todo ello obedece al hecho de definir a
Venezuela como “un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia” lo
cual, desde una comparación que toque las actuales y desastrosas realidades, no
resulta difícil dar cuenta de graves contradicciones. De peligrosos problemas
que ha ocasionado el régimen debido al reiterado irrespeto a lo que representa
la “norma suprema y el fundamento del ordenamiento jurídico” como en efecto es
la Constitución.
Lo
que recién acaba de suscitarse con la designación de Venezuela como miembro del
Consejo de Derechos Humanos, no es como pudiera interpretarse de una primera
lectura. Lectura ésta que, por insuficiente o deficiente, incurre en equivocadas
apreciaciones que terminan aplaudiendo, cual alegría de tísico, el patético
espectáculo que ha brindado un régimen autoritario disfrazado de “democrático”
a la mejor usanza carnavalesca. Ante tal decisión, los jerarcas del régimen,
con desbordada euforia y casi entonando alguna prosa de himno triunfal,
llegaron a declarar que dicho nombramiento es un “reconocimiento a los logros
de Venezuela en materia de derechos humanos”. Que ello constituyó “una victoria
sin precedente”. Tal fue la extravagancia demostrada, que escribieron “Viva
Bolívar. Viva Chávez” lo que demostró el desconocimiento de lo sucedido y que
combinado con el fanatismo, terminó reflejando la ridiculez que padecen.
Primeramente
debe saberse que para la integración de este Consejo, se solicitan tres países
latinoamericanos. Y para esta oportunidad, fueron solamente tres los
postulados: Argentina, Brasil y Venezuela. Además, elegidos por ellos mismos.
Era imposible pues que Venezuela no saliera electa. En segundo lugar, debe
puntualizarse que para ello no se hizo ninguna evaluación. No hubo
pronunciamiento alguno que diera cuenta de la serie de problemas por los que se
ha acusado al país y que de haber sido así, Venezuela hubiese quedado mal
parada. El caso de la jueza María
Lourdes Afiuni, la denuncia a la
Convención Americana Sobre Derechos Humanos, problemas con la
supervisión y protección internacional de los derechos humanos por parte de
órganos independientes, o el caso de los presos políticos, son algunos de
ellos. Finalmente, debe hacerse ver que los gobiernos de otros países no juzgan
por situaciones sucedidas. Simplemente se trata de una evaluación entre ellos.
O sea que las credenciales de un país no tienen mucho que ver con la escogencia
de los miembros en el Consejo de Derechos Humanos. Así evitan una calificación
negativa para sí mismos en lo sucesivo.
Tanta
alharaca por esto, es infundada. Pura bulla. El régimen miente cuando, por mera
propaganda, exalta derechos políticos, derechos a la salud, a la igualdad
social, a la alimentación, a la vivienda que sólo lucen declarativos. Todo fue
puramente una elección de números. No hay méritos para decir que Venezuela es
“vanguardia en Derechos Humanos” cuando ni siquiera el régimen ha entendido lo
que es “amnistía”. Las realidades sólo pintan derechos deshumanos.
VENTANA
DE PAPEL
NUEVO EVANGELIO
“CHAVISTA”
Ante
el afán por conservar el poder por la vía que fuera, el presidente de la
República se ha empeñado en demoler la institucionalidad democrática para
entonces justificar su sustitución por otra a través de la cual pueda controlar
con plena exactitud cualquier movimiento político o económico que tienda a
demostrar ante el mundo el carácter perverso, mordaz y anacrónico de su
personalismo. Más, por lo que representa la descarnada intención de socavar el
ordenamiento jurídico a partir del cual se deparó el país tal como se dio a
conocer en el contexto geopolítico latinoamericano.
La
visita a Mérida del sociólogo y profesor universitario (UCV) Oswaldo Barreto,
ex dirigente del PCV en sus momentos de paroxismo político, sirvió para poner
en claro muchas dudas al respecto. Particularmente, a consecuencia del agorero
invento político-ideológico alrededor de las muy cuestionadas “comunas”.
Según
Barreto, se trata de entidades fantasmagóricas que deambulan en el imaginario
de cadáveres insepultos que siguen incitando remembranzas de un pasado que no
pudo ser tal como llegó a pensarse. Pero que sin embargo, continua provocando
trasnocho en quienes se aferran a revivir vetustos paradigmas que sólo pueden
servir para concentrar el poder político y económico del país en las manos del
mismo comandante-presidente.
Las
comunas son un nuevo credo por el cual el régimen busca revolverlo todo para no
hacer nada distinto (o todo peor) de usurpar las glorias libertadoras de un
tiempo superado y consumido por las nuevas realidades. O sea que en perjuicio
de reivindicadas libertades, pero en nombre del cacareado mamotreto socialista,
surge un nuevo evangelio chavista.
IMPÁVIDOS, OPORTUNISTAS
Y PICHONES
Vivir
la política no es nada fácil. Sobre todo, cuando es asediada por la presencia
de ambiciosos, fanáticos y abusadores cuando buscan aprovecharse de cualquier
oportunidad factible para ganar el espacio necesario desde el cual asegurar
posiciones de poder con el único propósito de aventajar al más cercano
contendiente.
En
medio de tan contrariada escena, se establece una rivalidad no sólo entre
personajes rayados por conspiraciones, malversaciones, corrupciones y
manipulaciones en las que caen por peso propio. También, con actores de la
política crecidos al amparo de dignos esfuerzos pero que la insidia de
resentidos y agoreros ha buscado desdibujar su hoja de vida. En el fragor de
estos reñidos encuentros, se ha debatido la política en Venezuela.
Más
aún, cuando en los últimos años se ha sembrado una radicalización extrema
inducida en gran parte por la hostilidad y el maltrato que el régimen actual
asumió como ejes conductores de su gestión política. En consecuencia, devino un
caos de orden político y social que hasta ahora tiene entrampada la vida
política nacional y regional del país. Con la elección de gobernadores este
16-D, estas tendencias siguen recrudeciéndose. Tanto, que en el terreno
político-electoral deja verse una irascible confrontación entre impávidos,
oportunistas y pichones (de la política).
EN
LA ONDA DE LA GEOGRAFÍA COLOMBO-VENEZOLANA
Luego
da casi un año de ardua organización, desde la Escuela de Geografía de la
Universidad de Los Andes, y de la mano de los profesores Ceres Isabel Boada y
Juan Carlos Rivero, se dio el III Encuentro Colombo-Venezolano de la Geografía.
Con el lema: Una Visión Integradora de la Ciencia Geográfica, el evento
académico fue capaz de reunir más de cuatrocientos delegados de ambos países.
Conferencias dignas de motivar las mejores reflexiones profesionales, fueron
dictadas por brillantes universitarios.
Sobre:
Develamientos Geohistóricos para la Integración, versó la exposición del
profesor Pedro Cunill Grau, de la Universidad Central de Venezuela. Colombia y
Venezuela, en el contexto global de la Geografía, fue la conferencia dictada
por el Rector de la Universidad Valle del Momboy, Francisco González Cruz. La
evolución de la Geografía en Venezuela y Colombia, fue el tema brindado por
Rodolfo Espinosa López, de la Universidad del Valle-Cali.
Por
su parte, Leonel Vivas Jerez, de la Universidad de Los Andes, habló sobre
Geotemas. Además, interesantes temáticas fueron expuestas por profesores y
estudiantes de Geografía de universidades de estos países, quienes destacaron
la importancia de tan especial programación. Todo ello concurrió en la onda de
la Geografía colombo-venezolana.
antoniomonagas@gmail.com
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