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miércoles, 2 de mayo de 2012

ANALÍTICA PREMIUM, EDITORIAL , EL PARTO DE LOS MONTES LABORALES, 2 DE MAYO DE 2012

La discusión semi secreta previa a la definición de la nueva Ley Orgánica del Trabajo fue más de discursos mitinescos comprometidos, que de razonamiento de la realidad, los problemas, las necesidades y las oportunidades

Mucho se ha especulado sobre la ley laboral aprobada el 30 de marzo por el Presidente después de 13 años de plácido olvido y pocos meses de redacción y aprobación a la carrera. Queda clara la sensación de que más que por cumplir con el mandato constitucional, y por una sincera preocupación por los trabajadores, el Gobierno y el Psuv apretaron el acelerador sólo para desplegar otro cuestionable mérito electoral para el presidente Chávez.

Hasta el lunes 30 de marzo en el más bien discreto acto de firma presidencial, y hasta los desfiles y declaraciones del 1º de mayo, sobraron los halagos y proclamas favorables de dirigentes y sindicalistas chavistas, y faltaron argumentos concretos de los opositores. Los argumentos abundaron en lugares comunes, en reclamos de que no se responde a las necesidades reales de los trabajadores, en despliegues de que la nueva ley prácticamente establece el reinado del bienestar y la justicia para los trabajadores.

La discusión semi secreta previa a la definición de la nueva Ley Orgánica del Trabajo fue más de discursos mitinescos comprometidos, que de razonamiento de la realidad, los problemas, las necesidades y las oportunidades. Una parte importante del sindicalismo nacional no conoció el texto de la ley hasta después de firmada por el Presidente, y mucho menos trabajadores no chavistas y especialmente empresarios.

Es decepcionante a la vez que muy preocupante la falta -que pareciera intencional- de un verdadero debate sobre una legislación que afecta no sólo a los trabajadores sino a toda la economía. Igualmente decepcionante es que tampoco haya, con plena claridad a estas alturas, una posición firme, completa, detallada e innovadora de la oposición. El candidato presidencial opositor no puede limitarse a decir nimiedades sobre un tema crucial.

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MIGUEL BAHACHILLE M., EL CAFETIN DE ISAIAS

Es difícil encontrar en la historia de Venezuela gobernante alguno, con la excepción del actual, que haciendo uso del poder que ostenta haya ansiado liquidar sin más a sus adversarios políticos acusándolos incluso de apátridas y traidores. En este régimen el concepto de patria ha sido confiscado por un proyecto fascista disfrazado de revolución o, peor, de democracia. Basta prestar atención a las procacidades proferidas por el presidente y su canciller contra todo aquel que ose ejercer algún derecho constitucional para corroborarlo. Ahora, como refuerzo, brota nada menos que la efigie del exFiscal General, Isaías Rodríguez, antes supuesto garante del disfrute de los derechos ciudadanos, con una declaración que él supone es un descrédito contra Capriles al tildarlo de líder de cafetín. 

¿No debería preocuparse Isaías, como exfiscal, por las incontables personas y grupos de husmeadores del régimen que contrariando la ley y la convivencia cívica graban, fotografían y filman, hasta a los líderes de cafetín por él referidas, en contra de lo que algún día juró defender? ¿No debería preocuparse sobre todo por la vigencia de montoneras llamados colectivos en muchas regiones del país que violentan la ley desde que él ejercía el cargo de Fiscal General?

Ese carácter de segregación reduce el escrutinio cívico e incrementa la exclusión en este caso atizada nada menos que por alguien que ejerció los cargos de Vicepresidente de la República por un año y de Fiscal General durante 7 años. Nadie se explica por qué Isaías no hace uso de la experiencia adquirida en los altos cargos que ha ostentado y no recurre a sus habilidades extrasensoriales, como lo hiciera con el testigo estrella en el caso Anderson a quien pudo leerle la mente tan sólo tocarlo y observar su mirada, para proponer planes de seguridad que mitigue el pavoroso índice de violencia que acosa a todos los habitantes del país, incluyendo a los dirigentes de cafetín.

¿Cuáles fueron los planes de prevención del delito de la Fiscalía cuando Isaías ejercía el cargo de Fiscal General? Por ejemplo, las edades de los diez integrantes de la banda criminal "Los Miserables" que ejecutaron a Líbero Liazzo oscilan entre 18 y 22 años. Aún más, el gatillero de 18 años que confesó el crimen declaró que no les dio tiempo de quemar el cadáver. Cuando el jefe de Isaías asumió el control de todos los poderes, las edades de estos entonces niños de la patria oscilaban entre cuatro y ocho años. ¿No cree el exfiscal que su aporte sería más relevante si explayara su intelecto con ideas constructivas para amparar a nuestros pequeños y jóvenes en vez de estar inquiriendo a los líderes de cafetín? 
Este exadeco, exmepista, exsenador, constituyente, luego revolucionario, ahora embajador, fungiendo de poeta, se salió de la línea antiimperialista del régimen al publicar en España un poema halagando a la selección española de fútbol por su triunfo en el Mundial celebrado en Sudáfrica 2010. Nota curiosa pues es bien conocida la aversión de la revolución bolivariana contra el imperio español. Cierta prensa lo calificó entonces como El Poeta pastelero.
Es aterrador observar cómo en los últimos 13 años se han incrementado los síntomas de crisis derivados del proceder de los supuestos guías del poder. El problema de las llamadas "prioridades invertidas" es típico de lo que inteligentemente alguien bautizó como "la sociedad enferma". Ello significa el incremento de la confluencia de la tensión social estimulada por dirigentes con mayor capacidad para dividir que de tutelar.

¿No debería Isaías celebrar que hoy en Venezuela ocurre una fiesta democrática en la que participan no sólo dirigentes de cafetín sino de tascas y bares muy frecuentados por revolucionarios y también de muchos capilleros rezagados? ¿Cómo queda su condición de intelectual que siempre ha persistido ostentar? No podrá Isaías con toda su verborrea vacía contener el empuje de la opción democrática que día a día crece ante la merma de los fatigados chavistas.

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FREDDY NÚÑEZ., LA CLAVE ES LA UNIDAD

Recorrer el interior del país es encontrarse en vivo y directo con el proceso de envilecimiento ciudadano que caracteriza al régimen de Hugo Chávez. 

Estos tiempos de vergüenza inaudita, no solo convierten a este régimen en el más corrupto, ineficiente y mentiroso de la historia de Venezuela, también en el gobierno que más esfuerzo ha hecho por degradar al ciudadano para convertirlo en un pordiosero del estado. 

El espectáculo de hombres y mujeres de todas las edades parasitando a la vera de alcaldías y gobernaciones, uniformados de rojo, marchitando sus vidas en los bancos de las plazas Bolívar, es asunto rutinario. En los estados que padecen el chavismo fanático y estéril, no hay posibilidades de generar inversiones que se traduzcan en empleos estables y bien remunerados. Al contrario, este régimen cavernario en su indetenible proceso de destrucción nacional, ha acabado con lo mucho o poco que hubiera en ellos y con su probada capacidad erosiva ha destruido esas oportunidades. 

En definitiva este desgobierno sabe que un ciudadano cuya vida cotidiana, no dependa de la voluntad del gobernante, se hace más independiente, más libre y más refractario a los slogans de la politiquería y la demagogia barata. Para la oposición democrática es demasiado importante llegarle a cada uno de esos ciudadanos con un mensaje claro y concreto que le permita entender las posibilidades reales que existen de cambiar su destino, de construirse un camino de prosperidad sin ser chantajeado por un partido o por un gobierno.  Pero a este ciudadano no se le llega desde Caracas o por Globovisión. Hay que ir a su encuentro personalmente. Y esa tarea titánica exige como única posibilidad la manifestación concreta de unidad de todas las fuerzas políticas, y grupos independientes, activados en cada pueblo, caserío y barrio del país.

La unidad no puede ser solo una declaración de principios, la unidad es la verdadera fortaleza de la oposición democrática, y ella debe encontrar en Enrique Capriles a su primer promotor. En una reunión reciente de la MUD, escuche a esa hermosa y valiente mujer María Corina Machado, desglosar los diferentes sectores que bajo su coordinación, constituyen frentes para la acción social y política con los cuales hay que trabajar para garantizar la victoria el 7 de octubre. Al escucharla se me ocurrió pensar en que si en cada uno de esos frentes, no están incorporados de lleno TODOS aquellos que conforman la unidad opositora, asumiendo responsabilidades, estaremos trabajando contra nosotros mismos. 

Se requiere que la comprensión, esa difícil proeza humana, se ponga en acción y más allá de prepotencias, argumentos baladíes, situaciones personales etc., entendamos que hay un país, al cual solo es posible llegarle si se accionan todos los mecanismos que sean necesarios para que la unidad sea algo más que una consigna vacía. El país está podrido, y aunque usted no lo crea o le parezca imposible, hay mucha gente que ni se ha enterado.  Hay un camino, y la clave es la unidad.

freddynm6311@gmail.com

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EMILIO NOUEL V., DERECHOS HUMANOS Y DESPRESTIGIO DE VENEZUELA

En estos días, hemos visto en Venezuela a un gobernante ya en retirada, pero que pretende aún, con sus acciones, seguir su práctica demoledora de las instituciones, de la economía y del poco prestigio internacional que aún queda.

Aparte del tema de la nueva Ley laboral, cocinada por un camarilla en las catacumbas del gobierno, a espaldas de todos los venezolanos, el presidente de la República ha “sugerido” a sus subalternos, concretamente, a quienes serán los miembros del Consejo de Estado, órgano éste de naturaleza consultiva según la Constitución vigente, que estudie la salida de Venezuela de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH).

No sabemos si a la que quiso referirse Chávez es a aquella,  o si, más bien, la que tenía en  mente es la Corte Interamericana, dos instancias que, como se sabe, son distintas aunque estrechamente vinculadas por los tratados sobre la materia.

En cualquier caso, contra ambas el gobierno revolucionario bolivariano ha arremetido un sin número de veces, acusándolas de ser brazos ejecutores de las órdenes del imperialismo yanqui.

Son conocidos los dictámenes de la Comisión desfavorables a Venezuela, como también las medidas cautelares y sentencias condenatorias de la Corte.

Estas conductas apegadas a derecho, a mi juicio, les han granjeado la animadversión del gobierno de Caracas, el cual las considera casi que enemigos jurados, a pesar de que se han seguido los procedimientos y se ha respetado los derechos de las partes y las normativas en cada caso.
La amenaza que profiere ahora Chávez, por tanto, es secuela lógica de las embestidas anteriores. Pero lo que la Corte representa para él lo resumen esta palabras: "!Hasta cuándo nosotros vamos a estar con esa espada de Damocles¡"

Su visión acerca de las organizaciones internacionales ha sido siempre clara. Ellas han sido, para los que gobiernan nuestro país, una incómoda barrera que choca con su noción anacrónica de soberanía absoluta. El Tribunal Supremo de Justicia, en su atraso conceptual y sumisión perruna al poder ejecutivo, ha acompañado a éste en tal conducta impropia.

Para todo gobierno despótico, cualquier compromiso internacional que reduzca su margen de maniobra para cometer arbitrariedades a su gusto, constituye un estorbo que debe ser puesto de lado.
  
Y esto lo ratificó Chávez el 30 de abril en su breve discurso, cuando, desgañitado, decía que no se aceptarían imposiciones de estos entes internacionales, como si los tratados suscritos no nos obligaran a actuar con arreglo a esos compromisos mientras estén vigentes.

La Comisión de DDHH forma parte de la estructura de la OEA. Por tanto sería improcedente renunciar a ella, a menos que nos salgamos de éste órgano hemisférico, lo cual, no dudo, es un íntimo deseo del gobierno actual venezolano; de allí su apoyo entusiasta a organizaciones como la CELAC, que él cree sea la némesis de la OEA.

La Corte, sin embargo, es un ente autónomo creado mediante tratado aparte.

La Convención Americana de los DDHH de 1969 dispone que los órganos competentes, a sus efectos, son la Comisión y la Corte Interamericanas.
La primera representa a todos los miembros que integran la OEA. Y aquí este vínculo establecido por la Convención es fundamental. Su función principal es promover la observancia y la defensa de los derechos humanos  en los pueblos de América.  

A la Corte corresponderá decidir sobre todos los casos de violaciones de los derechos humanos que sean sometidos a su consideración por los estados partes y la Comisión; y podrá tomar medidas provisionales o cautelares de urgencia, cuando sea necesario y de acuerdo con la naturaleza del caso.

La Convención o tratado que regula toda esta materia, que forma parte del sistema interamericano de protección de los DDHH, establece que un país podrá dejar de pertenecer a este mecanismo mediante denuncia.

Tendrá efecto tal denuncia a partir de 1 año de la correspondiente notificación. Por tanto, todos los compromisos de los Estados partes se mantendrán hasta  que se cumpla tal plazo.

Para cualquier venezolano, esta amenaza cuya concreción aún está por verse,  es una expresión más del talante y ejecutorias  autoritarios, así como del desprecio hacia los derechos humanos de los que gobiernan.

Además de la inconsistencia con los principios de la Constitución Nacional en vigor, con este disparate respecto del sistema hemisférico de los DDHH, el presidente perjudica aún más la imagen de nuestro país en el mundo.

Porque no sólo se acosa y expropia a la inversión nacional y extranjera, o se cuestiona la legitimidad de la institucionalidad internacional. No solo se menosprecia el principio de la seguridad jurídica para propios y extraños.

Ahora se proyecta la imagen hacia el mundo, de que se quiere, de un plumazo, suprimir las garantías de los derechos humanos, representadas por las instituciones referidas, último recurso judicial que en la hora aciaga que vivimos nos resta a los venezolanos.

No sé cuál evaluación harán al respecto los demás países de nuestra región. No sé si vean esta declaración como una bravata más de Chávez.
No sé si será el realismo pérfido del que hablaba Octavio Paz, el que de nuevo se imponga. Pero hay evidencias de que algunos parecieran no ver lo que está más claro que el agua.

Recientemente, en una Cumbre Judicial Iberoamericana sobre “Modernización confianza pública en la justicia, nuevas tecnologías y transparencia”, que tuvo lugar en Argentina, se aprobó una propuesta de la delegación venezolana, presidida por la inefable Luisa Estela Morales, para que Venezuela sea la sede de un instituto de estudios jurídicos.

¿En qué estaban pensando los delegados de esa reunión cuando le dan tal voto de confianza a una institucionalidad que en la actualidad está más desprestigiada que nunca? ¿desconocen estos señores que en Venezuela no existe autonomía del poder judicial y que el TSJ se ha prestado a los mayores desaguisados jurídicos, incluso violando los derechos humanos? ¿Que los compromisos internacionales como los asumidos en el sistema interamericano no se cumplen en nuestro país?

Tengo dudas acerca de si el gobierno concrete en definitiva la denuncia de la Convención de marras.

De lo que no tengo la menor duda es que estamos frente a unos gobernantes autoritarios e inescrupulosos que son capaces de todo. Para quienes la garantía y protección de los derechos humanos no tienen valor alguno.

Mientras tanto, estemos o no en la Convención interamericana, un hecho incontrastable es que para el gobierno, ha sido letra casi muerta.

¿Tendrá razón el joven Jaua en eso de que a los venezolanos no nos sirve de nada la Corte Interamericana?

Ciertamente, en el gobierno arbitrario de su jefe, no.

@ENouelV   
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RAFAEL MUCI-MENDOZA, CIEN AÑOS Y UN RECUERDO...

La sanidad pública navega en un mar proceloso con un timonel malvado, sin o...

Hace 100 años, un día 1º de mayo cálido y luminoso, nace un niño menudo portando una bandera libertaria. Era aquel que con agudo intelecto y fibra de maestro, disecaría hasta sus más íntimas fibras la enfermedad tropical ensañada contra el campesino venezolano a quien intentanía redimir del dolor y el olvido sempiterno. ¿A qué otro pudiera estar refiriéndome como no fuera a Félix Pifano (1912-2033)?, mi inolvidable y venerado ductor, paradigma del médico íntegro, un hombre liso, el de verdad, sincero, sin dolo ni artificio. Muy pocos quedan parecidos a él en mi pobre rico país, tan lleno de seres insignificantes y prostituidos vendidos a la tropelía, al fraude y el pillaje, y dispuestos a regalar la patria en provecho del único canceroso.

Las enfermedades tropicales, endémicas y epidémicas, bajo su égida y la de otros tantos, fueron confinadas a sus nichos naturales, controladas o borradas del mapa de la patología nostra. Pocos años de ignorancia y maleficencia han bastado para que las cuadrillas de ineptos hayan destruido su legado.

¿Qué diría Pifano?: "Venezuela ha sido un país sin suerte, pero los hombres pasan y los errores enseñan. Ya no es el momento de andar a la deriva improvisando soluciones con hombres impreparados, con muy baja cultura, carentes del mínimum necesario para garantizar la paz y el respeto para convivir... Es necesaria la transformación del ambiente social para llegar a donde florezca la armonía entre los hombres, la justicia social, la dignidad, una vida sin angustias, donde se obligue a mirar con respeto las tareas del espíritu y a los hombres de bien, las obras del pensamiento, las conquistas de la inteligencia".

La sanidad pública navega en un mar proceloso con un timonel malvado, sin luces, sin brújula y sin sextante...

rafaelmuci@gmail.com

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AUTONOMIAS POLITICAS, EL GRAN TEMA AUSENTE, DESCENTRALIZACIÓN Y LA REDISTRIBUCIÓN DE PODER.

El gran tema ausente en la agenda electoral de los candidatos a la presidencia de Venezuela es el de la descentralización y la redistribución de poder. En el caso del candidato Hugo Chávez, este silencio es natural pues obedece a su concepto centralista y autoritario del ejercicio del poder. De hecho, su propuesta de un Estado Comunal significa la anulación de gobernaciones y alcaldías como instancia de ejercicio del poder por parte de los ciudadanos.

En cuanto a la agenda del candidato presidencial de la MUD (Mesa Democrática de la Unidad), este tema no ha sido asumido en forma protagónica y frontal. Pareciera que en el diseño estratégico de su campaña prevalece un concepto más cercano a la cultura del centralismo que a la del federalismo. Contrasta esta circunstancia con las continuas manifestaciones en el país reclamando derechos que usualmente deben ser atendidos por los estados. Hay dos casos emblemáticos: Monagas y Táchira. En el primer caso se ha producido casi un "golpe de estado" contra las autonomías regionales; y en el segundo, la naturaleza ha cobrado la ausencia de atención a problemas de vialidad que anteriormente eran resueltos por la autoridad local.

Las únicas voces que han expresado explícitamente su vocación federal y autonomista han sido las de Carabobo, en la persona del Gobernador Henrique Fernando Salas, y la del gobernador del Zulia, Pablo Pérez. Ambos insisten en la importancia y la necesidad de producir un compromiso con el gobierno central que les permita "gobernar para sus pueblos".

Según la opininión de este Observatorio, el candidato de la MUD debe incorporar a su agenda electoral la noción federalista.

"Ocho de cada diez ciudadanos creen en la descentralización... el mayor partido del país" (HFSR)

autonomiaspoliticas@gmail.com 

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PACIANO JOSÉ PADRÓN VALLADARES, HAY UN CAMINO

Tres millones de venezolanos abrimos camino cara al progreso el pasado 12 de febrero, Día de la Juventud. Nueve millones de compatriotas transitaremos ese camino el próximo 7 de octubre para encontrarnos con el futuro, dejando atrás el pasado, el de los 40 años y este de 14, ya agotado y traumático, lleno de cansancio, confrontación y muy poco avance.

         Hace pocos meses no se veía una salida clara hacia el futuro, hoy la tenemos: hay un camino, un Candidato, un Programa de Progreso y un pueblo que, esperanzado, transita unido el camino que nos separa del mañana.

         El continuismo pretende imponerse por las buenas o por las malas, pero encuentra de pie a un pueblo dispuesto a hacerse respetar y a defender sus derechos por todos los medios.

A esta altura, Chávez ya es el presidente de Venezuela que luego del dictador y también militar Juan Vicente Gómez, ha ejercido mayor tiempo el poder, todo el poder. “El Benemérito” o “El Único” -como también le gustaba que lo llamaran- completó 27 años de mando. El militar continuista y absolutista que hoy nos gobierna está completando su año número 14, y aspira le renovemos el mandato por otros 6 para sumar 20, que según sus públicas confesiones pretende prorrogar hasta 30 y más años, desafiando con sus aspiraciones hasta la mismísima muerte.

Aun cuando el régimen de Chávez hubiese tenido una gestión administrativa y política buena -o al menos aceptable- debería igualmente producirse un cambio. El continuismo no aporta nada bueno. Es el mal que Bolívar consideraba “…manía miserable de querer mandar a todo trance” (1823), ya que “…la gloria no es mandar sino ejercitar grandes virtudes” (1826).

La gestión del gobierno, objetivamente pésima, ha sido bien publicitada y vendida, sobre todo entre los sectores menos favorecidos de nuestra sociedad, quienes igual que todos somos víctimas de la demagogia y la mentira, haciendo creer que sin Chávez no hay camino, intentando desmentir al Libertador, quien sostiene   “…nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo en un mismo Ciudadano el Poder. El pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo; de donde se origina la usurpación y la tiranía” (1819).

Mientras los días transcurren y comienza a desarrollarse la campaña, veo cada vez más sólido al candidato del progreso, más claro en sus propósitos y acertado en sus planteamientos. Ahora Capriles ampliando la concepción del problema que afecta a todos los venezolanos, la inseguridad, está introduciendo un nuevo concepto: “tranquilidad”. Capriles dixit: “Hablamos de ‘tranquilidad’ y no solo de ‘seguridad’. Uno está en tranquilidad cuando hay seguridad, pero también cuando el dinero alcanza, cuando se tienen los servicios básicos y espacios públicos para vivir y hacer ciudad, hacer país. Sin eso, las sociedades se enferman”.

Buen punto para Capriles al centrar el objetivo en la “tranquilidad” del ciudadano. Tiene razón, la seguridad es básica, preservar la vida y bienes es fundamental, pero no es suficiente, requerimos de calidad de vida, ya que el fondo del asunto es vivir y no solo sobrevivir.

Con Capriles hay un camino. Él no es el camino, él nos conduce hacia allá, porque el camino es el pueblo dueño de su propio destino. Con Capriles Radonski tendremos un Presidente, no un mesías; un líder, no un autócrata que decida y haga todo. Hay un camino.

E-Mail: pacianopadron@gmail.com
Twitter: @pacianopadron     

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ANDRÉS SIMÓN MORENO ARRECHE, PREPARADOS...¡DISPAREN, APUNTEN, PREPAREN ARMAS!

No, no se trata de un error en la redacción del titular. Tampoco es un chiste. Es ‘así’ como ha venido des-gobernando Chávez a Venezuela desde 1999, un cantinflérico modo de dirigir a una nación que, por ahora, realiza desde La Habana, vía twitter, con mayor intensidad desde que no le ha quedado otra opción que reconocer lo que no quería aceptar: que está enfermo, gravemente enfermo, y que le queda muy poco tiempo de vida.  

Pero eso -su salud- es harina de otro costal, un tema que los demócratas debemos evitar por tres razones: 

1º.- Porque hacerlo es continuarle el jueguito promocional de auto-flagelación y lástima, que es una estrategia comunicacional persuasiva inmersa en el proyecto propagandístico castrista surgido desde las salas situacionales del G2, un comando de espías instalado cómodamente en el Piso 10 del anterior Anauco Hilton de Caracas. 

2º.-   Porque insistir en comentar su cáncer nos desvía el objetivo central: demostrar, a propios y extraños, el carácter comunista y profundamente corrupto del régimen que des-gobierna en Venezuela. Y 3º.- Por elemental respeto a la vida privada de ‘ese señor’, un respeto que no se merece porque ha sido precisamente él quien ha violado y violentado todo recato y respeto a la privacidad y la propiedad privada de los ciudadanos venezolanos y de las empresas, nacionales y extranjeras, en Venezuela.  Pero hay que abstenerse de comentar su enfermedad por elemental sindéresis política y social: Para tener autoridad moral en el reclamo de un respeto similar, a él y a cualquier gobernante futuro.


Pero volvamos a sus modos de des-gobernar. El modo bizarro, expresado en el titular de esta nota y con la jerga militar que le es tan afín al léxico limitadísimo de Chávez, expresa el desorden de sus ideas, un método incomprensible que es inevitable para quien, como el teniente coronel Chávez, carece de sentido común y sindéresis política, así como también carece de los conocimientos fundamentales de la gerencia pública. En consecuencia, el teniente coronel Chávez no puede desarrollar las destrezas administrativas que se requieren para entender las inmensas complejidades involucradas en la administración pública de un país mono productor como Venezuela, atascado entre la postmodernidad y el atraso, desarticulado y sumamente complejo, y por eso... Primero dispara cualquier barbaridad, luego le exige a sus ministros y colaboradores que apunten la munición disparada al socaire, y casi inmediatamente  -precavido de la inutilidad de su esfuerzo-  le pide a los militares afiliados al cártel de Los Cuatrisoleados que ‘preparen armas’.

Probablemente estarás pensando que exagero. Que no es posible que una persona tan... ¿elemental? con tan reducida experticia y cortedad de visión pueda ser el Presidente de un país como Venezuela, ahíto a más no poder de riquezas naturales, hermosos paisajes y una población votante medianamente formada y forjada en los beneficios de la democracia durante más de 40 años. Pero es así. ‘Eso’ es el presidente (con minúsculas) que padecen los venezolanos y ‘esa’ es su manera de desgobernar. También puedo escuchar las preguntas que te haces mientras me lees. Hace tiempo yo también me hice esas mismas tres preguntas que siguen tan vigentes como aquella vez.  

Permíteme que las formule y te las responda, una a una:

PRIMERA PREGUNTA: ¿Cómo fue posible que llegara a la Presidencia de Venezuela un teniente coronel tan... ’elemental’?

Chávez es el resultado -indeseable, pero lógico- de un proceso de destrucción institucional que se inicia en Venezuela a comienzos de 1983 con el llamado ‘viernes negro’, el primer aldabonazo a la economía venezolana  sucedido durante la presidencia del socialcristiano Luis Herrera Campins para el período 1979-1984, un evento que se profundiza durante el segundo mandato presidencial del socialdemócrata Carlos Andrés Pérez (1989-1993), gestión política que estuvo marcada por el intento de salir de la profunda crisis económica y fiscal que venía desarrollándose desde años anteriores, a través de un conjunto de políticas de liberación de la economía, mal implementada y peor manejada, cuya manifestación más dramática fue el denominado “Caracazo” en febrero de 1989 y el desarrollo de una crisis política que produjo, en 1993, la suspensión en el ejercicio de su cargo de Presidente de la República y Jefe de Estado y su sustitución por el Dr. Ramón J. Velázquez, nombrado por el Congreso Nacional (de mayoría simple socialdemócrata) para culminar su período.

Pero no todo fue nefasto. Fue también durante esta segunda presidencia de Pérez que comenzó el proceso de descentralización político-administrativa del país, gracias a la aprobación, en los últimos meses del gobierno del Presidente Lusinchi, (1984 -1989) de las primeras reformas del Estado por parte del Congreso Nacional. A pesar de ello, el cáncer institucional había echado raíces en el país y las otrora sólidas estructuras sociopolíticas de Venezuela comenzaron a derrumbarse, de adentro hacia afuera, gracias a una muy bien orquestada campaña de desvalorización de esas instituciones (partidos políticos, los más vilipendiados -¡Y con mucha razón!) que condujo a la implantación de una ‘matriz de opinión’ sobre la que cabalgó el caballo rojo-rojito de un Chávez mesiánico, que venía a obtener por las urnas electorales lo que no consiguió con las urnas funerarias de los muchos venezolanos que murieron por su mano, en la infausta y degradante tentativa de golpe de Estado contra el gobierno constitucional de Pérez en 1992.

Como el mismísimo segundo Jinete del Apocalipsis, nuestro jinete llanero de tan criolla y vernácula cháchara, abrió el segundo sello y luego de jurar serle fiel a la República y sus Leyes (colocando su mano izquierda sobre una Constitución a la que grosera y públicamente llamó ‘moribunda’) comenzó desde ese día a borrar la paz institucional de la faz de la tierra venezolana, para que nos degolláramos unos a otros, como habría sido su deseo más íntimo, y de seguro aún lo es.

Así, con esos modos tremendistas y cabalgando el potro de la decepción y el desahucio institucional, llegó a la Presidencia de Venezuela ese ‘ser elemental’. Llegó reptando por sobre los escombros de la ruina institucional del país, al que tomó por asalto simbólico el mismo día de su nombramiento, y más luego, al convocar a una Asamblea Constituyente en 1999 con la aquiescencia impúdica de jueces, magistrados, políticos e instituciones públicas y privadas, es decir, con el silencio cómplice de ‘tutili mundi’, y nos metió por los ojos una ‘quinta República’ que el silencio de historiadores y comunicadores avaló.

SEGUNDA PREGUNTA: ¿En verdad es tan mala su gestión, desde 1999 a la fecha?

Mala no. ¡Es malísima!  De hecho, es tan mala que no debemos llamarla siquiera ‘gestión’ sino indigestión política. Sí, sé que lo estás pensando de nuevo, que exagero, que estoy desproporcionando los hechos para intentar convencerte. Te aseguro que no necesito realizar ningún esfuerzo porque la realidad es como una lápida de concreto que viene en caída libre, y que aplasta al más optimista -y ciego- de los obsecuentes seguidores del régimen chavista.  La lista de desaciertos es larga, (más de 1500 casos) densa (incluye cientos de violaciones a la Constitución) y en muchos aspectos, digna de aparecer en el asombroso libro de Ripley ‘Aunque Usted No Lo crea’. Voy a señalarte tres casos, solo tres ejemplos del despropósito y la tozudez elemental que resultan impensables en cualquier país del mundo con los tres requisitos básicos de gobernabilidad: Un gobierno limitado y de origen democrático, un Estado constitucional con sus tres Poderes públicos realmente independientes y el respaldo de una sólida institucionalidad republicana.

Primer caso: La írrita refundación de Venezuela:

El despropósito más grande de todos los que ha ejecutado Chávez en este ex-país que antaño llamábamos ‘República de Venezuela’, consistió en violar la Constitución vigente, aquella que regía desde el año 1961 y que como verás sigue vigente. Se trata de un despropósito para provocar una ruptura constitucional. Resulta y acontece que algunos demiurgos insomnes, de esos que son fanáticos de la ‘letra chiquita’, y que se dedican a leer qué es lo que ‘dice-el-papel’ incluso en el filo de la hoja, han ¿descubierto? algo que no podría suceder en ningún país serio del mundo, pero que pasó en Venezuela: Violar la Constitución en su ‘constitución pétrea’, y así sucedió aquí, en Venezuela, pues aquel texto constitucional de la mal llamada ‘moribunda’, que para muchos abogados constitucionalistas aún está vigente en Venezuela desde 1961, no se podía ‘mandar a morir’ así como así, ya que además de tener sus propias reglas para ser modificada,(Artículo 245º que reglamenta las enmiendas, Artículo 246º para reformas generales) sí hubiere necesidad de ello, expresa de manera clara e inobjetable que nada ni nadie podría dejar de observarla por algún acto de fuerza, o derogarla (es decir, suplantarla por otro texto) y que aun cuando ello se hiciere no perdería su estatus ni su vigencia. Esto está escrito expresamente en el Artículo 250º, Título XI, De la inviolabilidad de la Constitución, cuyo texto reproduzco ‘ad-litera’ para asombrar a mis lectores internacionales, porque asumo que mis lectores venezolanos esto ya no los asombra:

Título XI. De la Inviolabilidad de la Constitución

Artículo 250º: Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o fuere derogada por cualquier otro medio distinto del que ella misma dispone. En tal eventualidad, todo ciudadano, investido o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia. Serán juzgados según esta misma Constitución y las leyes expedidas en conformidad con ella, los que aparecieren responsables de los hechos señalados en la primera parte del inciso anterior y asimismo los principales funcionarios de los gobiernos que se organicen subsecuentemente, si no han contribuido a restablecer el imperio de esta Constitución. El Congreso podrá decretar, mediante acuerdo aprobado por la mayoría absoluta de sus miembros, la incautación de todo o parte de los bienes de esas mismas personas y de quienes se hayan enriquecido ilícitamente al amparo de la usurpación, para resarcir a la República de los perjuicios que se le hayan causado.”

Tal como le sucedió a El adelantado don Rodrigo Díaz de Carrera, célebre personaje de la maravillosa agrupación argentina ‘Les Luthiers’, cuando Chávez refunda a Venezuela con la pretendida 5ª República, (falaz cuenta, porque no han existido 4 anteriores, solo una desde 1811 a esta fecha) le acontece lo mismo que a don Rodrigo en la fábula cantada, que viniendo de Sur a Norte, ‘funda’ a Caracas unos 50 años después que lo hiciera don Diego de Losada en 1567.  Es decir, realiza una refundación írrita, solo que aquella es producto de la deliciosa creatividad de unos artistas fantásticos, mientras que esta otra, la de Chávez, es, amén de una mentira histórica, un atropello constitucional absolutamente inaceptable, que a pesar de haber sido señalado como írrita, la población venezolana lo ha consentido con su silencio, tal como hizo el mismo Chávez cuando en abril de 2003 su Ministro de la Defensa... “le solicitó la renuncia al cargo, la cual aceptó”.

Írrita o ilegal, nada le importó al muchachote de la llanerísima poblada de Sabaneta de Barinas. Prevalido de la popularidad de su reciente elección en diciembre del 98 y del populismo de sus ofertas apenas comenzado el 99, convocó una Asamblea de ciudadanos, a la cual llamó ‘originaria’ pero a la que condicionó su participación creando el tristemente famoso ‘portaviones de Chávez’, un modalidad de ‘kino político’, avalado por las írritas autoridades ‘transitorias’ del Consejo Nacional Electoral (integrado en un 95% por partidarios suyos) y con este ‘kino de Chávez’ entubó a su favor la mayoría de los asambleístas, para que aquellos le validasen como originario un texto de Constitución según sus expresas instrucciones. Entonces volvió a ‘entubar’ la decisión del electorado al impedir que los ciudadanos votasen o rechazasen el documento propuesto con posibilidad de escoger cuáles artículos sí y cuáles no y en vez de ello realizó un evento refrendario por la totalidad del texto, quitándole al ciudadano la oportunidad de elegir, aun cuando no de votar.

¿En cuál país democrático del mundo, con un Estado constituido con Poderes independientes y una sólida institucionalidad, se permite que el Presidente violente la Carta Magna de la nación? ¡En ninguno! Entonces, ¿Es Venezuela una un país dirigido por una democracia, regido por una autocracia o está sometido bajo una dictadura? Frente a la inocultable y flagrante violación del Artículo 250 de la Constitución de la República de Venezuela ¿Cómo queda la nación frente a la Carta Democrática Interamericana, suscrita por Venezuela el 11 de septiembre de 2001, en sesión especial de la Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Lima, Perú? No es poca cosa esta última interrogante porque La Carta Democrática Interamericana declara de manera sencilla y directa: "Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos la obligación de promoverla y defenderla". Esta carta le aporta a los ciudadanos del continente americano las coordenadas de acción para guiar su acción colectiva cuando la democracia enfrenta peligros, pues ella establece los procedimientos a seguir, no solamente cuando la democracia se interrumpe totalmente, como en un golpe de Estado, sino cuando el orden democrático ha sido seriamente alterado y la democracia está en riesgo, que es el caso que atañe a Venezuela desde 1999.

Segundo caso: La ruina y el colapso de la industria petrolera venezolana:

Para 1998, la industria petrolera nacional funcionaba así: Las políticas de Estado emanaban del Ministerio de Hidrocarburos y Minas, como ente gubernamental que fijaba los lineamientos estratégicos ‘macro’ (aportes al I.S.R., regalías, etc.) sobre los que tenía que rendir cuentas una empresa, Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA) en cuya Junta Directiva estaban miembros del Ministerio y Ejecutivos veteranos de ‘la industria’, quienes determinaban las metas y los lineamientos estratégicos para cumplirlas. En aquellos entonces, PDVSA operaba como una empresa del Estado pero con políticas de gerencia y productividad privadas. PDVSA llegó a estar considerada entre las 10 empresas más productivas del mundo y una de las 5 primeras de su sector. Venezuela obtenía, con esa PDVSA las divisas que el Gobierno necesitaba, la industria se fortaleció dedicándose a ‘lo suyo’: Exploración, extracción, comercialización, e incluso la refinación para el consumo interno, y como consecuencia de todo lo anterior, el teniente coronel Chávez recibió, en 1999, una industria petrolera sólida, confiable, financieramente sana y con un programa de expansión extra-frontera conveniente y en marcha: Refinerías en USA, el Caribe y Europa, una excelente flota de tanqueros, el Instituto de Investigación Petrolera más importante del continente y ‘productos’ de marca propias, como la Orimulsión, con los que pudo realizar convenios internacionales de comercialización.

Doce años más tarde PDVSA es una empresa en ruinas. Una empresa que dedica 2/3 partes de sus ingresos brutos a unas actividades ajenas a su condición de empresa petrolera: los programas políticos de Chávez, que éste ejecuta sin supervisión de la Asamblea Nacional ni de la Contraloría del General de la República. Doce años después es una empresa técnicamente quebrada por la malversación de sus ingresos... Por el robo de los ahorros y de los planes de jubilación de sus trabajadores... Por las sobrefacturaciones milmillonarias... Por el abandono de los planes de exploración y de recuperación secundaria... Por el desmantelamiento de su instituto de investigación petrolera... Por las groseras y escandalosas daciones y regalías de sus productos a otros países en condiciones de irrecuperabilidad contable.  En apenas doce años, PDVSA pasó de ser una empresa sólida, confiable y financieramente sana, a ser una empresa que pierde mercado, que emite papeles de deuda internacional, no para invertir en lo suyo (exploración, producción, refinación, comercialización) No, ahora PDVSA se endeuda para cubrir caja. Para subsistir precariamente. Para continuar siendo la caja chica del teniente coronel.

En cualquier país medianamente organizado, con una justicia independiente y una sólida institucionalidad, este caso bastaría para iniciar un sometimiento a juicio a quienes hicieron quebrar a la única empresa generadora de divisas y de prosperidad en un país mono-productor. Bastaría este caso para un antejuicio de mérito al Presidente y a los burócratas y ejecutivos responsables del colapso y de la ruina de la industria petrolera, pero no en esta Venezuela chavista, que es ‘oscuridad de los suyos y candil para los extraños’. No en esta Venezuela subsumida por el castro comunismo, cuyo Presidente regala a manos llenas todo lo que necesitan Cuba, Nicaragua, Bolivia, el Ecuador y los del CARICOM, mientras desangra la vaca de la leche negra y sus ciudadanos ven con espanto y resignación que los altos precios del petróleo no les favorecen en nada, pero sí y mucho, a otros ciudadanos de países que se han aliado circunstancialmente a Chávez, tan solo por ‘el excremento del diablo’ que brota de sus pozos y engorda su petro-chequera.

Tercer caso: Una guerra civil no declarada:

En Venezuela, la muerte y la violencia se han convertido en eventos comunes entre sus habitantes, pero desde 1999 se vive en un estado de conmoción similar al de una guerra prolongada y de mediano impacto, en una guerra civil no declarada, en la que han muerto, entre 1999 y 2011, más de 150.000 ciudadanos solo por homicidios, una cifra espantosa sí tenemos en cuenta que no incluye enfrentamientos entre bandas, ni crímenes pasionales, ni la ‘resistencia-a-la-autoridad’ (curiosa forma de ocultar los enjuiciamientos ejecutados por las autoridades civiles y militares). Son, para ser exactos, 150.011 homicidios cuya cifra tampoco incluye averiguaciones pendientes por muertes sin resolver, tampoco incluye los muertos en los establecimientos penitenciarios ni las muertes accidentales.  Es decir, hablamos de 150.011 ciudadanos inocentes asesinados por bandas armadas, por delincuentes organizados, y en algunos casos protegidos por el des-gobierno del teniente coronel Chávez. Y no hablamos de números aproximados ni de estimaciones estadísticas. No, hablamos de la sumatoria de las cifras oficiales emitidas, mes a mes... año a año, por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas -C.I.C.P.C- el único organismo oficial de detectives, adscrito al Ministerio del Poder Popular de Interior y Justicia.  
La cifra de homicidios, acumulada al año 2011 y relacionados exclusivamente con homicidios en Venezuela es de tal magnitud, que para tener una idea de la verdadera significación se requiere contrastarla, no con las cifras de inseguridad de otros países, pues eso sería una gran injusticia pues muy probablemente aquellas cifras de otros países con índices de homicidios relevantes (como México, Colombia, Brasil y Argentina) incluyen en sus guarismos todos los asesinatos, mientras que las maquilladas cifras venezolanas -150.011 homicidios entre 1999 y 2011- no incluyen todos los homicidios, como se puede ver en la leyenda de las cifras del C.I.C.P.C. Para abrirte los ojos, permíteme que compare esa cifra con las de algunas guerras recientes:

·         Guerra civil no-declarada en Venezuela vs. Guerra de USA-Corea (1950-1953): Compara los 150.011 asesinatos en una Venezuela presuntamente ‘en paz’ frente a los. 25.000 soldados norteamericanos caídos en combate. La de Corea fue una guerra entre Corea del Sur, apoyada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y Corea del Norte, apoyada por la República Popular China, con ayuda de material militar de la Unión Soviética. La guerra fue el resultado de la división de la Península Coreana por un acuerdo de los victoriosos Aliados de la Segunda Guerra Mundial tras la conclusión de la Guerra del Pacífico al final de la Segunda Guerra Mundial.

·         Guerra civil no-declarada en Venezuela vs. Guerra USA-Vietnam (1959-1975): Coteja los 150.011 homicidios de ciudadanos inocentes durante 13 años, frente a 57.685 soldados norteamericanos muertos en combate en 16 años. Cabe recordarte que esa cifra de caídos escandalizó a la sociedad estadounidense, con tal intensidad y con tanto efecto, que el Gobierno de los Estados Unidos se vio obligado a iniciar, El 27 de enero de 1973, las negociaciones de la Conferencia de París, firmándose unos acuerdos por los que se establecía el cese del fuego y la retirada estadounidense de Vietnam del Sur, hito histórico que aconteció en abril de 1975, pues con él se consumaba la victoria total del FNL y el fracaso definitivo de los Estados Unidos, con la toma de Saigón y la unión entre el Norte y el Sur, proclamándose la República Socialista de Vietnam en abril de 1976.

·         Guerra civil no-declarada en Venezuela vs. Guerra árabe-israelí en junio de 1967: Contrasta la cifra de 150.011 inocentes venezolanos asesinados en 4.745 días, frente a 777 israelíes y 15.000 soldados de la coalición árabe muertos en la Guerra de los 6 días.

La refundación írrita de la República, la ruina y el colapso de la industria petrolera venezolana y la guerra civil no declarada muestran cuan perjudicial ha sido la gestión política, económica y social del teniente coronel Chávez y de sus obsecuentes seguidores para los ciudadanos sobrevivientes en Venezuela. Son solo 3 de los 1500 casos que evidencian el profundo daño, las más de las veces irreparables, que sus acciones y sus omisiones de gobierno han producido tanto al país-Nación como al país-Estado. Un daño que los venezolanos tardarán décadas en reparar, y luego de reparados tristemente se encontrarán con que se ha tirado por la borda inimaginadas oportunidades que no volverán, fabulosos recursos naturales, financieros y humanos que no se recuperarán, y que ahora Venezuela es cien veces peor que aquella con la que se tropezó Chávez en 1998.

TERCERA PREGUNTA: ¿Qué están haciendo los venezolanos ante este terrible panorama?

Esta es la gran pregunta. Una, cuya respuesta puede abrir o cerrar el compás de esperanza para una nación que está sometida, no solo a los vaivenes de los desaciertos cometidos, sino que está avasallada por las resultas de la enfermedad de un tirano, cuya gestión, sostenida por los altos precios petroleros, le permiten desarrollar políticas populistas que ‘por ahora’ le generan un sólido piso político que bascula entre el 45 y el 51% de aprobación, dependiendo de a cuál encuesta se le dé credibilidad. A los venezolanos que respaldan al teniente coronel Chávez se les está inoculando el virus de la defensa a ultranza del régimen frente a su muerte inevitable o una incapacidad física permanente que consolide un previsible resultado electoral adverso el venidero 7 de octubre.

Pero la firme voluntad de cambio de una mayoría opositora ha puesto sus esperanzas en al menos dos vías de acción: La vía electoral y la vía de la resistencia civil. Quienes respaldan la vía electoral apoyan la ejecución de unos comicios para los que se han reagrupado tras la figura de un joven político, el Gobernador de Miranda Henrique Capriles Radonski, seleccionado en febrero de 2012 como candidato a la presidencia de las oposiciones políticas, en unas primarias convocadas por la Mesa de la Unidad Democrática a la que asistieron, para sorpresa de propios y extraños y de manera espontánea, más de 3 millones de ciudadanos inscritos en el Registro Electoral Permanente. Quienes transitan por esta vía afirman poseer un candidato legitimado, un programa de acción gubernamental conocido y consensuado, y una mayoría circunstancial del electorado, pero se enfrentan al fantasma de un Poder Electoral subsumido a la voluntad del teniente coronel, a un registro de votantes nada transparente que no ha sido convenientemente auditado y en el que se afirma (y se muestran evidencias) existen entre 2 y 3 millones de ‘votantes fantasmas’.

A esta porción muy significativa de ciudadanos se opone otra, desde la misma acera oposicionista aunque con menos seguidores: La facción de quienes abogan por la ejecución de una resistencia civil permanente y prolongada a la que llaman ‘Guarimba’, palabra de uno de los dialectos de las tribus que habitaban el Valle de Caracas antes de la conquista que significa ‘territorio’ pero también ‘lugar apropiado para el refugio o la protección.’ El objetivo de la ‘Guarimba’ consiste en paralizar la actividad del país para crear un caos anárquico en las principales ciudades de Venezuela con la participación de la ciudadanía, a fin de obligar al régimen al abandono del poder por la presión de sus ciudadanos.

Todos contra todos:  Los venezolanos que apuestan por la ‘Guarimba’ para defenestrar al régimen chavista califican de ‘conchupantes’ a los que desean vencerlo en unas elecciones presidenciales, pues consideran que le ‘hacen el juego’ de validación a un régimen que ha conculcado todos los poderes del Estado y que ha demostrado una sólida vocación de tiranía.  Por su parte, los ‘electorales’ acusan a los ‘guarimberos’ de carecer de sindéresis política y de un plan post-Chávez de llegar a prosperar su estrategia. Ante éstos dos segmentos poblacionales, un cada vez más reducido grupo de chavistas apuestan ‘el todo por el todo’ y ciegamente por la continuidad de su enfermo comandante y a lo que llaman ‘revolución’. En este último grupo se encuentran muchos militares y altos funcionarios de gobierno que perciben que con la muerte o la incapacidad política de su líder, el proceso desaparecerá irremediablemente y con él las prebendas y los apoyos con los que han amasado gigantescas fortunas y realizado sus propias agendas de poder. Todos ellos temen cruentas represalias, tanto de opositores como de sus seguidores y son los que, desde hace algunos años, están poniendo barbas en remojo, como lo ha hecho el ex-Magistrado y militar Eligio Aponte Aponte, hoy por hoy, en territorio de los Estados Unidos en calidad de testigo protegido.

Indiferentemente el grupo al cual le apuestes en la vertiginosa ruleta política de Venezuela, todo parece indicar que nada está decidido. Que cualquiera de ellos tiene posibilidades para imponer su agenda, pero mientras pasan los días y los escenarios políticos reacomodan las estrategias de cada uno de ellos, una voz que cruza ‘el mar de la felicidad’ parece retumbar desde La Habana y ordena:

Preparados... ¡Disparen, apunten, preparen armas!

andresmorenoarreche@gmail.com

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EDDIE A. RAMÍREZ S., LA IGLESIA Y EL 1 DE MAYO

En reconocimiento a la célebre Carta Pastoral de Monseñor Arias Blanco del 1 de mayo de 1957 y a la valiente  defensa de la democracia de Su Eminencia Jorge, Cardenal Urosa, obispos y clero en general, más adelante reproducimos algunos párrafos de dicha Pastoral. Quizá a los jóvenes que no vivieron esos terribles años  de tiranía les extrañe que una Pastoral, que no menciona  los asesinatos y presos políticos sino solo  las desigualdades sociales y la necesidad de los sindicatos,  se considere como un hito importante que marcó el inicio del derrumbe de Pérez Jiménez. 

Para entender hay que tomar en cuenta que durante la tiranía del general nativo de Michelena, había una censura estricta en los medios de comunicación. En cambio hoy la dictadura chavista adaptada al siglo XXI tolera cierta libertad de expresión, aunque quienes opinan corren riesgos y los medios de comunicación  son ahogados por medio de las presiones del régimen a los anunciantes para que no suministren publicidad. Entre comillas citamos al ilustre prelado.

“La Iglesia no solo tiene el derecho, sino que tiene la gravísima obligación de hacer oír su voz para que todos, patronos y obreros, gobierno y pueblo, sean orientados por los principios eternos del Evangelio en esta descomunal tarea de crear las condiciones necesarias de vida para que todos los ciudadanos puedan disfrutar del bienestar que la Divina Providencia está regalando a la nación venezolana…Requisito indispensable para el mejoramiento de los trabajadores es su unión. Por esto la Iglesia Católica ha defendido siempre con tanta insistencia el derecho natural de asociación de los obreros”. 

En otro párrafo, la Pastoral señala : “Frutos amargos ha cosechado con lágrimas la humanidad en los países que han caído víctimas de la revolución marxista. Y con las palabras de Pio XII os recordamos que -no es en la revolución, sino en una evolución armónica donde está la salvación y la justicia. La violencia nunca ha hecho más que derribar en vez de levantar; encender las pasiones en vez de calmarlas; acumular odios y ruinas, en vez de hermanar a los combatientes, y ha lanzado a los hombres y a los partidos a la dura necesidad de reconstruir lentamente, tras dolorosas pruebas, sobre las ruinas de la discordia-”.  Hoy, el oficialismo llama a la violencia, los sindicalistas son asesinados, nos imponen inconsultamente  una nueva Ley del Trabajo e impera  la desigualdad social. Sin duda Monseñor Arias sigue vigente.
 
Como en botica: Los generales chavistas no intentarán un golpe de estado porque saben que sería un suicidio. La amenaza vendrá de los grupos violentos del oficialismo y de la guerra sucia para descalificar a la alternativa democrática y desviar la atención sobre lo declarado por el hampón Aponte referente a los otros hampones que manipulan la justicia. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!.

eddiearamirez@yahoo.com

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