BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

martes, 23 de septiembre de 2014

CARLOS RAÚL HERNÁNDEZ, DICE RAFAEL RAMIREZ

El Ministro Rafael Ramírez afirma que van a acabar el Estado burgués y levantar el Estado revolucionario. 

Deja claro que no es pragmático, como se simplificó su supuesto plan para enfrentar el caos económico social que se profundiza. Para él incendiar todo, destruir la vida de sus compatriotas y granjearse 80 por ciento de sanción adversa en la opinión pública, no es una apuesta esotérica, sino parte de la épica empresa de esta Era con su cañón de futuro. 

“Nada de pragmatismo-parece decir- soy tan ideológico como los demás camaradas”. Todo un pensador, igual que los otros del gobierno colegiado, que  echaron canas desentrañando los misterios del pensamiento y la acción. El Estado revolucionario entró en el lenguaje político porque los bolcheviques en 1917 tomaron el poder, y con el paso del siglo llegó a imperar sobre más o menos 45% de la Humanidad.

Jean Francois Revel, Carlos Rangel, Louis Althusser, Nikos Polantzas, Herbert Marcuse y muchísimos otros murieron en la creencia que era indetenible. Todopoderoso, inmenso, impenetrable, artillado, solo héroes se atrevían a desafiarlo. 

Y una noche cualquiera de un día cualquiera que dejó serlo, el 9 de noviembre de 1989, las multitudes enloquecidas por la miseria y el afán de libertad derribaron el Muro de Berlín y los estados revolucionarios naufragaron uno tras otro, como la Flota de Felipe II, también “invencible”. 

Lo hundieron exactamente las mismas que corrosiones  que afectan la carena y el eje de crujía de la nave bolivariana: escasez, miseria, desesperación, represión, despotismo, ineptitud y lasitud frente a la corrupción. Sobrevivieron Cuba y Norcorea como evidencia de hasta dónde el hombre es el lobo del hombre, la crueldad y el horror, así como en Santillana del Mar (España) el viajero se eriza en el Museo de la Inquisición y en Washington en el Museo del Holocausto que revive  el Ghetto de Varsovia.

¿Estado revolucionario?

¿Por qué buscan modelos en el cementerio de la Historia, donde yace el Estado revolucionario. Cuenta un gran historiador de la Arquitectura que luego del incendio de Chicago que incineró gran parte de la ciudad, por 1870, los sobrevivientes buscaron días y días entre los escombros como sonámbulos, a familiares y amigos, sus cadáveres o algún objeto material que diera una pista sobre ellos. ¿Cuál es el Estado revolucionario al que Venezuela se parecerá más? ¿Será Rumania del indecible sicópata Ceaucescu, que una vez se le olvidó pintarse el pelo, y con la cabeza cubierta de canas explicó a una delegación internacional que era “por exceso de trabajo”. Al día siguiente, ya teñido de negro pluma de cuervo, argumentó a los mismos que “se le ennegreció porque había descansado”.

Tal vez la Yugoslavia de Tito quien se creía racialmente superior? ¿El Estado maoísta del caudillo que al final de su vida dormía con niños desnudos de ambos sexos? ¿O  Checoslovaquia rota en sangre y pedazos? ¿Bulgaria, Polonia, Letonia? ¿Las gloriosas repúblicas revolucionarias africanas? ¿Cambodia donde torturaban hasta la muerte a cualquiera que hablara francés, o Vietnam donde inoculaban sífilis a muchachas para que contagiaran a los extranjeros? ¿Cuál de esas maravillas del Estado revolucionario nos esperan? Las mujeres cubanas, que si no se acuestan con el jefe del CDR que así lo quiera, no reciben la libreta de racionamiento, ante la impotencia doliente de maridos, padres y hermanos? El Gobierno podría enterarse que eso del Estado burgués fue un término de Marx que correspondió a un corto momento del desarrollo histórico.

Fin del Estado burgués

Desapareció con el desarrollo del movimiento obrero, el sufragio, la legislación laboral y los sistemas de seguridad social, y ya en la vejez Marx alucinó con la elección popular de Luís Napoleón. Las naciones occidentales se estructuraron con la articulación entre socialismo y mercado bajo el Principio del Estado Social y Democrático de Derecho. Incluso la Inglaterra post-Tatcher posee uno de los sistemas de protección social más completos del planeta, tal como Suecia, Dinamarca u Holanda, países en los que estadísticamente no existe la pobreza. Y si en algún lugar del planeta no hay sindicatos, ni parlamentos populares ni seguridad social, es China, cuna del capitalismo salvaje del siglo XX, con un gobierno de la burocracia del PC apoyada por el capital global, en dinámica parecida a la de Inglaterra en el siglo XVIII, precisamente la que inspiró El Capital a aquél barbudo que produjo un accidente en la historia.

Las comunas son una monstruosidad. Mao las creó en toda China en el Gran salto hacia adelante 1957-1961. Se le metió en la cabeza liquidar la división político territorial tradicional e implantar una nueva geometría del poder a partir de comunas de 5.000 familias que compartirían tierras, distribución de bienes materiales, escuelas, cocinas, además de fábricas, todas de propiedad colectiva. El resultado en dolor, miseria, sufrimiento humano, hambrunas, enfermedades y desesperación tiene pocos precedentes en la Humanidad y a Mao se le reconoce como el mayor genocida. Investigadores calculan que el experimento costó la vida a más de 40 millones de chinos e hizo que Den Xiao Ping acusado de liberal, se enfrentara valientemente al partido e impusiera el socialismo de mercado.

Carlos Raul Hernandez
carlosraulhernandez@gmail.com
@carlosraulher

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JOSÉ RAFAEL AVENDAÑO TIMAURY, ASAMBLEA NACIONAL CONSTITUYENTE & PARLAMENTARIAS

   El partido creado por Leopoldo López oficializó su línea política para salir de la Crisis Nacional que nos agobia. La receta a tal fin no constituye de manera alguna una formula nueva y mucho menos propiciadora de la unidad operativa de las mayorías nacionales que anhelamos los venezolanos. 


Manifiesta esta organización que de inmediato procederán a recoger firmas a tal propósito y que esta acción no es incompatible, ni con el proceso electoral parlamentario a iniciarse el año que viene, ni con la nueva legislatura que se instalará en 2016. De igual forma anuncian que esta táctica no es discordante con su permanencia en la MUD. Creo resumir así su estrategia política anunciada el día 22/09/14.
   
Los noveles dirigentes de esta tolda política cuyo máximo dirigente se encuentra preso –no sé si decir “auto detenido”- al creer, con fe digna de carbonario y de demócrata integral republicano, en esta justicia perversa de la que hace gala el régimen que nos oprime. La ingenua decisión asumida por López continúa casi con la precisión de confirmación de un teorema matemático. A su equivocada decisión de introducirse voluntariamente en el icono de las ergástulas de régimen –Ramo Verde- viene ahora su propuesta de que confiemos ciegamente en que el régimen con el CNE, TSJ y sus Salas Constitucional, Electoral y Penal y demás poderes públicos conformados de la manera actual, observarán una conducta ajustada a derecho. No escarmienta el amigo López y persiste en que los venezolanos compartamos con él su “autoflagelación” y mansamente propiciemos falsas expectativas para la resolución final del conflicto.
   Con argumentos similares, en días pasados, Alvarez Paz, la ex magistrada Sosa y otros manifestaron posturas parecidas.
   De igual manera en los últimos días el gobernador del Estado Lara declara que de nuevo están dadas las condiciones para restablecer el diálogo con el gobierno nacional y todo apunta a que la decisión final de su partido regional y otras agrupaciones dispersas están casi listas para disputar las diputaciones en juego.
   De manera oficiosa ya tenemos casi concluida la fórmula electoral propiciada por los partidos políticos y sectores de oposición que hacen vida en la MUD y en su periferia. PJ, AD y UNT tienen su decisión asumida. Aún otros no lo han manifestado de manera explícita y seguramente lo harán en el transcurso del último trimestre del año. Tal como lo señalamos anteriormente, VP y los partidos reunidos en la esfera del gobernador Falcón han manifestado sus propuestas.
   Ardua tarea tendrá que confrontar el periodista Jesús “Chuo” Torrealba quien acaba de ser designado Coordinador de la MUD en sustitución del doctor Aveledo. Veremos su accionar en la espinosa faena de satisfacer a todas las organizaciones políticas y a los precandidatos a diputados que están dispuestos a sacrificarse por la patria. Hasta la fecha ha observado una conducta crítica y de denuncia a nivel de las necesidades de los barrios populares. Tocará en esta nueva etapa inédita en su accionar, conciliar que todas las ambiciones desmedidas por los partidos y aspirantes mudistas queden satisfechas y que “la sangre no llegue al río”.
   Los venezolanos que aspiramos a propiciar un cambio de gobierno por la vía constitucional que aún es transitable, aunque con vericuetos y obstáculos para obstaculizarla, y que además no compartimos el falso dilema promovido por la MUD en sus diversas facetas, debemos tomar decisiones al respecto.
   La primera de ellas –quizás la más cómoda e irresponsable- es la de privarnos y no hacer nada. Es decir, no opinar, no votar y cruzarnos de brazos, algunos mascullando y ver con ojos de simples espectadores resignados como la patria se desmorona y desintegra cada día más.
   La segunda –cómoda e irresponsable también- es ponernos gríngolas, hacernos los locos y confiar plenamente en la pléyade de dirigentes que conforman la MUD y al “endosarles el cheque en blanco” encomendarnos a Dios y esperar que se cumpla nuevamente el triste augurio de “como vaya viniendo, así vamos viendo”.
   La tercera es la más difícil en las actuales circunstancias. Algo parecido a las peleas del Quijote contra los molinos de viento. Aparentemente utópico, pero de ninguna manera como opción destinada al fracaso. Seguramente será objeto de burlas por parte de los esclarecidos Mudistas, quienes si saben de la aplicación de “políticas de politicastros”, porque es su especialidad. Por supuesto que será también escarnecida y amenazada por el aparato “constitucional-jurídico-milico-político-policial-represivo” en perfecto estado de aprestamiento y bien lubricado y dispuesto para la acción por parte del régimen. Esta postura no es tampoco novedosa y la historia nos ha aleccionado para que al aplicarla de manera y en tiempos precisos sea no solamente correcta sino efectiva por su contundencia.
   Se trata simplemente –dispénseme la simpleza- de propiciar como “Fuente Ovejuna” un amplio frente nacional de protesta sistemática a nivel nacional para  inducir al régimen la libertad plena de los presos políticos y la conformación constitucional de los poderes públicos cuyos mandatos están vencidos o próximos a vencer. Solamente de esta manera podrá quedar abierto, sin ninguna traba, el cauce electoral para dirimir pacifica y democráticamente las diferencias que nos dividen a los venezolanos.
   No creo necesario, por ahora, enumerar las formas y los actos concretos de protestas, todos ajustados al texto constitucional positivo, que al hacerse masivas y contundentes a nivel nacional promovería, induciéndolo, un proceso de auténtica Negociación Política y consecuencialmente el diálogo necesario para resolver de manera no cruenta la crisis.
cheye@cantv.net
@CheyeJR

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JESÚS ALEXIS GONZÁLEZ, 4 TRIMESTRE 2014: MÁXIMA INCERTIDUMBRE ECONÓMICA

La incertidumbre, ha de entenderse como la falta de certeza sobre algo que puede ocurrir (no sabemos qué va a pasar) que muy especialmente se genera en el ámbito económico, político y social. 

La teoría económica, facilita una estructura lógica para organizar y analizar datos en aras de formular políticas económicas a objeto de corregir desbalances y desequilibrios (macro y microeconómicos), evitando convertir la economía en una disciplina meramente descriptiva e histórica. 

Siendo así, y en lo atinente a este artículo, el pretender una visualización (distinto a una predicción) del comportamiento económico posible para el 4T2014 exige una titánica claridad (incluida la lucha personal entre lo subjetivo y lo objetivo) de difícil materialización, habida cuenta que el pasado económico es preciso y cuantificable, mientras que el futuro económico es cualitativo e impreciso más aún cuando, obviamente, detrás de cada evento económico (inflación, sobrevaluación, devaluación, disminución del empleo digno, estancamiento, desabastecimiento, escasez, pérdida del poder adquisitivo, deslizamiento en el estrato social, elevación del costo de vida, menor calidad de vida, entre otros) hay causas múltiples que lo provocan; a la par de un elevado número de individuos involucrados en la gestión económica (muchos sin los méritos requeridos) que continuamente cambian de rumbo (ante la ausencia de un dispositivo ideológico), induciendo que las estimaciones basadas en relaciones y hechos pasados no necesariamente se correspondan (para bien o mal) con el futuro. En resumen, la incertidumbre hace referencia a una situación futura que no sabemos cómo pude desarrollarse y cuanto puede afectarnos; que en el caso de la economía puede conducirnos a diversos estados de ánimo tales como ansiedad, miedo, angustia, estrés, infelicidad, preocupación, depresión, y muy especialmente la toma de decisiones equivocadas.

Un contexto cuantitativo, relativo a determinados aspectos vinculados al funcionamiento pasado de nuestra economía, resulta de utilidad para aproximarnos a una visión cara al 4T2014; dentro de ellos podemos: inflación anualizada agosto 2013-2014 de un 63,4%, configurando una potencial hiperinflación (inflación superior al 100% en un año); un salario mínimo (Bs 4.251) percibido por aproximadamente el 70% de la fuerza laboral, que no permite cubrir la Canasta Alimentaria Normativa reportada por el INE en mayo 2014 (Bs 4.449); el monto diario de US$ que en promedio está ingresando este año, equivale a la mitad de las importaciones diarias efectuadas durante 2012, en evidente escenario recesivo; crecimiento de un 69% (julio 2013-2014) en la liquidez monetaria; déficit  fiscal no cualitativo ( justificado y pertinente) superior al 15% del PIB; caída de las reservas internacionales (agosto 2014) al nivel histórico más bajo (US$ 20.058 millones), con el agravante de una disponibilidad inferior a los US% 1.760 millones; escasez del 33%; importación de un 80% del consumo nacional; exportaciones donde la venta de petróleo representa más del 95%; entre otros aspectos. El escenario de incertidumbre que se desprende de esta realidad, podemos intentar reducirlo a la luz de la formulación de especificas interrogantes cuya respuestas configuren un “indicio” sobre el devenir de nuestra economía: ¿Habrá un dialogo transparente entre el Gobierno y el sector privado? ¿Se definirá un sistema económico? ¿Se instrumentará un modelo económico? ¿Se detendrá la emisión de dinero inorgánico? ¿Se reducirá la liquidez monetaria? ¿Se combatirá la inflación? ¿Habrá unificación cambiaria? ¿Se creará un clima de confianza que estimule la repatriación de divisas y la inversión extranjera directa? ¿Se revisará la Ley de Precios Justos? Se respetará la pluralidad del pensamiento? ¿Funcionará el estado de derecho y la división de poderes? ¿Ante el evento electoral del 2015 no habrá un incremento del gasto público populista?  ¿Se devolverá la economía a la sociedad? Hacemos un alto, para abrir un espacio a efectos de la reflexión del lector sobre las interrogantes formuladas. Continuemos. Mención aparte merecen otros dos aspectos (1) La percepción de fricción entre el bienestar ciudadano y Wall Street, ante la debida responsabilidad jurídica (y pragmática) que debe asumir el Gobierno de cancelar la deuda externa (2014 y 2015) garantizada con bonos soberanos y de PDVSA, hasta por un monto de US$ 4.500 millones en 2014 y de US$ 10.000 millones en 2015, sin contar, aparentemente, con las divisas netas (luego de hacer frente a las deudas internas con el sector privado y otros)requeridas para ello; (2) El Gobierno tiene previsto impulsar la economía comunal para seguir (desde nuestro juicio) perfilando en el “pueblo” una condición de solidaridad obligatoria que autocensure sus críticas.
En fin, la incertidumbre económica reducirá su presencia durante el 4T2014 si se observa una sincera y científica reorientación del hecho económico por parte del Gobierno Nacional; incluido un marco de libertad de pensamiento que impulse ideas (proveniente de todos los sectores) para el análisis, la discusión y formulación de propuestas más allá de la retórica populista y los rumores.

Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com      
@jesusalexis2020

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TULIO HERNÁNDEZ, LA DEUDA BLANCA

Acción Democrática cumplió 73 años. Una cifra nada despreciable. Menos aún si se trata del que todavía, históricamente hablando, puede considerarse el partido político más influyente en lo que, para bien o para mal, ha sido el destino de Venezuela desde mediados del siglo XX.

Es cierto que para construir la democracia, su más grande logro, AD estuvo acompañado por Copei, URD y el PCV. Pero con el tiempo URD se convirtió en olvido y el PCV, luego de la aventura guerrillera, en equivocación histórica. Sus hijos, el MAS y La Causa R, fueron aves de corto vuelo.

Copei, ya lo sabemos, terminó mimetizándose con el partido al que hacía contrapeso. Al final no se sabía a ciencia cierta si Herrera Campins, con su refranero y sus trajes de Juan Bimba posmoderno, era adeco. O si Carlos Andrés Pérez, con sus modos neoliberales y el aire docto de sus ministros IESA, copeyano.

Cuando digo que AD es “todavía” el partido político más influyente en la historia contemporánea no estoy desestimando el peso específico del PSUV. Pero resulta que el PSUV no es exactamente un partido. No es una confluencia de activistas en torno a una ideología, sino el resultado de un movimiento de culto aluvional en torno a la figura y las emociones de un solo hombre, un militar golpista y carismático, en donde conviven apretujadas las más disímiles trayectorias personales.

El PSUV es como esos camiones compactadores de basura en el que tienen que aplastarse para que se amalgamen y ocupen poco espacio ex urredistas ricos; marxistas dogmáticos; nacionalistas de derecha; militaristas golpistas monotemáticos; izquierdistas de la Liga Socialista, el CLP y Ruptura; figuras menores del MAS y el MIR; o viajeros que han pasado en una sola carrera de las filas de AD a las del MEP, y de allí a La Causa R, luego al PPT, antes de llegar a la olla de grillos roja.

Además, aún es muy temprano para evaluar si el partido que reza a Chávez va a generar una transformación equivalente en su trascendencia a la de AD conduciendo la instauración de la democracia o si, más bien, su tarea es enterrar al ciclo histórico iniciado por “el partido del pueblo” y abrirle paso a una nueva era.

Es lo que parece indicar la realidad. Que no estamos ante el nacimiento de algo nuevo sino al final del modelo político y de sociedad que sustituyó al militarismo de la primera mitad del siglo XX. Retóricas guevaristas aparte, el chavismo –es una interpretación– no sería otra cosa que la enfermedad mortal, los últimos estertores de la degradación del modelo democrático iniciado en 1945. Su síntoma fundamental es haber llevado a niveles grotescos los cuatro males que la democracia bipartidista no superó –el rentismo, el estatismo, el populismo y el presidencialismo– añadiéndoles el autoritarismo militar, el retorno al pasado que estuvo hibernando pero no murió.

AD y Copei se suicidaron. O casi. Cuando Chávez comenzó su primera campaña electoral, ya estaban fuera, habían perdido la fe de sus electores. De la era de los grandes entusiasmos –el voto universal, los gobiernos civiles, el Guri, el puente sobre el lago, la reforma agraria, el Metro– habían pasado al campo enfangado del Viernes Negro, las autopistas eternamente inconclusas, Blanca Ibáñez, Recadi, el golpe del 92 y la escena final de Caldera como Saturno devorando a sus hijos, y las élites judiciales y políticas, incluido AD, devorándose a Pérez.

AD salió de juego, pero nunca le ofreció, ni le ha ofrecido, al país una explicación certera de lo que pasó. No digo un mea culpa flagelante ni una autocrítica desgarrada. Hablo de algo así como una explicación pedagógica, digamos que una teoría adeca de la debacle que, acompañada de una épica de la construcción de la democracia, permitiera poner orden y compensar el trabajo sistemático de desvalorización del aporte de los civiles al desarrollo nacional emprendido por el chavismo. AD no supo cobrar lo bueno, ni presentar disculpas por lo malo. Y eso, la explicación negada y la ilusión perdida, son parte de la deuda blanca con el país.

Tulio Hernández
hernandezmontenegro@cantv.net
@tulioehernandez

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NELSON MAICA C., BREVE 2, POLÍTICA


01. El Gobierno de Islandia cae víctima de la crisis económica/Tras una semana de intensas protestas contra el Gobierno por su actuación en la crisis que ha colocado al país al borde del colapso/ 26/01/2009.- Leer más: 
    http://www.lavanguardia.com/internacional/20090126/53627388378/el-gobierno-de-islandia-cae-victima-de-la-crisis-economica.html#ixzz3Dx6PgeSA /El estallido de la crisis ha supuesto el fin brutal de un cuento de hadas en un país que ha pasado del lujo y el derroche al colapso, con la banca nacionalizada, la inflación disparada, la moneda por los suelos, el paro duplicado hasta el 5 por ciento y, sobre todo, un endeudamiento de enormes proporciones.
02.  2012/ Se cae el Gobierno holandés por la crisis financiera/ http://www.portafolio.co/internacional/se-cae-el-gobierno-holandes-la-crisis-financiera
03. Las noticias precedentes nos llaman la atención porque aquí, ahora, se está anunciando venta de activos valiosos y rentables; solicitud de más préstamos y, en algo, se ha difundido el altísimo endeudamiento contraído; al mismo tiempo, se evidencia la paralización de casi toda la economía; aumento de las importaciones; escasez de todo, incluyendo alimentos; controles masivos para todo; falta de divisas; represión, terror y crimen.
04. ¿Crisis financiera, también? Veamos. Tenemos entendido que las crisis históricas no son graves hasta que alcanzan una dimensión financiera. Afecta el sistema bancario (advertido ya por voces respetables) porque pasa de flexible a intolerante; de dinámico a pasivo y con cálculos deficientes; de dúctil a duro.
05. Se detiene la circulación financiera; llego luego de 15 años, tal vez aun no fatal, pero al menos alarmante. Se pretendió convertir las deudas en activos, pero ficticios. Esta supuesta crisis se nos presenta con cierto dramatismo por las condiciones políticas de sometimiento voluntario a un actor, como los castros, de muchísimo menos capacidad en todo. Y, además, el problema aparentemente es menor con los prestamistas y mayor con los intermediarios financieros.
06. Los accionistas, en general, supuestamente sienten los efectos de la crisis en cámara lenta. Pasamos del sobreendeudamiento a la desvalorización de la deuda, cuyo efecto es la ausencia de crecimiento y la desinflación (no crecen los precios).
07. Sin crecimiento y con fuerte inflación, con toda seguridad, se trabaja en beneficio de los deudores porque el Gobierno se endeuda, además, supuestamente bajo el pretexto de alimentar la economía.
08. Pero la concesión de créditos tiene su límite y es allí cuando se echa mano a los ahorros (rentistas).
09. ¿Pero llegamos ya al punto, denominado por algunos, “clásico” de la crisis financiera? ¿Sobreendeudamiento con crisis de solvencia? ¿Quién nos responde? ¿Quién nos lo demuestra? En las cifras oficiales no es posible confiar bajo este régimen: su arma psicológica y sentimental preferida es la mentira, práctica normal en el mundo socialista-comunista-castrista.
10. Ante esa posibilidad los banqueros tiemblan, como acreedores, primero; luego los rentistas y los ahorros de la gente, del ciudadano, del pueblo.
11. ¿Se puede salvar esta situación? ¿Se vislumbra por alguna parte? Solo tal vez un invento, un impacto al mercado, puede salvar la situación de crisis financiera y, por supuesto, lógico, un cambio de Gobierno, de régimen.
12. Hay y se presentaran gran cantidad de posibles soluciones, entre ellas, echar mano de los ahorros, si los hay, (¿donde están y a cuanto alcanzan los ahorros del país?); un Plan Marshall, que naturalmente por el éxito observado en el original para Europa, despierta simpatías, pero que no toma en cuenta el “peso” y las “relaciones de fuerza” que eso supone. ¿Quién financiara tal plan? ¿Cómo, con qué y en cuanto tiempo se pagaría? ¿Quién sería el prestamista, ejecutor y evaluador y contralor?
13. Claro, una crisis financiera no se presenta de la noche para el día, va en progreso, paso a paso, y, lo peor, impulsa la crisis industrial por la desaceleración que produce, además, en el comercio. Todo esto gracias a la utopía, durante 15 años, del socialismo del siglo XXI, la revolución, el proceso, el plan de la patria castrista, las cinco revoluciones, las comunas, etc., y, tomando un titulo prestado, gracias a nuestro comportamiento como idiotas.-

Caracas, 21/09/2014.-

Nelson Maica
nelsonmaica@gmail.com
@NoMaica

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NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿ES PÍCARO EL VENEZOLANO?

Recientemente recibí una invitación del antropólogo Jesús Cardozo a participar en un circuito de conferencias sobre el tema de la idiosincrasia del venezolano. Cardozo espera convocar a diversos expertos para debatir sobre este tópico. Sin lugar a dudas, esta es una iniciativa relevante. 

Su importancia radica, entre otras cosas, en lo siguiente: es de vital importancia intentar descifrar las claves que permitirían comprender y, eventualmente, modificar lo que convencionalmente se denomina como la idiosincrasia del habitante de este país. 

Esta tarea tiene una especial significación en los tiempos que corren. 

La revolución socialista, por ejemplo, se ha propuesto la creación de un "hombre nuevo", radicalmente distinto al arquetipo dentro del cual se supone calza la personalidad del venezolano.

Antes de avanzar, parece necesario definir que se entiende por idiosincrasia y cuales rasgos caracterizan la venezolana. La idiosincrasia es "rasgos, temperamento, carácter, etc., distintivos y propios de un individuo o de una colectividad", afirma el Drae. Proviene del griego idiosyncrasie que se puede traducir como "temperamento individual." En algún momento el término comenzó a usarse para describir las sociedades. Por ejemplo, los ingleses por elegantes y fríos, los argentinos por arrogantes, los colombianos por recatados. Desde luego, estas descripciones son arbitrarias y, la mayoría de las veces, no hacen justicia a las sociedades que pretenden detallar.

La idiosincrasia venezolana ha sido objeto de estudios por antropólogos y psicólogos. Su finalidad ha sido excavar y resaltar en los elementos que conforman o sustentan la identidad del venezolano. Los políticos, por otra parte, también se han aventurado en este ámbito. Aquí el propósito ha sido auscultar los rasgos que definen la cultura popular con la finalidad de construir identidades políticas estables en el tiempo.

La picardía del venezolano o el triunfo de Tío Conejo, por ejemplo, es el resultado de las reflexiones del reconocido psicólogo, Axel Capriles, sobre el carácter social del venezolano. Este reconocido investigador identifica dos figuras que definen el contorno de lo que este estudioso considera nuestra identidad. La picardía y el héroe. La primera es una figura arraigada en la memoria histórica nacional y connota ingenio, informalidad y astucia. El héroe, por su parte, es el instrumento del cual nos valemos para proporcionar continuidad a nuestra identidad como habitantes de este país.

En otro extremo, algunos intelectuales afectos al gobierno, señalan que en los últimos cien años se ha insertado en la mentalidad colectiva del venezolano rasgos de viveza y mendicidad. Para la revolución han sido estas características las que han definido al venezolano previo a la quinta república y, desde luego, deberán ser extirpados en aras de la construcción de una nueva idiosincrasia socialista.

En fin, como puede verse el tema es apasionante y tiene profundas implicaciones valóricas y morales. Me voy a permitir introducir una objeción de índole antropológica. ¿Es lícito hablar del venezolano? ¿Este concepto abarca la variedad de "venezolanos" que existen en este país? ¿No somos, acaso, la abigarrada combinación de diversas identidades? ¿Orientales, andinos, llaneros, zulianos, centrales no conforman diversas y distintas historias e idiosincrasias?

Me parece legítima esta observación. Los relatos convencionales no reconocen las diversas singularidades culturales que dan forma a los diversos mundos de vida que coexisten y constituyen nuestra venezonalidad.

Esta iniciativa del antropólogo Jesús Cardozo abre un espacio para intentar dar respuestas a estas incógnitas que tocan lo medular de nuestra singularidad como país.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

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IBSEN MARTÍNEZ, MEDICINA TROPICAL, HISTORIA REPETIDA

Una tarde de marzo de 1908, el doctor Rosendo Gómez Peraza, jefe de la medicatura del puerto de La Guaira, comentó, en el café de la estación del ferrocarril, un diagnóstico hecho por él aquella misma tarde: un caso clarísimo de peste bubónica.

El cónsul de Estados Unidos, presente en la tertulia, pagó su cuenta, se fue derecho a la oficina del telégrafo y envió un cable a su embajador en Caracas. La noticia desató la ira de nuestro dictador de entonces, el canijo, rijoso e irascible general Cipriano Castro, quien ordenó encarcelar a Gómez Peraza por propalar un alarmante infundio dirigido, obviamente, a dañar el ya menguado comercio exterior de la disfuncional república de Costaguana que todavía somos, y desacreditar, de paso, a su Gobierno. Pero antes de enviar a prisión a Gómez Peraza, Castro despachó al puerto al talentoso bachiller Rafael Rangel, notable precursor, entre otros, de la bacteriología tropical en nuestra América.

Hombre medroso en extremo, Rangel era ninguneado por la linajuda profesión médica caraqueña de entonces, acaso por no haber terminado sus estudios de medicina y también, todo hay que decirlo, por los prejuicios raciales que aún perviven, insidiosamente, en nuestro país. Rangel era brillante: antes de cumplir los treinta ya había hecho aportaciones que todavía hoy nutren los manuales de bacteriología. Brillante, pero mestizo. Demasiado amulatado para el gusto de lo que el cantautor panameño Rubén Blades llamaría “la blanca sociedad”. Por todo ello, se ha afirmado que el bachiller Rangel se sentía muy en deuda con su benefactor, el general Castro, generoso patrocinador del flamante laboratorio de bacteriología del hospital Vargas —el primero que hubo en Venezuela— del que Rangel era director jefe.

En consecuencia, Rangel se las apañó para no detectar ni aislar layersinia pestis,
bacilo de la epidemia, y así refutar dolosamente el diagnóstico de Gómez Peraza, para regocijo de Castro, la cámara de comercio y la lonja de agencias aduanales de La Guaira. Lo cual no impidió que la peste negra siguiese matando a la gente por docenas.

Al cabo de unas semanas, el dictador tuvo que rendirse a la evidencia y Rangel pudo desdecirse de su primer informe pronunciando la palabra “bubónica” sin sufrir represalia alguna. Se cerró el puerto, se declaró rigurosa cuarentena y se acometió una campaña sanitaria cuyo éxito dependió, en gran medida, de discretas visitas que Rangel hizo a la cárcel para pedir consejo al ibseniano “enemigo del pueblo” de este cuento: Gómez Peraza, el doctor Stockmann de La Guaira. Pocos meses más tarde, mientras se hallaba en Europa en viaje de salud, el general Castro fue derrocado por su compadre y vicepresidente. Al verse sin valedor, el bachiller no tardó en suicidarse en su laboratorio, ingiriendo una mezcla de cianuro y vino moscatel.

Este relato de medicina y autoritarismo tropicales me viene sugerido por la grave emergencia sanitaria que hoy atraviesa Venezuela, donde, cien años después de la peste de La Guaira, aún los generales y sus paniaguados entienden de epidemiología y finanzas públicas mucho más que los propios especialistas. Y, al igual que el bárbaro Cipriano Castro, no duda en encarcelar a quien ose dar alarma de epidemia.

Esta vez le ha tocado al presidente de la federación médica del populoso Estado de Aragua, doctor Ángel Sarmiento, a quien el gobernador del mismo Estado, Tareck El Aissami, ha acusado nada menos que de terrorismo y ha pedido a la fiscalía que se investiguen los móviles que pueda tener este “criminal bandido”, “vocero de la derecha fascista”, para pedir que se declare la emergencia sanitaria en el Estado luego de que, la semana pasada, se registren en el Hospital Central de Maracay (la capital estadal) nueve casos de una fatal epidemia, hasta ahora inexplicable para los médicos venezolanos.

El trastorno es mortal y se presenta con un cuadro febril y hemorrágico que lo hace sintomáticamente indistinguible del dengue y del mal causado por el virus de la chikungunya africana. Los pacientes mueren en un plazo de 72 horas y, mientras escribo este artículo, comienzan a reportarse casos en Caracas y otras regiones del país.

La Federación Médica venezolana ha hecho pública su solidaridad con el doctor Sarmiento y respaldado enfáticamente su denuncia de una epidemia que requiere rápida y eficaz acción oficial en lugar del socorrido recurso de acusar a la “derecha fascista” y al imperialismo yanqui de inventar calamidades de embuste para desestabilizar al Gobierno.

Todo esto ocurre cuando Venezuela, que en el curso de tres lustros ha transferido a Cuba alrededor de 4.600 millones de euros para pagar muy publicitados servicios médicos primarios, vive la más grave crisis de su sistema de salud en un siglo, caracterizada por una dramática carestía de medicamentos e insumos quirúrgicos y, algo más grave aún: la fuga masiva de profesionales de la medicina.

Según la Federación Médica, más de 12.000 facultativos han emigrado a otros países, entre ellos España, en menos de una década. De 1.800 jóvenes médicos graduados en 2013, afirman directivos del gremio, ya 1.100 han abandonado el país ya donde solo quedan en los hospitales desalmados terroristas como el doctor Ángel Sarmiento.

@ibsenM

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MANUEL MALAVER, EL SOCIALISMO EN LOS TIEMPOS DEL DEFAULT Y EL CHIKUNGUNYA

Que Maduro haya acusado el jueves a la oposición de estar preparando una “guerra bacteriológica” en el estado Aragua, me ha tentado a formularme la pregunta de si el “hombre del pajarito” no busca la excusa perfecta para declararse en “default”, pues, con una emergencia de tal categoría y naturaleza sería antipatriótico y contrarrevolucionario estarle pagando deudas a un grupo de bancos y entidades financieras que siguen líneas de los imperialistas yanquis que serían, a fin de cuentas, los cerebros tras del Armagedón.

El Armagedón, si, dije el Armagedón, porque no otra clase de guerra sino la tan magistralmente descrita en el “Apocalipsis de Juan” sería la que se desencadenaría con cientos de miles de personas –quizá millones- muriendo infectados por el dengue, el chikungunya, el ébola, el ántrax y tantos otros agentes patógenos en cuyo empleo resultaron malévolos eficientísimos viejos y nuevos amigos de Chávez y Maduro como Saddam Hussein y Bashir al-Assad.

Sobre el primero, fueron otros compinches de los caudillos venezolanos, los iraníes, quienes denunciaron con testimonios irrefutables la guerra química o bacteriológica que contra ellos desató el también llamado “matón de Bagdad”; y en cuanto al segundo, denuncias de los rebeldes sirios comprobadas por la ONU y ONG internacionales dejaron claro que si Assad aun sobrevive es a punta de armas de uso prohibido.

No sé hasta dónde pueden llegar Maduro y sus secuaces en sus extravíos por conservar el poder, pero cómo cada día, semana o mes que pasan son como escalas que conducen al instante final, no dudaría en afirmar que, si no la “guerra bacteriológica” en sí, sí una enorme campaña de propaganda para atribuirla a la oposición, estaría a la vuelta de la esquina.

Al efecto, tendría el escenario servido con los miles de infectados de dengue, chikungunya –y quizá de ébola- que padecen en los hospitales, clínicas privadas y centros de salud del país, sin aspirar a que se les trate su enfermedad por falta de medicinas, y mucho menos a que se les diagnostique por escasez de reactivos, y que en ningún sentido serían atribuidos por Maduro a la corrupción y a la incompetencia de su gobierno, sino a otra activación de la llamada “teoría de las conspiraciones”, que, en el socialismo y otros sistemas totalitarios, busca no referir los fracasos a la inviabilidad del modelo, sino a quienes “conspiran” contra él.
Y como las ineficiencias, las catástrofes, los retrocesos y los desastres son infinitos, entonces, ya veremos como la historia del socialismo de Maduro, será la de las denuncias y detección de unos conspiradores, terroristas y enemigos del gobierno que jamás aparecen, porque no existen.

En la Rusia de Stalin, en la China de Mao y en la Cuba de los Castro se trabajaba poco y estudiaba menos, pues el tiempo se quemaba denunciando conspiraciones, atentados e invasiones que, por lo general, se olvidaban cuando pasaba su efecto de distracción y se pasaba a otras.

En “1984” George Orwell dejó la atmósfera y el clima perfectos que se viven en estas revoluciones, en las cuales, el “Big Brother” impera, porque él y la sociedad viven esperando cataclismos que nunca se desencadenan.

Algo de esto, y mucho más, veremos cuando a Maduro le toque en los próximos días elegir entre dos males: o pagar los vencimientos que por 6300 millones de dólares tiene con la banca internacional (lo cual dejaría las reservas internacionales del país prácticamente que inoperativas); o no pagarlas y pasar a constituirse en un paria del sistema financiero, sin acceso a los mercados de deuda y con demandas de embargos de los bienes venezolanos en el exterior, incluidos los embarques petroleros.

Pero eso en cuanto a lo económico, porque en lo que se refiere a lo político e ideológico, las pérdidas podrían ser mayores, pues si paga tendrá que habérselas con la retroizquierda de todos los pelajes que le reclamarán que tiene al pueblo muriéndose de hambre, y padeciendo las siete plagas de Egipto y sale a entregarle un tercio de las reservas en divisas venezolanas a la banca extranjera; y si no paga, sería hacer aún más aguda la crisis de desabastecimiento que ha retrocedido el país al siglo XIX.

De modo que, nada fácil, ni llevadero, ni manejable en el futuro de un gobierno que recibió como herencia del “presidente eterno” un país en bancarrota, que, para colmo, quedó en manos de un jefe de Estado sin las credenciales mínimas, no para superar las dificultades, para sortearlas y viaja a velocidades supersónicas a una época de anarquía, caos y anomia en la cual con lo único que sueña Venezuela es con un factor interno o externo que ponga fin a tal estado de cosas.

Por ahora, Maduro y sus compinches no tenían otra vía que transitar que compartir el poder con una pandilla de militares corruptos que le han cambiado apoyo por impunidad y han devenido en el puntal de un estado forajido que, por eso mismo, por no tener otra base en que sustentarse, los ha constituido en una fuerza de ocupación.

Con ellos, operan los cuerpos de inteligencia, militares y paramilitares de la dictadura cubana, básicamente interesada en garantizar que los herederos de Chávez cumplan con los acuerdos que permiten que las exportaciones petroleras venezolanas cubran el subsidio que la llamada revolución perdió con el colapso de la Unión Soviética.

Y que subyace en el cimiento de la quiebra de las finanzas nacionales, ya que, si a la cobertura de la improductividad de la isla, se une el pase a retiro de más y más áreas de la economía del país, entonces es imposible que ni siquiera un precio del petróleo de más de 200 dólares el barril sustente semejante carga.

Son dos estados menesterosos, sin otro producto que ofertar en los mercados internacionales que el cada vez más menguado ingreso en petrolero venezolano, por tanto, hermanos en la agonía de que los precios del crudo se mantengan, aumenten o desplomen.

Dos economías capitalistas al final del día, dependientes del bienestar y de la permanencia del odiado sistema, y obligados a cumplir con el pago de sus deudas porque si no, la dictadura más vieja del mundo y la más joven seguirán el camino de los socialismos que yacen bajo los escombros del Muro de Berlín y el colapso de la Unión Soviético.

En otras palabras: que no le veo otro alternativa a Maduro que pagar los vencimientos de la deuda, aun a costa de agudizar la crisis social venezolana, porque si no, no es uno, sino dos los parques jurásicos los que se hundirán.

Manuel Malaver
manuhalm912@cantv.net
@MMalaverM

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RAFAEL BELLO, LA UNIDAD TOMA LAS CALLES

Lucha democrática en el Táchira es valiente y ejemplar, así como en otras regiones del país. Al pueblo venezolano no lo doblega la opresión, porque es un pueblo de libertad. Somos una nación libre: grita el joven que levanta el tricolor nacional con sus estrellas de gloria y asume el compromiso de la lucha con destino democrático donde las calles encuentran compañía de aliento popular.      
Es la fortaleza desprendida y valiente de la sociedad que le hace frente a la barbarie que atropella y ciega vidas de jóvenes venezolanos. La juventud que protesta contra la persistencia del abuso de poder, representa la gloria de una nación libre con el sentimiento profundo de libertad  de hombres y mujeres de esta patria que no se rinde, ni ahora ni nunca.
 La mujer venezolana crece en la lucha con indomable espíritu unitario que se fortalece con la voluntad ciudadana del sentimiento libre que salta en sus venas en plenitud de historia republicana. El alma nacional levanta la voz y hace suya la causa de la libertad de Venezuela. “Viva la libertad”, retumba en todas latitudes y se abre paso el coraje ciudadano de independencia nacional. Actitud determinante de cambio en el accionar colectivo, decidido y valiente de afirmación democrática, por lo que la libertad toma las calles.
 Los ciudadanos de este país no mendigan derechos. Los asumen en la afirmación de la condición legítima que no se doblega, sino que se corresponde con la razón que envuelve el ideario de la soberanía nacional. La actitud del venezolano de vivir en un marco de libertades públicas responde a su propia condición existencial que se afinca en el tiempo con valores y principios.
 Hay determinación de cambio en esta gran nación de espíritu y condición libre. Esta condición venezolana lucha contra el propósito mercenario de enajenar bienes nacionales. Es la pretensión totalitaria, producto de la trastocada ambición expansionista caribeña, que en soterrada ambición, se encontró de frente con el sentimiento legítimo del venezolano, que le puso término ya para siempre al servilismo antinacional. Allí está el pueblo venezolano en sostenida lucha en las calles en defensa de la integridad y soberanía de Venezuela.
 Voluntad de la sociedad democrática venezolana que avanza contra el repugnante estigma dictatorial de los deslumbrados por la impronta riqueza en la pretensión de liquidar la actitud legítima del venezolano en la defensa de la libertad y la democracia. Acciones violentas donde el terror se regodea con el abuso sistemático del poder. Es el crimen contra el pueblo. Terror y muerte en las calles y hasta en las viviendas donde la familia vive la tragedia que enluta, destruye y muestra el rostro de odio contra la vida de seres humanos. Pero una oración es el armamento que resulta devastador ante la violencia del vandalismo que se dice gobierno. Es persistente la movilización nacional democrática y en ascenso la fuerza incontenible del cambio. Los ciudadanos asumen la protesta nacional en la consistencia de sus derechos en el ámbito de las libertades públicas, conquistas permanentes y persistentes dentro del ideario democrático.
 La protesta del pueblo ante los riesgos que corre la democracia venezolana tiene que ser ejemplar y aleccionadora.  La lucha por  el cambio es de todos los sectores de la sociedad venezolana. Es una constante afirmación de los derechos ciudadanos que, sin equívocos está dirigida a la reconstrucción del país, para lo que tiene preeminencia determinante la unidad nacional." 
                                                                 
Rafael Bello
bello.rafael@yahoo.es
@unidadylagente

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FERNANDO FACCHIN B., EL CORAJE POLÍTICO

La experiencia que tenemos de los últimos 15 años de desastre político, por los cuales estamos a punto de perder la nación y nuestra dignidad está cuestionada; es necesario entregar al pasado todo lo viejo y atávico que nos frena en nuestro desarrollo democrático, para que lo nuevo pueda irrumpir y hace camino hacia el progreso

Es necesario dejar fuera los hábitos políticos  y las actitudes que nos no nos engrandecen, darle paso a las nuevas realidades, a los nuevos liderazgos, no podemos seguir la conseja de quien alguien siempre tiene la razón y los liderazgos nuevos deben esperar que se le de la oportunidad. ¡NO! La oportunidad de los nuevos liderazgos es hoy no mañana, ese hábito hay que acabarlo por ser una falta de respeto a quienes tienen capacidad para ser diputados.

Rejuvenecer los partidos significa desprenderse de los llamados “bueyes sagrados” para dar paso a las  nuevas generaciones, rejuvenecer es desprenderse de los hombres, mujeres e ideas que fueron virtuosos en el pasado, pero que lentamente, con el  advenimiento de los nuevos liderazgos y de la juventud, han sido superados y ya son un rémora incapaz de  inspirar un cambio  con visión de futuro, no tienen proyecto y son incapaces de da dar respuestas nuevas por tener criterios políticos envejecidos. Hay que devolver a los ciudadanos el poder que se les han quitado los “profesionales” de la política que han vivido y quieren seguir vivienda exclusivamente de ella, para eso hay que tener coraje político. 

La regeneración política es fundamental hoy en Venezuela, es imprescindible para rescatar el país. Los espectadores políticos, quienes vamos a las urnas a votar por tal o cual candidato, no debemos actuar  con la misma ignorancia, falta de visión e incapacidad de raciocinio; en nuestro voto está cambiar el país, cambiar las caras y las ideas, más allá de los intereses partidistas o de grupo, debemos ir un paso adelante del populismo y del colaboracionismo servil.

No perdamos de vista que nuestro sistema político oficialista y opositor está plagado de oportunistas y arribistas que buscas ocupar diputaciones. Ese tipo de personas, sobradamente conocidos, son excesivamente serviciales, protagonistas de todo acto público en procura de acaparar la atención del electorado, con una visión cortoplacista que solo aprovecha oportunidad de figurar sin aportar ideas o soluciones viables.

No cabe duda alguna que la sociedad civil se ido consolidando y fortaleciendo. La crisis global que vivimos, ha sensibilizado y calado de manera importante en la conciencia de política de todos los que aquí vivimos, por tal razón, no bastan diagnósticos, es necesario marcar una agenda pública unitaria con visión de futuro.

El coraje político que exige el país presupone de testimonios, capacidad y no discursos ni “pescueceo”, requiere de atracción y legitimidad, de coraje para animare a proponer que las cosas sean diferentes, que se cambie de fono y no en formas estética. Es el momento de demostrar el carácter de tener visión  clara, moderna y despejada de la política, hay que ensordecer el canto de las sirenas, el sistema político debe ser renovado, eso implica coraje político y sacrificio personal.

Venezuela reclama coraje político para trascender la crisis global que nos afecta y con vetustas figuras de la antigua política no saldremos de la crisis, para ello el país requiere de coraje, de mucho coraje por parte de sus ciudadanos para decidir el rumbo que queremos para nuestra nación y sus futuras generaciones.

Fernando Facchin Barreto
ffacchinb@gmail.com
@fernandofacchin

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LEANDRO AREA, EL “ESTADO MISIONAL” EN VENEZUELA

I
Con un régimen así de anacrónico, que dura ya 15 años, todos los días sorprendido “in fraganti” en tropelías, desmanes y escándalos sin que nada ocurra mientras todo esto pasa; que se amuralla en la impunidad que le otorgan los poderes impúblicos; que posee un  expediente mafioso en conteo de votos y manejo de la res publica concebida en traducción equivocada a su favor como carne ofrecida  a la parrilla, y que administra  la  escasez de los demás justificándola en una supuesta, otra vez, guerra económica, qué se puede esperar. Súmese a ello  la inconclusa y pendiente nacionalidad del que dice llamarse presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela  y encontraremos un panorama desolador.

Sumado a lo anterior encontramos la actividad hamponil  que se ha convertido en el pan y plan nuestro y maestro de cada día, sea por el éxito malandro que se ve  apenas reflejado en muerte y desolación en la prensa que queda y que está en vías de extinción o bien por el semblante que se enseña en el rostro de todo aquel que sigue vivo y que debe enfrentar la penuria de existir secuestrado por una realidad impuesta. Pero el asunto va más allá. El concubinato legitimado entre poder político, hampa común, poder judicial, policía, fuerzas armadas y demás, no es misterio ni secreto a voces. Es un plan convertido en acción permanente.

Toda esta lumpen realidad se recuesta, cobra fuerza y brío, en un discurso violento, sostenido, público y notorio, desde todos los púlpitos del poder, en una sociedad empobrecida, ensombrecida, embrutecida, menesterosa, desorientada y cada día más bloqueada. El “boqueo” es el pan nuestro de cada día y así lo es en todas las manifestaciones de nuestra vida: desde la biológica y elemental  hasta la espiritual y quizás más compleja, pasando por todos y cada uno de los eslabones intermedios que pudiéramos sintetizar en la expresión de “vida cotidiana”

Vivimos pues “boqueando” y de paso corrompiéndonos por las condiciones impuestas por y desde el poder que nos obligan  a vivir como “lateros”, “balseros”, “abasteros” mejor dicho, que al estar “pelando” por lo que buscamos y no encontramos, tenemos que andar en gerundio, ladrando, mamando, haciendo cola, bajándonos de la mula, haciéndonos los bolsas o locos, llevándonos de caleta algo, caribeando o de chupa medias, pagando peaje, tracaleando, empujándonos los unos contra los otros, en suma, degradándonos, envileciéndonos, para satisfacer nuestras necesidades básicas de consumo. Es asfixia gradual y calculada, material y moral. Desde el papel toilette hasta la honestidad. ¡Pero tenemos Patria! Falta el orgullo, la dignidad, el respeto, el amor a uno mismo. 

ll
Esto se explica en gran medida por el talante invasivo del Estado venezolano en cada una de las esferas de nuestras humildes y humilladas existencias. En el fondo el Estado invasor padece de excesiva inseguridad que intenta remediar con su  avidez por el inmovilismo individual y colectivo. ¡Que nadie se mueva, todos contra la pared que esto es, aunque no parezca, un atraco! Esa codicia, que tiene un plan, antes y ante el fracaso en la implantación del “Estado comunal”, ha encontrado aplicación a través del “Estado Misional”, compuesto por las misiones bolivarianas o misiones “Cristo”, que nadie nombra porque no existe formalmente y que en el caso venezolano goza de todos los recursos y privilegios a través de la fuente inagotable del petróleo. Un barco fantasma y corrompido.

En principio le denominación “Estado misional” es propia del Derecho de Indias y tiene su principal razón y aplicación en la evangelización, pero la utilizamos aquí por la existencia y significación de múltiples y variados tipos de misiones como actores colectivos no formales de política pública que manejan un oscuro e inmenso mar de recursos. Sin pretender ser exhaustivos, nombremos algunas de ellas: Misión Robinson, Ribas, Sucre, Barrio Adentro, Bolívar 2000, Hábitat, Gran Misión Vivienda Venezuela, Mercal, Guaicaipuro, Identidad, Agro Venezuela, Amor Mayor, A toda Vida, Canaima, Barrio Adentro Deportivo, Cultura Corazón Adentro, Alma Máter, Asfalto, Niño Jesús, Madres del Barrio, Niños y Niñas del Barrio, Alimentación, Milagro, Sonrisa, Ciencia, Música, José Gregorio Hernández, Árbol, Revolución Energética, Trece de Abril, Negra Hipólita, Vuelvan Caras, Zamora, Villanueva, Ché Guevara, Amor Mayor, Saber y Trabajo, Eficiencia o Nada, Nevado, etcétera, etcétera.

Por Estado misional, espécimen no incluido aún en las tipologías de la Ciencia Política, entendemos aquí aquel Estado  que haciendo uso  de sus recursos materiales y simbólicos le impone, por fuerza u operación de compra-venta o combinación de ambas a la sociedad, un esquema de disminución, de minusvalía consentida, en sus capacidades y  potencialidades de crecimiento a cambio de sumisión. Se lanza sobre ella también amparado en  la institucionalidad cómplice. Se encarama sobre ella en su ayer, hoy y mañana, amaestrándola con la dieta diaria cuyo menú depende del gusto del gobernante. Confisca, privatiza, invade, expropia, conculca, controla, asfixia, acoquina hasta decir basta, poniendo en evidencia lo frágil del concepto de  propiedad privada creando así miedo, emigración, desinversión, fuga de capitales. Y aunque usted no lo crea esas son metas o  simples desplantes o locura u obscura necesidad de auto bloqueo como forma de amurallarse para obtener inmunidad e impunidad para sus tropelías, frente a la mirada  de una época que no los reconoce sino como entes del pasado, objeto de museo o de laboratorio, insectos atrapados en el ámbar del tiempo; fracaso, derrota.

Es además producto de un plan por acabar con la democracia, de la que no queda, hoy por hoy, sino un barniz electoral, una escasa película, e implantar un sistema comunista que, con la indicación y planificación cubana, pueda irradiarse por centro, Suramérica y el Caribe. Ese es el plan, ya viejo por lo demás; lo otro es coyuntura, trampa o estratagema. Pero además de ello reemplaza, sustituye, borra al Estado formal que todos suponemos existe. El Estado real no es el que parece sino el que no es. El que dicta pero que no escribe, el que ordena firmar los cheques pero no deja rastros, aunque la verdad sea dicha ya se soltó las mechas y le importa un comino el juicio de la historia porque la historia no absuelve sino que absorbe y a esa gente qué le importa el olvido o la vergüenza. Es una dictadura, ya casi en su totalidad desvestida de todo camisón democrático, tropicaloide y zamarra, que da gusto a algunos cagatintas frustrados del viejo continente tan extraviados ya de todo contenido, y no se diga por aquí en estos confines tan llenos de viajeros revolucionarios frecuentes instalados en primera clase.

El consumo,  por su parte, en un país que no produce nada, viene determinado por la oferta restringida de quien monopoliza, petroliza, en todos los sentidos,  los productos de  la cesta de las mercancías de consumo  social entre los que destacan el trabajo, la salud, la educación, la vivienda, etc. Populismo, demagogia, asistencialismo, plebeyismo, “peronismo”, cultura de la sumisión, degradación de la civilidad, desesperanza aprehendida, envilecimiento, etc., son expresiones, realidades, cercanas a la idea del Estado misional. Persigue destruir al Estado burgués, extinguirlo, creando uno nuevo en consonancia con el modelaje comunista de larga y sangrienta trayectoria teórica y de fracaso reiterado. Marxismo de libreto acompasado a los nuevos tiempos y circunstancias de salón. La forma es importante aunque nada tenga que ver con el fondo.

El Estado misional es un tipo de Estado socialista, nada que ver con el Social de Derecho, en paralelo, ni siquiera parásito, aunque viviendo entreverado al formal con la intención de acabarlo o mejor, de extinguirlo. El gobierno crea misiones a su antojo que son estructuras burocráticas y funcionales “sui generis” y permanentes, con un control jurisdiccional inexistente y que actúa con base a los intereses de dominio. Además si el gobernante se encuentra por encima del bien y del mal, como es el caso venezolano, nadie es capaz de controlar sus veleidades y apetitos. En ese sentido el Estado es un apéndice del gobernante que es el repartidor interesado de los bienes de toda la sociedad y que invierte a su gusto, entre otras bagatelas, en compra de conciencias y voluntades de acólitos y novicios aspirantes. Por su naturaleza, todo Estado misional es un Estado depredador sin comillas. Vive de la pobreza, la estimula, la paga, organiza, la convierte en ejercito informal y también paralelo. El gobierno y su partido los tiene censados, chequeados, uniformados de banderas, consignas y miedos. Localizados, inscritos, con carnet, lo que quiere decir que fotografiados, listos para la dádiva, la culpa, castigos y perdones.

Hay otra característica del Estado misional no menos importante y es la de que al sentirse dueños de la verdad, poseedores del fuego originario, desarrollan una actividad de expansión del modelo de creencias y valores que conformando actitudes desencadenen en comportamientos. Adopta entonces la forma de Estado misionero. De allí que tantos catecismos, predicadores, formulas, catequesis rumiante. De allí que tantos micrófonos, antenas repetidoras, multiplicadores de consignas, milagreros,  organizadores de resentidos, gerentes de la miseria humana no para salir de ella, superándola,  sino para multiplicarla en epidemia. Y esta cruzada no se limita a la esfera de lo nacional, sino que siguiendo con los principios de la “revolución permanente” y el “internacionalismo proletario” entre otros, tiene la obligación y cobra fuerza,  el establecimiento de aliados complementarios, ya no por condicionantes económicas de existencia simplemente, sino como socios ideológicos y militares si fuera el caso.

lll
Por allí, pienso, se pueden mirar algunas características del intento de la implantación del comunismo en Venezuela y las trasformaciones y crisis que dentro de él ocurren sin dejar de lado, por supuesto, las reacciones que en todo sentido puedan derivarse de este nefasto proyecto y que incluyen, por la importancia geoestratégica de Venezuela, todas las posibilidades imaginables incluyendo propias, extranjeras y hasta extrañas por inéditas o extravagantes. Lo único que queda a la vista es la unidad como necesidad vital, condición existencial de las fuerzas democráticas. La política, otra vez y como nunca, es el barco de nuestro destino.

Leandro Area Pereira
leandro.area@gmail.com
@leandroarea

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