Firmas planas o plan si no firmas
Si bien es cierto que la situación de
Venezuela cambió de manera radical, y lamentablemente no para bien, desde que
el teniente coronel felón, hoy fallecido, asumió la primera magistratura y se
empecinó en imponer una tal revolución socialista trastocando toda la vida
nacional, llevándonos por un camino nunca antes transitado, no es menos cierto
que de un tiempo hacia acá, en especial desde que el heredero del difunto
asumió la conducción del país, la situación se ha deteriorado de forma
alarmante. No hay una actividad que no adolezca de graves problemas y el
gobierno no genera soluciones, ni siquiera las intenta, solo se ocupa de montar
matrices mediáticas que nada tienen que ver con la realidad que se vive. Cada
día inventa alguna cosa para tratar de tapar los gravísimos problemas que
aquejan a la población. Golpes, magnicidios, invasiones, guerra económica,
desestabilización. Y día a día menos venezolanos se comen esos cuentos. Cada
día nos asemejamos más a un país depauperado al mejor estilo de los países
comunistas. Pero pareciese que todavía está presente en buena parte de la
población la imagen del comandante supremo y eterno. Claro que de esto si se ha
ocupado bien el gobierno. Aló Presidente sigue igual, el himno lo canta el
difunto, sus videos son permanentes en los medios de comunicación del Estado.
Supongo que mucha gente pensará que lo de la muerte del comandante fue un
invento del Imperio y él sigue vivito y coleando.
Pero ¿hasta cuando se podrá aguantar esto?
Pregunta que nos hacemos a diario muchos venezolanos. Y pasan los días y nada
pasa. La inflación sigue su marcha devoradora de cualquier salario. El
empobrecimiento de la clase media es una realidad y la pobreza marginal crece
de forma exponencial. La inseguridad enluta a más familias venezolanas. Más
hijos y nietos abandonan la patria. Más empresas y comercios cierran y
trabajadores quedan sin empleo. La corrupción campea, el Estado de derecho
brilla por su ausencia. Cada día da la impresión que ahora si es verdad que
algo está por ocurrir, que algo va a pasar, y nada ocurre. Bueno si ocurre, el
gobierno aprovecha cualquier cosa para lanzar más humo y seguir distrayendo al
populacho. Hasta su enemigo más visceral le sirve en bandeja de plata una
granadita. Y la oposición, la de la MUD y la radical también contribuyen con
ello. Eso sí, el control sobre el aparato del Estado es total. ¿Habrá alguna
salida?
La esperanza ahora se pone en las próximas
elecciones. Una incógnita. Solo el gobierno sabe si las habrá y cuándo serán.
Y, aun cuando todas las encuestas dan ventaja a la oposición, surge otra
incógnita, ¿entenderá la oposición que
la unidad, la unidad perfecta, es indispensable para que ello se concrete? Y
otra más delicada ¿aceptará un régimen comunistas perder unas elecciones?
Sin
embargo la gente sigue, mansamente, haciendo inmensas e interminables colas,
buscado cosas que no hay. La dirigencia de oposición pelando por un puesto
salidor para la AN. Y el gobierno armando sus huestes en previsión de no sé
qué.
Iván Olaizola D’Alessandro
Iolaizola@hotmail.com
@iolaizola1
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