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sábado, 25 de agosto de 2012

MARÍA VICTORIA CORREA E ISOLDA MARÍA VÉLEZ H., SANTOS JUGARÁ UN SEGUNDO TIEMPO CON OTRO GABINETE, EL COLOMBIANO, MEDELLÍN, CASO COLOMBIA

El bajón en la imagen presidencial y la necesidad de ajustar el equipo de cara a la reelección serían las razones para el remezón.
Corregir el rumbo del Gobierno, dar un nuevo aire a su equipo de trabajo, abrir las puertas a los verdes y asegurar un mayor protagonismo de cara a una posible reelección son las razones que dan los analistas para explicar el remezón que se avecina en la Casa de Nariño.
La renuncia protocolaria del gabinete se produjo en la tarde de ayer y aunque sorpresiva, para muchos estaba cantada por la necesidad que tiene el presidente Juan Manuel Santos de reajustar un equipo que no brilla y que necesita reinventarse en esta segunda etapa de su gobierno. Esa “incomodidad” con su gabinete se expresó hace más de un mes cuando les pidió a sus ministros recorrer el país para atender los reclamos de las regiones frente a la gestión y que la ciudadanía se enterara de primera mano de los avances del Gobierno.
Los ministros en su carta admitieron que en este segundo tiempo del mandato “es el de la consolidación de las grandes obras y proyectos que bajo su liderazgo hemos emprendido para bien de nuestros compatriotas. Es un momento propicio para que pueda hacer al interior del equipo los cambios que se requieran para alcanzar las metas en que nos hemos comprometido”.
Temprano en la mañana, el Presidente sostuvo un encuentro con la bancada de la U y aunque no mencionó el remezón, los congresistas sí se quejaron de la falta de atención de varios ministros con el trabajo de los legisladores. El presidente de la Cámara, Augusto Posada, comentó que Santos no les consultó sobre el cambio ministerial, pero escuchó con atención las quejas de la bancada.  A Roy Barreras, presidente del Senado, el anuncio le parece bien. “Me gusta que haga el cambio a su ritmo, sin presiones. Veo bien al equipo económico, pero creo que los ajustes serán por el lado social”.
Para Carlos Andrés Pérez, experto en marketing político, la crisis ministerial es una oportunidad que tiene Santos para sacar algunos ministros, “no por la puerta de atrás”. Agregó que este viraje no debe ser entendido como algo traumático porque de manera tradicional en la mitad de los mandatos se dan los cambios.
Los ministros que tambalean
Miguel Peñaloza Ministro de Transpore. Saldría por los líos de contratos de su empresa familiar con el Estado. Enrique Peñalosa y Federico Restrepo, suenan para reemplazarlo.
Federico Rengifo Ministro del Interior. No tiene el perfil para el manejo con el Congreso. Lo podrían reemplazar: Horacio Serpa, Luis Eduardo Garzón o Aurelio Iragorri.
María Fernanda Campo Ministra de Educación. Tras la fallida reforma a la Educación, Campo perdió credibilidad y la gestión suya se apagó. Su reemplazo sería Ginna Parody.
Frank Pearl Ministro de Ambiente. Hay inconformismo con su gestión de parte de los ambientalistas. Su nombre se ventila para apoyar un eventual diálogo de paz.
Juan Camilo Restrepo Ministro de Agricultura. Para los analistas su gestión está en ceros y el impulso al campo no ha sido suficiente. Lo reemplazaría un conservador pastranista.
Mariana Garcés Ministra de Cultura. Su gestión es completamente invisible. Durante los últimos dos años Garcés ha sido la Ministra con más bajo perfil del gabinete.
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LA PAZ SERÍA UNA DE LAS RAZONES PARA REMEZÓN EN EL GABINETE DE SANTOS, EL TIEMPO, BOGOTÁ
Todos los ministros le presentaron este miércoles renuncia protocolaria al Presidente.
El mandatario les hizo saber su interés en hacer ajustes y, en las horas de la tarde, los miembros del gabinete suscribieron una carta colectiva en la que le expresaron al Jefe del Estado su disposición a dejarlo en libertad para hacer los movimientos que requiera.
Aunque la carta de dimisión fue suscrita por los 16 ministros, se sabe que no todos se irán de sus despachos. Pero tampoco se conoce a quiénes se ratificará. En la misiva que le enviaron al mandatario, los ministros afirman que este es "un momento propicio para que pueda hacer al interior del equipo los cambios que se requieran para alcanzar las metas en que nos hemos comprometido".
"Es con estas consideraciones que hoy ponemos a su consideración nuestros cargos para que pueda, con plena libertad, tomar las mejores determinaciones para usted, su Gobierno y el país", agregan los ministros. (Lea también: Partidos políticos respaldan renuncia ministerial que pidió Santos)
Una fuente de la Casa de Nariño confirmó que por ahora los cambios solo están dirigidos a las carteras ministeriales. Se trata del primer relevo masivo de ministros propiciado por Santos, al cumplir los dos primeros años de gobierno. Desde hace mucho tiempo no se vivía en el país la experiencia de una renuncia general de los miembros del gabinete, figura que era, inclusive, denominada "crisis de ministros". Durante los ocho años de gobierno del ex presidente Álvaro Uribe nunca se presentó esta circunstancia.
Desde hace varias semanas se venía rumorando que esto podría ocurrir. De hecho, los principales partidos políticos se lo han pedido al Presidente, de manera pública. Hace pocos días, en entrevista con CM&, Santos afirmó que "por el momento" no habría "crisis" y que tampoco haría cambios por presiones de políticos o de periodistas.
Pero las condiciones políticas precipitaron esta decisión. Aunque a Santos se le reconoce talento en la formación de equipos de trabajo, muchos de sus ministros enfrentan duros cuestionamientos por su capacidad operativa y otros han comenzado a ser objeto de dudas por la transparencia con que manejan los asuntos públicos.
"El Presidente se tomará su tiempo en resolver este asunto", confirmó una alta fuente de la Casa de Nariño. Otra fuente dijo que el presidente Santos aprovechará esta oportunidad para hacer ajustes en "la estructura del Gobierno" y que podría haber una especie de "rediseño" en la coalición de Unidad Nacional. El Tiempo también supo que el Jefe de Estado podría utilizar esta circunstancia para hacer anuncios significativos y generar nuevas herramientas que le permitan ir de manera resuelta por una búsqueda negociada del conflicto armado.
Los cambios anteriores
Durante el Gobierno de Santos, han sido varios los ministerios que han cambiado de titular. Algunos de los primeros cambios ocurrieron en los ministerios de Defensa, en el que salió Rodrigo Rivera e ingresó Juan Carlos Pinzón. En el ministerio Minas y Energía comenzó Carlos Rodado Noriega, quien le dio paso al actual, Mauricio Cárdenas. En el ministerio de Vivienda también se produjeron cambios con la salida de Beatriz Uribe y la llegada de Germán Vargas Lleras, quien era hasta ese momento era ministro del Interior. A Vargas Lleras lo reemplazó en esa cartera Federico Rengifo.
En el Ministerio de Justicia, que fue revivido por el gobierno de Santos, comenzó Juan Carlos Esguerra, quien dio un paso al costado tras el escándalo de la fallida reforma de la Justicia. En su lugar fue nombrada Ruth Stella Correa. En la cartera de Transporte comenzó el gobierno Germán Cardona, quien renunció en medio de polémica y roces con el Congreso. En su lugar, Santos nombró a Miguel Peñaloza Barrientos. La crisis ministerial llega poco después de que se cumplieran dos años de la llegada de Santos al poder. Esto marca un punto de quiebre en la gestión del actual Jefe de Estado, quien deberá comenzar a concretar sus metas de gobierno y decidir si le apuesta o no a la reelección.
Texto completo de la carta de los ministros
"Señor Presidente
Se han cumplido poco más de dos años desde que usted iniciara su mandato como Presidente de la República. Durante este período, el Gobierno ha alcanzado importantes resultados en su propósito de alcanzar más empleo, más seguridad y menos pobreza para los colombianos. Así lo pudo constatar el país durante la jornada de rendición de cuentas que acabamos de culminar con usted en una gira por algunas zonas del territorio nacional.
Se inicia lo que usted ha denominado el segundo tiempo de su mandato, sin lugar a dudas la etapa más importante de su Gobierno, pues será el período de consolidación de las grandes obras y proyectos que bajo su liderazgo hemos emprendido para bien de nuestros compatriotas. Es un momento propicio para que pueda hacer al interior del equipo los cambios que se requieran para alcanzar las metas en que nos hemos comprometido.
Señor Presidente: es con estas consideraciones que hoy ponemos a su consideración nuestros cargos para que pueda, con plena libertad, tomar las mejores determinaciones para usted, su Gobierno y el país. Sepa que podrá contar con nuestra colaboración, lealtad y amistad permanentes".
Eduardo Mackenzie eduardo.mackenzie@wanadoo.fr

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ALBERTO MEDINA MÉNDEZ, LA AUSTERIDAD ES UNA CONDICIÓN.

En tiempos como estos, de permanente apología del intervencionismo, de políticos que defienden el estado del bienestar, como si se tratara de un dogma, algunos parecen olvidar convenientemente ciertas cuestiones básicas de su supuesta ideología.
Es que la mayoría de los que sostienen estas teorías por las que el Estado se debe ocupar de todo cuanto le sea posible, son los mismos que se benefician con los privilegios que se derivan de la filosofía que dicen patrocinar. Vaya apropiada coincidencia.

Se supone que el Estado hace el intento de detraer la menor cantidad de recursos de los ciudadanos para no quitarles el fruto de su propio esfuerzo. Es por eso es que el Estado debería ser austero. Pero no es la fotografía que vemos todos los días, muy por el contrario. Lo que logramos percibir es el desprecio por esos dineros que al no ser propios, se usan sin desparpajo.

La lista de atropellos para con los contribuyentes abunda y no son exclusividad de partido político o gobernante alguno. Paso siempre, solo que ahora algunos son un poco mas burdos que habitualmente.
Ellos, esos funcionarios y políticos, que toman decisiones fijando sus propios presupuestos, en todos los poderes del Estado, establecen una nómina de prerrogativas que exhiben sin disimulo, como un símbolo del poder.
Vehículos oficiales, que incluyen chofer, combustible y gastos de funcionamiento y reparación, viáticos generosos para viajar y trasladarse, estacionamientos reservados para sus automóviles, teléfonos celulares muy modernos, con consumos ilimitados son parte de ese escenario.
Parte relevante de esas ventajas, está representada por la lista de personal contratado que puede reclutar, sin criterio alguno de selección, más que las que se derivan de las cuestiones partidarias, de utilidad política o de simple relación  familiar.
En eso se gasta los dineros de la gente, lo que cada uno obtiene con mucho sacrificio. Cuando se dice que el Estado se queda con algún porcentaje de lo que generan los ciudadanos, cualquiera sea, y se plantea que resulta desmesurado, rápidamente aparecen los defensores acérrimos del sistema, diciendo que con eso se sostiene la salud y educación, se financian obras de infraestructura y se garantiza seguridad y justicia, entre tantas otras cosas.
Simplista e inexacta imagen, por cierto. Nada más alejado de la realidad. Más allá de la evidente ineficiencia en el logro de objetivos de casi cualquier gestión gubernamental, prefieren ignorar dos fenómenos irrefutables y cotidianos en el relato.
Pretenden convencer de que la corrupción no es parte significativa de este presente, y que la austeridad no es un asunto importante.
Después de todo decir lo primero, destacando la importancia del destino que formalmente tienen asignados esos fondos, les viene más que bien, los justifica en sus puestos, ingresos y gestión por un tiempo importante.
Decir lo otro, sería reconocer lo que tienen celosamente escondido, y aceptar que en realidad el sistema que patrocinan es caro, indecente y muchas veces corrupto. No es un argumento que pueda realmente apoyarse sin contratiempos, por eso lo minimizan o niegan.
Pedirle honestidad y austeridad al sistema y a sus protagonistas es un verdadero contrasentido, una absoluta contradicción. Nunca será prudente en los gastos, ni trasparente. No es parte de sus reglas perversas. Por eso nadie que opera en el sector publico muestra cuánto gasta y mucho menos como gasta. Hacerlo implicaría desnudar sus manejos, y tener que desmantelar sus privilegios que tanto disfrutan silenciosamente los más y ampulosamente otros tantos.
Dirán que estas son las reglas del sistema. Lo extraño es como algunos que reniegan de esas situaciones cuando son simples ciudadanos, toleran con tanta complacencia y laxitud, lo que antes era claramente inaceptable.
Sería bueno que nos tomen a los ciudadanos por imbéciles y les sigan faltando el respeto. Que se admita con inexplicable paciencia, que algunos se hagan los distraídos por esa impotencia clásica de las sociedades mansas, no significa que no se perciba y que no moleste e indigne.
La obscenidad de su dispendioso uso de recursos públicos, esos que quitan a los ciudadanos via impuestos, no los hace respetables. Eso también explica el desprecio ciudadano hacia la política.
Para exigir respeto, se debe hacer algo más que dar grandes discursos, saludar con sombrero ajeno y recitar acerca de la necesidad de que la sociedad, revalorice la política.
La gente pretende hechos concretos y no palabras, actitudes visibles y sobre todo admira cierta cuota de coherencia. Mientras sigan humillando a la inteligencia de la sociedad, creyendo que porque se calla no lo piensa, estaremos en este mismo lugar, conducidos por gente que no merece respeto alguno y se gana la sospecha permanente de sus gobernados.
La prudencia en la administración de los fondos, la sobriedad en el despliegue político cotidiano, el perfil bajo como estilo de vida, la frugalidad en el ejercicio del poder, no son una mera opción, sino un requisito para ganarse respetabilidad. En ese intento, para quienes eligieron la tarea de dedicarse a la política, ser honesto es demasiado importante y la austeridad es una condición.
albertomedinamendez@gmail.com

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CARLOS MANUEL ACUÑA, LA REVOLUCIÓN DE CRISTINA FERNÁNDEZ (II), O EL AMEDRENTAMIENTO COMO SISTEMA, CASO ARGENTINA

El kirchnerismo ha continuado con la ruptura de dos barreras constitucionales: la del derecho de propiedad y la patria potestad de los padres sobre sus hijos. Otras rupturas están en marcha y es posible que los próximos días aporten evidencias de una magnitud considerable. 
En el primer caso, el principal instrumento es la AFIP, el ente recaudador de impuestos, cuya operatividad política ha sido descubierta por la Casa Rosada. El tema está lleno de ejemplos sucedidos y de medidas en plena ejecución además de otras prometidas y planificadas según los trascendidos deslizados desde el mismo gobierno. 
La iliquidez y la exigencia de las primeras provincias por recibir los recursos federales que les corresponden, aceleraron este proceso llamado a generar definiciones políticas cuyo dibujo se inició tiempo atrás y fue vaticinado desde el comienzo del modelo. Hoy ya tienen problemas para los sueldos y encarar algunos gastos inevitables.
A esta altura de las circunstancias es difícil establecer hasta dónde un ciudadano cualquiera puede ejercer las más simples prerrogativas constitucionales en esta materia básica. La AFIP, cuyo titular Echegaray se repone de un disgusto cardíaco provocado por las tensiones en que debe desempeñarse, ha dictado numerosas medidas -y prometido otras- con destino a varios sectores. Para no excedernos, nos detendremos en algunas simples y rápidamente mensurables. Por ejemplo, el uso de las tarjetas de crédito que responde a un contrato inicial entre el usuario y la tarjeta seleccionada, acordado oportunamente y con todas las formalidades clásicas de estos actos. Entre ellas, los límites del gasto -en el caso de las tarjetas de crédito- que obedecen a los riesgos y necesidades evaluados entre las partes. Pues bien, a partir de ahora, el titular de este medio de pago sólo podrá gastar hasta un límite de mil pesos por una operación determinada con una misma tarjeta. Así, si se compra un traje, éste deberá adquirirse por partes -es una forma de describir el hecho- excepto que la venta se concrete mediante el uso de dos o más tarjetas, según sea la capacidad de los clientes. Aún no estamos en condiciones de comentar la reglamentación, si es que existe, pero sí podemos dejar planteados los inconvenientes que aporta esta medida. Quienquiera sea usuario de grandes o pocos gastos, deberá munirse de otros instrumentos complementarios para concretar sus compras, porque hoy por hoy, los argentinos no podemos excedernos de la cifra mencionada. Al margen, recordemos que también existen en plaza tarjetas especiales para clientes también especiales, que pueden gastar sin límite, un tema que hasta ahora no se sabe cómo quedará resuelto. Dejemos por el momento librados a la imaginación de nuestros lectores los problemas de este asunto tan original que también abarca a los extranjeros que residen en el país -transitoria o permanentemente- y reflexionemos que este asunto es premonitor de futuras dificultades de insospechados alcances. Por un momento, nos asalta la figura de los cubanos, que deben recurrir a los servicios de los turistas de buena voluntad para acceder a determinados productos para los que están legalmente vedados.
Otro impedimento a la propiedad es la decisión de un productor agropecuario, que debe informar con antelación las superficies que tiene previsto destinar a su actividades, llenar las planillas correspondientes y elevarlas en tiempo y forma a la AFIP, convertida en una fiel guardiana de las recomendaciones del joven Axel Kicillof y, hoy por hoy, convertida en un organismo mayor para los actos de gobierno. Ya lo tratamos en su momento, pero éste es un asunto que acumula montañas de papeles y horas de trámites y gestiones, sobre todo si las circunstancias obligan sobre la marcha a modificar los proyectos.
En el ínterin, De la Sota, gobernador de Córdoba, se mantiene en sus trece y sin dejarse tentar por variables que surgen del Poder Central. Sus respuestas son “pagan o pagan” y como trasfondo aparece, tenue por ahora, una cuestión cuya gravedad surge automática con su sola mención: la unidad de la ex República Argentina. Tiempo atrás hablamos de esto tan importante pero por ahora diremos que el activo y decidido cordobés no descansa y este fin de semana largo -como también se dice al referirnos a la movilidad del recuerdo institucional del Padre de la Patria- aceleró sus conversaciones para crear un frente con exigencias similares. El de Corrientes ya dio su respaldo expreso y, si bien otros gobernadores respondieron afirmativamente a la inquietud de Cristina W. Fernández de Kirchner, es más que sabido que en su intimidad -sobre todo el de Buenos Aires- también coinciden con esta exigencia que afecta hondamente a la capacidad de maniobra financiera por parte del gobierno central. Daniel Scioli nada hará por el momento para presionar sobre la Casa Rosada o sobre Olivos y dejará que los problemas fluyan y se acumulen en el horizonte kirchnerista -y en el horizonte institucional, hay que decirlo- en tanto mejora día a día su imagen política y, por ende, la de intención de voto para cuando llegue el momento. Por lo que vamos a decir al final de este artículo, es probable y es posible que ese instante llegue más temprano que tarde y no sólo porque se amplía la distancia favorable de Scioli respecto de Cristina.
Entre otras cosas, esto quiere decir que, pese al lanzamiento de una campaña propagandística cada vez menos tenue en favor de una reforma constitucional que facilite tamaña medida, Cristina ve cada vez más lejana la posibilidad de una reelección, pese a los números que arrojan las encuestas que la desvelan y a que el colaborador que más influye en la presidencia, el secretario Legal y Técnico Carlos Zannini, se exprime la imaginación para encontrar nuevas medidas que le permitan maniobrar políticamente. Como en él prima su ideología maoísta -o trotskista, da lo mismo- cada vez tiene más trabajo para decidir un curso de acción más o menos aceptable. Y lo decimos así porque es un hombre inteligente que no puede ignorar que todas las medidas adoptadas para lograr impactos políticos e invertir el retroceso en que se desenvuelve el gobierno siempre terminaron mal y, en los hechos, se volvieron en contra del oficialismo, como si fuera una verdadera maldición. Como es sabido, cuando surgen estas situaciones casi siempre son imparables, los resultados profundizan su contenido negativo y hasta surge una suerte de contagio que para muchos se convierte en un sino de mala suerte, merecido o no.
Así son las cosas y esto ocurre en cualquier circunstancia parecida. Según parece, el pesimismo cunde entre los más serenos y capaces, sobre todo debido a otros componentes de la situación. Por su importancia, vamos a repetir uno de ellos: el estado de la salud mental de la presidente. Aparentemente, más alicaída que nunca por la forma en que afecta a su pequeña familia el alejamiento de Florencia, que decidió quedarse en el exterior, y el descontrol de Máximo que, dicen, estaría realmente muy enfermo, Cristina entiende una parte de este escenario descendente, enfermizo e inestable, pero antes de llegar a las prometidas señales adicionales a lo que sostenemos, no podemos pasar por alto la gravedad de las incursiones de La Cámpora, cuyos jefes bien remunerados -y no Máximo por las razones expuestas- han resuelto en una verdadera acción de amedrentamiento, influir política e ideológicamente en los jóvenes estudiantes hablándoles loas de las presuntas bondades del kirchnerismo. ¿Cómo podrá influir la opinión de los imberbes de los jardines de infantes que visitan los camporistas y que provocan la indignación de los padres? Todo esto ya es sabido y nos exime de más detalles, pero el caso es que ahora estos jóvenes bien remunerados han resuelto invadir -¿qué otro vocablo podemos utilizar?- a las clínicas de salud mental, cualquiera sea su nivel e importancia, pero casi exclusivamente a las privadas. Allí exigen a la administración -por cierto, en algún momento se desliza la temida palabra formada por las siglas de la AFIP- para pedir la lista de pacientes, indagar acerca de sus condiciones socioeconómicas y ofrecer reparos sin sustento ni derecho alguno, respecto de quienes podrían ser dados de alta y devueltos a las familias que corren con los gastos de tratamientos e internación. Curiosamente, hubo ocasiones en que se detuvieron a evaluar los tristes problemas de intentos de suicidio y por ahora propician que estos pacientes sean devueltos a sus casas, sin reparar en que siempre intervienen los jueces en estos problemas. En realidad, una insólita provocación.
Esta curiosidad escandalosa que nos lleva a comentar con este contenido un análisis político que debería tener otras andaduras, sólo puede obedecer a la necesidad de amedrentar en función de alguna desconocida estrategia, pero como lo sostuvimos más arriba, sólo genera reacciones adversas, enojos justificados que se suman a los que derivan de los piquetes, el delictivo Batallón Combatiente -o Vatayón Militante- la basura acumulada, la congestión del tráfico por el corte de calles o rutas y algo en lo que debemos insistir: la agobiante inseguridad y la muerte artera de víctimas civiles o policiales, de gendarmes sacados de sus lugares de trabajo, lo que favorece al narcotráfico, y otro largo listado de calamidades características de una Argentina que se prepara para las elecciones parciales del año que viene con sus partidos políticos destrozados, disminuidos, divididos, casi siempre mudos y obviamente agotados. Por supuesto, siempre hay excepciones que se destacan, aunque casi siempre son los mismos y escasos dirigentes que lo hacen.
Vayamos ahora a lo prometido. Fuentes más que seguras nos comentaron que durante las últimas horas la presidente Cristina mantuvo prolongadas reuniones con escribanos y contadores, con quienes consideró la situación de sus propiedades, especialmente las adquiridas a partir de la llegada al poder. Como se sabe, su fortuna creció notablemente, en especial la que es más fácil reconocer a través de sus bienes físicos. Como no podía ser de otra manera, lo hablado se mantiene en el más absoluto secreto, pero coincidentemente noticias llegadas de El Calafate aseguran que existen demoras en el pago de los sueldos y que no cierran los números respecto de la rentabilidad financiera de la hotelería que en esa zona controla el kirchnerismo. No habría preocupación económica pero, como se sabe, las formas sí quedan alteradas. Y de esto hace mucho.
tabano@carlosmanuelacuna.com.ar

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EDUARDO MACKENZIE, NEGOCIACIÓN SECRETA: LAS PRUEBAS ESTÁN AHÍ. CASO COLOMBIA

Pese a los desmentidos del ministro de Defensa, las dudas persisten sobre las misteriosas negociaciones secretas entre las Farc y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos. Pues los desmentidos oficiales son ambiguos. El ministro Juan Carlos Pinzón, por ejemplo, dice que él no ha autorizado esas negociaciones. Claro que no. El no las ha autorizado. Pero nadie le reprocha eso al ministro. Quien podría haberlas autorizado  es el jefe del ejecutivo, el presidente de la República en persona, y ninguno de sus subalternos.
Tenemos pues una respuesta de Pinzón que no se centra sobre  las afirmaciones del ex presidente Uribe. Este no acusa al ministro de Defensa. El afirma que Santos es quien ha emprendido o está buscando esas negociaciones en Cuba.
En esta controversia hay que ser exactos. Pues algunos voceros del oficialismo están dando respuestas inadecuadas, y le están reprochando al ex presidente Uribe afirmaciones que él no ha hecho. En su entrevista del 20 de agosto con Diana Calderón, de Radio Caracol, Álvaro Uribe  criticó al gobierno de Santos por “dar señales de preferir una negociación con las Farc a tener una política de seguridad”. Uribe no acepta, con razón, que Santos pretenda “negociar sin exigirles a las Farc un cese de sus acciones criminales”.  El ex presidente estima que “por buscar el diálogo [Santos] ha debilitado la política de seguridad”.

Por otra parte, Uribe no acusa a generales activos de estar mezclados a la ventura secreta en Cuba. El ex presidente repitió seis veces la palabra “ex generales” (generales en retiro) en su conversación con Diana Calderón. Sin embargo, algunos medios dijeran que Uribe estaba acusando a “militares activos” de estar en eso. Bajo tal presión, el ministro Pinzón respondió que “no existen generales activos desarrollando algún proceso como el que se mencionó”, y que él ordenará “la exclusión de las Fuerzas de quien pretenda hacerlo”.
De lo que no se habla es de lo importante: Uribe cuestionó de frente, en esa entrevista, el papel que estaría jugando en las maniobras de negociación, o hacia una negociación secreta con las Farc, el propio hermano del Presidente, el periodista Enrique Santos Calderón. También acusó de lo mismo al asesor de seguridad del jefe de Estado colombiano, Sergio Jaramillo.
Ante ese punto el silencio de los medios, y de los interesados, es total. ¿Por qué? Cada día que pasa sin que esos dos personajes respondan francamente a la revelación hecha por el ex presidente Uribe consolida la hipótesis de unas negociaciones secretas con las Farc en alguna parte del globo.
Yo hago parte de los que creemos que Álvaro Uribe está actuando de manera patriótica y plenamente justificada en este debate. Pues los elementos que dejan presentir la existencia de un diálogo secreto, incipiente o no, con las Farc, están sobre la mesa, aunque algunos no quieran verlos. La mayor prueba de que hay algo en curso es, por un lado, la misma desenfrenada ofensiva terrorista actual de las Farc y, del otro, la estrategia de las Fuerzas Militares de responder a éstas golpe por golpe sin recuperar la iniciativa y desarrollar un plan ofensivo vasto e integral.
Los colombianos sabemos que la banda narco-terrorista desata sus  más feroces y demenciales ataques  cuando el Gobierno entra en diálogo con ella o cuando envía señales de que quiere negociar y ceder ante ellas. La negociación (que ellas y sus interlocutores presentan como “de paz”) va siempre acompañada de acciones sistemáticas de guerra, de brutales  atentados y de un exceso de propaganda. Es una ley que aplican todos los extremistas del mundo cuando el adversario estatal acepta negociar. Para ellos toda negociación es un medio para obtener lo que no han conseguido en la guerra: la derrota del Estado. Las Farc no son una excepción. Ellas han aplicado esa línea durante más de 50 años.
A los actuales golpes de las Farc se suma la actividad abierta de los agentes políticos de éstas,  la esclavización de amplios sectores indígenas del suroccidente colombiano,  el uso de los indios nasa (o páez) para tratar de desalojar el Ejército del norte del Cauca,  y la tentativa de extender ese modelo al Tolima y al Huila.  Y algo muy curioso: según el analista Jhon Marulanda todo eso parece dirigido “desde la frontera con Ecuador”.
Nadie ha olvidado que durante la farsa de las negociaciones en el Caguán, y mientras todo transcurría entre sonrisas y abrazos  con el presidente Andrés Pastrana,  las Farc montaron una operación destinada a tomarse Bogotá por las armas. A comienzos de  julio de 1999, seis meses después de iniciados los “diálogos”, una columna de 500 hombres, salió de la zona desmilitarizada y  avanzó hacia la capital. Las Fuerzas Armadas los pararon una semana después en Gutiérrez (Cundinamarca) pero los combates con fragmentos de esa columna duraron una semana más. El balance de ese episodio fue terrible. Cerca de 300 guerrilleros (entre ellos muchos menores) perecieron y 40 soldados y 31 policías ofrendaron su vida para salvar al país. A tales desgracias se ve abocada Colombia cuando gobiernos irresponsables  caen hipnotizados ante las Farc y sus promesas de “salida negociada del conflicto”.
En enero de 2002, al final de los diálogos del Caguán, Raúl Reyes ordenó una serie de explosiones en Bogotá y la destrucción de la represa de Golillas. Sus hombres fracasaron pero arruinaron con dinamita una parte de la gran válvula. Reyes quería inundar a Bogotá y, de paso, a Villavicencio, para forzar a Pastrana a concesiones aún más extremas. ¿Quién puede olvidar que  tras el fracaso del Caguán las Farc siguieron exigiendo la desmilitarización de dos departamentos,  Caquetá y Putumayo (una región más grande que Portugal) donde tenían los mayores cultivos de droga?
El llamado “Marco para la Paz” es otro indicio que refuerza la hipótesis de la negociación secreta en Cuba, o en cualquier otro país. Esa nefasta reforma constitucional, impuesta a rajatabla por Santos con la ayuda del senador Roy Barreras, parece salida de la cabeza de Minerva. Santos jamás prometió algo parecido en su campaña electoral.  ¿De dónde viene ese texto? Como el misterio es total no quedan sino dos posibilidades: o es el resultado de una negociación, o es un anzuelo para abrir esa negociación.
Si es un anzuelo es un poderoso anzuelo. Esa reforma  garantiza no sólo la posibilidad de que esos criminales redomados se puedan presentar en elecciones y convertirse, mediante el voto popular, en parlamentarios, gobernadores, alcaldes y presidentes sino que les garantiza a todos ellos, sobre todo a los jefes, la impunidad de sus crímenes, incluyendo los crímenes de lesa humanidad. Y eso por una razón: la Justicia Transicional, la inspiradora del “Marco para la Paz”,  es una justicia absurda. El postulado central de la Justicia Transicional, y del llamado “Marco para la Paz”, es hacer prevalecer la noción de  “reconciliación” por encima de todo, de las nociones de derecho, como sanción,  justicia, reparación y del mismo derecho humanitario internacional.
Es una “justicia” que favorece a los violentos pues la paz es la primera y la última de las nociones vulneradas. Los países africanos y centro americanos que adoptaron esa extraña “doctrina”, repudiada por las grandes democracias, no alcanzaron ninguno de los objetivos buscados: tras acoger esa “solución”, esos países cayeron en nuevos ciclos de violencia e inseguridad.   Y jamás hubo reconciliación entre los terroristas y sus víctimas.
La responsabilidad del presidente Santos es inmensa. El temor de que se esté negociando en Cuba el destino de Colombia no fue creado artificialmente. El retroceso en el ritmo y orientación de la lucha antisubversiva, el desmonte del esquema uribista que había reducido las Farc a un cascarón sin substancia, favoreció el repunte de éstas y de las Bacrim, y el aumento brutal de sus acciones anticolombianas dentro del país y en Latinoamérica.
¿El reajuste ministerial que Santos anuncia en el peor momento de la crisis de seguridad del país servirá para salir del impase  si ese reajuste no es el resultado de un reconocimiento sincero de que se cometieron errores estratégicos que la fuerza pública, las instituciones, la economía, la infraestructura y la sociedad en general están pagando muy caro?
"Si el gobierno dice que no es así yo sería el primero en rectificar", declaró en estos días el ex presidente Uribe. ¿Por qué el presidente  Santos no aclara de una vez todo al respecto? ¿Qué desmentido ha dado Santos a la afirmación alucinada de uno de sus  ministros en el sentido de que las acciones de las Farc no afectan la economía del país?
La investigación del atentado en Bogotá del 15 de mayo de 2012 contra el ex ministro y periodista Fernando Londoño Hoyos, donde murieron dos de sus escoltas y más de 40 personas fueron heridas, no ha avanzado ni ha generado una sola captura. ¿No es eso una señal adicional de debilidad antes las Farc? ¿Quién podría negarlo?
Si las Farc no han acogido todavía el “Marco para la Paz” es porque quieren eso y mucho más. Sus acciones armadas dibujan una zona enorme que esperan que Bogotá ordene despejar: los departamentos de Nariño, Cauca, Putumayo y Caquetá donde ellos tendrían plena autonomía para hacer sus tráficos. ¿Impensable? No. Eso es lo que Alfonso Cano quería en sus momentos de mayor euforia.  Timochenko no está pidiendo menos. Para él todo es negociable.
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Eduardo Mackenzie
eduardo.mackenzie@wanadoo.fr

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LUIS GÓMEZ CALCAÑO Y NELLY ARENAS - EL CHAVISMO: AUTORITARISMO ELECTORAL HACIA FUERA Y HACIA ADENTRO

Según sus creadores, la revolución bolivariana llegó para quedarse. A propósito del reto electoral de octubre de 2012 su dirigencia, en la voz de Aristóbulo Istúriz, vicepresidente de la Asamblea Nacional, insistió en el carácter “irreversible” de la revolución, razón por la cual el Presidente Chávez debe ser reelecto “en forma contundente” de modo de lograr la “hegemonía” política e ideológica, una vez culminada  la etapa de transición hacia el socialismo.
De las palabras claves de este discurso oficial, irreversibilidad, hegemonía y reelección,  se desprende la tensión más importante que  atraviesa  al  chavismo: mantener y consolidar definitivamente la revolución, haciéndola inexorable, en un contexto que le obliga a medirse en las urnas periódicamente corriendo el riesgo de perder lo ganado.  El primer eje de esta tensión, la irreversibilidad del proceso y su necesidad de hegemonía incontestable, orienta claramente  la perspectiva de unanimidad social y política a la que ha aspirado el régimen en estos largos años de su existencia. Copar todos los espacios y teñirlos de un solo color ha sido su norte.  El segundo,  la inevitabilidad de la confrontación electoral a la que está sometido gracias a la presión democrática que sobre él se ejerce, tanto  puertas adentro como puertas afuera, le obliga a transitar el camino eleccionario,  pero interponiendo toda clase de obstáculos a sus oponentes a fin de resolver la tensión a su favor.
Ingresar a la liza electoral, enfrentar al “enemigo” en ella y derrotarlo, constituyen barreras  que  inevitablemente deben vencerse. Esta suprema necesidad explica la  recurrencia, por parte del chavismo, a mecanismos capaces de asegurar su sobrevivencia en la perspectiva de lo que, en los últimos años,  una corriente académica ha denominado autoritarismo electoral o autoritarismo competitivo. Este concepto ha sido diseñado para  calificar a aquellos regímenes en los cuales, a fin de contrarrestar la posibilidad de resultados  perturbadores e inciertos,  las competencias electorales están  sujetas a una  manipulación  tan severa, amplia y sistemática por parte del Estado que dichos regímenes no pueden llamarse democráticos, tal como ha sostenido Andreas Schedler, uno de los principales exponentes de esta corriente.
Venezuela ha sido presentada por algunos académicos  que comparten este enfoque   como uno de los casos más representativos de autoritarismo electoral. Nuestra hipótesis al respecto es que el gobierno chavista encarna un tipo de populismo autoritario que bien puede comprenderse como una deriva de lo que Juan Linz llamó “totalitarismo imperfecto” (defective totalitarianism), para dar cuenta de regímenes que constituyen una fase transitoria de un sistema político cuyo despliegue hacia el totalitarismo ha sido impedido y tiende, por consiguiente, a convertirse en algún otro tipo de régimen autoritario.
Pero este autoritarismo electoral no lo aplica el chavismo sólo fuera de su patio; es decir, hacia la sociedad venezolana, sino también en el propio. En efecto, muchos de los mecanismos de manipulación dirigidos a controlar a la sociedad en su conjunto también están presentes en la relación entre la dirigencia chavista y sus partidarios, en la que no es concebible la diversidad interna. Las inevitables luchas por el poder y los debates políticos e ideológicos internos tienen un techo insuperable: el Presidente-comandante. Es por ello que la democracia interna del PSUV es limitada, incompleta o inauténtica, rasgos característicos de los autoritarismos electorales. La identificación de la crítica con la deslealtad o la traición hace que diferir públicamente del caudillo sea extremadamente arriesgado. La diferencia de opiniones se asimila a la traición, territorio de fronteras difusas al que se puede llegar sin darse cuenta, y del que sólo se regresa a costa de grandes humillaciones. Por eso los debates en el núcleo más cercano al caudillo derivan hacia intrigas palaciegas, en las que el factor decisivo es el acceso al “oído del Rey”; este es uno de los rasgos “sultanistas” del régimen. En esas luchas internas, los competidores deben conciliar el hecho de la diversidad interna con el mito de la unidad indisoluble alrededor del líder.
A esta tensión se suma aquella entre las demandas de participación democrática de las bases y la ambigüedad del discurso chavista sobre la democracia representativa. Ella ha sido acusada de ser el origen de los males del sistema político venezolano en las últimas décadas, por lo que se le opuso la democracia “participativa y protagónica”; pero al mismo tiempo, el régimen alega como fuente de legitimidad los numerosos procesos electorales realizados, que en su mayoría lo han ratificado. La demanda de participación de las bases y de celebración de elecciones justas, no manipuladas por la dirigencia, es un tema constante en los foros de discusión de los órganos del partido.
Un primer ejemplo de la tensión entre la unicidad a la que aspira el proyecto y la diversidad de sus componentes es el intento frustrado de crear al PSUV como partido único de la revolución. Poco después de su victoria en las elecciones de 2006, Chávez anunció la creación de dicho partido, al que convocaba a todos sus aliados a unirse, con el argumento de que los partidos dividían al pueblo, ya que sus votos en realidad eran “de Chávez” y no de ellos. Algunos, como Podemos, el PPT y el PCV se mostraron reticentes a renunciar a su identidad política y organizativa; la respuesta de Chávez fue acusar a estas organizaciones de potenciales aliados de la oposición y por lo tanto cercanos a la traición. La posibilidad de contar con aliados autónomos y con cierta capacidad de crítica no era imaginable. Los partidos que se negaron a disolverse pagaron un alto precio: perdieron posiciones de poder cuando buena parte de sus gobernadores, alcaldes y diputados desertaron para incorporarse al PSUV.
Tanto PODEMOS como, más gradualmente, el PPT se fueron acercando a posiciones opositoras, mientras el PCV, a pesar de las descalificaciones y la división inducida de la que fue objeto, se mantuvo como aliado casi incondicional, lo que le ha permitido sobrevivir. No ocurrió lo mismo con los dos primeros, ya que al acercarse la campaña electoral de 2012 se estimularon nuevas divisiones en ambos partidos, impulsadas por grupos partidarios del presidente. A nadie sorprendió que el Tribunal Supremo de Justicia decidiera a favor de estos grupos, con lo que las siglas y símbolos de ambos partidos pasaron a engrosar la alianza electoral oficialista. Uno de los métodos característicos de los autoritarismos competitivos, el uso de poderes nominalmente independientes para perseguir a la oposición por medios formalmente legales, se volcaba ahora sobre los antiguos aliados.
La meta de unificar al chavismo en un solo partido fue lentamente abandonada. Actualmente, algunos de los pequeños partidos que habían aceptado disolverse para integrarse al PSUV siguen existiendo y forman parte de la nueva alianza electoral, el Gran Polo Patriótico, pero carecen de autonomía o son irrelevantes. ¿Fue entonces el intento de crear el partido único un fracaso para Chávez? No necesariamente, si se considera que el resultado del proceso fue intensificar su control personal sobre el movimiento y sus aliados, mostrarles el costo potencial de la pretensión de autonomía, y ratificar que son imposibles “terceras vías” entre la incondicionalidad absoluta y el pase a la oposición, es decir, a la traición. La misma retórica utilizada para concentrar el poder frente a la sociedad se aplicó hacia el interior del movimiento.
El presidente Chávez propuso en enero de 2011 la constitución del Gran Polo Patriótico, alianza articuladora de diversos sectores sociales para incorporarse a la decisiva campaña electoral presidencial de 2012. La alianza también intenta responder a algunos problemas que han afectado la lealtad de los sectores populares hacia el partido, como el excesivo poder de algunos dirigentes, quienes, según el mismo Chávez, imponen “sus lealtades personales por encima de los auténticos liderazgos populares”. El presidente aparecía como protector de las bases,  pero al mismo tiempo criticaba los procedimientos electorales internos como las elecciones primarias, a las que atribuía el alejamiento de la cotidianidad y la separación respecto del pueblo. Esta tendencia a buscar alternativas a las elecciones por la base fue puesta en práctica de inmediato, al designar las autoridades partidistas por el método de cooptación en el primer trimestre de 2011. En cuanto al GPP, el equipo promotor encargado de la convocatoria a las bases fue designado por el presidente sin consultas formales. Desde el inicio mismo de la promoción del GPP comenzaron a manifestarse las tensiones. En el interior del PSUV la contradicción más importante se manifestaba entre militantes de base y directivos del partido, muchos de los cuales son también altos funcionarios. Si para algunos militantes de base el Polo se vio como una nueva oportunidad de democratizar al PSUV, haciendo suyas las palabras del presidente, estas expectativas se frustraron, como lo muestra la desaparición del Polo en el discurso de la campaña electoral.
Las tensiones se han podido contener hasta el presente por la unanimidad acerca de la meta prioritaria: garantizar la reelección de Chávez. Sin embargo, esto se hace mucho más difícil al decidir las candidaturas para las elecciones regionales, como se pudo observar cuando el presidente designó, en medio de un discurso, a Francisco Ameliach como candidato a la gobernación del estado Carabobo. Algunos de los asistentes a la concentración protestaron airadamente, ya que apoyaban a otro líder chavista, el alcalde Rafael Lacava. La respuesta de Chávez fue característica: “Yo he dicho Ameliach para la gobernación de Carabobo. …Ustedes verán pero por encima de eso está Chávez el 7 de octubre, para la presidencia de Venezuela, ahí nos jugamos la vida.”
Si bien en el PSUV y su periferia se producen debates, denuncias, conflictos y competencias por el liderazgo, ellos involucran sobre todo a los niveles bajos y medios, pero al llegar a la cúpula el debate encuentra su techo en la imposibilidad de criticar a quien carga, por ser el líder único, con la mayor responsabilidad por los aciertos y errores del partido y del Estado. Ello hace que las tensiones y disputas que vienen ascendiendo desde las bases adquieran, al llegar a ese nivel, un carácter horizontal, enfrentando entre sí a facciones que, por lo demás, no están autorizadas a tratar sus diferencias en forma pública y abierta. Esta ficción de unanimidad bajo el manto de la lealtad absoluta al líder máximo se encuentra, desde mediados de 2011, amenazada por la forma opaca en que se ha manejado la información sobre su enfermedad, y sobre todo por la negativa a considerar siquiera la hipótesis de su retiro. El dilema de los herederos potenciales es que deben prepararse para una lucha por el poder con sus propios compañeros sin reconocer que lo están haciendo, y en un horizonte de tiempo indeterminado: si se adelantan pueden ser estigmatizados por el líder; pero si esperan demasiado pueden ser superados por las intrigas más eficaces de sus rivales. Dado este conjunto de incertidumbres, se puede prever que una eventual ausencia definitiva de Chávez desemboque en grandes dificultades para la gobernabilidad interna del PSUV y sus aliados, y por ende de la sociedad como un todo.
Esta tensión entre unicidad y diversidad puede evolucionar hacia diferentes trayectorias: una posibilidad es que el proceso de imposición de la hegemonía del proyecto en forma irreversible siga avanzando, aun contra la resistencia de diversos actores sociopolíticos, gracias al uso eficiente de mecanismos como el control cada vez mayor de los medios de comunicación, la identificación de la Fuerza Armada con el proyecto del presidente, el manejo clientelista de la renta petrolera, y el aprovechamiento de la identificación cuasi religiosa de amplios sectores populares con la persona de Chávez. La otra posibilidad es que la resistencia de actores internos y externos al movimiento, aunada al desgaste de las prácticas que hasta ahora han sido exitosas, pueda detener o al menos frenar el avance del proyecto hegemónico.
Posted Yesterday by Fernando Mires

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FEDERICO BAUER RODRÍGUEZ ¿CUÁL CAPITALISMO?, DESDE GUATEMALA

Hace casi 23 años que cayó el Muro de Berlín, y a los ideólogos que habían hecho del Manifiesto Comunista su biblia, no les quedó más remedio que refugiarse en la socialdemocracia y el Estado de bienestar, con el fin de nunca aceptar que el individualismo es la solución a los problemas socio económicos de todas las sociedades. 
Pasaron dos décadas, y la corrupción e ineficiencia inherentes en el colectivismo empezaron a pasar la factura a los países que no pusieron límites a su ambición de fundar el Paraíso Terrenal en nuestro planeta. 
Pero estos ideólogos no pueden aceptar las limitaciones que tienen los Estados en el manejo de la macroeconomía, por lo que han adoptado la actitud de culpar al Capitalismo de la situación que atraviesan los EE.UU. y los países de la Eurocrisis, peyorativamente llamados los PIIGS. 
Lo irónico es que los países en problemas no son capitalistas, EE.UU. lo fue cuando llegó a ser la primera potencia mundial, pero ya no lo es; Portugal, Italia, Irlanda, Grecia y España (PIIGS) nunca lo han sido. 
Aquí mi explicación: Capitalismo es el sistema económico que se caracteriza por tener propiedad privada de los medios de producción, de tener precios de mercado para todos los productos y servicios, de tener Estados que impiden la colusión de precios por medio de monopolios, oligopolios y carteles, de tener banca privada con emisión monetaria respaldada por metálico en un 100 por ciento, ausencia de salarios mínimos y legislación laboral que no entorpece la creación de empleos. También es indispensable que las tasas fiscales no sean expropiatorias, ya que no me sirve de nada ser el dueño del 100 por ciento de una empresa, si el Estado se queda con un tercio (o más) de mis utilidades sin necesidad de correr el riesgo empresarial. 
La verdad es que no hay un solo país que cumpla con todos estos requisitos para calificar como Capitalista, pero hay unos pocos que cumplen con un buen porcentaje de los mismos. 
En Latinoamérica tenemos el ejemplo de Chile, destruido por el desgobierno de Allende en 1973, que ya está cerca de pasar a integrar el club de los industrializados. En Asia tenemos a Hong Kong, territorio con autonomía, que hace 70 años no era nada y ahora es un modelo de progreso económico. Singapur que en 55 años de independencia pasó de ser una pequeña provincia de Malasia a tener un ingreso per cápita superior al de los EE.UU. 
Los EE.UU., desde su guerra civil hasta la segunda mitad del siglo pasado, tuvo un gran crecimiento, antes de volverse keynesiano. 
En Europa, Suiza es el paradigma capitalista, que aunque no cumple con todos los parámetros a la perfección, sí está más cerca que sus vecinos.


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RAMON GUILLERMO AVELEDO, CAMINANDO CARACAS

En 2006, el actual presidente obtuvo el voto de más de seis de cada diez parroquianos.

Santa Rosalía es una parroquia extensa y diversa. Sectores comerciales mayoristas y minoristas, barrios populares, clase media empobrecida. Como queda en medio de muchas cosas, es también lugar de paso. En 2006, el actual presidente obtuvo el voto de más de seis de cada diez parroquianos.

Ganó con el 63,41%. En las parlamentarias de 2010, la parroquia empezó el viaje de regreso de la ilusión. La lista de diputados Psuv-PCV ganó, pero con 48,57%, mientras la de la Unidad reunió 47,80%. Casi mitad y mitad. Un empate. A juzgar por lo que vi, Henrique Capriles Radonski apunta a ganar las elecciones en Santa Rosalía.

El candidato presidencial de la unión de los venezolanos recorre el país. El viernes llegué a Barinas, tierra natal del actual mandatario, y todavía se sentían los movimientos sísmico-políticos ocasionados por su visita del martes. La región ha sido un coto de desgobierno familiar.

El domingo lo acompañé, en medio de un gentío, por Los Sin Techo, El Prado de María, Gran Colombia, 1 de Mayo y Las Cruces, para terminar en La Bandera, las inmediaciones de El Cementerio, una de las áreas emblemáticas de esa parroquia caraqueña.

La alegría de los vecinos al recibirlo, la seriedad con que los voceros de los consejos comunales le presentaban planteamientos, el cariño con que le regalaban imágenes religiosas y hasta una torta que el CNE habría prohibido porque la decoraron con la bandera, la esperanza escrita en papelitos. Todo mostraba una realidad emergente: nace un nuevo liderazgo. El pueblo quiere ver, tocar, sentir confianza. El pueblo quiere vivir y progresar en paz. Y tiene derecho.

Algo similar a lo de Santa Rosalía sucedió una semana antes en Caricuao y la anterior en Catia. La gente pierde el miedo, porque la alegría es más fuerte y la esperanza más potente.

Salen de sus casas. Se asoman a la ventana de los apartamentos. Esperan a la puerta de los negocios. Saludan con efusividad.

Vi mucho afiche y bandera de Capriles en las viviendas. También propaganda del actual presidente. Pero más importante es que, con naturalidad, había casas donde convivían los afiches de uno y otro, los miembros de la familia expresaban con alegría su preferencia. El mensaje del rencor ha fracasado. En eso, ya hemos triunfado.

Secretario de la Mesa de la Unidad
rgaveledounidad@gmail.com

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ANALÍTICA PREMIUM, EDITORIAL, ¿POR QUÉ CANTA FRAUDE ANTICIPADO?, VIERNES, 24 DE AGOSTO DE 2012

¿Para qué creen ustedes que se cambió el lugar donde estarán ubicadas las capta huellas?. La respuesta luce obvia, lo hacen  para sembrar la duda sobre la posibilidad que el gran hermano pudiera saber quién votó y como lo hizo. 
Esto no es verdad
CAPRILES SUBE
El presidente Chávez luce tan preocupado que no le queda otra que acusar a la oposición de que esta va a cantar fraude el 7O.  
¿Sobre qué se basan estas temerarias acusaciones? 
Ciertamente no lo son sobre las encuestas más recientes que muestran claramente el ascenso de Capriles así como la caída de Chávez.
Este gobierno no está dispuesto a reconocer que el tiempo es su peor enemigo y no nos referimos sólo a las lluvias sino a los 14 años de ineficiencia y corrupción.  Proclamar de antemano que Chávez va a ganar con 70 % de los votos no se lo creen ni ellos, sin embargo, es parte de una estrategia para  tratar de convencer a los amigos de afuera que Chávez ya ganó. 
Como esa estrategia no le resulta a nivel interno, entonces usa otros recursos como la siembra del miedo y para eso cuenta con el respaldo inequívoco del CNE.  ¿ Para qué creen ustedes que se cambió el lugar donde estarán ubicadas las capta huellas?. La respuesta luce obvia, lo hacen  para s embrar la duda sobre la posibilidad que el gran hermano pudiera saber quién votó y como lo hizo. Esto no es verdad, es una morisqueta más y un gasto inútil del dinero de todos los venezolanos.
Frente a esta estrategia chueca hay una sola respuesta válida: votar abrumadoramente en contra de un gobierno que miente, engaña y no cumple  con sus promesas.  
Esos 10 millones con los que sueña Chávez, que supuestamente nos va a "meter por el buche", son precisamente los que a él se le van a atragantar, porque la mentira tiene patas cortas y una realidad  distinta progresa en las calles de Venezuela.
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