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martes, 15 de septiembre de 2015

CARLOS ALBERTO MONTANER, LA INMIGRACIÓN E ISRAEL

Ángela Merkel, que está demostrando grandes dotes de estadista, ha dicho que Alemania va a recibir a decenas de miles de inmigrantes sirios, pero que debe aprender de la experiencia pasada, cuando admitieron a millones de turcos mas éstos no se integraron en el país y constituyeron guetos.

Tiene razón. La cuestión no es sólo dejar entrar a los refugiados, sino facilitar la integración en una nueva cultura, que en este caso implica un nuevo idioma y algunas costumbres diferentes.

El inmigrante adulto, sobre todo el que ha tenido que huir precipitadamente, suele ser una persona desconcertada, indefensa y sin amigos en el lugar de acogida. Esto suele derivar en una sensación de impotencia y, a veces, en una profunda depresión.

Los niños se adaptan mejor. En general, sólo tienen la responsabilidad de ir a la escuela. Aprenden fácilmente la nueva lengua y, cuando se comunican, no tardan en hacer amigos.

El problema lo tienen los adultos. Los que son profesionales, además de los inconvenientes del idioma, no pueden ejercer sus carreras por impedimentos legales, gremiales y hasta sindicales.

De los países que conozco, Israel es el que mejor ha desarrollado los planes de integración. Ha tenido que hacerlo, dado que el Estado se formó con judíos de diversas procedencias y culturas, de lugares como Polonia, Alemania, Turquía, Marruecos, Yemen o Argentina. Unos eran comerciantes, otros campesinos, otros profesionales. Los había sefardíes, asquenazíes y mizrajíes, no siempre bien avenidos.

Los últimos que llegaron, casi todos en la década de los noventa, procedían de la Unión Soviética, sólo hablaban ruso y hoy son un segmento vibrante y muy importante de la sociedad israelí. La mayor parte de los judíos que se trasladan a ese país no hablan el hebreo, pero existen organizaciones que los ayudan a integrarse.

Hace años, recuerdo haber visto en las calles de Jerusalén a un grupo de monitores religiosos enseñando lo que era vivir en su nuevo país a losfalashas. Los falashas son judíos negros de Etiopía, culturalmente muy atrasados. Ocho mil habían sido rescatados en 1984 por el ejército israelí de campos de refugiados situados en Sudán. Parece que han tenido más problemas de adaptación que la media, pero, finalmente, han logrado formar parte de la nación.

La integración de los inmigrantes cuesta dinero, pero a medio y largo plazo es un magnífico negocio para el país receptor. Se sabe que los inmigrantes crean más microempresas que la media nacional. Tienen lo que un ensayista británico llama "el fuego del inmigrante". Trabajan incontables horas y generan mucha más riqueza de la que costó integrarlos.

Eso sí: es indispensable que la sociedad de acogida sea flexible. Es un disparate sólo darles permisos de trabajo en determinadas ocupaciones.

La economía de mercado es un sistema de tanteo y error. Las personas comienzan haciendo una cosa y luego terminan haciendo otra. Todas las limitaciones proteccionistas son contraproducentes.

En Estados Unidos, la comunidad árabe, unos seis millones de personas, se ha integrado bien, tal vez porque llegaron a una sociedad abierta y porosa. En América Latina también ha sudedido lo mismo. Los árabes, a veces llamados "turcos", son muy exitosos en sitios como Barranquilla, Panamá, Tegucigalpa o Buenos Aires.

En fin: abrir los brazos a los inmigrantes es lo correcto y lo conveniente. No sé los niños, pero los inmigrantes acaban por traer su pan bajo el brazo.

Carlos Alberto Montaner
montaner.ca@gmail.com
@CarlosAMontaner
Vicepresidente de la Internacional Liberal

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sábado, 20 de junio de 2015

CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL, INFORME DE ONU, ISRAEL TRATÓ DE EVITAR CONFLICTO CON GAZA

Un cable de la Agencia de noticias Judío-México escrito por Silvia Schnessel nos informó el 12 de junio que “El controvertido informe de Schabas-Davis de la comisión de investigación de la ONU sobre Gaza será emitido de forma inminente, y se debatirá el lunes 29 de junio ante el Consejo de Derechos Humanos”. Nos explica además que UN Watch (ver enlace abajo)  ha obtenido una copia de una presentación clave hecha a la investigación: resultados preliminares del Grupo Militar Internacional de Alto Nivel que visitó Israel en mayo de 2015 en una misión de investigación sobre el conflicto de Gaza 2014, cuyos puntos principales publicamos a continuación. http://www.enlacejudio.com/2015/06/12/informe-de-la-mision-multinacional-de-generales-sobre-la-guerra-de-gaza/
Schenessel nos dice entre otras cosas que  “Ante el Informe de la ONU sobre la Guerra de Gaza 2014, la Misión Multinacional de Generales halla que: “Israel no sólo cumplió sino que superó significativamente las normas jurídicas internacionales”. Además,  como verán más adelante, Israel siempre trató de evitar el conflicto con Gaza.
Esto es importante, porque como hemos comentado en otros artículos la mayoría de las agencias de noticias especularon con todo lo que sucedía allí, exageraron las noticias haciendo ver a Gaza como la víctima y a Israel como el monstruo de la guerra, generaron tantas cables como pudieron con el fin de permanecer en las primeras páginas de los periódicos y en la televisión, dañando siempre la imagen de Israel, este informe lo aclara todo y pone las cosas en su justa realidad.
Entre las cosas que señala Schnessel nos habla sobre los resultados preliminares del Grupo Militar Internacional de Alto Nivel que visitó Israel en mayo de 2015 en una misión de investigación sobre el conflicto de Gaza 2014, y nos explica que  “La misión estuvo encabezada por el general Klaus Naumann, ex Jefe de Estado Mayor del Ejército alemán y Presidente del Comité Militar de la OTAN, el oficial de más alto rango en la Alianza, junto con otros 10 ex jefes de personal, generales, oficiales superiores, dirigentes políticos y funcionarios de los Estados Unidos, Reino Unido, Holanda, España, Italia, Australia y Colombia. • La misión fue el primer grupo multinacional de altos directivos en visitar Israel en el contexto del conflicto de 2014, y se les concedió un nivel de acceso sin precedentes”.
A continuación destacamos los siguientes párrafos de la copia en poder de UN Watch extraídos del escrito de Schnessel arriba mencionado: “Hemos examinado las circunstancias que llevaron al trágico conflicto del verano pasado y no nos cabe ninguna duda de que esta no fue una guerra que Israel deseara. Israel trató de evitar el conflicto y ejerció gran moderación en un período de meses previos a la guerra, mientras sus ciudadanos eran blanco de esporádicos ataques con misiles desde Gaza”.
“Una vez que la guerra ya había comenzado, Israel hizo repetidos esfuerzos para poner fin a los combates. La guerra que Israel fue finalmente obligado a luchar contra Hamás y otros extremistas de Gaza fue una guerra legítima, necesaria para defender a sus ciudadanos y su territorio contra el ataque sostenido desde más allá de sus fronteras”. • “Los ataques con misiles de Hamas deliberada e indiscriminadamente se dirigían a centros de población civil israelíes en el sur del país. Visitamos uno, el kibutz Nahal Oz, contra el que se lanzaron más de 150 misiles de Hamas el verano pasado, causando pérdida de vida y destrucción a gran escala. Muchos ataques también se lanzaron contra las principales ciudades más al norte incluida Jerusalén y Tel Aviv. Hamas disparó deliberadamente misiles contra el aeropuerto internacional Ben Gurion, interrumpiendo y amenazando el tránsito aéreo civil internacional. No hay duda de que todos estos ataques constituyen crímenes de guerra”.
 “Hamas también construyó una serie de túneles, usando materiales extraídos de suministros humanitarios, que penetraban en la frontera entre Gaza e Israel, en muchos casos emergentes cerca de las comunidades civiles. Entramos en uno de esos túneles, que se extendía más de dos kilómetros, terminando sólo a unos cientos de yardas de un kibutz y probablemente con la intención de eventualmente emerger en el propio kibutz. Sólo podemos concluir que estos túneles fueron diseñados, al menos en parte, para atacar, matar y secuestrar civiles israelíes. De nuevo, esto constituye un crimen de guerra”. • “Hamas lanzó ataques contra Israel desde el corazón de sus propias comunidades civiles en Gaza y posiciona sus municiones y también las fuerzas militares incluso en escuelas y mezquitas. Al igual que vimos pruebas cuidadosamente documentadas de las FDI, hemos visto imágenes de los medios de comunicación internacionales que confirman varios casos y son conscientes de las propias afirmaciones de altos funcionarios de Hamas de haber utilizado escudos humanos. Un reciente informe del Secretario General de la ONU confirmó que, en algunos casos, incluso Hamas utiliza instalaciones de la ONU para el almacenamiento de municiones y lanzar ataques”. • “Cada uno de nuestros propios ejércitos tiene, por supuesto, el compromiso de proteger la vida civil durante el combate. Pero ninguno de nosotros tiene conocimiento de ningún ejército que adopte estas amplias medidas como hizo el ejército israelí el pasado verano para proteger las vidas de la población civil en tales circunstancias”. En este link pueden ver el informe en ingles en: http://blog.unwatch.org/index.php/2015/06/12/key-findings-of-the-high-level-international-military-group-on-the-gaza-conflict/
Nosotros esperaríamos que las agencias de noticias internacionales publiquen esta noticia en las primeras páginas de los periódicos y aparezcan en los principales noticieros de las cadenas de televisión más famosas en el mundo, sin embargo eso está aún por verse.
Carlos Vilchez Navamuel
carlosvilcheznavamuel@gmail.com
‏@carlosvilchezn

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miércoles, 29 de abril de 2015

MILOS ALCALAY, EL BUMERÁN E ISRAEL

“Bumerán Chávez” es el título del polémico libro publicado por Rafael Isea en Amazon, en el que el ex Presidente del BANDES  revela las reuniones auspiciadas por el entonces Canciller Nicolás Maduro destinadas a fortalecer una estrecha relación con el Hizbola, en la que relata que fue obligado a hacer una escala imprevista en Siria para reunirse con el Canciller, previo a uno de los múltiples encuentros de Chávez con su aliado Ahmadinejad.

No entraré en este articulo a analizar las graves acusaciones que denuncia el “hijo de Chávez”, hoy criminalizado por sus antiguos aliados y compañeros revolucionarios, ni tampoco sobre el papel que denuncia en su obra sobre la labor desempeñada por el diplomático libanes-venezolano Ghazi Nasseradine, Ministro Consejero en Damasco en su papel para otorgar visados, pasaportes y vínculos económicos con la organización terrorista, ni mucho menos sobre las implicaciones de la triangulación con Irán denunciada por la prestigiosa Revista Veja en la tristemente célebre valija destinada a la campaña de los Kirchner en Argentina, sino la coincidencia en el tiempo de esa alianza para incidir en la forma anti-histórica en la que Venezuela rompió las relaciones con el Estado de Israel.
Después de un acto de masas  organizado por el Hizbola para expresar la solidaridad política de esa agrupación con el Gobierno Bolivariano, la máxima autoridad del país no contento con anunciar la expulsión del Embajador Shlomo Cohen; con cerrar la Misión Diplomática; con dejar una “representación diplomática” en Ramala (violentando las normas internacionales), ; igualmente fue precursor a los propios Palestinos del Hamas y del Hizbola al emitir un comunicado de la Cancillería Venezolana indicando que insistirá en “recurrir ante la Corte Penal Internacional para denunciar los crímenes de lesa humanidad cometidos por sus líderes (de Israel)”
Pero además vimos también con preocupación cómo se llenaron las calles con grafitis anti-judíos; el ataque a la Sinagoga de Mariperez; la utilización de los medios de comunicación del Gobierno en una diatriba anti Israelí. El libro deja entre líneas que ello no fue una “coincidencia” y explica por qué al asumir la Presidencia de la República, no haya honrado su promesa dada cuando era Canciller a representantes de la Comunidad Judía Internacional al anunciar que pondría todo su empeño en apoyar a que se restablezcan relaciones diplomáticas con Israel.
Mientras tanto ya vamos por el sexto año consecutivo en que Israel no tiene un Embajador en Venezuela, y a pesar de ello, los vínculos con la comunidad judía son tan fuertes que los mas distintos sectores políticos, religiosos, culturales y diplomáticos acreditados en el país, acudieron el pasado 22 de Abril a conmemorar el 67 Aniversario de la Independencia del Estado de Israel participando en un emotivo acto organizado por la Confederación de Asociaciones Israelitas de Venezuela (CAIV) para desearles un feliz Yom Haatzmaut, recordando de esta forma el voto favorable que le dio Venezuela a través del Canciller Andrés Eloy Blanco, sumándose a los países de la ONU que reconocieron a través de la Resolución de Partición aprobada por la Organización de las Naciones Unidas, el anhelado derecho de Israel a consolidar finalmente “un hogar para el pueblo judío” abierto a todas las religiones y a todos los hombres de buena voluntad.
Milos Alcalay
milosalcalay@yahoo.com
@milosalcalay

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sábado, 4 de abril de 2015

ANDRÉS HOYOS, EL POLVORÍN

Si hay algo que con seguridad uno no encuentra en la residencia oficial del primer ministro de Israel es un tapete persa. El lugar se llama Beit Aghion y más sex appeal tiene un Zastava.

Para seguir viviendo allí, Benjamín Netanyahu recurrió a todos los trucos rastreros que hay en los libros e incluso se inventó un par más. Afrentó a Obama en su propia casa, lanzó insultos racistas contra la minoría árabe de su país, insistió en que los palestinos no tienen otra salida que la sumisión perpetua a su versión del apartheid sudafricano y, muy en particular, agitó la amenaza que a sus ojos representa Irán para el mundo, o sea, para su visión del mundo. Al final Bibi ganó las elecciones el pasado martes, si bien por el camino fomentó los peores instintos de sus compatriotas.

Las negociaciones sobre el tema nuclear entre Irán y el grupo P5+1, liderado por Estados Unidos, están en lo más álgido. La nueva fecha límite es julio de este año. Netanyahu sugirió ante el Congreso de Estados Unidos que hay que patear la mesa porque al poco rato Irán entraría en pánico y se rendiría.

Esto es —y él lo sabe— demente. Sotto voce dijo que quizá sería posible un compromiso distinto pero, claro, si Irán no acepta uno menos estricto ya ofrecido, ¿qué le hace pensar que aceptará uno más estricto? ¿Simplemente porque él lo dice?

Los anales del realpolitik dictan otra cosa: de no haber acuerdo, la relación entre Estados Unidos e Irán se deterioraría a marchas forzadas y el resultado más probable sería una guerra muy peligrosa, que sólo les conviene a los países petroleros por cuenta del salto que daría entonces el precio del crudo.

Ya están saliendo a la luz en Estados Unidos los halcones de siempre que dicen que una guerra contra Irán sería apenas asunto de unos cuantos bombardeos de precisión. ¿No hemos oído eso antes? Sí, pero la mentalidad hollywoodense, según la cual la guerra es una suerte de juego electrónico con explosivos de verdad, ha permeado la mentalidad de muchos americanos.

No ven, porque no quieren, la calamidad que sobrevino tras la guerra de Bush contra Sadam Hussein. De acuerdo, el dictador está muerto, pero a cambio quedó una región en caos con un nido de alacranes llamado el Estado Islámico, para no hablar de que el cáncer terrorista está haciendo metástasis en los propios países occidentales. En fin, aunque hay guerras inevitables y hasta necesarias, no hay guerras sin consecuencias nefastas.

Irán, con sus 80 millones de habitantes y sus 1’650.000 kilómetros cuadrados de extensión, es un bocado demasiado grande para Israel, así el Estado judío tenga las fuerzas militares más potentes de la región. Además, está a 1.780 kilómetros de distancia, lo que hace casi imposible atacarlo por sorpresa, a menos que... No, eso ni lo pensemos.

El ayatola Alí Jamenei, líder supremo de Irán, es un zorro viejo enrazado de fanático. No tenemos manera de saber hasta dónde van sus fantasías teocráticas y hasta dónde su pragmatismo. Dos escenarios se perfilan como posibles: 1) Irán firma un acuerdo nuclear razonable, en cuyo caso Netanyahu se verá arrinconado, 2) Irán no firma y entonces una guerra en su contra podría estar a uno o dos años de distancia. La primera opción es de lejos preferible, así la humillación de Netanyahu implique que se desaten en Israel posibles convulsiones internas en extremo peligrosas.

Lo dicho en otra ocasión: prefiero los líos de mi terruño.

Andres Hoyos
andreshoyos@elmalpensante.com
@andrewholes

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miércoles, 24 de septiembre de 2014

FRANCISCO JAVIER GUTIÉRREZ , LA OPINIÓN MUNDIAL NO SALVÓ A ANNE FRANK

La repulsa general contra Israel es por desconocimiento, el público no se informa cuidadosamente, “no percibe matices” decía Borges. Cuando una “verdad” es tajantemente aceptada por la mayoría, generalmente es un error, porque la mayoría carece de educación y cultura. 

Es más fácil caer en la propaganda yihadista, no vaya a ser y te acusen de “sionista”, aunque el acusador tampoco sepa exactamente qué significa el término, ni quién era Theodor Herzl.

La intelectualidad también repudió, Vargas Llosa condenó omitiendo información y apelando a un bien utópico, absoluto, uno que prescinde de un mal menor para evitar la calamidad total. El nobel esta vez quedó del lado de los dictadores socialistas. Al escritor, en su intento por abarcar al planeta con su encumbrado prisma, no le vendría mal recordar el verso de Benedetti: “no creas lo que te cuentan del mundo, el mundo es incontable”.
La izquierda abominó virulentamente. Llevan más de medio siglo con el mantra que culpa a Israel y Estados Unidos de todos los males. La “sosegada idiotez” que proviene del dogma comunista, hace que estos pensadores no señalen las brutalidades de los regímenes totalitarios, sean islámicos o socialistas. Consigue además que nunca se formulen las preguntas importantes y que no tengan la valentía de oponerse a su ortodoxia para defender la verdad.
Una sociedad civilizada se rige por la ley no por la moral. Los niños masacrados son un acto moralmente condenable, pero para señalar al asesino primero debemos probarle el motivo. Un genocida nunca avisa a la población civil antes de atacar. El odio que hoy arrasa pueblos en Siria e Irak, es el mismo que ha jurado acabar con el pueblo israelí. Bajo esa meta “suprema”, los terroristas musulmanes sacrifican a sus propios inocentes. Si la misión de Israel fuera exterminar palestinos – con su poderío militar – no quedaría ninguno sobre Gaza.
Las muertes son responsabilidad de Hamas. Israel bombardeado con 20,000 cohetes por más de una década tiene la obligación de defenderse, aun cuando su enemigo se parapete tras escuelas y hospitales. Su ineludible derecho a defenderse, que incluso se les achaca a los judíos como debilidad durante el exterminio nazi, lo concluye mejor Daniel Finkelstein: “La opinión mundial no salvó la vida de Anne Frank, aunque hoy el mundo entero llore por ella”.
Frente a un conflicto denso y ancestral como el de Israel y su vecindario árabe o el bullying fascista que ejercen los intelectuales del socialismo de cualquier siglo. Los que pensamos distinto, tenemos la obligación de no aceptar como convicciones propias la orientación doctrinaria, de vencer el miedo a la impopularidad, la opinión dominante o el poder establecido, para ejercer la crítica, cotejar los hechos y denunciar a la mentira cabalgando sobre el lomo de la verdad.
En comparación con sus vecinos la nación hebrea es abierta, democrática, tolerante, dedicada al arte, la ciencia y la cultura. 194 premios nobeles judíos lo prueban (contra quizás 7 árabes). Se estima que si Gaza utilizara la ayuda para su desarrollo, hoy fuera la Singapur de Oriente medio y Hamas no tuviera jerarcas como Khaled Mashal, cuya fortuna en Qatar está estimada en $2,500 millones de dólares.
Aunque en la vida lo más triste no es ser pobre sino ignorante, cada quien puede creer lo que le plazca. Al final, el desconocimiento no nos exime, porque como bien lo indica Milan Kundera, todos somos responsables de nuestra propia ignorancia. 
Francisco Javier Gutiérrez
fcojaviergutierrez@sbcglobal.net
La Vanguardia.com
http://blogs-lectores.lavanguardia.com/jocotescocidos/?p=250

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domingo, 21 de septiembre de 2014

CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL, ¿POR QUÉ HA CRECIDO LA ANIMADVERSIÓN HACIA ISRAEL?

La respuesta al título de este escrito aun no la tenemos clara, pero pareciera que esta animadversión se ha producido desde los mismos sitios de trabajo de las agencias noticiosas más importantes del mundo como veremos más adelante. 
 
En la última guerra de Israel con Hamás vimos un exceso de noticias en contra de Israel y una magnificación del problema con Hamás, el Movimiento de Resistencia Islámico, la organización palestina creada en 1987, y que desde sus inicios se declaró yihadista, nacionalista e islámica.  Su objetivo, definido en su carta fundacional, es el establecimiento de un estado islámico en la región histórica de Palestina, que comprendería los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén”. Por sus claros objetivos y actuaciones, Hamás ha sido declarada una organización terrorista por la Unión Europea, los Estados Unidos, Israel, Japón, Canadá y Australia.

Israel, como todos saben, no tiene plan alguno para expandir su territorio. Si Israel lo hubiese querido ya lo habría hecho, la oportunidad la  tuvo en la guerra de los seis días en 1967 cuando logró apoderarse de grandes territorios incluyendo la Franja de Gaza, pero a cambio de la paz los devolvió. 

Shlomo Ben Ami, un político, diplomático y escritor israelí. Miembro del Partido Laborista Israelí y exministro de Asuntos Exteriores    en un artículo de su autoría titulado ¿Por qué Israel? Nos explica que “La última guerra de Israel en Gaza resonó en las capitales de Europa de una manera poderosa y destructiva. En Berlín, Londres, París, Roma y otras partes, Israel está siendo denunciado como un "Estado terrorista". Manifestantes iracundos quemaron sinagogas en Francia y, en Alemania, hubo quienes llegaron a cantar “¡Judíos a la cámara de gas!”.  Y más adelante agrega que “A los israelíes les cuesta entender por qué 5 millones de refugiados y 200.000 muertes en Siria tienen mucha menos gravitación en la conciencia occidental que los 2.000 palestinos asesinados en Gaza. No llegan a comprender por qué los manifestantes europeos pueden denunciar las guerras de Israel y calificarlas de “genocidio”, un término que nunca se aplicó a la hecatombe siria, el arrasamiento de Grozny por parte de Rusia, las 500.000 víctimas en Irak desde la invasión liderada por Estados Unidos en el 2003 o los ataques aéreos estadounidenses en Afganistán y Pakistán”. http://www.nacion.com/opinion/foros/Israel_0_1439456042.html

Por su parte Matti Friedman, periodista  y editor de la oficina de Jerusalén de la agencia de noticias Associated Press en el 2011,  nos señala en un extenso artículo publicado el mes pasado, que “la clave para entender la animadversión que existe contra los israelíes “no se encuentra entre los webmasters yihadistas, teóricos de la conspiración, la cantinari o activistas más radicales, se encuentra más bien entre las personas educadas y respetables que pueblan la industria de las noticias internacionales; buenas personas, muchos de ellos, algunos de ellos mis antiguos colegas”. Más adelante añade “El mundo no reacciona a los acontecimientos que tienen lugar en este país, sino más bien a la descripción de estos eventos por las organizaciones de noticias. La clave para entender la extraña naturaleza de la reacción es, pues, que se encuentran en el ejercicio del periodismo, y en particular en una avería grave que está ocurriendo en esa profesión, mi profesión, aquí en Israel”. Esto es importante destacarlo porque es un periodista el que está haciendo la denuncia.  http://gedeon98.blogspot.com/2014/08/el-por-que-de-la-animadversion-de-los.html
   
  Revisando algunas noticias de España nos encontramos una nota periodista que confirma lo dicho por Friedman, en ella se afirma que en ese país al igual que los otros mencionados por este periodista, los medios de comunicación han mantenido una guerra mediática contra Israel sin precedentes. El boletín salió publicado el 11-08-14 en un sitio de Internet denominado Gentiun y  nos dice que “Medios públicos, prensa, radio y televisión se han conjurado contra los judíos en general sin hacer distinción alguna entre las legítimas críticas que se podrían hacer a un gobierno, sea el que sea, y la población en general de Israel. El odio antisemita se ha desbordado fruto de la incitación de los medios españoles. Con honrosas excepciones los periódicos impresos y los digitales han promovido al antisemitismo de manera insistentemente brutal. Nunca había ladrado tanto el “perro antisemita” como se ha hecho en estos días de guerra entre Israel y Hamás en Gaza”. http://www.gentiuno.com/11/08/2014/consecuencias-del-antisemitismo-en-los-medios-espanoles/

Como lo comentamos arriba, no importa la dimensión de los problemas sirios, no importan las 1600 mujeres asesinadas en Pakistán, ni la carnicería en el Congo donde han muerto más de 5 millones de personas entre 1998 y 2012, tampoco son noticia de primera plana las guerras de la droga en México, así como tampoco les ha interesado demasiado las violaciones y asesinatos efectuados por el grupo fundamentalista EI en Siria e Irak, ahora lo sabemos, las agencias de noticias decidieron que la noticia más importante actualmente en el mundo era Israel,  lamentablemente lo hacen con una visión negativa hacía ese país y no hacia los terroristas como debería se ser.

Carlos Vilchez Navamuel
carlosvilcheznavamuel@gmail.com
@carlosvilchezn


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jueves, 14 de agosto de 2014

ANÍBAL ROMERO, SOBRE EL ODIO A ISRAEL

En estos mismos días centenares de cristianos son masacrados en Irak, Siria y Nigeria. Como ha sido señalado por diversos comentaristas y agencias de noticias, no son judíos quienes perpetran esos crímenes, sino musulmanes. Ahora bien, en Gran Bretaña, Francia, Holanda, Bélgica, Italia, Alemania, España, Dinamarca, Australia, Estados Unidos, y otros países del mundo occidental, se han realizado manifestaciones callejeras para protestar contra la acción militar de Israel en Gaza, acción basada en un inequívoco derecho de defensa legítima por parte de Israel, y acción que por desgracia produce muertes inocentes. 

Por ningún lado, sin embargo, se observan iguales protestas contra la persecución y asesinato de cristianos y otros grupos religiosos y étnicos a manos de musulmanes en Irán, Afganistán, Pakistán, Libia, Costa de Marfil Indonesia, Sudán, Kenia, Nigeria, Somalia, Tailandia, India, Malasia y Filipinas, para mencionar sitios adicionales.

Las manifestaciones de protesta en Europa y otras partes se llevan a cabo casi exclusivamente contra Israel y los judíos, a pesar de que en términos relativos lo que ocurre en Gaza, por encima de todos los bien documentados esfuerzos de Israel para minimizar en lo posible las víctimas civiles, no puede compararse en intenciones y propósitos a los empeños genocidas de paramilitares musulmanes que estamos viendo en Irak, por ejemplo, en contra de grupos cristianos y de otros credos. Y al decir esto en modo alguno pretendo menoscabar o desdeñar las penurias y el sufrimiento de la población de Gaza, sometida como está a los impulsos suicidas de Hamas y a la retaliación de Israel.
La indignación de Occidente se centra y focaliza en Israel y los judíos. ¿Por qué? No me cabe duda que estamos presenciando otra prueba de la persistencia de los viejos odios antijudíos, que han envenenado por siglos el alma europea en particular, y que están extendiéndose en EE UU y América Latina. El pueblo judío conoce muy bien estos odios ancestrales, de los cuales ha sido muchas veces víctima, y que hallaron su expresión más terrible, imperdonable y demencial en el Holocausto nazi. La creación de Israel está íntimamente vinculada al imperativo existencial del pueblo judío de proveerse de un hogar propio y defenderlo a toda costa, frente a odios que, no importa lo que los judíos hagan o dejen de hacer, parecieran no tener curación.
Lo que en estos tiempos se hace patente con relación a Gaza, Hamas, y la reacción de buena parte de los medios de comunicación occidentales hacia los eventos que allí tienen lugar, amerita un análisis que vaya más allá de las explicaciones basadas en el antijudaísmo silvestre, alimentado de ignorancia y esquizofrenia, del Occidente de raigambre cristiana. La tesis que acá deseo plantear es que la hipocresía y distorsión en la reacción hacia los eventos en Gaza, pone de manifiesto que Israel representa para Europa y Occidente en general un desafío ético y político que los europeos de hoy no desean aceptar, y ni siquiera quieren mirar de frente, prefiriendo evadirlo u ocultarlo mediante el rechazo al chivo expiatorio judío.
Israel, con su indoblegable decisión de defenderse frente a quienes han jurado su liquidación y repetidamente ratificado su voluntad de exterminar a los judíos, reta a Europa y a todo Occidente a entender la verdad: el islamismo radical constituye una amenaza existencial, no meramente episódica y pasajera, a todos los fundamentos de nuestra civilización.
¿Pero qué es lo que resta de esa civilización occidental de origen cristiano? Pues básicamente unos desechos de relativismo moral, de hedonismo, carencia de valores distintos al goce material, y la voluntad de no tomar la vida en serio y dejarse llevar por una incesante cadena de sensaciones efímeras, estimuladas por un consumismo frenético. A esto se suma la decadencia de las élites políticas y económicas entregadas a la más deleznable demagogia. Todo ello choca frontalmente contra el ejemplo de un pueblo, los judíos, y de su patria, Israel, que experimentan en carne propia y día a día el significado del radicalismo islámico, y responden con contundencia y eficacia en defensa de sus tradiciones, valores y sobrevivencia.
Europa, EE UU, y el Occidente en general no desean saber nada de valores, compromisos, sacrificios, o decisiones firmes. Los pueblos del Occidente democrático y capitalista decaen demográfica y espiritualmente, y escapan en lo posible de una realidad que les acosa. ¿Para qué sacrificarse y prolongar la vida hacia el futuro? El objetivo es divertirse aquí y ahora y llegar al fin sin demasiadas preguntas, sin complicarse la existencia.
De paso el odio a Israel, particularmente en Europa, es una forma de atenuar el sentido de culpa por el Holocausto. Decir, como lo he leído, visto y escuchado en diversos periódicos y noticieros de TV y radio de Europa, EE UU y América Latina, que la actual acción militar de Israel en Gaza se asemeja al Holocausto hitleriano de los judíos, no solo es una absurda distorsión y una claudicación de todo sentido de las proporciones, sino una prueba de que la saña contra Israel esconde una vena secreta, por la que circula la ambición de restar importancia a la mortal pesadilla que en su carne y en su alma experimentó el pueblo judío a manos de los Nazis.
Me atrevo a aseverarlo: el odio a Israel también revela envidia; sí, envidia de los inmensos logros del pueblo judío en todos los órdenes del avance y el progreso en nuestro tiempo. Esos logros son primeramente espirituales y tienen que ver con el compromiso con unos valores, con el repudio a la frivolidad política y al relativismo moral que corroen las almas de los occidentales de hoy. Y a esos logros espirituales se añaden las extraordinarias conquistas de Israel y los judíos en todos los planos del conocimiento científico, del desarrollo tecnológico, del arte y la literatura. Impresiona en tal sentido leer la lista de Premios Nobel judíos y su relación con el número total de ese pueblo en Israel y otras partes del mundo.
La civilización islámica, de su lado, padece de una crisis profunda. Yo lo lamento; no se trata de algo que me agrade o que celebre. Es una simple verdad que puede con facilidad constatarse, y es un problema que va más allá de la ausencia de democracia y de la abortada “primavera árabe”, y que se vincula con la libertad interior del ser humano, con lo que Kant llamaría nuestra “autonomía moral”. Para alcanzar ese punto culminante de la dignidad del ser humano Occidente necesitó, entre otros procesos de cambio, la Reforma Protestante. No se observa nada similar en el mundo musulmán, un ámbito donde la separación entre el gobierno politico de las personas y el gobierno espiritual de las conciencias todavía no tiene lugar. El mundo islámico no pareciera tener la fuerza interior necesaria para acceder a una modernidad sustentada en la libertad de conciencia.
De su lado, Europa está descubriendo que las inmensas comunidades musulmanas que viven en su seno, en Inglaterra, Francia, Holanda, Alemania, etc., no son necesariamente susceptibles de asumir los valores de tolerancia y convivencia que proclama la noción occidental de derechos humanos. Los europeos se resisten a admitir esa realidad, continúan refugiándose en la evasión, la “corrección política” y la negación de todo aquello que no complace al prevaleciente hedonismo facilista. De allí que los politicos democráticos en Europa se rehúsen en general a condenar inequívocamente las metas genocidas de Hamas, y continúen con la pantomima de establecer una equivalencia moral entre Israel y sus implacables enemigos. Se trata de politicos de plastilina, de pacotilla, de meros lectores de encuestas incapaces de tomar posiciones claras y valientes, ocupados solamente de ganar elecciones con base en la demagogia y en lo posible enriquecerse personalmente y a sus familias. Un espectáculo deplorable.
Hamas lo establece inequívocamente en sus documentos fundacionales: su meta es liquidar a Israel y exterminar a los judíos. Las decenas de misiles que a diario están disparando contra Israel, los túneles de la muerte por los que transportan sus armas y pretenden penetrar el territorio de Israel para masacrar judíos, todo ello es lo que con sobradas razones los gobernantes y el pueblo de Israel están procurando destruir. Los medios de comunicación occidentales saben muy bien que Hamas esconde armamentos en escuelas, mezquitas y hospitales, que incita a la población civil de Gaza a actuar como “escudos humanos”, que busca activamente la multiplicación de víctimas civiles inocentes para ganar en el plano de la propaganda una guerra que no es capaz de ganar en el plano militar. Todo esto es muy bien conocido por el que se ocupe de estudiar el tema con objetividad y no sobre la base de prejuicios y odios irracionales. Pero ya que el odio hacia Israel prosigue sin tregua, al pueblo judío no le queda más remedio que defenderse.

Anibal Romero
aromeroarticulos@yahoo.com

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lunes, 4 de agosto de 2014

CARLOS VILCHEZ NAVAMUEL, EL OBJETIVO DE HAMÁS ES DESTRUIR A ISRAEL, POR ESO MIENTE, ASESINA Y ROBA A SU PROPIO PUEBLO


Así son los túneles que utiliza Hamas para infiltrarse en Israel 
No estamos de acuerdo con la guerra, tampoco estamos de acuerdo con que sean los pueblos y sus niños los que sufran los horrores que estos conflictos generan, la muerte de civiles de cualquiera de las partes confrontadas deben de evitarse, sin embargo el terrorismo no tiene reglas, no podemos comparar la metodología usada por el ejército de Israel que siempre que va a bombardear en áreas urbanas  avisa antes de hacerlo, la misma ONU sabe que la mayoría de las víctimas en Gaza no hacen caso a estos avisos. 

En cambio grupos de terroristas como Hamás atacan indiscriminadamente y en lugar de evacuar a su gente en los bombardeos los obliga a permanecer en los lugares mientras se dan los ataques, sabemos de la existencia de grupos extremistas en Israel pero por ahora estos grupos no son un problema, por todo esto condenamos toda actividad terrorista y extremista venga de donde venga.

http://www.libertaddigital.com/internacional/oriente-medio/2014-07-10/segun-la-onu-la-mayoria-de-las-victimas-en-gaza-no-hicieron-caso-a-los-avisos-1276523448/

Sin embargo, es de conocimiento general que mientras el pueblo de Israel se defiende, el grupo terrorista Hamás  -el que domina la Franja de Gaza actualmente-  miente, asesina y roba a su gente y pretende además, como lo han dicho cientos de veces destruir a Israel y sacar a los judíos de esta región. 

Como ya lo señalamos en un artículo anterior “Hamás es una organización palestina, un Movimiento de Resistencia Islámico que se declara como yihadista, nacionalista e islámica. El yihadismo es un neologismo occidental utilizado para denominar a las ramas más violentas y radicales dentro del islam político, caracterizadas por la frecuente y brutal utilización del terrorismo, en nombre de una supuesta yihad. Su objetivo, definido en su carta fundacional, es el establecimiento de un estado islámico en la región histórica de Palestina, que comprendería los actuales Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza, con capital en Jerusalén”.  

http://www.carlosvilcheznavamuel.com/el-verdadero-problema-en-la-franja-de-gaza-es-hamas/

Esta organización de fanáticos terroristas no dice toda la verdad cuando acusa a Israel de matar niños palestinos, porque se sabe que muchas veces son sus propios misiles fallidos los que producen estas muertes, de la misma forma no dicen toda la verdad, porque también ajustician a sus propios coterráneos tal y como nos lo dice el título de una noticia salida el pasado 30-07-14 que dice “Hamás mata a 30 civiles y ajusticia otras decenas, pero eso no es noticia”.  http://hatzadhasheni.com/el-hamas-mata-30-civiles-y-ajusticia-otras-docenas-pero-eso-no-es-noticia-por-ilan-eichner/
   
Hamás no ha construido refugios para proteger a su población en caso de guerra, como sí lo han hecho en Israel, Hamás en cambio  utiliza las ayudas que recibe de sus aliados para su pueblo para hacer túneles que llegan hasta la frontera con Israel con el fin de matar judíos, construir arsenales subterráneos y cuevas para esconder a sus dirigentes y es precisamente la construcción de estos túneles uno de los motivos por los cuales Israel decidió atacar a Hamás. 

http://www.infobae.com/2014/07/30/1584163-hamas-muestra-como-utiliza-los-tuneles-entrar-israel-y-matar-soldados

No podemos dejar de mencionar que Hamás en su carta fundacional, publicada el 18 de agosto de 1988, realiza una serie de acusaciones y advertencias contra Israel en particular y contra los judíos en general que han sido calificadas como antisemitas por distintos medios de comunicación.  Una de ellas dice: Israel existirá y continuará existiendo hasta que el islam lo destruya, de la misma manera que ha destruido a otros en el pasado.  

Otra se encuentra en el Artículo 7: "No vendrá el Día del Juicio hasta que los musulmanes combatan a los judíos, hasta que los judíos se escondan tras las montañas y los árboles, los cuales gritarán: '¡Oh, musulmán! Un judío se esconde detrás mío, ¡ven y mátalo!'".

Si estudiamos bien los objetivos de Israel y los de Hamás nos damos cuenta que Israel quiere la paz, sin embargo la posición de Hamás es unidireccional, no les interesa sus muertos, así han sido educados y condicionados, al  final lo único que les interesa es destruir y sacar a Israel de esas tierras.

Por último es importante señalar que algunos líderes de Hamás que fueron refugiados en su momento hoy día se han convertido en verdaderos magnates de esta región, un artículo publicado en News Iton Gadol  nos dice entre otras cosas que “Marzouk, es considerado uno de los hombres más ricos de Hamas. 

“De acuerdo a las estimaciones de los árabes se trata de una persona tiene entre dos y tres mil millones de dólares”,   y que “Otro funcionario de Hamas que se convirtió en magnate es Khaled Meshaal. “Según se estima, Meshaal tiene una fortuna valuada de 2,6 mil millones de dólares, pero las cifras que manejan los comentaristas árabes se sitúan en valores más altos”, dijo. Según diferentes fuentes, Meshaal posee entre dos y cinco mil millones de dólares invertidos en bancos de Egipto y el Golfo y algunos proyectos inmobiliarios en los países del Golfo”.    http://www.itongadol.com.ar/noticias/val/80417/los-magnates-de-hamas-los-lideres-de-la-organizacion-de-los-campos-de-refugiados-a-los-palacios-de-medio-oriente.html
     
Quienes aprueban y coinciden con el grupo Hamás es porque piensan igual o parecido a ellos, son antisemitas, están contra  occidente y están de acuerdo con los métodos terroristas que utilizan. 

Carlos Vilchez Navamuel
carlosvilcheznavamuel@gmail.com
@carlosvilchezn     

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miércoles, 30 de julio de 2014

MARIO BENEDETTI, ¿DE QUE ESTÁ HECHO ISRAEL?

Los unos y los otros
Todos los pueblos y las diferentes culturas tienen la suficiente capacidad para construir sus propias verdades a partir de su peculiar bagaje de valores, creencias y experiencias.
HACIÉNDOSE A SI MISMO
Israel fue construida desde los sueños pero también desde los avatares y realidades de un pueblo errante, perseguido y sin tierra, por eso resultó ser un sueño realizado pero de ninguna forma finalizado.
Israel no es un mito, es una realidad aun no acabada y quizás demasiado humana al no ser creada por ángeles e ídolos, ni por demonios y monstruos, simplemente fue construida en su tierra desde sus profundos cimientos, por seres tan frágiles e imperfectos como tú, como él o como yo.
Israel nació de sueños perfectos y bellos, surgió de desvelos, de angustias y también de esperanzas. No fue parido por alienaciones, odios y venganzas y por esto mismo se sigue construyendo vitalmente día a día y eternamente a través de otros sueños, de los míos, de los tuyos y de todos.
El pueblo de Israel sufrió a través de la historia grandes y dolorosos exilios, expulsiones, genocidios, persecuciones y discriminaciones, injustas acusaciones, conversiones forzadas y asimilaciones obligadas y nuestra gente resistió como pudo: luchando de frente, huyendo, escondiéndose, adaptándose, mimetizándose con el medio, nadando contra la corriente y a veces a favor de ella, el objetivo fue siempre sobrevivir, aferrándose a uno de nuestros más sagrados principios: nuestro amor a la vida.
Esto trajo como consecuencia que hoy tengamos diferentes apariencias, con diversos idiomas, con distintos colores de piel, con costumbres multifacéticas, incluso con aspectos muy difícil de identificarnos como tales, por esto hoy somos multiétnicos y pluralistas pero compartiendo un origen y un gran destino en común.
“¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.”  “La vida es sueño”
Pedro Calderón de la Barca
Unos luchamos por construir una réplica fiel del Israel de las épocas del David y de su hijo Shlomo, tan poéticamente pintada por la Biblia.
Otros quisimos hacerlo a semejanza de las aldeas judías de Polonia, Besarabia y Rusia con paisajes extraídos de alguna novela de Isaac Bashevis Singer o de Sholem Aleijem.
Unos quedamos extrañando las antiguas y bellas juderías ibéricas de Córdoba, de Toledo y de Sevilla.
Otros  intentamos crear una copia perfecta de Núremberg,  de Hanóver  y de Colonia, aquí en Oriente Medio.
Unos aspiramos hacer un país marxista y otros una social democracia escandinava, un populismo latino americano o un capitalismo acuñado en Walt Street ..
Unos soñamos reconstruirlo en la memoria de las mil y una noche de los barrios judíos de Esmirna, de Salónica o de Fez .
Otros añoramos las virginales aldeas africanas en la Etiopía de la Reina Saba .
Unos anhelamos las empedradas y arrabaleras callejuelas de Buenos Aires o de Montevideo en este exótico Medio Oriente.
Logramos una sociedad donde se entre mezclan todas las lenguas como en Babel, con el hebreo, el árabe, el ruso, el ingles, el francés, el español y el amárico.
Tenemos una sociedad donde se vivencia una absoluta libertad y se convive como podemos entre todos, gentes honestas y estafadoras, ilustradas e ignorantes, virtuosas y pecadoras, ricos y pobres, negros y blancos, hombres y mujeres.
Estos sueños, los de unos y los de otros, uno y otro se han ido amalgamando, uniéndose, fundiéndose y creando una nueva sociedad, virtuosa y reprochable, religiosa y laica, progresista y conservadora, derechista e izquierdista, halcón y paloma, moderno y raigal, simplemente una sociedad humana.
De todo esto está hecho Israel.
“No te rindas, por favor no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se esconda, y se calle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños. Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento.”

Mario Benedetti,

Enviado a nuestros correos por:
Antonio Camilli
tonycamillis@gmail.com
@antoniocamilli

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jueves, 22 de mayo de 2014

LUIS MARIN, ISRAEL COMO EJEMPLO

La Declaración de Independencia de Israel, de 14 de mayo de 1948,  textualmente ordenaba elegir una Asamblea Constituyente, a más tardar el 1º de octubre, para que redactara la Constitución que habría de ser adoptada por el nuevo Estado.

Esa fecha no pudo cumplirse por los avatares de la guerra de independencia que, como otra singularidad, no se libró contra la potencia colonial, Gran Bretaña, sino contra los vecinos estados árabes que no reconocieron el establecimiento de un Estado Judío en Tierra Santa, que ellos llaman “tierras árabes”.

La Asamblea Constituyente se reunió por fin a principios de 1949 y declaró un período de transición que, en cierto sentido, aún continúa; se autoproclamó Parlamento mediante la ley de la Knesset y en virtud de no acordarse un texto definitivo, optó por dictar leyes básicas o fundamentales que luego, en conjunto, formarían la Constitución.

De manera que Israel no tiene Constitución, formal, escrita, sino ese conjunto de leyes fundamentales que ni se acercan a los armatostes jurídicos tan frecuentes en tierras hispanas; más bien se acercan al sistema británico del “estatute law”, leyes del Parlamento, que acompañan al “common law”, derecho basado en la costumbre.

Venezuela por el contrario ha tenido 26 Constituciones, formales, escritas, incluso una llamada “constitución suiza”, dictada en 1881 por el Ilustre Americano, Guzmán Blanco, de la que  sólo nos queda la sentencia de Pérez Alfonso: “No somos suizos”.

Y este es el quid de la cuestión: los venezolanos somos víctimas del mito constituyente, esa obstinada creencia de que el país puede refundarse sobre nuevas bases y orientarse hacia el desarrollo por el mero conjuro de una nueva constitución, siendo que eso ya lo hemos hecho antes, 26 veces, y aquí podemos palpar los resultados.

Se ha hecho muy popular la frase: “Si sigues haciendo lo mismo que estabas haciendo no puedes esperar un resultado distinto al que estabas obteniendo”; incluso se da como definición de insania mental.

La cuestión no es tener “la mejor constitución del mundo”, sino cumplirla. Y esto también viene desde los orígenes, las Leyes de Indias, de las que se decía que “se acatan; pero no se cumplen”.

En Venezuela se ha desarrollado toda una filosofía sobre en el incumplimiento de la Ley y su correlato, el “formalismo jurídico”, que todo lo arregla dictando leyes que a la postre son artículos de vitrina, para exhibir en público y quedar más o menos bien.

Todo está dicho y escrito: si se quiere ser realmente radical, debemos prescindir de una vez por todas de la Constitución y de su ascendiente atávico, la Constituyente, que no es más que un mito fundacional.

Hoy ostentamos la constitución más prolija del mundo pero el gobierno no la cumple, sólo la usa como camisa de fuerza contra la sociedad civil y el colaboracionismo como excusa para no hacer nada.

Los que tenemos que cambiar somos los venezolanos mismos, porque la constitución ha sido abolida en la práctica, al no dividirse el poder público ni garantizarse los derechos.

Debemos aprender de la sabiduría de Israel, en esto, como en tantas otras cosas.

DIALOGO EN EL MEDIO ORIENTE

Las enésimas conversaciones de paz árabe israelíes pueden ser un ejemplo muy ilustrativo de lo que es una negociación, un diálogo o una tregua política entre episodios de una guerra perpetua.

En teoría la guerra es una herramienta de la política, como cualquier otra, para lograr sus fines. Pero cuando la confrontación se hace permanente (lo cual implica un contrasentido) se invierten los términos y la política se convierte en un instrumento de la guerra, tanto peor si cae en manos de los militares, entes antipolíticos por excelencia.

No se necesitaba ser un profeta para vaticinar los resultados de estas conversaciones o mejor, su falta de resultados, y es que para una simple conversación se exigen algunas condiciones elementales sin las cuales no es posible ninguna comunicación, no digamos ya llegar a acuerdos.

Generalmente se mencionan la igualdad, sinceridad, buena fe, reciprocidad; pero se olvida la que debería ser la condición primera: que el asunto sea negociable, siquiera discutible. Los cultores del diálogo dan por sentado que todo se puede discutir a pesar de comprobarse a diario la falsedad supina de esta suposición. Por principio, nadie negocia su propia existencia.

Por ejemplo, Israel aprueba una Ley de Retorno para los judíos de la diáspora que quieran volver a establecerse en la Tierra Prometida, como su derecho ancestral. En contrapartida, los árabes esgrimen un supuesto “derecho de retorno”, por el que cualquiera que ostente la condición de refugiado o descendiente de refugiado árabe podría acceder al territorio de Israel, sin limitación alguna.

Lo grave de esta pretensión es que de hecho niega el reconocimiento como Hogar Nacional Judío del territorio que fuera del mandato británico sobre palestina y que Israel sea “patrimonio de los judíos”, siendo esto así, resulta evidente que no puede ser territorio árabe, ni puede reclamarse como destino de ningún supuesto derecho de retorno árabe, porque el fundamento de éste sería contradictorio con el primero.

Produce vértigo observar con cuanta ligereza toman representantes de algunas comunidades este problema tan lacerante. En este momento el  parlamento de Galicia habría aprobado una moción de apoyo al supuesto derecho de retorno árabe; aunque no sabemos si ha hecho lo mismo respecto de los judíos expulsados de España desde 1492.

Tampoco sabemos cómo es posible que un parlamento que no tiene competencias para decidir ni siquiera su propia autodeterminación de Madrid, en cambio se considere competente para decidir ahogar a los judíos en el océano demográfico árabe. Desde la fundación del Estado de Israel la población judía ha crecido cinco veces; pero la población árabe dentro del territorio a crecido el doble, diez veces, no digamos afuera.

En lugar de celebrar el aniversario de Israel, conmemoran el “éxodo” árabe; pero si alguien critica esta vergonzosa declaración, lo acusan de “injerencia” en los asuntos internos de la Cámara y repiten todos los infundios acerca del racismo, el apartheid, y otros estribillos del antisemitismo vulgar.

Otra ley fundamental es la de Jerusalén, como capital única e indivisible. Al principio,  Israel no tuvo a Jerusalén como capital y eso no fue óbice para fundar el Estado, que tuvo casi veinte años a Tel Aviv como sede. Solo después de incontables vicisitudes pudo lograr este objetivo histórico en 1967, durante la guerra de los seis días.

Ahora los árabes, como condición sine qua non, no negociable, ni transigible, reclaman a Jerusalén como la capital de su pretendido estado palestino, muy a pesar de que en ninguna historia, crónica, leyenda o tradición aparece Jerusalén como una ciudad árabe y sí en cambio como centro místico universal del judaísmo.

 Lo más increíble es que hasta este punto se han mostrado dispuestos los representantes y la opinión pública israelíes a conceder en aras de una paz cada vez más quimérica, sólo para tropezar con una nueva exigencia árabe más rebuscada y exorbitante que todas las anteriores. Las conversaciones terminan siendo una burla sangrienta.

Por fin los israelitas deciden levantarse de la mesa que, entre otras, patrocina Barack Hussein Obama, con idéntica suerte.

EL PROBLEMA COMO PROBLEM A
Una de las prácticas más perniciosas de los socialistas, como de todas las concepciones cientificistas de la sociedad y la historia, es la pretensión de reducir las cuestiones humanas a “problemas”.

Como punto de partida esto implica determinar los elementos intervinientes, especificar procedimientos de resolución y por último que haya solución; pero salta a la vista que en asuntos humanos, no es posible restringir los elementos intervinientes, sobre todo si las partes pueden cambiarlos caprichosamente, ni hay procedimientos estandarizados, ni una única solución sino varias o incluso es posible que no haya solución.

No extraña que el nacionalsocialismo haya tomado al “problema judío” y deducido una “solución final”, utilizando un esquema completamente científico técnico, como si se tratara de un proceso industrial, de producción en serie.

En la actualidad se tiende a extrapolar esta experiencia para enfocar la situación de Israel con sus hostiles vecinos árabes inventando un “problema palestino”, simplemente para trastocar a las víctimas del holocausto en victimarios, fabricando unos paralelismos tan falsos como escalofriantes.

Primero, con carácter retroactivo se inventó una nacionalidad palestina que no existía, como si fuera un tipo humano distinto a los árabes, aunque no es una etnia, no tiene idioma, religión, ni cultura propios, que son los rasgos distintivos de una nacionalidad.

La cruda verdad es que los portaestandartes de la causa palestina eran egipcios, empezando por Yaser Arafat y fundaron la OLP en 1964 bajo dirección del coronel Gamal Abdel Nasser con el auspicio de la Liga Árabe. El objetivo era cumplir los requisitos impuestos por Moscú para inscribirse en su política de Frentes Populares de Liberación Nacional.

Con esta óptica, quisieron convertir a Israel en una potencia colonial, lo que es absurdo porque Israel surgió precisamente del proceso de descolonización e inicialmente el sionismo fue considerado por la URSS como un movimiento de liberación nacional, anticolonial y no es posible reescribir la historia hacia atrás.

Es supremamente falso que exista una diáspora árabe en el mismo sentido en que existía una diáspora judía, desde la caída del segundo templo en el año 70 de nuestra era; comenzando porque existen 21 estados árabes asociados en la Liga Árabe, mientras que no existía ningún estado judío hasta 1948; pero además no hay persecución, ni nadie se propone exterminar a los árabes, ni existe ninguna ideología que tenga como eje central el antisemitismo árabe palestino.

Sería demasiado arduo revisar todas las difamaciones, falsificaciones, tergiversaciones y exageraciones en que se basa el antisemitismo postmodernista para encubrir la demonización del Estado de Israel bajo una hipócrita solidaridad con “el pueblo palestino”. Baste mencionar que detrás de estas manifestaciones no hay absolutamente nada que favorezca a los árabes  palestinos, pero sí la manifiesta intención de dañar al Estado de Israel y a los judíos en general.

Pongamos por ejemplo el boicot contra instituciones económicas, educativas, culturales y científicas de Israel promovidas desde distintos flancos a veces por personalidades y organizaciones árabes, pero también por otras que no tienen nada que ver con los árabes y cuya única motivación es injuriar, puesto que no benefician a nadie.

Así, una asociación de estudios americana adhiere al boicot por supuestas violaciones a los derechos de profesores y estudiantes árabes en Israel; pero no se detiene ni un segundo a pensar cuál es el tratamiento que reciben los estudiantes y profesores judíos en las universidades árabes, si es que encuentran alguno.

Al cuestionamiento de que hay casos más acuciantes en el mundo que no están motivando ningún boicot, responden que “por algún lado hay que empezar”; pero sabemos que estas sanciones comienzan contra Israel, pero nunca continúan más allá.

Este es el llamado “particularismo” que le atribuyen a los judíos, pero que en realidad es un reflejo de prejuicios antisemitas. Las condiciones que se le exigen a los judíos y los motivos por los que se sanciona a Israel no se le exigen ni generan sanciones contra más nadie, haciendo lo mismo, en circunstancias semejantes.

Los judíos no pueden construir casas en Jerusalén, Judea y Samaria, en el corazón mismo de Israel porque, según sus detractores, incurren en un “delito internacional”; pero nadie puede mencionar ninguna jurisprudencia internacional que abale este supuesto, ni ningún otro ejemplo donde ocurra lo mismo, aunque haya innumerables disputas territoriales en el mundo.

Asimismo se pide que Israel vuelva a la frontera que tenía en 1967 y otros más radicales a la de 1948, de acuerdo con la propuesta de partición de palestina en dos estados, uno judío y otro árabe. Pero olvidan que esta propuesta fue rechazada por los árabes, que prefirieron la solución de la guerra como ultima ratio y una vez que las perdieron, ahora quieren volver a la situación original, como si cinco guerras no hubieran ocurrido.

Lo grave es que si este criterio se tomara en serio y se tratara de convertir en doctrina internacional, entonces, todas las potencias deberían volver a las fronteras que tenían antes de la segunda guerra mundial, por ejemplo, Polonia se desplazaría al este y los rusos deberían devolver Könisberg y dejar de llamarla Kaliningrado.

Pero esto resulta exasperante y su mera relación interminable, en conclusión, se trata de una situación con la que hay que convivir y que evolucionará hacia escenarios impredecibles, como suele ocurrir en la vida humana. Lo único a lo que puede aspirarse es a hacerla más llevadera y con el menor sufrimiento posible.

Si los árabes que viven en Israel se conformaran a hacerlo como en Europa o Estados Unidos, manteniendo su identidad como minoría nacional, pero prescindiendo de la pretensión de destruir el estado nacional que les da abrigo, sería lo mejor; pero quizás se pecaría de ser demasiado optimista.

Pero no más que quien piense que creando el estado árabe número 22 con capital en Jerusalén se va a lograr una paz definitiva o al menos duradera. Ni siquiera los mejor intencionados pacifistas responderían que sí, de dar resultado el plan Obama.

Ni siquiera si la más apocalíptica visión de los ayatolas de “borrar a Israel del mapa” llegara a realizarse, se acabará el antisemitismo y quienes odian a los judíos dejarían de odiarlos.

Y esto no tiene solución, ni siquiera es un problema: es un misterio.

Luis Marín
lumarinre@gmail.com
@lumarinre

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