BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
Mostrando entradas con la etiqueta NELSON ACOSTA ESPINOZA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta NELSON ACOSTA ESPINOZA. Mostrar todas las entradas

martes, 13 de octubre de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ES EL GOBIERNO QUIEN HA PARALIZADO A LAS UNIVERSIDADES

De nuevo voy a insistir sobre el tema universitario. Creo que les debo una explicación a los amigos lectores sobre esta recurrencia temática. La educación superior es asunto de importancia estratégica para el país. Sobre este aspecto no hay dudas. Sin embargo, a pesar de esta condición el sector de las universidades autónomas ha estado sometido a una política de hostigamiento sistemática por parte del gobierno nacional. 

En materia de presupuesto, por ejemplo, el régimen ha asignado el mismo monto a las universidades desde el año 2007. En materia salarial  la situación es extremadamente grave. El aumento, decretado recientemente, es insuficiente y difícilmente alcanza para dar respuestas a las urgencias de la vida cotidiana. La situación estudiantil es incluso más crítica. Una beca para un estudiante universitario es de apenas US$ 10 mensuales, mientras que una residencia estudiantil cuesta cuatro veces esa cantidad. Debemos agregar que debido a las políticas económicas formuladas por el gobierno los egresados universitarios tienes tres opciones: emigrar, subempleo o desempleo.

La conclusión es obvia. Estamos ante una situación de carácter estructural que requiere soluciones que van más allá del ámbito de la educación superior en el país. En este orden de ideas parece indispensable una aclaratoria lingüística. Es el gobierno, no los universitarios quien ha paralizado a las instituciones de educación superior del país. Restaurar la normalidad es, entonces, responsabilidad del oficialismo.  Las palabras cuentan. No lo olvidemos. La universitaria es un síntoma de la crisis generalizada que se ha desatado en la sociedad venezolana. Ojala los actores políticos institucionalizados tengan claridad sobre este tema.

Sobre este punto vale la pena hacer la siguiente reflexión. ¿Por qué el tema de la crisis universitaria no forma parte de la agenda de los grupos opositores? ¿Cómo explicar esta ausencia? Una respuesta inmediata podría ser el  síndrome del “electoralismo” desprovisto de esencia política.
Bien, intentemos explicar esta sentencia. La totalidad de las encuestas advierten que ya no hay dos mitades. 68,5% del electorado adversa al gobierno. Tan solo un 23% de la población aun defiende al chavismo. Dicho de otro modo: “desde que Nicolás Maduro está en el poder el chavismo ha perdido 32 puntos porcentuales de apoyo popular. Y hoy sigue ejerciendo el poder, pero es franca minoría”.

Aquí hay que matizar lo señalado en el párrafo anterior. El electorado, así lo predicen las encuestas, va a votar contra el gobierno. Y esa opción la ejecutara a través de la (s) tarjetas del bloque democrático. No es un voto afirmativo de identidades partidistas. La venidera  elección está adquiriendo un carácter de índole plebiscitario. Los partidos políticos, por ejemplo,  no han asumido temas particulares más allá de inducir el rechazo al actual gobierno.

Me voy a permitir una observación. Estas elecciones parlamentarias no son, en cierto sentido,  nacionales. Son regionales. El CNE ha conformado 87 circunscripciones en todo el país. Los temas vinculantes en cada uno de los distritos electorales son importantes para inducir conductas electorales propicias a los candidatos opositores. En los más importantes del país existen universidades autónomas. Vale decir, este tema tiene un alto contenido político y electoral. A pesar de esta circunstancia, observamos con sorpresa que este tópico  no ha sido asumido por los candidatos del bloque opositor. Existe, a mi manera de ver, una pasmosa indiferencia por este y otros temas de vigencia en las circunscripciones electorales más importantes del país. La conducta de los candidatos es electoral, más no política.

Es una lástima. Sin embargo, seamos optimistas. Todavía están a tiempo de politizar su conducta electoral.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

domingo, 4 de octubre de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿ES POLÍTICA LA LUCHA DE LOS UNIVERSITARIOS?

Bien, amigo lector, de nuevo esta semana voy a incursionar en el tema universitario. En esta ocasión voy a asumir este tópico desde una perspectiva general y con énfasis en su dimensión política. Definitivamente, es en este ámbito donde se deben buscar respuestas a este conflicto en ciernes.

En fin, formulemos  la pregunta: ¿es de naturaleza política esta lucha?  Y, si lo es ¿cuál sería la aproximación apropiada para librar esta batalla? Deliberadamente he estado usando palabras de connotación bélica. El propósito es despojar al conflicto de un exclusivo sentido reivindicativo. De plantearse únicamente en esos términos, la posibilidad de salir victoriosos sería  muy limitada.

La situación que confrontan los profesores universitarios no es exclusiva de este gremio. Si volcamos la mirada al ámbito donde despliegan sus actividades encontraríamos que es de carácter sistémico el escenario que enfrentan. Por un lado, deberían  enlazar las luchas por sus aumentos salariales con la de mejores condiciones académicas de trabajo. La universidad confronta una situación lamentable. Carece de presupuesto para desempeñar sus labores con los niveles de calidad y exigencia que requiere su condición de institución académica. De persistir esta situación y, sin ánimos de exagerar,  estaría en peligro su condición de establecimiento de educación superior. En el otro extremo, se encuentran los estudiantes y futuros egresados. En las actuales circunstancias políticas y económicas esta masa de jóvenes tiene comprometido su futuro. Las tasas de desempleo y subempleo  en este sector son altas. Para muchos, la única salida viable es emigrar en busca de mejores oportunidades de vida. Es imprescindible, entonces, enlazar todas estas luchas y orientarlas políticamente. El adversario común a todas ellas es la política  que representa Nicolás Maduro.

Ahora bien, ¿cómo llegamos a esta situación? Desde luego, la respuesta a esta pregunta es compleja e implica múltiples variables. No tengo espacio para enumerarla. Sin embargo, hay una que resalta sobre la totalidad de ellas. El gobierno ha  instaurado e implementado una política diseñada explícitamente para dañar el sistema autonómico de educación superior del país. Ha creado, en este y otros ámbitos, instituciones paralelas con el propósito, en un futuro cercano, remplazarlas por otras más acordes con la gestión socialista de la revolución bolivariana. Universidades bolivarianas, comunas, sindicatos paralelos,  entre otras iniciativas, forman parte de esta política de destrucción de la “vieja” institucionalidad democrática. Debemos agregar, una política económica que estimula el desempleo en general, en especial, en los sectores juveniles.

Aquí la MUD tiene un tema ideal. Lo educativo impacta en amplios sectores del país. Recordemos que históricamente las clases medias de la población y, en especial el movimiento estudiantil, han sido factores movilizadores de la opinión pública y gestores de cambio social. Inexplicablemente esta organización política no se ha puesto a la cabeza de este movimiento por una educación superior de calidad. Un cierto “virus” electoralista distorsiona la comprensión de la potencialidad política de esta disputa. Tengo la impresión que no se ha percibido a cabalidad el potencial dinamizador de la inevitable confrontación  que se avizora en el futuro inmediato. Es necesario politizar, en el buen sentido de la palabra, esta protesta salarial y conectarlas con otras reivindicaciones presentes en la diversidad de las espontaneas confrontaciones que se suceden diariamente en el país.

Por estas circunstancias es que enfatizo el carácter sistémico y político del conflicto universitario. Habría que diseñar, entonces,  una estrategia que permita que la lucha salarial connote otras batallas del mismo tenor y orientarlas hacia el “enemigo” que es común a todas ellas: el gobierno bolivariano.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

miércoles, 30 de septiembre de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿IR O NO AL PARO UNIVERSITARIO?

¿Ir o no al paro? ¿Es pertinente esta pregunta? ¿El momento es el adecuado? Bien son varias las interrogantes que suscita la convocatoria de la asamblea para el día viernes. Voy a intentar reflexionar sobre lo que estas interrogantes implican.

Una primera observación. El salarial, en el marco de la actual coyuntura es, disculpen los gremialistas, un tema marginal. Ello no quiere decir que no constituya una reivindicación justa y necesaria. Lo que intento señalar que los bajos sueldos son consecuencias de una política. Y, es esa política, a la que hay que atacar y vencer. Desde luego, esta circunstancia salarial no es exclusiva de los universitarios. Es compartida por densos sectores de la sociedad. Y, ello es así, porque es consecuencia de una política y un estilo de gobernar concreto. Dicho sea de paso, política y estilo que han entrado en crisis. Y, desde luego, no están en capacidad de dar respuestas a las causas que provocan el hundimiento salarial que sufren los venezolanos.

Segunda observación. En consecuencia, no es particular a los universitarios el deterioro de calidad de vida. Por el contrario, esta condición (particularidad) es universable y, en consecuencia, potencialmente compartible con otros sectores de la sociedad. Dicho en términos abstractos: la política correcta es universalizar nuestra particularidad. En cristiano, desarrollar una política de alianzas con otros sectores que padecen "salarialmente" para enfrentar políticamente al gobierno.

Tercera observación. Para alcanzar este objetivo es imprescindible desarrollar una narrativa alternativa a la que ha estado vigente en los  últimos años. No podemos "pensar" esta crisis con los viejos marcos y conducirnos a tono con lo que esos marcos predicaban. La historia o, el pasado reciente, ha demostrado lo inadecuado de esas narrativas. Estamos donde estamos como consecuencia de una visión equivocada de la universidad y del rol de los organismos gremiales y de conducción institucional.

Cuarta observación. La crisis no es solamente salarial. Disculpen lo reiterativo. Es institucional. La universidad no le es posible seguir funcionando como universidad en las condiciones presupuestarias actuales. Me parece que hace obligante enlazar la lucha política por salarios justo con la de presupuestos apropiados. Sin exagerar, la institución universitaria, esa que existe en nuestra ley de universidades, ya no existe. Es necesario rescatarla y reinventarla.

Quinta observación. De esta última observación se desprende que las luchas salariales universitarias deben estar insertadas en un nuevo horizonte de significación. ¿Qué queremos decir con esta expresión? La autonomía, por ejemplo, no debe ser entendida como autogestión dirigida a satisfacer intereses internos (general de índole partidista y tribales). El cambio debe ser sustancial. La autonomía debe representar una capacidad para organizar y estructurar su propio ámbito académico, en el que la excelencia en el desempeño de la actividad docente e investigadora constituya el objetivo fundamental. Suena utópico. Estoy consciente de ello. Pero el conflicto que se avecina, podría brindar una excelente oportunidad para saltar de lo específico (reivindicaciones salariales) hacia lo sustantivo (repensar la universidad). Quizá, una iniciativa que sería apropiada desempolvar es la idea del Senado Universitario. Entidad oficiosa para plantear y discutir temas de esta naturaleza. Abierta, desde luego, al entorno y agrupaciones homologas y coincidentes con estas luchas políticas y reivindicativas.

Sexta y última observación. En mi juventud existía una consigna que solicitaba UN NUEVO GOBIERNO YA. Creo que por ahí van los tiros.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

miércoles, 23 de septiembre de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿EL MIEDO CAMBIÓ DE BANDO?,

La frase, amigo lector,  es una modificación de la estrofa cantada por  el grupo musical de rap español denominado Los Chikos del Maíz. Sus letras abordan temas como el terrorismo, la monarquía, la situación laboral y la escena hip hop en España. En la actual situación que vive el país este dicho describe el sentimiento que se está anidando al interior de la cúpula del oficialismo.

En fin, ¿el miedo está cambiando de bando? Bien, lo primero es señalar que este sentimiento estuvo acompañando a sectores amplios de la población que temían perder las prebendas que el asistencialismo gubernamental le estaba otorgando. Es indudable que por un largo periodo las políticas de asistencia social (barrio adentro, extensión de las pensiones, salarios mínimos, subsidios de diversos tipos) cumplieron el cometido de generar lealtades e identidades políticas con el régimen bolivariano. Se vendió la idea que un cambio político impulsado por la oposición implicaría poner en peligro esta red asistencial. Este miedo sirvió de contrafuerte defensivo para repeler los avances de los sectores democráticos. Sin embargo, si algo ha puesto en evidencia la actual crisis es la precariedad de esta red asistencial. Cada día estos sectores de la población se sienten defraudados. La desafección e insatisfacción política crece en la medida que la crisis avanza y, el miedo, comienza a cambiar de bando.

Desde luego, para capitalizar esta animadversión política se requiere el diseño, valga la redundancia, de una política explícitamente trazada para interpelar y capitalizar esta deserción del miedo que se encuentra presente en las grandes mayorías de la población. Vale la pena, entonces, preguntarse ¿existe en la oposición una formulación política como la que sugiere esta interrogante? A riesgo de ser calificado de pesimista, la respuesta a esta interrogante es negativa. Pareciera que la dirección política de la oposición espera que la crisis haga su trabajo político. Y, de hecho, los indicadores señalan que electoralmente va a suceder así. La población va a votar, sin miedo, contra el gobierno. Ese voto, dicho de otra manera,  no va a constituir una afirmación de naturaleza político partidista.

Estamos frente a una coyuntura que no debe ser asumida con los dispositivos que prevalecieron en el pasado reciente. Tengo la impresión que existen sectores opositores que se comportan dentro de viejos marcos cognitivos. Parecen calzar, para utilizar el proverbio inglés, dentro de la expresión: Her Majesty´ Most Loyal Opposition. Dicho en cristiano, “La muy Leal Oposición de su Majestad”.

Por otra parte, donde este sentimiento está desgajando almas es en la cúpula oficialista. La política de cierres de fronteras y la ficción que el desabastecimiento es consecuencia directa del contrabando de extracción expresa que el miedo cambio de bando. El temor de perder, no las elecciones, sino algo mucho más significativo, el consenso activo de la población, tiene aterrorizada a la nomenklatura gobernante.

Con una política apropiada, un mensaje radical y positivo se estaría a las puertas de construir la nueva mayoría sobre la cual asentar una nueva organización del espacio discursivo y real del país. Las elecciones parlamentarias es un hecho político importante. Es un punto de partida. Una ocasión para colocar una política en la calle que enfrente a la del gobierno. ¿Se encuentra la dirección política opositora a la altura de este reto? Aún no tenemos respuesta para esta interrogante. Sin embargo, es necesario alertar para que no se repita la conducta exhibida por los parlamentarios del periodo que finaliza.

El oficialismo, por su parte, está huérfano de políticas para enfrentar este fin de ciclo histórico. Es por esa razón que afirmamos que el miedo cambio de bando.

Sin lugar a dudas, ahora la política es así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

jueves, 17 de septiembre de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, CRIMINALIZAR LAS PALABRAS

La injusticia se pronunció. Si amigo lector, tal como lo lee, la decisión de condenar a Leopoldo López a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de cárcel pasara a la historia como el primer acto judicial que ha criminalizado a la palabra. En efecto, la sentencia a este joven dirigente  del grupo político Voluntad Popular, no tan solo es contraria al estado derecho, sino igualmente, con ayuda de expertos en lingüística, se pretendió obtener evidencias que permitieran criminalizar sus palabras y atribuirles responsabilidad e instigador de las manifestaciones del año 2014, que provocaron la muerte de 43 personas.

A partir de esta decisión, el discurso político opositor estará bajo sospecha y, podrá achacársele, la responsabilidad de actos de violencia (provocados por el oficialismo) que pudieran suscitarse en jornadas de masas que protesten medidas gubernamentales.

Es evidente, entonces,  que la voluntad de cambio es inexistente dentro del oficialismo. Sufren de una terquedad discursiva que les impide ver la realidad de lo que esta sucediendo en el país. A esta testarudez debemos agregar el hábito de aferrarse al poder y sus beneficios. Circunstancia esta que es típica de regímenes autoritarios y burocráticos. Los sondeos de opinión, por ejemplo, resaltan varias circunstancias. El gobierno se encuentra ubicado en niveles bajos de aceptación y, a pesar de esta realidad, no muestra una voluntad de cambio. Por el contrario, cada día emite señales de querer jugar todas las cartas posibles con la finalidad de mantenerse en el poder. La aberrante sentencia y condena a Leopoldo López es una muestra que ejemplifica esta perversa voluntad.

Los venezolanos se enfrentan a una crisis social y económica profunda. Por un lado, la nomenklatura gobernante presenta síntomas irreversibles de agotamiento, por el otro, la oposición muestra cada día señales de crecimiento. Esta doble direccionalidad es significativa y anuncia, en lo inmediato, el surgimiento de una nueva correlación de fuerzas políticas en el país.

Este último tema es interesante. En ese sentido sería vital investigar las características presentes en la conformación de esta nueva mayoría. ¿Se encuentra ella, por ejemplo, en sintonía con las identidades partidistas presentes en nuestra abigarrada oposición? O dicho en reversa ¿están estas identidades partidistas a la altura de la insatisfacción presente en la población? ¿Los actores que conforman la Mesa de la Unidad comparten el mismo horizonte estratégico? Preguntas vitales. La práctica y el día a día darán respuestas a estas interrogantes.

Es importante tener presente la naturaleza del cambio que se avizora. Comprenderlo y estar a la altura de sus demandas. El que requiere las actuales circunstancias no es de carácter adaptativo. Los de esta naturaleza se llevan a cabo para conservar lo existente. El país demanda, por el contrario, transformaciones  “disruptivas”. Cuidado, no vayan a criminalizar estas palabras. Entiendo por disruptivo cambios que modifiquen la estructura interna del sistema, su identidad y el  sentido de su misión política. Los ciudadanos, y aquí no debe caber ninguna duda,  están apostando por modificaciones de este calibre. Por esta razón se volcaran masivamente a las urnas el 6 de Diciembre. Seria criminal no responder programáticamente a estas expectativas.

Regresemos a Leopoldo López. Es indudable que este líder es, hoy por hoy, el rostro más visible de la oposición democrática. La torpeza gubernamental lo ha colocado en una posición privilegiada. Su sacrificio conlleva un mensaje con una alta carga emotiva: si podemos enfrentar las injusticias y, más temprano que tarde, la alegría se posará de nuevo en los corazones de los venezolanos.

No tengo duda, la política es así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

martes, 8 de septiembre de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, CUIDADO CON UN “MARACANAZO” ELECTORAL

Bien amigo lector, mucho de ustedes se preguntaran que significa esta expresión y cuál es su relación con el tema electoral. Por este término se conoce la victoria, contra todo pronóstico, de la selección de fútbol de Uruguay en el partido decisivo de la Copia Mundial de Fútbol de 1950 frente a la selección de Brasil y celebrado en la ciudad de Río Janeiro.

Este partido se jugó bajo un clima de triunfalismo estimulado por los principales diarios de esa ciudad. Sensación que llevo a estos periódicos a tener sus primeras planas  impresas celebrando por anticipado el triunfo del equipo brasileño. Había muchas carrozas adornadas ya preparadas en Río de Janeiro para encabezar un auténtico carnaval de festejos y ya se habían vendido más de 500.000 camisetas con la inscripción de: “"Brasil Campeão 1950"”; el propio estadio Maracaná (recién inaugurado) se encontraba decorado con pancartas en portugués que decían “Homenaje a los Campeones del Mundo”.

Bien el resultado fue adverso a la selección brasileña. Esto provocó una hecatombe en la opinión pública e, incluso, fue responsable de suicidios entre los fanáticos desilusionados. La selección brasileña jamás volvió a vestir la casaca blanca que lucio aquel 16 de julio de 1950.

La reflexión viene a cuento debido a un cierto triunfalismo presente en algunos dirigentes de la MUD. Esta actitud reposa sobre los resultados de los diversos estudios de opinión que expresan una ventaja electoral considerable de la oposición sobre el oficialismo. Igualmente, este talante tiende a enunciar una suerte de superioridad intelectual sobre el adversario. Esta combinación de triunfalismo electoral y superioridad intelectual puede producir resultados electorales adversos al polo democrático. En corto, pudieran generar un “maracanazo electoral”.

Diversos analistas han advertido sobre este exceso de confianza. Han señalado que la crisis por sí misma no produce automáticamente conductas electorales adversas al oficialismo y, por otra parte, el triunfalismo puede provocar que los electores sientan que su voto no será determinante y no asistan a votar. En un reciente estudio se señalaba: “la MUD no ha presentado la mejor estrategia electoral ni los mejores candidatos. Con lo que cuenta es con una rabia, una frustración, una disminución de la calidad de vida de los venezolanos que incentiva a votar contra el Gobierno Nacional”. La interrogante a dilucidar es ¿está la MUD aplicando la estrategia correcta para capitalizar esos votos?

Aquí entramos en el terreno del papel de las emociones y su capacidad para interpelar y convencer al electorado. Puede parecer duro lo que a continuación voy a señalar. Tengo la impresión que algunos líderes del polo democrático militan en la creencia de poseer una superioridad intelectual sobre su adversario. En otras palabras, estos dirigentes opositores tienden a ser “cerebrales”. Gustan de las estadísticas, de análisis macro económicos,  tasas de inflación y devaluación, etc. Estas aproximaciones los llevan a creer en la “superioridad moral de lo cerebral y racional”. Se olvidan que lo que alimenta las conductas políticas no son actitudes de orden cognitivo sino de naturaleza emocional.

En fin,  parece un error depositar en la crisis económica las expectativas del triunfo electoral. La economía, por sí misma, no genera identidades ni electorales ni políticas. Se requiere saber emocionar para poder convencer. El reto es ubicar los supuestos culturales a través de los cuales poder procesar los niveles objetivos de insatisfacción existente en la población y colocarlos al servicio del cambio democrático.

Retomando el tema futbolístico, podemos concluir así: la emoción uruguaya venció el triunfalismo cerebral del equipo brasileño. Cuidado, entonces,  con un “maracanazo electoral”.

Sin duda alguna, la política es así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

martes, 1 de septiembre de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, MADURO: ¿ATRAPADO SIN SALIDA?

Bien, amigos lectores, la semana que finaliza se ha caracterizado por su carácter noticioso. A los problemas crónicos que enfrentamos los venezolanos: caída abrupta del valor de exportación del petróleo, inmensas colas en los supermercados, escasez de productos básicos, inflación creciente, inseguridad, en fin, deterioro profundo de la calidad de vida, debemos agregarle la situación creada con el vecino país de Colombia. 

Pareciera que el rosario de calamidades descritas explica la “huida hacia adelante” que ha realizado el Presidente Maduro. Sin lugar a dudas, esta “fuga” forma parte de las medidas que recomienda el manual que guía a los regímenes autoritarios: buscarse un “enemigo” externo para desviar la atención pública sobre los problemas internos e intentar estimular un cierto sentimiento nacionalista que apuntale el deterioro del gobierno.

Es posible identificar algunos rasgos que definen la situación calamitosa a la que intenta enfrentarse el Presidente maduro y, que explica, la irracionalidad presente en el cierre de la frontera y el conflicto con Colombia.

Destaquemos, en primer lugar, el grado de desaprobación que presenta su gestión, Casi la totalidad de los estudios de opinión (Datanálisis,Venebarómetro, Hinterlaces, Ivad) registran una evaluación negativa de la situación que confrontan los venezolanos. Un 86% de los consultados expresan una visión pesimista y negativa del país. Este porcentaje, se puede vincular con un creciente deterioro de la identidad política chavista y partidista. Los estudios mencionados ubican en tan solo un 22 por ciento los entrevistados que asumen ambas identidades. Esta crisis se manifiesta en la intención de voto que registran estos estudios. La brecha, a favor de la oposición, oscila entre un 15 y  20 por ciento de acuerdo a los estudios de opinión llevados a cabo por las firmas antes  mencionadas.

Pareciera que este gobierno socialista confronta una situación que pudiera describirse con el título de la célebre película dirigida por Milos Forman: “Atrapado sin salida”. Por un lado, como lo señalamos, la campaña electoral arrancará con una brecha superior a los 20 puntos en contra del oficialismo. En segundo lugar, las acciones económicas de corte populista no podrán revertir la actual situación. La profundidad de la crisis es descomunal y un aumento de gasto público (política repetitiva de este régimen) solo aumentaría la presión inflacionaria y la escasez. En consecuencia, su impacto electoral no sería significativo.

Al igual que al protagonista del film de Forman, Maduro intenta practicarnos una suerte de “lobotomía política” como una forma de reconstruir su base política y abortar la catástrofe electoral que se le avecina. Es aquí donde entra el cierre de la frontera. Pretende responsabilizar a contrabandistas y  bachaqueros de los graves problemas de desabastecimiento que confronta la población. A ello hay que agregar la construcción de un “enemigo externo”. Esta peregrina idea es la que explica el tema de la deportación y destrucción de viviendas de los habitantes colombianos del lado venezolano de la frontera.

Maduro está atrapado y sin salida. Esa es la razón por la que intenta refugiarse en un discurso nacionalista y en un exacerbado chauvinismo. El mensaje que intenta enviar es claro: vamos a proteger a la población evitando que otros se lleven la comida subsidiada. Desde luego, es errado este mensaje. Solo la desesperación lo lleva atribuir la escasez al contrabando de la frontera. Su agonía lo conduce a elaborar la idea del enemigo externo y atribuirse la condición del defensor de la soberanía.

Lo cierto que las cartas de la economía están en contra de este régimen. Sin embargo, se requiere de una oposición que pueda transformar estas realidades objetivas en subjetivas. Operar eficientemente para generar las identidades políticas y electorales que conduzcan hacia el triunfo en el venidero mes de diciembre.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

domingo, 16 de agosto de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿CARECEN LOS DEMÓCRATAS DE REFERENTES CULTURALES?

Buenas noticias. La oposición se ubica  23% por encima del oficialismo en preferencias electorales y se ha mantenido relativamente estable como la primera opción electoral durante el año en curso. Sin embargo, es vital tomar nota, que el gobierno del presidente Nicolás Maduro sigue teniendo un piso político sólido a pesar de la evaluación negativa que suscita  el desabastecimiento, inseguridad personal y alto costo de la vida. El respaldo a su gestión alcanza un 24,3%. Estos datos se desprenden del último estudio llevado a cabo por la empresa Datanálisis.

Estas cifras, desde luego, son alentadoras desde el punto de vista electoral. Sin embargo, se vienen a mi mente las siguientes preguntas. ¿Expresan estos resultados una disidencia de índole cultural? ¿Ese malestar, por ejemplo,  envuelve un rechazo a la cultura política que ha prevalecido en el país? ¿Existen los nutrientes que puedan alimentar la elaboración de una narrativa cultural y política alternativa? ¿En fin, es de naturaleza exclusivamente electoral el cambio que se procura? Bien amigo lector, entiendo que son interrogantes complejas que requieren, igualmente, respuestas densas. En este corto espacio, desde luego,  no será posible dilucidarlas a plenitud. Sin embargo, intentemos trazar algunas líneas de reflexión en torno a estos puntos. Veámoslo, como una modesta contribución a este debate que recién se inicia en el país.
Me parece que los demócratas venezolanos requieren construir lo que el antropólogo Benedict Anderson definió como una “comunidad política imaginada”. Lo de imaginada se refiere al hecho que los miembros de la comunidad no  conocerán jamás a la mayoría de sus miembros y, la idea de comunidad, apunta a un concepto de fraternidad e identidad en el plano cultural y simbólico. Esta comunidad es una “persona” con un pasado y un futuro que nos trasciende como individuos. Posee historia y propósito.
Desde luego esta última referencia no lleva a preguntarnos sobre los referentes culturales a partir de los cuales crear este sentimiento de pertenencia y activismo político. Ilustremos este punto con un ejemplo de nuestro pasado reciente. Es indudable que el partido político Acción Democrática logró conformar una “comunidad política imaginada”. A partir de referencias rurales (Juan Bimba) y con la intervención de un número importante de intelectuales elaboro un relato político exitoso que hegemonizó  cultural y políticamente a la sociedad venezolana hasta finales de la década del setenta del siglo pasado. Esa narrativa se agotó.
 El chavismo, por su parte,  ha intentado revivir el núcleo fundante de esa narrativa (la idea de pueblo) y le ha incorporado elementos litúrgicos extraídos de una visión parcializada de nuestra historia militar. Este relato, igualmente, se ha cronificado y ha disminuido su capacidad de interpelar a sus destinatarios.
La oposición democrática, hasta el momento, carece de referentes culturales que proporcionen un horizonte nuevo de significados a su propuesta política. Tengo la sensación que una porción importante de su dirigencia milita en un pragmatismo despojado de códigos alternativos a los dominantes ya agotados.
El tema es complejo y el espacio corto. Lo que intento señalar es que es necesario dotar de referentes culturales urbanos (música, poesía, literatura, refranero popular, cinematografía, etc.) a las propuestas políticas. Lo electivo es necesario, pero desprovisto de la dimensión cultural no forja la idea de un proyecto con ambiciones hegemónicas.
Una situación histórica que ayuda a ilustrar esta idea es la transición política española. Este cambio fue cultural y político. En ese orden. El ámbito de lo cultural se constituyó en un campo de batalla. Construyeron referentes distintos a los que caracterizaron las generaciones anteriores. Por ejemplo, la música fue uno de esos referentes de la transición. La “movida madrileña” ejemplificó y retrato la profundidad de los cambios que sustentaron la transición política española.
“Guayaquileño, madera de guerrero”, otro ejemplo,  fue la canción que entonaron los manifestantes que tomaron  esta ciudad ecuatoriana el jueves 25 de julio.
En este orden de ideas, el Observatorio Venezolano de las Autonomías (OVA), + Ciudadanos y el Centro Cultural Tadjú van a respaldar un proyecto destinado a indagar sobre referentes culturales que soporten la puesta en escena de una propuesta democrática. La idea es investigar sobre los vínculos que puedan construirse entre unas expresiones culturales latentes en la población  y la formulación de un proyecto político alternativo. Es nuestra intención incorporar a otras instituciones que militen en la idea que la subversión primero, es de naturaleza cultural y, después,  política.
Definitivamente, lo electoral debe tener un sentido cultural y político. Y ese “sentido” debe obedecer a una narrativa que se superponga a los hechos históricos.
 En fin, de lo que se trata es de crear una “comunidad política imaginada”
Esperemos, que así sea la política por venir.
Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

lunes, 10 de agosto de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, ¿RAZONES PARA VOTAR?

Bien, amigos lectores, el día de ayer  se formalizaron las inscripciones de los candidatos que participaran en las elecciones parlamentarias del venidero mes de diciembre. Me parece apropiado, en consecuencia, reflexionar sobre el significado de las mismas y las estrategias apropiadas para que la oposición pueda obtener en estos comicios una ventaja significativa.

Sobre el primer aspecto, es importante señalar que una mayoría en votos significaría enviar un mensaje contundente a las esferas gubernamentales. Encerraría, en pocas palabras, una suerte de “instrucción” del electorado para modificar las desastrosas políticas públicas que nos están llevando directo hacia un abismo de consecuencias impredecibles. Por otro lado, de obtener una mayoría parlamentaria, se abriría un compás legislativo franco a iniciativas con el propósito de ir desmantelando el aparataje legal y burocrático del llamado socialismo del siglo XXI. En pocas palabras, es necesario e imprescindible obtener una victoria, electoral y parlamentaria,  contundente en estas próximas elecciones. Hago la diferenciación, habida cuentas que en las pasadas votaciones, el éxito electoral no significó una mayoría de curules en el parlamento.

Ahora bien, ¿Cuál ha de ser la estrategia apropiada de comunicación de cara a estas elecciones? ¿Dónde ubicar las debilidades y posibles errores en esta apuesta electoral? ¿Cómo abordar a un 30% o más de la población que aún es fiel al gobierno? ¿Su lealtad obedece a cierta ingenuidad o ignorancia, como predican algunos opositores fundamentalistas? Estas y otras interrogantes, a mi juicio, constituyen desafíos, teóricos y prácticos, que deben ser abordados con  una gran dosis de sinceridad y curiosidad intelectual.

En principio, debemos derrotar un  economicismo que predica que las adversas condiciones económicas, por si solas, son suficientes para obtener la mayorías electoral y política deseada. Detrás de esta postura se oculta una visión racionalista de la política y de la conducta humana. Vamos a profundizar un poco en esta afirmación.

En la actualidad, el desarrollo de las neurociencias y los avances recientes en el estudio del cerebro humano han erosionado esta aproximación racionalista a la política y, desde luego, al acto electoral. La idea, heredada de la Ilustración francesa, de que la razón puede explicarlo y guiarlo todo, también la política, se ha agotado. En la actualidad un sinnúmero de investigaciones en el ámbito de la neuro política han abordado a la siguiente conclusión: el cerebro político es un cerebro emocional. “No es una maquina desapasionada y calculadora que objetivamente busca los datos, las cifras y las políticas correctas con el objetivo de adoptar una decisión razonada”.

¿Si el cerebro del votante es emocional, cuál ha de ser la aproximación correcta? La respuesta, es de Perogrullo. A pesar de lo evidente de la misma, nuestra dirigencia política sigue colocando sus “razones” en el cesto de la economía. Esperan que las desastrosas condiciones sociales por si mismas hagan el “trabajo” electoral y político. Ojo, los últimos incidentes partidistas han enviado mensajes desalentadores a la población y no han contribuido a fortalecer la identidad política opositora.

Si algo ha mostrado la historia reciente es que las recesiones, la corrupción, los cambios en los programas, los errores del chavismo no han afectado sustancialmente la identidad y fidelidad de sus votantes.

Estas son observaciones antropológicas. Su propósito es alertar sobre las debilidades de una manera “racionalista” de abordar la contienda electoral. 

Los avances en la comunicación política, por ejemplo,  proporcionan aportes que facilitan la formulación de estrategias para abordar al votante oficialista. 

Es fundamental competir en el plano emocional.

Sin lugar a dudas, la política debería ser así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

martes, 4 de agosto de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, “LOS REVOLUCIONARIOS SON HISTÉRICOS EN BUSCA DE UN AMO”


“Los revolucionarios son histéricos en busca de un amo. Y lo tendrán” Frase lacónica del psicoanalista francés Jacques Lacan, a propósito de la revuelta del Mayo Francés del año 1968.

En el país se comprobó empíricamente la certeza de esta aseveración. Una versión de la izquierda, atada a esquemas conceptualmente de finales del siglo XIX, logró encontrar la figura paternal que simbolizaría la totalidad de sus carencias: las afectivas y, desde luego, las políticas.

En un sentido literal el finado Hugo Chávez fue una suerte de “padre” autoritario para este sector político. Su presencia absorbente explica la imposibilidad que confronta esta fracción de la política para avanzar hacia esquemas contemporáneos que les permita enfrentar la grave crisis que azota al país.

A esta interpretación psicoanalítica habría que agregar la discursiva. No solo juega lo inconsciente en la explicación de este fenómeno político. Es necesario incorporar la variable discursiva y cultural. Bien, ¿qué intentamos decir con esta apreciación?

Vamos a ir despacio. Es posible que algunos amigos de la oposición se encuentren retratados en las líneas que siguen. Intentamos, en estos breves comentarios, desarrollar un ensayo de interpretación y alertar sobre la posibilidad de transitar caminos ya trillados en el pasado.

El proyecto chavista, en lo básico, aspiró reciclar  un esquema ya agotado. Me refiero, en el plano económico, al que implantó la democracia. Puede parecer provocadora esta afirmación. Pero lo medular de su propósito, en lo económico, fue renacionalizar lo ya nacionalizado en el periodo democrático. Sus políticas distributivas, igualmente, profundizaron esquemas de esta naturaleza ya ensayadas en la IV República. Son muchas las coincidencias con estrategias experimentadas en el pasado. Creo que la razón de estas concurrencias podemos encontrarlas en el carácter de petro estado que identifica la sociedad venezolana. Esta característica, hace creer que desde el estado, vale decir mediante la administración de la renta petrolera, es posible hacer ejercicios de ingeniería social. Igualmente, poner en práctica un voluntarismo autoritario e intentar modificar la realidad económica, social y cultural del país. Lo irónico del asunto, es que el aumento de la renta petrolera coincide con la crisis política, social y económica de la sociedad venezolana. Sin lugar a dudas, Pérez Alfonso tenía razón al calificar a este producto como “excremento del diablo”.

Existe un rasgo inédito en la experiencia del llamado socialismo del siglo XXI. Me refiero a su lógica discursiva. Dividió la sociedad venezolana en dos polos mutuamente excluyentes. Esta polarización es responsable de las dificultades para producir acuerdos sobre estrategias de interés nacional. Afortunadamente estamos en presencia de un lento proceso de despolarización. Las próximas elecciones parlamentarias mostraran hasta qué punto esta lógica está siendo derrotada. Sectores interpelados en el pasado por el chavismo se espera que expresen su preferencia por los candidatos del bloque democrático.

Sin duda, es posible aseverar que estamos en presencia del final de un ciclo histórico. Los procedimientos políticos del pasado están agotados. El dispositivo simbólico que proporcionó direccionalidad discursiva a nuestra modernidad no suministra respuestas a las nuevas demandas políticas y sociales que se están formulando.

Existe una exigencia para hacer uso de la imaginación política. Atreverse a pensar un nuevo modelo de vida democrática. Este es el reto al que se enfrentan los sectores que militan en el campo democrático. Esperemos que  estén a la altura de este desafío y tengan  el coraje de desprenderse de los viejos hábitos para que puedan ensayar nuevas formas de aproximación a la vida pública.

Ojalá, la política sea así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

martes, 28 de julio de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, “EL EFECTO LUCIFER”,

Bien amigo lector, el título de este artículo puede parecerle extraño o esotérico. Su razonable perplejidad está construida en la idea que mis  escritos en este diario tratan temas de la actualidad política y no sobre aspectos que rayan en lo sobrenatural. En cierto sentido usted estaría en lo cierto. 

Pero sucede que el “Efecto Lucifer” es el nombre bajo el cual se condujo un experimento de psicología social en la universidad de Stanford. Esta investigación (1971), desarrollada por el psicólogo social Philip Zimbardo, no tenia en absoluto nada de oculto. Por el contrario, bajo control y con los procedimientos que regulan la investigación empírica, se planteó responder la siguiente interrogante: ¿Puede cualquiera convertirse en torturador o en sumiso prisionero en determinadas situaciones?

Con la finalidad de dar respuesta a esta interrogante diseño un interesante experimento Tomó a estudiantes voluntarios para que actuaran, unos de guardianes y otros de presos en una falsa cárcel. El experimento debía durar 15 días. Tuvo que interrumpirlo al sexto ante la dureza de la situación creada. Muchos tranquilos estudiantes se habían convertido en brutales y sádicos guardianes, y muchos de los presos se quebraron emocionalmente.

Este experimento puede ayudar a comprender el nivel de violencia e intolerancia presente en algunos grupos políticos en la Venezuela actual. Para Philip Zimbardo, existen procedimientos diseñados para inducir lo que este investigador denominó la “imaginación hostil”. En otras palabras, es posible que un ciudadano cualquiera pueda llegar a renunciar a su humanidad, movido por una ideología asumida de forma irreflexiva. Acarrear actos de violencia contra otros seres humanos etiquetados como enemigos. ¿Suena conocido?

Debo reconocer que esta reflexión fue estimulada por la película sobre Hannah Arendt de la realizadora Margarethe Von Trota (Cine Arte Patio El Trigal). La cineasta retrata el momento en que la filósofa alemana asiste, enviada por el semanario The New Yorker,  al juicio de Adolf Eichmann en Israel (1961). Recordemos que este personaje fue el encargado, dentro de la estructura de poder nazi, de organizar el traslado de los judíos de toda Europa a Auschwitz.

Arendt escribe su reporte para el semanario neoyorkino y lo titula “Eichman en Jerusalén. Un estudio acerca de la banalidad del mal”. Lo novedoso de su argumentación fue proporcionar al “mal” un carácter banal.

 "Ahora estoy convencida de que el mal nunca puede ser «radical», sino únicamente extremo, y que no posee profundidad ni tampoco ninguna dimensión demoníaca. Puede extenderse sobre el mundo entero y echarlo a perder precisamente porque es un hongo que invade las superficies. Y desafía el pensamiento, tal como dije, porque el pensamiento intenta alcanzar cierta profundidad, ir a la raíz, pero cuando trata con la cuestión del mal esa intención se ve frustrada, porque no hay nada. Esa es su «banalidad». Solamente el bien tiene profundidad y puede ser radical".

Bien amigo lector, una filósofa y un experimentado psicólogo social llega a la misma conclusión. Parten y transitan caminos distintos, pero arriban al concepto de la banalidad del mal.

El autoritarismo es consustancial con esta idea del mal. Hay que estar atento. El país vivió momentos fuertes de exclusión dentro de la lógica política de calificar al adversario como enemigo.  Tengo la sospecha de que existen en la estructura burocrática del gobierno seres desapasionados y autómatas que pudiera ser presa de esta enfermedad categorizada como la “banalidad del mal”.

En fin, los demócratas tenemos la obligación de pensar e ir a la raíz de las cosas. La superficialidad en la política suele ser peligrosa y, generalmente, abre camino para el cultivo de todo tipo de banalidades. La trivialidad, por ejemplo, erosiona la posibilidad de triunfo de un proyecto político.

Espero que, esta ocasión, la política no sea así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

martes, 7 de julio de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, INMEDIATEZ DE LO UNO

Simples, esquemáticas y peligrosas parecieran ser las características resaltantes de las narrativas políticas estructuradas en términos dicotómicos.  

El célebre Decreto de Guerra a Muerte del  15 de Junio de 1813,  por ejemplo, escindía el país en dos bandos irreconciliables: españoles y patriotas. Al  primer grupo se le prometía la muerte “aún siendo indiferentes”, al  segundo, “contad con la vida, aun siendo culpables”.  

La polaridad civilización y barbarie, igualmente, podría conceptualizarse como muestra de una narrativa organizada bajo los auspicios de esta lógica. Bajo su dictado, los problemas que confrontaba la nación, fueron percibidos como reflejo de la tensión existente entre tendencias hacia la integración y disgregación social. 

En consecuencia, el acto de gobernar fue concebido como una escogencia entre civilización y barbarie. Desde luego, el primer polo correspondía a los sectores gobernantes y, el segundo, a las masas populares. En fin, sobre esta estructura discursiva han descansado los diversos autoritarismos que caracterizaron la casi totalidad de nuestra vida republicana.

Otros totalitarismos, los  de tono fascista, estalinista, nazista, franquista y de sesgo bonapartista organizaron, igualmente,  sus relatos políticos en torno a esta disyunción que divide el mundo entre buenos y malos. Esta operación narrativa  permitió, por un lado, adjudicar una cierta supremacía moral al grupo que detentaba el poder y, por el otro,   facilitó la definición del oponente como enemigo y, en consecuencia, propiciar su destrucción moral o su exterminio físico.

La narrativa democrática, a contrapelo de la autoritaria, ha de construirse a partir del reconocimiento de la existencia de diferencias. En este sentido, lejos de simplificar,   este discurso debería   diversificar y hacer más complejo el ámbito de lo político.  En otras palabras ha de promover, no cancelar, el pluralismo como expresión política.

El escenario electoral parece estar copados por estas dos lógicas narrativas. El oficialismo intenta  escindir el campo político entre socialismo o capitalismo, poder popular o gobierno de elite, patriotas o imperialistas. Lo abstracto de esta propuesta  permite escamotear, por un lado,  la singularidad de los problemas que afectan a los venezolanos y, por el otro, reforzar la relación vertical que en estos últimos años el líder-presidente ha  establecido con las masas.

La oposición, por el contrario, debería intenta reivindicar el ejercicio de la política. Para alcanzar este objetivo, sin duda alguna,  ha de  propiciar la pluralidad, el reconocimiento y respeto de las diferencias. Su oferta, en consecuencia,  ha de estar  dirigida a rescatar el arbitraje democrático como  formula para la reconstrucción del país. Emocionar a todos los venezolanos para atraerlos hacia su polo electoral.

Estas dos lógicas discursivas compiten por transformar a sus destinatarios en interlocutores. En otros términos,  intentan mutar a los ciudadanos en electores. Pero más allá de estas implicaciones, los votantes enfrentan un viejo dilema: reconvertir lo ya vivido o, en caso contrario, intentar transitar el sendero hacia la edificación de lo no experimentado. Esta última opción seria la que expresaría lo revolucionario. La radicalidad autentica.

Recordemos que la democracia tiene sentido porque estimula y permite la organización autónoma de la gente,  previene los excesos y garantiza el derecho a la disidencia. Los autoritarismos, por el contrario, celebran como épica admirable las prácticas clientelares, vale decir, promueven el sacrificio de los derechos políticos a cambios de los favores del poder.

Esperemos que la inmediatez de lo táctico  no apague la posibilidad de futuro que paulatinamente comienza a vislumbrarse ante los venezolanos.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

martes, 30 de junio de 2015

NELSON ACOSTA ESPINOZA, EMOCIONAR Y POLARIZAR

Finalmente,  después de 30 días de huelgas de hambre acometidas por un nutrido grupo de compatriotas el CNE tomo la decisión de convocar elecciones para el 6 de diciembre venidero. Tibisay Lucena, presidenta del citado organismo, hizo el anuncio en cadena nacional de medios.

Lo que ha debido ser una práctica rutinaria, en estos tiempos de “revolución”, se tuvo que transformar en el objetivo de una lucha ciudadana. Medidas extremas fueron necesarias en orden de obtener la fecha para practicar el derecho constitutivo de un sistema democrático: el ejercicio del voto.

Bien, al menos ya conocemos el día en que acontecerá el enfrentamiento electoral entre el oficialismo y los demócratas.  En esta ocasión, el escenario electoral polarizado pudiera beneficiar a la oposición. Y, en consecuencia, esta contienda pudiera ser asumida como una pugna política y electoral entre dos extremos: autoritarismo y democracia; nomenklatura y ciudadanos. Entiendo que el uso de la tarjeta única,  entre otras razones, obedece al criterio de impulsar esta lógica dicotómica.

A los amigos lectores, les puede parecer extraño que  reivindique la polarización. Después de todo,  este fenómeno electoral y político ha sido demonizado a lo largo de estos últimos años. Y, si bien es cierto, que esta peculiaridad electoral fue aprovechada por el oficialismo, hoy en día, el agotamiento que presenta el chavismo-madurismo hace plausible que esta lógica pueda jugar a favor del polo democrático. Desde luego, para que ello sea posible seria indispensable introducir cambios en la estructura narrativa que tradicionalmente ha caracterizado a este sector político.

En principio, no debería asumirse esta contienda como un instrumento exclusivo para obtener el mayor número de curules en la Asamblea Nacional. Me parece indispensable subordinar esta aspiración al objetivo de impulsar una oferta alternativa a lo ya existente. Pero para alcanzar esta meta ha de utilizarse un tono que supere al que tradicionalmente ha caracterizado estas batallas en el pasado. Los debates deberían romper el cerco racionalista que supone el abordaje de temas programáticos y técnicos de escasa compresión para el electorado.

Por ejemplo, existe una tendencia de evaluar las posibilidades del cambio político y electoral a partir de las circunstancias de orden material: inflación, desempleo, inseguridad, precariedad de la infraestructura, deterioro de la economía, etc. Estas condiciones “objetivas” tradicionalmente han proporcionado elementos para la elaboración de propuestas programáticas e insumos para la actividad partidista y las rutinas electorales. Pudiéramos calificar esta aproximación como “racionalista”.

Sin embargo, hoy en día, la lingüística, la neurociencia, la antropología, entre otras disciplinas, apuntan a demostrar que estas circunstancias, por sí mismas, no son suficientes para cincelar una determinada conducta electoral ciudadana en un momento preciso. La “razón” requiere de la “emoción” y, ambos espacios, básicamente operan en la dimensión inconsciente de nuestro cerebro.

Intento transmitir una idea que puede parecer extraña para algunos: la política que practican algunos de nuestros demócratas desconoce cómo funciona el cerebro de nuestros ciudadanos. Y esta circunstancia los conduce a sostener que la política son razones y que las emociones distraen, distorsionan y alteran el verdadero núcleo de la estrategia que son las propuestas, las ideas, las ideologías…

Me parece que la estrategia discursiva opositora debería apuntar hacia otro frente. El núcleo básico de la futura contienda electoral debiera expresarse en estos términos: polarizar, emocionando a sus electores.

La aldabilla de la puerta de la razón son las emociones. No entenderlo, sería un grave error. Y pudiera conducir a otro fracaso electoral. Sin lugar a dudas, la política debería ser así.

Nelson Acosta Espinoza
acostnelson@gmail.com
@nelsonacosta64

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,