En
estos días, la mayoría de nosotros empezamos a hablar -y a escuchar a otros
hablar- de las famosas “resoluciones’’ para el Año Nuevo. Yo, por ejemplo,
llevo más de 20 años pensando que una de mis resoluciones es perder las mismas
10 o 15 libras que tengo de más, pero muy pocas veces las llego a perder. Y
creo que la solución a este problema está en pensar y hablar de otra manera.
Quizás la palabra “resolución’’ no es la más adecuada; quizás lo que
necesitamos es prestar más atención a nuestras prioridades.
El
gran líder Mahatma Ghandi decía que “La acción expresa prioridades’’. ¡Qué
razón tenía! Si queremos cambiar de rumbo o comenzar a mejorar en alguna área
de nuestra vida, lo más importante es poner en práctica lo que nos pueda llevar
al éxito. Solo si convertimos en “prioridad’’ aquello que queremos lograr,
podremos alcanzarlo. Esto no implica que sea fácil, todo lo contrario. Si fuera
fácil, quizás ya lo hubiéramos logrado. Todo lo que vale la pena requiere
esfuerzo y por eso nuestras prioridades tienen que estar claras.
Lo
cierto es que si seguimos haciendo lo que estamos haciendo, solo podemos lograr
lo que estamos logrando. Nada cambia. Pero, al establecer prioridades nuevas y
claras, nuestra vida si puede cambiar y cada aspecto de nuestra existencia
puede ser transformado por esa nueva serie de prioridades. Lo peor es
estancarnos y pensar que lo que llevamos haciendo durante tanto tiempo es lo
único que debemos y podemos hacer; con esta actitud y pensamiento muy pocas
cosas de las que estudiamos a lo largo de la historia hubieran ocurrido. Darnos
por vencidos no produce buenos resultados.
Muy
a menudo, quienes rompen con la tradición y establecen nuevas prioridades
causan grandes controversias, aunque a la larga la historia casi siempre les da
la razón. Un ejemplo de esto en la historia reciente es del ingeniero francés
Gustave Eiffel, el cual fue criticado duramente por construir su famosa y
enigmática torre (originalmente conocida como la " Torre de 330
Metros") porque su prioridad era edificar algo que cautivara la atención
del mundo entero para la Exposición Universal de París en el año 1889, cuya
celebración conmemoraba el centenario de la revolución francesa. Hoy día nadie
se imagina la gran ciudad de París sin la Torre Eiffel, pero sus críticos
fueron tan severos que el proyecto casi lo archivan en varias ocasiones, antes
de empezarlo. A pesar de las criticas, el señor Eiffel insistió tanto, que la
torre se construyó en un poco más de dos años– un tiempo record de construcción
en aquella época. Al pasar la exposición, muchos dentro de la comunidad
política y cultural de París lucharon por derrumbarla, pero la salvaron los
medios de comunicación, especialmente la radio, pues era el mejor lugar para
colocar una antena de transmisión potente– uso que continua teniendo hasta
nuestros tiempos.
Y
ese es el ejemplo de una sola persona en la historia de nuestra humanidad con
una prioridad y que insistió en cumplirla, a pesar de todo. Imagínense cuanto
bien – personal y social - podemos lograr cada uno de nosotros si nuestras
acciones expresan nuestras prioridades y luchamos por lo que nos sentimos
llamados a lograr.
Que
el 2014 este lleno de bendiciones y prioridades positivas que transformen
nuestras vidas y las vidas de los que nos rodean.
Sacerdote
de la Diócesis Episcopal del Sureste de la Florida y Rector de la Iglesia de la
Resurrección en Biscayne Park - Miami
Twitter:
@padrealberto
http://www.elnuevoherald.com/2013/12/28/1644322/padre-alberto-prioridades-y-resoluciones.html#storylink=cpy
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