A
veces me encuentro unas perlas de sabiduría en las lecturas más sencillas. Y
las aplico a lo que tengo en la mente porque a veces ayudan a resolver los más
complicados acertijos. Leyendo, para descansar, la Revista Todo En Domingo de
El Nacional, me encontré con dos de ellas en la columna de Paulo Coelho,
“Alquimia”, titulado “Historias diferentes sobre la misma búsqueda” (Paulo
Coelho – El Nacional-Todo en Domingo, 25 de Agosto de 2013).
EN EL CENTRO DEL CAMINO |
Quiero
compartirlas con ustedes, no el texto porque es público y está en una revista
de circulación nacional, sino lo que extraigo de ellas. Veamos el primero:
LA
CERTEZA Y LA DUDA
Una
mañana Buda estaba reunido con sus discípulos cuando un hombre se aproximó:
-¿Existe
Dios? – preguntó.
-Existe-
respondió Buda.
Después
del almuerzo se aproximó otro hombre.
-Existe
Dios- Quiso saber.
-No,
no existe- dijo Buda.
Al
atardecer un tercer hombre hizo la misma pregunta:-¿Existe Dios?
-Tendrás
que decidirlo tú- respondió Buda.
Cuando
el hombre se fue, un discípulo comentó:
-Maestro,
¡que absurdo! ¿Cómo es que da respuestas diferentes para la misma pregunta?
-Porque
son personas diferentes y cada uno llegará a Dios por su propio camino. El
primero tendrá fe en mi palabra; el segundo hará todo lo posible para probar
que estoy equivocado, y el tercero solo cree en aquello que es capaz de escoger
por sí mismo.
¡Qué
interesante! Buda indica que una misma pregunta puede tener distintas
respuestas dependiendo de a quien se le da la respuesta. Y la respuesta que le
da Buda a cada uno lo encamina a que consiga la “verdad” que busca, su
“verdad”, de acuerdo a la naturaleza del sujeto que pregunta. Por supuesto, en
este caso Buda trata que cada uno consiga la verdad de Dios por su propio
camino, indicando diferentes respuestas.
¿Cuántas
veces hemos visto todo lo contrario? ¿Cuántas veces nos hemos empecinado en dar
la misma respuesta a una pregunta, aunque sintamos que esta es la correcta, a
diferentes individuos y nunca logramos convencerlos? Precisamente porque cada
uno busca su propia “verdad” y para que estos lleguen a ella tal vez necesiten
de una respuesta diferente.
A
la pregunta: ¿Cuál es la mejor salida para la crisis que vive nuestro país?
Cada uno tiene su propia respuesta. Algunos creemos tener una y estamos
trabajando por ella: la vía Constituyente. Pero asimismo como nosotros, otros
piensan en respuestas diferentes. Sin embargo, después de leer al Buda del
Coelho, pareciera que aquellos que siempre respondemos lo mismo deberíamos
contestar algo distinto para que de alguna manera esa respuesta le lleve a
concluir a cualquiera, y de acuerdo a la naturaleza del que pregunte, que la
“verdad” que nosotros hemos elegido- la Constituyente-, es al final la que se
debería transitar.
Pero
el fondo del problema es que al final nadie tiene la “verdad” objetiva en las
manos, aunque estemos convencidos que somos nosotros quienes la tenemos. Cada
persona tiene la suya y solo la dinámica de los hechos dará como respuesta cual
es el camino que definitivamente se transitará. Es por eso que nuestra “verdad”
solo se puede demostrar con hechos. Y asimismo la “verdad” de cualquier otro
deberá ser demostrable de la misma manera. Y eso me lleva al segundo cuento de
Coelho:
Continuar
en el mismo camino
El
monje Lucas acompañado de un discípulo, se detuvo en una aldea. Un viejo le
preguntó:
-Santo
hombre, ¿cómo me aproximo a Dios?
-Diviértete,
loa al Señor con tu alegría- Fue la respuesta.
Un
joven preguntó:
-¿Qué
hago para acercarme a Dios?
-No
te diviertas tanto- dijo Lucas.
Cuando
el joven se alejó, el discípulo comentó:
-Parece
que usted no sabe si nos tenemos que divertir.
Lucas
respondió:
-La
búsqueda espiritual es un puente sin barandilla atravesando un abismo. Si
alguien está muy cerca del lado derecho, yo digo: “¡A la izquierda!”. Si se
acerca del lado izquierdo, le digo: “¡A la derecha!”. Y así ellos continúan
estando en el camino.
Impresionante.
No solo la búsqueda espiritual se puede comparar con “un puente sin barandilla
atravesando un abismo” como indica Coelho, sino también las realidades
cotidianas que necesitan respuestas.
Los
venezolanos estamos transitando como un grupo de ciegos por un puente sin
barandilla semejante a ese, y solo un liderazgo responsable y con visión puede
ver e indicar “¡A la derecha!” o “¡A la izquierda!” de acuerdo a si advierte
que el colectivo va hacia el abismo en cada banda. Hasta ahora lo que hemos
visto es que la dirigencia opositora también está ciega y dejan caer repetidas
veces a la multitud al abismo hasta que se dan cuenta de su error.
La
única manera de continuar en el camino sin que nos terminemos de ir todos por
el barranco es que la “verdad” que hayan escogido aquellos que están asumiendo
liderazgos tenga sustento y sepan de cierto cual es el camino que
definitivamente se transitará. Es por eso que se llama liderazgo. Son los que
tienen-o al menos deben demostrar que tienen-, la linterna en el medio de la
obscuridad.
Y
como en la historia de Lucas, ese liderazgo responsable debe decir cuál es el
centro del puente para continuar en el camino y caminar derecho para acercarse
a esa “verdad” atravesando el puente sobre el abismo. Nunca antes Venezuela
necesitó tanto de esa visión 20-20.
Entonces
aquellos que crean que su “verdad” es la verdad, será bueno que se apresuren y
la hagan la verdad de todos los venezolanos porque los indicadores muestran que
caminamos aceleradamente hacia el abismo de la mano de unos conductores ciegos.
Todavía hay tiempo para que alguien demuestre y grite su “verdad” y así evitar
caer de ese puente sin barandilla, alineándonos de una buena vez a todos en la
misma lucha.
Caracas,
26 de Agosto de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
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Todo ese análisis está muy bueno, pero que pasa cuando un simple ciudadano propone su verdad y ninguno de los bandos, se presta a escuchar?
ResponderEliminarEs mi apreciación, el que existe una suerte de miedo, prepotencia, conveniencia o todas las anteriores, para aceptar o mejorar los patrones habituales.