Concordamos
con quienes sostienen desde mucho ha, con fines, sobre todo didácticos, que
para ofrecer algún punto de vista y/o aproximarse a la realidad social,
económica y política u otra, es conveniente transitar por ciertos niveles:
histórico, teórico (ideas), practica (hechos) y ético.
Por
tanto, el análisis y la interpretación de ciertas realidades deberían hacerse
pasando por estos puntos bases.
Así
podemos entender cómo toda política equivocada puede surgir como resultado de
una sucesión de factores que corresponden a cada uno de los citados tres
niveles.
Casi
siempre detrás de cada política nociva para la sociedad suele haber, por
ejemplo, a nivel estrictamente teórico, graves errores y embustes de tipo
científico.
Tomemos
un tópico actual en nuestra realidad: la justicia, en cuanto a seguridad.
Pensemos un poco sobre el tema y visualizamos: ¿cuántos errores?
Consecutivamente,
casi a diario, observamos como teorías falsas se utilizan para justificar las
políticas intervencionistas más
dañinas.
También,
es posible, que estas teorías afloren de forma casual e independiente y las
políticas que se aplican después, son una consecuencia de los errores teóricos
y metodológicos cometidos desde el comienzo.
Pero
en nuestro ambiente parece más probable que se construyen teorías erróneas ad
hoc para justificar determinadas políticas que se deciden a “salto de mata” y
en el “centro superior”, porque se le ocurrió a la reencarnación de Boves
destructor en un momento dado y/o es el mandato desde la Habana y los “bobos”
que le siguen, aplauden, como focas, a rabiar.
Casi
siempre se ha observado, en la práctica, que algún grupo de presión o interés sale
favorecido cuando se impulsan políticas equivocadas.
Así
que a los errores originados en falsas teorías hay que sumarle la existencia de
determinadas personas y grupos sociales que se van a beneficiar como
consecuencia de una dañina política aplicada.
A
nivel ético, es preciso constatar que las políticas dañinas que resultan de
los errores teóricos y del apoyo malintencionado de determinados grupos
privilegiados, que se dicen rojitos, se hacen prácticamente inevitables cuando
en esta sociedad entran en crisis los principios morales, es decir, las normas
básicas de comportamiento pautadas.
A
toda sociedad en la que surjan errores teóricos y grupos privilegiados de
interés le queda, como última fase de defensa, el mantenimiento fidedigno por
parte de sus líderes de una serie de comportamientos pautados de tipo moral.
Si
este último malecón o freno moral desaparece, la sociedad estará perdida y será
víctima de las políticas más demagógicas, intervencionistas y dañinas que
siempre encontrarán una justificación teórica errónea y el apoyo de algún grupo
privilegiado de interés.
Formuladas
estas consideraciones preliminares nos proponemos de ver un poquito sobre
algunas posibles estrategias que nos permitan obtener cuanto hoy nos parece
probable, como es eliminar o tratar de eliminar las políticas intervencionistas
de este régimen, sustituyéndolas paulatinamente por otras más conformes con el
pensamiento liberal.
Trataremos
de sugerir una serie de medidas y acciones concretas para cada uno de los tres
niveles mencionados (teórico, histórico y ético) y romper así las cadenas que
hoy ha colocado este régimen totalitario comunista socialista para impedir la
divulgación de las ideas auténticamente revolucionarias del pensamiento
liberal.
Entendemos
que en la lucha por la libertad es esencial el papel del teórico. Su objetivo
básico está en la búsqueda radical y sin compromiso alguno de una verdad y si
es científica, mejor.
A
la hora de explicar la quiebra del círculo sobre lo políticamente imposible, el
papel del teórico es, a largo plazo, importante.
¿Quién
duda hoy de que las ideas mueven al mundo? ¿Quién duda hoy de que, por una u
otra vía, la influencia de las ideas, terminan, casi siempre y a la larga
tocando a la sociedad? ¿Quién duda hoy de que es, precisamente, en el entorno
de la teoría liberal donde más ha avanzado el hombre y en el campo del
comunismo socialismo donde más ha fracasado?
Seguiremos.
Lema
histórico de Venezuela: “Dios y Federación”.- Orquídea.- Estado Sucre: El
Roble.
“La
redistribución es injusta porque las personas son dueñas de si mismas, y por
ende, dueñas de lo que producen”. Norbert Nozick.
nelsonmaica@gmail.com
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