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LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA
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viernes, 19 de septiembre de 2014

PEDRO RAFAÉL GARCÍA M., ¿“HAY EN EL PAÍS COHERENCIA EN LIDERAZGO POLÍTICO ENTRE LA “MORAL FORMULADA” EN SU ÉTICA Y LA “MORAL VIVIDA?”.

“Un cielo tan sucio no se aclara sin una tempestad”. (William Shakespeare)

“Un hombre vendía gritos y palabras, y le iba bien, aunque encontraba mucha gente que discutía los precios y solicitaba descuentos. El hombre accedía casi siempre, y así pudo vender muchos gritos de vendedores callejeros, algunos suspiros que le compraban señoras rentistas, y palabras para consignas, eslóganes, membretes y falsas ocurrencias.
Por fin el hombre supo que había llegado la hora y pidió audiencia al tiranuelo del país, que se parecía a todos sus colegas y lo recibió rodeado de generales, secretarios y tazas de café. Vengo a venderle sus últimas palabras dijo el hombre. Son muy importantes porque a usted nunca le van a salir bien en el momento, y en cambio le conviene decirlas en el duro trance para configurar fácilmente un destino histórico retrospectivo. Traducí lo que dice mando el tiranuelo a su interprete. Habla en argentino, Excelencia. ¿En argentino? ¿Y por qué no entiendo nada? Usted ha entendido muy bien dijo el hombre. Repito que vengo a venderle sus últimas palabras.
El tiranuelo se puso en pie como es de práctica en estas circunstancias, y reprimiendo un temblor, mandó que arrestaran al hombre y lo metieran en los calabozos especiales que siempre existen en esos ambientes gubernativos. Es lástima dijo el hombre mientras se lo llevaban. En realidad usted querrá decir sus últimas palabras cuando llegue el momento, y necesitará decirlas para configurar fácilmente un destino histórico retrospectivo. Lo que yo iba a venderle es lo que usted querrá decir, de modo que no hay engaño. Pero como no acepta el negocio, como no va a aprender por adelantado esas palabras, cuando llegue el momento en que quieran brotar por primera vez y naturalmente, usted no podrá decirlas. ¿Por qué no podré decirlas, si son las que he de querer decir? pregunto el tiranuelo ya frente a otra taza de café. Porque el miedo no lo dejará dijo tristemente el hombre. Como estará con una soga al cuello, en camisa y temblando de frío, los dientes se le entrechocaran y no podrá articular palabra. El verdugo y los asistentes, entre los cuales habrá alguno de estos señores, esperarán por decoro un par de minutos, pero cuando de su boca brote solamente un gemido entrecortado por hipos y súplicas de perdón (porque eso si lo articulará sin esfuerzo) se impacientarán y lo ahorcarán.
Muy indignados, los asistentes y en especial los generales, rodearon al tiranuelo para pedirle que hiciera fusilar inmediatamente al hombre. Pero el tiranuelo, que estaba pálido como la muerte, los echó a empellones y se encerró con el hombre, para comprar sus últimas palabras.
Entretanto, los generales y secretarios, humilladísimos por el trato recibido, prepararon un levantamiento y a la mañana siguiente prendieron al tiranuelo mientras comía uvas en su glorieta preferida. Para que no pudiera decir sus últimas palabras lo mataron en el acto pegándole un tiro. Después se pusieron a buscar al hombre, que había desaparecido de la casa de gobierno, y no tardaron en encontrarlo, pues se paseaba por el mercado vendiendo pregones a los saltimbanquis. Metiéndolo en un coche celular, lo llevaron a la fortaleza, y lo torturaron para que revelase cuales hubieran podido ser las últimas palabras del tiranuelo. Como no pudieron arrancarle la confesión, lo mataron a puntapiés.
Los vendedores callejeros que le habían comprado gritos siguieron gritándolos en las esquinas, y uno de esos gritos sirvió más adelante como santo y seña de la contrarrevolución que acabó con los generales y los secretarios. Algunos, antes de morir, pensaron confusamente que todo aquello había sido una torpe cadena de confusiones y que las palabras y los gritos eran cosa que en rigor pueden venderse pero no comprarse, aunque parezca absurdo.
Y se fueron pudriendo todos, el tiranuelo, el hombre y los generales y secretarios, pero los gritos resonaban de cuando en cuando en las esquinas. (Cuento sin Moraleja, de Julio Cortazar).
Ubicando algunas pistas…
¿En Venezuela el tramposo vive más felizmente que el hombre íntegro?
¿Es vedad que los criminales al morir se van al infierno y los virtuosos al cielo para compensar esta injusticia? Con este y algunos otras inferencias se condensa prácticamente toda la historia escatológica de la humanidad, y teniendo en cuenta que cada cultura difiere en su interpretación de lo que es el cielo o el infierno, pero nunca lo hacen  en asociar al cielo con algo placentero y al infierno con los dolores. Lamentablemente para la salud de los sistemas religiosos basados en este principio, y afortunadamente para todos nosotros, seamos criminales o honrados, un análisis detallado de los placeres y dolores experimentados en toda la historia de la humanidad por individuos de buen o mal talante parece decirnos que, al revés de lo que muchos suponen, los buenos tienden a ser más felices que los malos. La ilusión de que ocurre lo contrario se debe, según mi punto de vista, a que para evaluar si un hombre es más feliz que otro tendemos a la ecuación Haar los placeres y dolores de cada uno según nuestro propio gusto y no según una escala objetiva. Si, por ejemplo, a nosotros nos agradan por demás los bienes materiales, tenderemos a creer que cuanto más rico es un hombre más feliz vive, y como es a todas luces evidente que las personas adineradas no son muy compasivas que digamos, sacamos de aquí la errónea conclusión de que los malos tienden a ser felices cuando en realidad deberíamos concluir sencillamente que los malos tienden a ser ricos, o al menos a desear la riqueza. Y así con cualquier otro placer subjetivizado. Es evidente que a muchos nos fascina tomar sol; y muchas veces, viendo en una templada mañana la figura de un gato asoleándose sin preocupaciones en el techo de una casa vecina, nos hubiese asaltado la idea de que el felino era el ser más feliz del mundo en ese momento; no comprendiendo yo que hay cosas (aunque no muchas) más placenteras que esa, y que aunque tomar sol sea gratificante, no es correcto suponer que lo que yo siento tomándolo es algo parecido a lo que sienten los gatos, por más ronroneo que produzcan. Ellos podrán sentir cierto goce al tomar sol, pero hasta ahí llegan, no pasa de ser algo puramente sensitivo; para convertirlo en felicidad se necesita espiritualismo, o sea pasión y razón, cosas éstas que ellos tienen en forma muy precaria, por lo que no pueden sentir lo que yo cuando tomo sol. Asimismo, quien ama lo material, y por más que opinen lo contrario los opulentos de la new age, quien lo hace se aleja proporcionalmente de lo místico, y entonces la fruición que se puede apreciar en la riqueza es ínfimo comparado con los placeres que descubren los que viven y desean vivir en equilibrio. Pero los placeres sensitivos se dejan ver por los demás, y los placeres que derivan de la posesión de objetos, si bien no se dejan ver tan fácilmente, se deducen por la visión de los objetos mismos, mientras que los placeres espirituales suelen esconderse a la vista de los extraños de modo que éstos pueden llegar a suponer su inexistencia en tal o cual individuo. Primero vemos a un hombre comiendo y bebiendo hasta saturarse con los más refinados platos y bebidas espirituosas, y encima acompañado de una voluptuosa señorita y con un Land Rover esperándolo en la calle; luego vemos a un latero que sonríe. Nos parecerá obvio que el primer sujeto es más feliz que el segundo, y esto es así porque en el primero percibimos claras señales de que está gozando de sus sentidos y de sus posesiones, mientras que al segundo sólo le contamos una tibia sonrisa que poco nos informa de su condición. Y aunque ni siquiera esté sonriendo, aunque lo veamos serio y con la mirada fija, ¿no podría suceder que nuestro vago este justo en medio de un éxtasis espiritual tan placentero como mil orgasmos superpuestos en una única relación sexual? Podría suceder, pero nosotros no lo advertimos, y entonces seguimos pensando que el personaje de la Land Rover es más dichoso que aquel trastornado vestido con harapos. Así es como ha razonado siempre la humanidad; y a este juicio incompleto, como toda especulación que utilice sólo la observación y la experiencia para fundamentarse, a esta reflexión debemos la alterada conclusión de que los malos son más felices que los buenos aquí en la tierra. Pero ¿no será mucho una eternidad de tormentos en castigo de unas cuantas décadas de mala conducta? El ojo por ojo y diente por diente, que ya de por sí nos parece inhumano, es el colmo de la caridad comparado con la justicia infernal. No hay teólogo que pueda defender este punto oscurecido de la teoría escolástica. Nota añadida el 11/6/3.) El astuto Voltaire anduvo errado en muchísimas de sus apreciaciones, pero en este punto supo ver más allá de las inelegantes apariencias. En un diálogo suyo titulado Sofrónimo y Adelo, uno de los personajes afirma: "He conocido a muchos hombres malos, a muchos hombres infames, pero ninguno que viviese feliz. No es cosa de ponerse a enumerar aquí todo el pormenor de sus torturas, de sus espantosos recuerdos, de sus constantes errores, de los recelos que los atormentaban con respecto a sus criados, a sus mujeres y a sus propios hijos. Y si así se castiga el crimen, la virtud es recompensada, no en los Campos Elíseos, con los ingenuos esparcimientos de un cuerpo que ya no existe, sino en esta misma vida, con la satisfacción interior que da la conciencia del deber cumplido, con la paz del espíritu, el aplauso del mundo y la amistad de los hombres honrados. Así pensaban Cicerón, Catón, Marco Aurelio y Epicteto; así pensamos algunos de nosotros. No es que estos hombres afirmen que la dignidad hace al hombre perfectamente dichoso. Cicerón confiesa que semejante dicha no puede ser nunca pura, ya que nada lo es en la tierra. Pero debemos dar gracias al Señor de la naturaleza humana por haber supeditado a la justicia la cantidad de dicha de que es capaz la naturaleza" (citado por David Strauss en Voltaire, p. 190). Del mismo modo Denis Diderot, uno de los fundadores de la Enciclopedia para la cual Voltaire redactó algunos artículos, es autor de una Conversación de un filósofo y una generala en la que su alter ego, el señor Crudeli, está persuadido de que "para la propia felicidad en este mundo vale más ser un hombre de honor que un vivo". Y ahora que descubrimos esto lo adiciono que hasta el mismísimo Aristóteles  coincide con esas premisas: "La vida es por sí misma buena y agradable (lo cual se comprueba por el hecho de que todos la desean, y sobre todo los justos y capaces, para quienes la vida es lo más exquisito, y su existencia la más feliz);  la vida es apetecible, y distintamente para los buenos (porque para ellos la existencia es buena y agradable, puesto que reciben placer de la conciencia de estar presente en ellos algo bueno en sí mismo)" (Ética nicomaquea, libro IX, cap. IX). ¡Qué pena que la Iglesia Católica!, tan devota del estagirita en algunas cuestiones oscuras o irrelevantes, no revele que hay indigentes que desean la riqueza material tanto o más que los ricos, y con ello demuestran ser tan irónicos como el más poderoso accionista, con el agravante de que además de estar muy limitados para alcanzar lo que desean. Para ser bueno y dichoso la pobreza es una condición necesaria, pero no suficiente. Existen placeres espirituales tan o más escondidos que los del inestable y que sin embargo son inmorales (la vanidad, la petulancia, la crueldad), pero esto no invalida algunos razonamientos, sólo nos induce a ser aún más discretos al juzgar hedónicamente a una persona, a la vez que nos aclara que no todos los placeres espirituales son preferibles a los sensitivos, pues es mejor ser un sibarita irremediable que un resentido vengativo.
Pedro R. Garcia M.
pgpgarcia5@gmail.com
@pgpgarcia5

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lunes, 9 de junio de 2014

ALBERTO RODRÍGUEZ BARRERA, COHERENCIA INTERNACIONAL Y CON LAS FUERZAS ARMADAS, 1960- 1962, HISTORIA,

  También en la política internacional, para comienzos de 1962, el Gobierno de Coalición iba anotándose triunfos innegables. Tal fue el caso con la República Dominicana. La desaparición física del déspota que oprimía a ese hermano país fue posterior al riguroso cordón de aislamiento que contra su régimen propició e impulsó, con enérgica decisión, el gobierno de Venezuela.

 
Rómulo_Betancourt,_1961
En las horas de incertidumbre que vivió Santo Domingo tras la muerte del tirano, el Gobierno de Coalición cooperó en una acción interamericana que impidió que se prolongara, por interpósita mano de causahabientes y familiares del déspota eliminado, un gobierno similar al que aquél personificó, y para que  se estableciera un régimen de libertades públicas. 

Tal como fue reconocido en la reunión de Ministros de Relaciones Exteriores realizada en Punta del Este por el representante dominicano: “Es para mí motivo de singular complacencia expresar públicamente nuestro agradecimiento al pueblo de Venezuela y a su gobierno, que fueron paladines de nuestra cruzada en la ayuda infatigable para la restauración del pueblo dominicano”.

 De la misma manera, en las Naciones Unidas se manifestó la irrenunciable e inmodificable decisión del pueblo venezolano para que se le reconozcan sus derechos sobre extensas zonas del territorio nacional que le fueron usurpadas por la Inglaterra victoriana de expansión imperialista. La posesión colonial que los ingleses adquirieron de Holanda, en las vecindades geográficas de Venezuela, pasó de 20.000 millas cuadradas a 109.000 millas cuadradas, a costa de territorio venezolano. El diferendo entre la débil Venezuela y la arrogante Inglaterra victoriana fue resuelto en un inicuo e inaceptable laudo pronunciado por un tribunal político y no de derecho, en sentencia de 1899.

  Quedó claro que Venezuela jamás aceptará el desprendimiento de su territorio. Por ser fieles a nuestra tradición y vocación anticolonialistas propiciamos para la Guayana Británica la aplicación del principio de autodeterminación y de su propia independencia. Pero exigimos la reintegración de territorio venezolano sin desplantes publicitarios, a través de una serena y firme gestión diplomática.

 En las Naciones Unidas, junto con la India, la República Arabe Unida y Yugoslavia, Venezuela presentó un proyecto que debía servir de guía para las discusiones sobre el desarme, en declaración conjunta contra la reanudación de pruebas nucleares y la difusión de armas de ese tipo, e hizo hincapié en la desconfianza que existe entre las grandes potencias para no entenderse entre ellas.

  La mayor parte de estos principios fue acogida posteriormente por Estados Unidos y la Unión Soviética e integrada en la declaración conjunta suscrita por dichos países (20 de septiembre de 1961). La línea de conducta de Venezuela en las Naciones Unidas permitió que fuera escogida para formar parte del Consejo de Seguridad, el segundo órgano de jerarquía después de la Asamblea General, por 96 votos de las 103 delegaciones presentes en el momento de su elección.

     Las relaciones diplomáticas y consulares con el gobierno de Cuba fueron rotas el 11 de noviembre de 1961, en respuesta a los humanitarios llamamientos del Gobierno de Coalición para que en ese país cesaran los fusilamientos en masa y el campeante irrespeto a las libertades públicas y a la dignidad humana.

     Veinte Cancilleres de América, en la reunión de Punta del Este, avalaron la decisión de Venezuela, y reconocieron que en Cuba gobernaba un régimen  subordinado al Eje chino-soviético y que era incompatible con el sistema interamericano, basado en la Carta Constitutiva de ese organismo regional aprobada en Bogotá en 1948. El gobierno de La Habana fue excluido de la comunidad interamericana, y Venezuela expresó nuestro apego invariable a la norma de que en ningún caso se justifica la intervención unilateral de un país de América, por otro de los que forman esta comunidad de naciones.

     Venezuela recibió la visita de Jefes de Estado, como fue el caso con John F. Kennedy, con quien se discutieron problemas que afectan la economía y el desarrollo de Venezuela, haciéndole interpretar y comprender con franqueza los reclamos aplazados que afectaban a la economía y el desarrollo de América Latina frente a su país. Se lograron préstamos a largo plazo y sin dádivas humilladoras. Durante las visitas de los Presidentes de Argentina, Colombia y Costa Rica se estudiaron problemas y se convinieron estrategias sobre la urgencia de que los pueblos y gobiernos latinoamericanos unificaran sus planteamientos y dejaran de ser un archipiélago disperso de repúblicas sin nexos reales que las unan y vinculen.

 Las Fuerzas Armadas, por otra parte, constituían un sólido respaldo a la constitucionalidad, ajustadas a sus tareas profesionales y al margen del debate político nacional. Pero a la vez se iban integrando cada vez más a la nación, contribuyendo a la solución de sus problemas. En remotas áreas del Amazonas, oficiales y tropas de la ingeniería militar hacían de pioneros en la construcción de caminos carreteros, reforestaban al país y participaban en la recuperación de riquezas naturales renovables. Se elevaba así el concepto de la defensa nacional de manera coherente, borrando la imagen de autoritarismo y rapacidad  legada por la dictadura.

     El Hospital Militar cedió 500 camas al Instituto de los Seguros Sociales, para atención de sus afiliados. En Maracay comenzó a funcionar la primera granja militar, donde los soldados que prestan servicios en filas adquirían nuevas destrezas como agricultores. Y con igual empeño y en todo el país colaboraban –oficiales y suboficiales- en la tesonera e intensa labor pedagógica para la alfabetización de adultos. Antes de 1998, la labor de alfabetización democrática alcanzaría en torno al 90% de la población analfabeta.

 El Gobierno de Coalición continuó su esfuerzo para que las Fuerzas Armadas estuvieran bien dotadas, bien adiestradas y bien comandadas. Y en las sesiones ordinarias del Congreso de la República se discutía la aprobación de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, que sustituyó a la muy anticuada que para principios de 1962 estaba en vigor.

Alberto Rodriguez Barrera
albrobar@gmail.com
@albrobar

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jueves, 12 de septiembre de 2013

NELSON CASTELLANO-HRENANDEZ, A COMO DE LUGAR

Lo que los tiene fuera de lugar es que existe una oposición decidida, coherente, que no se rinde, que está dispuesta, cueste lo que cueste, a seguir adelante el tiempo necesario para recatar a Venezuela y su gente.

Enfrentamos una lucha sin cuartel, unos abusando con las estructuras y los recursos del estado para mantenerse en el poder y otros arriesgando su integridad por salvar lo que queda de un sistema, basado en las libertades democráticas.


Ambos saben que el triunfo de unos significa el final de los otros. Los que están armados, cuentan además con dinero, producto de los ingresos petroleros más altos que ha tenido este país. A pesar de sentirse poderosos, se encuentran en una situación delicada, porque son múltiples los delitos que han cometido.

El gobierno sometió a todos los organismos del estado, colocando a su cabeza fichas incondicionales de su partido. En este país se eliminó la independencia de poderes, con ello desapareció un principio básico de la democracia.

Han violado la Constitución Nacional, cada vez que han necesitado forzar la ley para asumir el control de algo, que no lograron por la vía democrática. Ante los ojos del mundo, que presencia impávido la arbitrariedad cometida, por aquellos que controlan todo, con la ayuda del gobierno de la Habana.

Las Fuerzas Armadas que en principio deberían hacer respetar la soberanía nacional, debilitadas en sus principios por la corrupción imperante, se ha sometido a la tutela extranjera y a servir de amanuenses de los despropósitos gubernamentales.

Frente a ellos una sociedad civil, que desde hace largos años viene resistiendo al autoritarismo oficial, luchando por no perder los pocos espacios democráticos que subsisten en Venezuela.

Múltiple y heterogénea, no ha tenido fácil el camino para constituirse en una fuerza capaz de resistir: las balas, las chequeras, las presiones, las golpizas, el exilio, las expropiaciones, las listas “Tascon” y la muerte. Sin embargo sigue allí, de frente, desarmada, arriesgando todo y creciendo sin lugar a dudas.

Conformada por políticos, parlamentarios, trabajadores, miembros del clero, profesionales, estudiantes, cultivadores, periodistas, amas de casa y hasta militares, que lamentablemente solo se atrevieron a pronunciarse, una vez liberados de la disciplina que les imponía su condición de militares activos.

Saben que esta batalla hay que ganarla a como dé lugar, se exponen con consignas, marchas pacíficas, dando su opinión, pronunciándose en el parlamento, manifestando con su pitos, sus pancartas y con su cuerpo. En ello se juega el porvenir de la Nación.

Se trata de la batalla decisiva para escoger entre la libertad y el sometimiento, entre democracia y dictadura. Es el momento de tomar partido por la decencia, el humanismo, el respeto y la justicia o por la corrupción, la vulgaridad, el abuso y el autoritarismo.

Es una lucha entre David y Goliat, entre la inteligencia y la fuerza bruta. Destinada a la victoria de los valores, la civilidad, la ética, la cultura y la preparación.

El venezolano tiene que estar consciente, que en esta situación, cualquier cosa puede suceder, todos corremos riesgos, nadie garantiza que por permanecer neutrales no sufriremos las consecuencias de un gobierno que ha destruido nuestro futuro y ha dividido a la Nación Venezolana. Que estableció un sistema pérfido destinado a sumirnos en la pobreza total a la cubana , afín de someternos por siempre y seguir disfrutando tal nomenclatura comunista, de los beneficios que le brindan solo a los miembros del partido.

No tomar posición, ¡es una posición! Ser indiferente, neutral o hacerse el desentendido, es prestarse al juego de un gobierno que no lo es. Una mafia de corruptos que cada día, da un paso destinado a su pretendida permanencia eterna.

Todos quisiéramos que este país marchara bien. El mundo hubiera sido mejor sin los nazis, sin los Pinochets, sin los Stalins, Maos o los Castros, se hubieran ahorrado muchas vidas.
El horror del pasado no ha impedido que apareciera un Saddam, un Gadafi, un Kim Jong y tantos otros egocéntricos autoritarios que han aspirado al poder eterno, por encima de cualquier ciudadano.

En cada una de esas situaciones, el único camino ha sido enfrentarlos con coraje, con sufrimiento, con dolor, pero al final ha valido la pena, aportándole al mundo una condición menos miserable, una forma más humana de existir.

Si en Venezuela no queda una sola institución que respalde la democracia, me confiaba un gran amigo, solo nos resta que el pueblo se levante, que recupere su dignidad histórica.

Aunque quedan pocos caminos para salvar la democracia, tomarlos no es una cuestión de opción sino de supervivencia. La lucha no va de lunes a viernes, no es solo yendo a votar, es algo de todo tiempo y lugar. Tenemos que cerrarle el paso a los corruptos todos los días, hay que denunciar a “los vende patria”, señalarlos, despreciarlos, desenmascararlos.

El peligro no es el pueblo, ni siquiera el confundido. El peligro está reunido entre la Habana y Miraflores, se encuentra sentado en la Asamblea, en las instituciones que han traicionado el sentir democrático del venezolano, está en las mafias, en los que hacen negocios con nuestra miseria, en los traficantes, los corruptos y las bandas de encapuchados.

El traidor entra a tu casa por la pantalla de televisión, en forma de propaganda, repitiendo hasta el cansancio los slogans y las promesas que nunca cumplirán. Tan solo necesita someterte.

Si les permites continuaran robando el país, regalando los ingresos, manteniendo el régimen castrista, financiando campañas publicitarias millonarias. Seguirán comprando quintas, yates, aviones, relojes de lujo, armas y whisky escoces, mientras tanto tu estarás ocupado resolviendo tus problemas cotidianos, recorriendo abastos, buscando harina Pan o papel higiénico.

Venezuela se encamina hacia el caos social, existen fallas de seguridad y mantenimiento en nuestras industrias básicas, se evidencia una incapacidad gerencial en la economía, la vialidad, la energía y la salud. Escasean los productos de primera necesidad, los trabajadores se encuentran desasistidos de protección laboral y sindical, los estudiantes y profesores amenazados de intervención.

Las ciudades más allá de Caracas están ahogadas con el centralismo galopante, todo se desborona y el panorama es desolador.

La respuesta oficial es incoherente, responsabiliza a iguanas de la CIA, a mercenarios colombianos, a la oposición, al imperio. Sus mentes apenas han sido capaces de montar estos teatros infantiles, falta que digan que entrenamos un pajarito para hacerlo pasar por loco.

Lo que los tiene fuera de lugar es que existe una oposición decidida, coherente, que no se rinde, que está dispuesta, cueste lo que cueste, a seguir adelante el tiempo necesario para recatar a Venezuela y su gente.


nelson castellano-hernandez 

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jueves, 22 de agosto de 2013

ELINOR MONTES, EN POLÍTICA HAY QUE SER COHERENTE

No es posible preservar la democracia mientras se acepte que organizaciones políticas totalitarias sean una opción de poder.

Para que la política sea en beneficio de la gente hay que ser coherente entre lo que se dice, lo que se hace y los valores que sustentan la democracia -libertad, justicia, igualdad y paz-. Las naciones del mundo en diversos instrumentos jurídicos han establecido como esencial a la democracia la garantía de los derechos humanos, cuya base radica en la dignidad de la persona humana, los cuales son: universales, integrales, innatos al ser humano, irrenunciables, innegociables, imprescriptibles, interdependientes, indivisibles, progresivos, justiciables y exigibles, en consecuencia, las organizaciones políticas o religiosas totalitarias, no pueden ser aceptadas como una opción de poder sin caer en la contradicción de aceptar que lo anterior es pura retórica y que las naciones pueden ser obligadas a renunciar a su dignidad humana si una mayoría antidemocrática usa la democracia para tomar el poder.

El que los nazis se organizaran políticamente como opción de poder se vería como una locura inaceptable, pero los comunistas y los islamistas radicales si lo hacen a pesar de que al igual que los Nazis son totalitarios: Su visión es la toma del poder por siempre, a través del control de las instituciones convierten en Ley su pensamiento único el cual adoctrinan a la gente, discriminan, persiguen y eliminan a quien consideren enemigo, el partido y el Estado se funden, etc.

En Egipto será imposible establecer una democracia mientras los Hermanos Musulmanes sean una opción de poder e insistan en tomarlo, democráticamente o por la fuerza, para imponer su pensamiento único al resto de la nación, que además no está dispuesta a renunciar a su dignidad, por lo que es inevitable una guerra civil.

En Cubazuela, los comunistas reiteradamente han dicho estar dispuestos “a hacer lo que sea” para mantener el poder y en entrevista publicada en el diario El Universal el 16-08-13, el vocero del Secretariado Revolucionario declaró que aceptaron desarmarse porque el proceso de transformación llevó a “Instituciones Revolucionarias” a “un Estado revolucionario” a una Fuerza Armada: “con pensamiento socialista, nacionalista, convocando a que son chavistas”…“irrumpimos el paradigma de la 4ta república para ir a una democracia participativa. Ahora ellos se relacionan con nosotros y podemos confiar en ellos…”;… “La parte ideológica es la que va a permitir mantenernos…Por ejemplo en los proyectos que van a hacer con la Gran Misión A Toda Vida está incorporada siempre la educación ideológica";…”ser milicias”… “Es la única opción que tenemos de defender nuestra patria: que podamos hacer uso de las armas para defender nuestro proyecto y nuestro país”;… “Antes éramos un pueblo en armas irregular, ahora seríamos un pueblo en armas regular, sobre la base de nuestras leyes.”

@elinormontes

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