Entre
1950 y 1978 Venezuela vivió un momento estelar con altos niveles de vida.
Una
mirada de largo alcance revela que entre 1950 y 1978 Venezuela vivió un momento
estelar donde la mayoría de las familias logró alcanzar niveles de vida jamás
imaginados en las décadas anteriores, pero entonces, cayó la noche y comenzó
una prolongada decadencia.
Apoyado
en las estadísticas que Asdrúbal Baptista recopila en su obra Bases
Cuantitativas de la Economía Venezolana y datos del Banco Central, el profesor
del IESA, Miguel Angel Santos, muestra el extravío del bienestar en toda su
magnitud al precisar que al cierre de 2011 la capacidad de compra del salario
promedio es igual a la de 1966.
Estos
45 años de estancamiento tienen su origen en la atrofia de la productividad
porque como señala Paul Krugman, premio Nóbel de Economía, a largo plazo la
posibilidad de que un país alcance mayor prosperidad depende casi por entero de
su capacidad para incrementar la producción por trabajador.
Cuando
los trabajadores producen más las empresas incrementan el número de empleados
y, si esto opera en toda la economía, la mayor demanda de trabajadores impulsa
los salarios y por ende aumenta la capacidad de compra.
¿Por
qué no ha crecido la productividad en Venezuela? Básicamente porque el capital,
es decir, las máquinas y equipos que tienen las empresas para producir en
relación al número de trabajadores dejó de aumentar.
"La
relación capital por trabajador se ha deteriorado brutalmente y por tanto la
productividad es muy baja, el stock de capital por trabajador es igual al que
existía en 1966 por eso es perfectamente lógico que el salario real también se
encuentre en este mismo punto", explica Miguel Angel Santos.
Cuando
un país pierde el ciclo de inversión que lleva a más productividad y mejores
salarios, cae en otro tipo de dinámica. "Se añaden más trabajadores a la
infraestructura vieja, el mayor número de empleados sustituye la inversión y el
retorno crece porque las empresas se reparten casi todo el beneficio en
utilidad", agrega Miguel Angel Santos.
Venezuela
es un caso único. Un trabajo elaborado por Hubert Scaith evaluó la
productividad laboral en nueve países latinoamericanos entre 1960 y 2003,
arrojando resultados dolorosos.
En 1960
Venezuela se ubicó en el tope de la productividad, pero entre 1970 y 2003
sufrió un profundo descenso de 35%, el mayor descalabro entre los países
evaluados.
La convulsión
Los
economistas José Manuel Puente, Pavel Gómez y Leonardo Vera abordan las causas
que pueden explicar la caída de la inversión por trabajador en un análisis
titulado "La productividad perdida".
Afirman
que "una caída de la inversión puede ser parcialmente explicada por
factores vinculados con decisiones políticas, choques exógenos que inciden
negativamente en la rentabilidad esperada del capital y factores
institucionales, tales como incapacidad para hacer cumplir las leyes, derechos
de propiedad y un mercado laboral muy distorsionado".
A
medida que un país en desarrollo avanza en el proceso de industrialización el
excedente de mano de obra en sectores menos productivos se desplaza hacia los
más productivos y el resultado es mayor productividad, como ocurrió en
Venezuela en las décadas de 1950 y 1960.
Pero a
partir de mediados de los años setenta el país experimenta un cambio en el
empleo desde un sector de gran productividad, como la manufactura, hacia uno de
poca productividad, como el de los servicios.
José
Manuel Puente, Pavel Gómez y Leonardo Vera, destacan que el predominio de
decisiones económicas que han llevado a la sobrevaluación de la moneda,
subsidios no condicionados, controles de precios, controles administrativos y
exenciones fiscales "suelen explicar la reasignación de recursos desde el
sector transable hacia los no transables, con el consecuente daño al
crecimiento de la productividad".
Añaden
que el declive y volatilidad de la renta petrolera trajo consigo una visión
cortoplacista "y el país aceptó pasivamente una desintegración sistemática
de la cooperación político-económica" que golpeó la productividad.
No hay
razones para esperar un cambio. La inversión privada, de acuerdo a los últimos
datos publicados por el Banco Central registró un desplome de 43,6% entre 2007
y 2010, mientras que la sobrevaluación de la moneda se ha disparado
disminuyendo el peso de la manufactura en el PIB.
@vsalmeron
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