Ese
festín celebrado por las elecciones primarias ya se acabó. Ahora con los tres
millones de votos del domingo pasado hay que comenzar a trabajar y sumar la cifra que se aspira para derrotar al
régimen que actualmente gobierna el país, pero con nuevas y modernas
propuestas.
Son
muchas las aspiraciones de los venezolanos en esta nueva tanda de campaña que se
aproxima el venidero mes de julio y una de ellas está centrada en acabar tres
asuntos primordiales: el malandreo, el control y la esclavitud. Y es en eso
precisamente donde se debe ubicar el candidato opositor para reivindicar a un
país sumergido en abusos de todo tipo y pobreza semejante a la de África. No es
exageración, porque poco nos falta para la similitud.
Henrique
Capriles tiene encima de sus hombros la menuda tarea de cambiar lo que ha sido
dañado por tantos años, y ciertamente requiere de todos los ciudadanos de
Venezuela para rescatar el país del
progreso que se busca. Existen varias
condiciones en Capriles Radonski para gobernar a Venezuela y es sano valorar:
El deseo de libertad, sin controlar la
vida de nadie, sin tradicionales maquinarias políticas y con ideas distintas de
renovación; quiere decir que realmente Capriles huele a cambio.
Su
discurso y ofertas están muy lejos de ser panfletario y populistas. Ha llegado
al pueblo con un lenguaje llano y decente. Evidentemente que no será una tarea
fácil reconstruir el país pero mucho menos imposible, considerando que han
transcurrido 13 años de historia donde se derrumbaron las estructuras básicas
que sustentan la democracia en Venezuela. En adelante comenzará la cadena de
zancadillas y patrañas leguleyas como la del TSJ en su intento de inducir el
miedo entre la gente.
No
podemos hacer valoración de cómo Capriles Radonsky va a solucionar los graves y
urgentes problemas de la población, pero se dice que sus ideas están claras y
precisan del concurso de cada uno de los habitantes de esta nación. Al menos
tenemos garantizado que acabará con las expropiaciones, lo que permitirá que
regrese al país la inversión extranjera.
Se
le ha criticado que no tiene Primera Dama, pero acaso el actual gobernante ha
dejado de ser Presidente por carecer de compañera. En absoluto. A fin de
cuentas la Primera Dama termina siendo un “jarrón chino”, según las
atribuciones que le concede la República, en tiempos cuando la mujer ha podido
alcanzar y manejar situaciones de gran relevancia. Sino, tendríamos que
recordar las actuaciones de mujeres muy valiosas y la más cercana que tenemos
es María Corina Machado. El asunto sobre este particular no es de primera
necesidad para el país. Hay otros más puntuales como la inflación, la
inseguridad, el desempleo y vivienda.
Lo
interesante de la candidatura de Capriles Radonsky es que no está fuertemente
contaminado, suponemos que de algo le valió, por azares de la vida, ser
Presidente del Congreso de la República, luego dos veces Alcalde y finalmente
Gobernador. De tal modo, presumimos que es inmune al virus del poder. Los
venezolanos no aceptaran otra vez un giro de ruta en el timón.
El
mensaje de Capriles sigue gustando: Cambio, cambio y más cambio de progreso
para toda Venezuela. Que Dios lo guie y punto.
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