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martes, 17 de febrero de 2015

LUIS MARÍN, LA NUEVA NARRATIVA, LOS ROSTROS DE LA MUERTE, JUAN CARLOS SOSA AZPURUA,

Juan Carlos Sosa Azpúrua escribió una novela (La muerte tiene muchos rostros, Ediciones PYV, Caracas, 2014) en la que explora un género novedoso que de manera un tanto provocadora podríamos llamar “realismo-real”, en oposición al famoso realismo mágico y su antecesor real-maravilloso, ambos fenómenos latinoamericanos que tantos favores le hicieron al comunismo internacional, hincando sus raíces comunes en el ya para entonces denostado realismo socialista.
No debe ser casual que sus más conspicuos representantes, Gabriel García Márquez y Alejo Carpentier respectivamente, fueran ambos castristas, sutiles propagandistas del comunismo y representantes, oficioso y oficial, del régimen de La Habana.
Así que, de entrada, el libro de Juan Carlos implica un conjunto de osadías. La primera, no la mayor, es que incursiona en un espacio de absoluta hegemonía izquierdista. En efecto, en Venezuela hay una larguísima tradición de literatura testimonial, pero en su mayoría, sino toda, ha sido escrita desde una perspectiva de izquierda.
Los textos, sean novelas, cuentos o poesías, sobre todo a partir de la segunda mitad del siglo pasado, describen las peripecias de aventuras guerrilleras, conflictos morales y emocionales de la derrota, testimonios de vida de dirigentes de partidos comunistas o socialdemócratas que, para este efecto, es lo mismo.
Así, ésta sería la primera novela específicamente política escrita desde una perspectiva no comunista, que no sucumbe al temor reverencial que ha impuesto el izquierdismo en el medio cultural, al terror de ser calificado como “de derecha”, lo que implica la exclusión inmediata del medio e incluso al mero poder ser considerado intelectual. Como se sabe, la izquierda acapara la inteligencia y el ingenio, dejando a la derecha el monopolio de la brutalidad y la estulticia.
Este guión era fácil de vender cuando la izquierda estaba en la oposición y tanto más si formaba parte de la resistencia contra las sempiternas dictaduras militaristas; pero cuando acceden al poder trastocando roles con militares y policías represivos, resulta francamente indigerible.
Esta es la razón de los conmovedores lamentos de tantos artistas e intelectuales que claman porque esta tiranía pase pronto para ellos volver a llamarse de izquierda sin sentir vergüenza; así como del empeño exasperante de seguir llamando “fascista” a este régimen siendo como es una franquicia de los Castro Brothers.
Desafiando los análisis habituales de los críticos literarios, esta novela no es un fin en sí misma, ni un mero ejercicio estético o retórico, sino que pretende explícitamente llegar al lector con dos finalidades: Esclarecer una situación deliberadamente oscurecida y cambiar la narrativa con la que se pretende engañar al país y al mundo. Narrativa que comprende dos interlocutores necesarios, el gobierno y su oposición oficial, que se necesitan tanto el uno al otro como una mano a otra para lavarse.
La novela-verdad presupone un guiño entre autor y lector, un pacto tácito que dice así: “Esto es pura ficción; pero todos sabemos que es la cruda realidad”.
ROSTROS DE LA MUERTE
Al contrario de lo que sugiere el título, esta novela no trata de la avalancha de muertes que ahoga al país desde hace años, pero que en estos días ha aumentado al punto que es imposible ocultarlo, a pesar de la imposición de censura y autocensura.
Más bien se trata de modos de morir: una sería la muerte física que acompaña a la vida como su reverso inevitable; discutiblemente, porque el libro es un diálogo permanente, la muerte de los ideales, víctima del cinismo reinante; otra, la de las ilusiones, que sería consecuencia de la anterior y por último, la peor de todas, la muerte del alma, que signa a quienes eligen ser esclavos.
Son los usufructuarios del poder, esa mezcla de fanáticos, psicópatas y oportunistas sin escrúpulos cuyo principio de conducta es la venganza y su norte la destrucción; pero también pueden ser personas obnubiladas por la propaganda oficial, que optan por el silencio, de los que no puede saberse si realmente creen las mentiras oficiales y ofrecen una neutralidad simulada a cambio del quince y último, una misión, la promesa de una vivienda o la precaria seguridad de los indiferentes.
La renta petrolera es una fuente casi infinita para comprar voluntades, sobornar conciencias, neutralizar rebeldías; el poder de la petro-chequera se extiende al exterior aumentando la mudez, ceguera y sordera naturales de la mal llamada comunidad internacional ante las tragedias que ocurren en países vecinos, bajo el tácito acuerdo de que los demás tampoco miren mucho el patio respectivo.
La nueva narrativa implica no aceptar el lenguaje del opresor, por tanto, rechazar el discurso clasista que impone una visión de la sociedad como si estuviera dividida en clases antagónicas; el racismo, incluyendo esa imagen de Bolívar que lo representa como si hubiera sido un mulato cubano; el apelativo “bolivariano” adosado a todas las instituciones públicas; así como los símbolos patrios con ocho estrellas o el caballo puesto al revés, que son parte de la simbología colonialista cubana.
La primera gran denuncia consiste en señalar sin ambages que la oposición forma parte del régimen, es un cómplice necesario sin el cual no sería posible el fraude electoral, pero tampoco el tinglado de instituciones ficticias detrás de las cuales se esconde el nudo poder del crimen organizado transnacional.
Es cierto que este es un régimen criminal, pero no lo es menos que se sostiene gracias a la colaboración y encubrimiento de la oposición oficial, que ni siquiera quiere llamarse oposición, sino que se identifica como “alternativa”, una leal oposición a su majestad.
Otra denuncia contundente señala el bazar en que se ha convertido la política criolla; nos enteramos de que no solo hay empresas de maletín sino también partidos de maletín. Algunos gestores inscriben partidos a nivel nacional en el CNE reservándose una especie de marca comercial; luego ofrecen su apoyo al mejor postor y venden el  partido con todo y siglas, banderas, himnos y hasta un programa ideológico registrado.
Este mercadeo también se extiende al exterior. Aparecen gurúes que ofrecen asesoría en medios y contactos urbi et orbi a cambio de honorarios exorbitantes; en realidad son hábiles embaucadores con mucho rating en los medios y lobbies internacionales.
Hay que salir al exterior y caer en el campo minado de mentiras sembradas por la oposición de que en Venezuela hay una democracia imperfecta, un déficit democrático quizás, pero en vías de superación; que hay elecciones limpias que no han sabido ganar, pero están en eso; la más cruel de todas, por aniquiladora: que el país se divide en mitades exactas, fifty-fifty, entre gobierno y su alternativa, los demás, no existimos.
El mundo político es una jungla infectada de depredadores y parásitos oportunistas; pero hay que pasar por ella para alcanzar la meta: la libertad y por añadidura devolver la decencia a la política.
LA CUESTIÓN MILITAR
En esta como en tantas otras obras literarias tan importante como lo que se dice es lo que no se dice, los vacíos que tiene que rellenar el lector basándose en su propio conocimiento, en la experiencia y en afirmaciones que se hacen desde afuera, lo que se llama el discurso contextual.
Quizás el peor crimen del chavismo fue crear un partido militar o, para decir lo mismo con otras palabras, haber organizado una logia de militares activos como si fuera un partido político. Estos fueron los que a la postre tomaron el control del Estado y dentro de él de las FFAA, con la consecuencia inevitable de destruir su imparcialidad.
Los comunistas no creen en la imparcialidad de las instituciones. Para ellos todo es político y la política la define el Partido. La variante castrista agrega el ingrediente militarista, con lo que la ecuación queda así: “Todo es política. La política es guerra. Luego, todo es guerra.”
Sin instituciones imparciales no puede existir un Estado democrático con igualdad y libertades ciudadanas. Esto es palmario en el caso del Poder Electoral, como en el  Poder Judicial, porque sin jueces independientes e imparciales no hay garantía legal alguna para los ciudadanos.
Ni hablar entonces de las FFAA, que son las garantes de la Constitución. Si se vuelven  partisanas subordinan a todos los demás poderes públicos y las garantías ciudadanas quedan sin respaldo institucional, entonces, la libertad civil desaparece.
Así, el aspecto más importante para salir de una situación que luce trancada por el secuestro de todas las instituciones y la eliminación de garantías legales, consecuencia de la ocupación comunista cubana, es el  papel de los militares.
La solución es militar, se dice; pero no puede ignorarse que toda esta trampa ha sido montada y es administrada por militares, por lo que la propuesta es una paradoja: los militares nos metieron en este embrollo; pero no hay salida sin los militares.
Para salir de la trampa el movimiento debe nacer en la sociedad civil y ser de tal contundencia que obligue a los militares institucionales (no comprometidos a muerte con los comunistas cubanos, con los terroristas de las FARC, con el narcoestado, con crímenes de lesa humanidad) a cumplir con su deber de policía constitucional.
La respuesta no es fácil: ¿Quiénes son esos militares? ¿Dónde están? Pero, ¿existen realmente? Se trata de una apuesta aventurada. El militar institucional no lo es de antemano sino que aparece, nace de la coyuntura, es producto de las circunstancias.
Históricamente ha ocurrido siempre así, en todas las épocas han aparecido los hombres que calzan con las necesidades apremiantes de la sociedad como el zapato en su  horma, no por casualidad, sino porque se modelan sobre ellas.
Pero la apuesta sigue siendo aventurada, la tarea es ardua, peligrosa y luce casi imposible de lograr. ¿Por qué JCSA asume una tarea de tal magnitud (decir la verdad) cuando está científicamente demostrado que la mayoría de las personas prefiere creer una mentira reconfortante que encarar una verdad dolorosa?
Quizás sea porque sabe que la verdad está ahí y rompe inmutable cualquier marejada de mentiras. Ella no necesita justificación, al revelarla se impone y una vez expuesta a la conciencia la expande de tal modo que ésta nunca puede volver a la estrechez original.
Quizás sea solamente un hombre de fe, que ha hecho y sigue haciendo su esfuerzo, en la medida de sus posibilidades y les plantea un reto a sus conciudadanos para que traten de hacer el suyo, sin ingenuas esperanzas, pero en la seguridad de hacer lo que es correcto.
Lo más previsible es que la primera respuesta sea el silencio, ignorar el mensaje no como el que no sabe, sino como el que no quiere saber.
Luego vendrá el halago, el intento de compra, la oferta que no se puede rechazar, según las  prácticas ancestrales de la mafia.
Si esto falla, entonces será el chantaje, la calumnia, la amenaza, hasta llegar a la arena en que se sienten más cómodos, el de la violencia y el terror.
¿Cuántos lo han sufrido? ¿Quién puede resistir y sobrevivir? Es el método de Castro que muy improbablemente haya tomado de Putin, porque la malignidad de la mafia es universal.
El gangsterismo es la fase superior del comunismo.
Luis Marin
lumarinre@gmail.com
@lumarinre

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martes, 17 de junio de 2014

JUAN CARLOS SOSA AZPURUA, "DEDO COLORADO; CONSTITUYENTE CHIFLADA Y LIBERTAD"

(Crónica de la tragedia que parirá una Venezuela futura)

La “Constituyente” es la última de las chifladuras a las que nos tienen acostumbrados, una tortura psicológica más en el cuarto donde los chinos, el Ché Guevara en la Cabaña y los rusos son niños de pecho.
Muchos años de errores sistemáticos, donde cada oportunidad que se ha presentado la han vuelto sal y agua, a través de acciones que de antemano se sabían equivocadas, pero insistentemente se llevaron a cabo vaya a usted a saber por qué.
Se logra levantar el velo de la farsa electoral, se denuncian cada uno de sus vicios estructurales, y justo cuando se hace evidente que no se puede seguir convalidando la ilegitimidad de un órgano comicial putrefacto, quien lleva la bandera de las denuncias aparece con su dedo morado, instando a votar sin antes haber solventado nada de lo que se denunció; y ¡zas!, la narrativa del fraude se oxida y sostenerlo se vuelve una épica de tres o cuatro “quijotes”, que de tanto repetirlo nos volvemos incómodos hasta para el perro de la casa, siendo señalados despectivamente como “los radicales”.
Y así pasan los años, la historia se vuelve tan repetida que no tiene caso seguir en eso, salvo ilustrar a las nuevas generaciones, para que nunca olviden las razones por las cuales hemos llegado a semejante catástrofe nacional.  Y porque sólo así, algunos podrán aprender las lecciones, visto que tras quince años de tropezar de nuevo y con la misma piedra, en cuestiones de política los venezolanos, al menos los mediáticos (y sus focas abobadas), son adictos a las piedras y sus tropiezos.
En 2012, con alevosía, se empuja al país por un precipicio electoral, e innecesariamente se inmortaliza el mito del comandante invencible, corriéndose la arruga, como si ese rostro estirado admitiera más cirugías plásticas. No pasa un mes, y el candidato de la MUD anuncia que participará en elecciones regionales, donde misteriosamente resulta electo, fracturando toda lógica humana, teniendo que los chavistas pusieron a ganar en todo el país hasta a los marcianos; y en el mismo estado donde el candidato MUD conquista la gobernación, el régimen se hace de una mayoría aplanadora en su Consejo Legislativo ¿Sería que la dictadura estaba consolidando al líder de su oposición Prêt-à-Porter?
Para responder, bastaría hacer un análisis de las Primarias celebradas por la MUD ese 2012. Las  organizan con el CNE del régimen, con  convocatoria abierta, para que voten todos los inscritos en el REP, incluyendo sus millones de fantasmas y los miembros del PSUV, partido político con amplia mayoría entre los partidos. Si los votos del régimen estaban entubados, algo que se cae de maduro, bastaba la orden de Chávez para que el PSUV votara en dichas Primarias por el candidato más conveniente a los intereses del régimen. Visto lo que sucedió después, esta tesis es plausible, y tan evidente, que por eso mismo se le advirtió a la MUD con mucha anticipación para que no hiciera Primarias con ese libertino espíritu de apertura; y mucho menos con un CNE que trabaja para el régimen.
Pasamos a 2013, el año donde la irresponsabilidad de la política asciende a niveles interplanetarios. Dos sentencias burlescas exhuman el cadáver del Derecho, para clavarle dos dagas en el centro del cráneo, asegurándose que la muerte del mismo sea cantinfléricamente reincidente.  Ese crimen exponencial del oficio legal hace posible la candidatura de un personaje que no reunía las mínimas condiciones constitucionales para optar al cargo presidencial, ni siquiera en el tema elemental de la nacionalidad.
Pero los oídos de la política, cuando se trata de estas denuncias, se vuelven sordos y la vista sucumbe a penumbras absolutistas.
Ante las evidentes irregularidades (mismas de 2012), el papelón del año anterior y el clamor de la calle, al mismo candidato de la MUD no le queda otra alternativa que cantar el fraude fosforescente. Pero seguidamente hace lo necesario para aplacar las protestas y convence al país de que el régimen esta vez no se saldría con las suyas.
¿Cuánto tiempo le duró la promesa?
Unos meses, los suficientes para entrampar al país en un nuevo proceso electoral,  que batiendo los récords de la insuficiencia de criterio transforman en plebiscito, quizás (y este “quizás” es diplomático) para legitimar a un presidente que hasta los gatos nocturnos que deambulan por los basureros consideraban un fraude.  Y como si esta legitimación no fuera suficiente, el eterno candidato de la MUD y sus aliados, los alcaldes electos, asisten a reuniones en Miraflores y se fotografían de manos agarradas y sonrisas de admiración con el señor Maduro, el nuevo campeón de las mentiras y ficha reluciente del Foro de Sao Paulo.
Y aquí en esta historia, no hay miembro de la MUD que salga ileso, incluyendo al trio de los “disidentes”, que una y otra vez participaron en las farsas electorales, promoviéndolas como seguras, silenciando las denuncias, bailando a pierna suelta en las fiestas de los espejos, donde los magos se multiplican y los sombreros rebosan de conejos saltarines. 
Las calles se calientan, porque estas fiestas de la MUD se vuelven demasiado exclusivas, y brota en toda Venezuela un espíritu de hartazgo que se transforma en fuego, en el calor que derrite máscaras.
2014 se inaugura con aires frescos, porque por primera vez en años el circo electoral no visita al país. Al no haber espectáculo de trapecistas y enanos, mujeres barbudas y elefantes, el dinero que tapa las bocas y cierra los ojos, deja de circular, por lo que su efecto perverso no actúa como bombero de las calles.
Crecen las protestas, se suman los estados,  espontáneamente se organiza la gente, los estudiantes se activan, aparece una nueva generación de jóvenes guerreros…la energía se escapa de la MUD, apagándola, y la política (entiéndase política al estilo criollo) parece que por fin descansará en paz, al menos por un tiempo.
Y como el rating ya no le acompaña, algo tiene que hacer esa MUD para conservar su protagonismo,  ese negocio es para ellos demasiado bueno para perderlo.  La ola de la calle amenaza con volverse un tsunami, y justo en ese momento,  el trío de los “disidentes” marca su distancia, se pone los bermudas y el bikini, para ser surfistas estelares de los mares de libertad que están inundando a Venezuela.
No hay elecciones, entonces inventan una cosa que llaman “la salida”.  Siendo la MUD un animal electoral, en estos tiempos su hibernación era obligatoria. Pero como un as en la manga, salen de su núcleo estos tres surfistas, el trío de los “disidentes”. Cada uno a su manera, los “disidentes” deciden cantar en el coro de los radicales, esos que tanto atacaron en el pasado, pero a los que irremediablemente les llegaba su hora, porque todas las mentiras tienen patas cortas, y la verdad de los “radicales” es de verdad.
Las calles se vuelven escombros, humo y sangre, la dictadura arrecia con todas su fuerza y el mundo toma nota. Por vez primera, aquellos que tenemos más de una década llamando a este régimen por su nombre dejamos de ser el “tonto de la colina” (recordando a Lennon), solitariospincha globos en las piñatas de la MUD. Como por arte de magia, la palabra “dictadura” dejó de ser pecado mortal en boca de políticos, y los surfistas se atrevieron a pronunciarla, con un eco internacional que abrazó nuestra causa libertaria.
Pero el ADN que compone la genética de la MUD es terco, muy testarudo.  Los “disidentes”   conquistaron corazones, impusieron el protagonismo que no iban a soltar, y una vez colados en  el mundo radical, decidieron activar sus genes atávicos y la historia comienza a cambiar, sutilmente primero, desoladoramente después. 
Uno de los “disidentes” se disuelve en la MUD tradicional, el peso de su mochila cargaba demasiados esqueletos para que su estilo fuera diferente. El otro rompe toda expectativa, y decide voluntariamente entregarse a los brazos abiertos del enemigo, aceptando así su autoridad ilegítima y declarando a la prensa que lo hizo, entre otras razones, porque su vida corría peligro y el régimen que lo encarcelaría había jurado protegerlo.
Anulados los primeros dos, quedaba un tercero, surfeando esa ola que cada día se volvía más pequeña, porque la MUD se hizo luna y como tal afectó las mareas.  Al efecto del diálogo con la dictadura, uno que nadie pidió pero igual se impuso, el tercer “disidente” decide viajar por el mundo llevando el mensaje correcto. Por fin parecía que un miembro de la MUD, “disidente” ahora, pero miembro al fin, estaba haciendo lo necesario para ganarse el título genuino de “Opositor”,  hablando de dictadura, tiranía y violación de Derechos Humanos.
Mientras duraban esos viajes, aquí la MUD se sintió rara y decidió actuar en consecuencia.  Hizo dos cosas. Primero, intensificó la chifladura de dialogar con tiranos, lo que no es otra cosa que la defensa de sus intereses particulares,  secuestrando el espíritu de la calle y endilgándose una representatividad del mismo que es tan desvergonzada como ficticia. Y segundo, la MUD le hace carantoñas al régimen y feliz acepta la inaceptable remoción de dos de sus alcaldes. ¿Feliz? Por supuesto, y mucho.
La remoción de esas dos figuras, le permitió a la MUD salir de su hibernación electoral y nuevamente montar su carpa, con todos sus enanos y trapecistas deseosos de hacer lo que mejor hacen, participar en el mundo de los trucos, donde los magos y sus conejos reinan, mientras el atontado público aplaude.  Este circo legitimador vendió  sus entradas para una doble función: Legitimar la sentencia burlesca que removió a los alcaldes; y engrasar, con grasas perdurables, la maquinaria fraudulenta de un CNE al que ninguno que no sea su cómplice le cree ni un padre nuestro.
“Show most go on”… el show debe continuar, y la MUD es experta en estas lides. El espectáculo de espejos logró su objetivo, nunca una luna fue tan efectiva en el arte de manipular las mareas, y en este caso el tsunami que seguro sería, de repente se volvió un lago de paz, con cisnes y garzas incluidas.
Sin ola que surfear, el sobreviviente del trío de los “disidentes” guardó su tabla, se secó el agua del cuerpo y regresó al closet, donde escogió el traje que vestiría, uno que al ponérselo desempolva al dedo morado, pero esta vez con otro nombre: “Constituyente”.
La Constituyente es el dedo purpúreo del año 2014. Aquel índice colorado hizo magia para en un día pulverizar la labor de años, regresándole otra vez el velo a la bruja más fea de todas, la que atornilla al régimen y lo maquilla, bonito para que luzca demócrata y justo.  Y la versión de 2014, es igual de perniciosa, quizás mucho peor; porque esta vez se hizo una labor diplomática que contaminó al planeta entero, al menos Latinoamérica, Norteamérica y Europa.
Este tercer “disidente” visitó esos foros, pronunció discursos, seductoramente posicionó un mensaje que finalmente dio en el clavo, la flecha que se disparó al blanco. Una vez logrado esa suerte de milagro, ¿qué hace? Se entarima, porque las tarimas al parecer ejercen una atracción irresistible, y clama a todo pulmón que la famosa “salida” no es otra cosa que el precipicio de siempre, esta vez el abismo final. “Salir democráticamente” de una dictadura que asesina, tortura, viola y desaparece a la juventud venezolana, es la propuesta de este dedo mágico, que tiene la capacidad de atrapar a muchos inocentes en una red para luego soltarlos, como peces de aletas jadeantes y moribundo respirar, en la cubierta de un barco que se abandona a su suerte, la maldición de Neptuno hecha política.
Y la comunidad internacional cierra la boca… “¿Acaso quien propone esta “salida” no es la misma persona que nos visitó?” Imaginan en todos estos países, que si el paladín de la libertad, la musa que cantó: “dictadura”,  ahora propone esta “solución”, entonces significa que efectivamente en Venezuela esa “dictadura” como que no es tan mala, y admite soluciones “democráticas”… la trampa otra vez se puso fea… muy fea.
¿Cómo se propone una Constituyente en medio del Apocalipsis?
¿Cómo se solicita la renuncia de un tirano comunista que se robó las elecciones y en consecuencia no tiene cargo al cual renunciar?
¿Cómo se proponen elecciones presidenciales dentro de un agujero negro de sapos y serpientes?
¿De qué manera se sale de un régimen asesino y comunista (redundancia), desplazando a una de sus fichas pero dejando intactas a las demás?
¿Quiénes serán esos constituyentistas que tendrán la capacidad de los dioses?, porque solamente un dios tendría la habilidad de plasmar en un librito (que llaman “constitución”) la solución a todos y cada uno de los problemas de una nación extraviada, con sus poderes públicos secuestrados y arrodillada en cueros a una tiranía extranjera.
¿Qué fuerza del Olimpo bajará a Venezuela para elegir a esos constituyentistas, pasándose por alto las trampas mortales que durante quince años han socavado la vida del país?
Ese dedo colorado, tubito incandescente que vuelve a una patética dictadura en el Ultraman de las democracias del continente,  nunca fue más chiflado, pero esa chifladura es costosa, demasiado cara para que esta vez no sea frenada, en seco.
¿Quiénes harán esta difícil tarea de frenos?
¿A quiénes toca abordar este barco a la deriva y capitanearlo hacia las costas de Libertad?
La respuesta es esperanzadora.  Estos quince años de dolor, tinieblas de las que ha brotado lo peor de un país, paradójicamente han parido una nueva generación de guerreros, iluminada con luces brillantes y corazones fuertes.
Esta Venezuela futura está representada por una juventud que ha crecido en la penumbra, y por eso tuvo que esmerarse en cultivar luces que iluminaran esas cuevas, y corazones que las sobrevivieran. Jóvenes que inspiran y traen consigo las respuestas. Son portadores de la llave y están vacunados contra los circos; no escuchan su ruido y tampoco el canto de las sirenas de una MUD que se ahoga en sus propias aguas.
Los meses que vienen son cruciales. La juventud lo sabe y está actuando.  Nuevos interlocutores surgirán en estos  tiempos, voces que constituirán una oposición genuina, “la Resistencia”; capaz de articular estrategias óptimas para confrontar los males que nos aniquilan.  La experiencia existe, son años de lucha, un recorrido de lujo a través de las pailas del infierno, que condenaron a muchos pero no a todos, afortunadamente.
Venezuela merece despertarse de esta pesadilla, que nos atrapa sin excepción con sus hienas de dientes picudos y sapos morados, que saltan incansablemente.
Hay sufrimiento, demasiado. Sin contabilizar los años anteriores, solamente este primer semestre de 2014 ha puesto en evidencia a un régimen que no valora la vida, cruel hasta la médula y ambicioso como el peor de los mafiosos.  Se trata de un sistema que hace mucho tiempo hubiera caído, a no ser por tanto circo y canto de sirena, por tanto disfraz; tanta, pero tanta, mentira.
¿Responderemos a nuestro duelo aceptando chifladuras? ¿Tienes estos seis meses vuelta atrás?
Los hombres libres no respondemos a esclavos. El que quiera esclavitud tiene derecho a tenerla, pero no imponérsela ni a un solo hombre libre.
¿Desde cuándo son los esclavos a voluntad quienes deciden sobre la libertad de los hombres libres?
¿Puede someterse a consulta la libertad de un Hombre?
¿Acaso existen instituciones capaces de borrar la libertad y decretar la esclavitud?
Si un solo Hombre libre respira, ese Hombre tiene derecho, y el deber, de imponerse ante cualquier intento de arrebatarle su libertad. El gran “error” de los “demócratas” venezolanos es no querer entender la naturaleza humana, y el decálogo de derechos y obligaciones que se desprende de la misma.
La libertad es el rasgo diferenciador que tenemos con los animales. Es fruto de la razón, es el motor de la mente, su ejercicio permite escoger el rumbo de nuestro destino.
Un régimen como el que somete a Venezuela es un sistema que destruye la libertad de los Hombres, reduciéndolos a esclavos, seres inútiles que vagan por la vida sin entender dónde están parados, sin intuir siquiera el motivo de su existencia. Se trata de un régimen inaceptable para los hombres y mujeres libres y eso lo reconoce la filosofía occidental, nuestra herencia greco romana y no la estalinista, esa que signa a los tiranos que secuestraron al país.
El derecho a la rebelión, más que un derecho, es una obligación. Nadie que se respete a sí mismo y entienda el valor de su libertad, reconoce autoridad a quien busca privarlo de lo más sagrado de su existencia.  Los Hombres libres tenemos el deber con nuestra naturaleza de hacerle caso, y en efecto hacer lo necesario para que la misma se desarrolle como le corresponde.
“Elecciones”; “referéndums”; “enmiendas”; “constituyentes”… son palabras distintas que significan lo mismo: una excusa para seguir tolerando lo inaceptable, para seguir permitiendo lo que nunca hemos debido permitir.
La libertad no se consulta, no se negocia, no se somete a la voluntad de las mayorías… la libertad es lo que nos salva de la vida animal, y no queremos ser animales, bestias, tan semejantes a quienes pretenden imponer estos sistemas que asfixian.
El derecho a la rebelión trasciende cualquier letra muerta, discurso o maniobra política. No existe fuerza en el mundo capaz de someter al Hombre y volverlo bestia, a menos ninguna fuerza que logre hacerlo si hay voluntad para evitarlo.
¿Y existe esta voluntad?
Sin duda alguna. Los jóvenes venezolanos no se han jugado la vida en las calles para regresar al mundo de los espejos, donde los magos reinan y el público es bobo.  Nuestros muchachos, cientos, miles y miles de jóvenes,  han dado muestras de un valor y una voluntad heroica, que merece un premio y ese premio no es una constituyente.
Los próximos meses deberán atraer a lo mejor de Venezuela.  El tiempo es un lujo que no tenemos. Si suficientes hombres y mujeres libres nos organizamos y ejercemos activamente nuestro deber de rebelarnos, la libertad conquistará el poder y se hará una transición que permita poner orden y re institucionalizar al país…
… y así podremos aspirar a tener una democracia, que sin libertad es una quimera.
Este es el reto.  ¡Libertad o nada!

Juan Carlos Sosa Azpurua
venezuelafenix@gmail.com
@jcsosazpurua

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lunes, 10 de febrero de 2014

MARIAHÉ PABÓN, LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER, DE ANDAR Y VER

LA INSOPORTABLE LEVEDAD DEL SER

Abro comillas : “En estos quince años de chavismo han desnudado el cerebro nacional y lo primero que se nota son neuronas asoleándose, en bermudas y bebiendo caipiriña permanentemente. Muchas han sido las oportunidades históricas de resolver la crisis, pero se han perdido, y cito a Milán Kundera, por la "Insoportable levedad del ser" de la mayoría de los políticos, intelectuales, columnistas, artistas, periodistas, y profesionales venezolanos, quienes ni siquiera parecen haberse enterado qué tipo de mal confrontamos.

El triunfalismo electorero que periódicamente apaga todas las voces de alerta, la selección como líder opositor de un imberbe que no sabe dónde está parado, y las marchitas con manicure y peluquería son apenas algunos de los síntomas más emblemáticos de la frivolidad. Nunca ha habido un genuino debate de nada, aquí las ideas se vuelven aire, perdiéndose entre el sonido de los pitos y serpentinas de las voces populares, la de los chicos chévere que siguen las modas, se disfrazan de pueblo y plagian hasta la modulación de sus palabras.
Sigan con la frivolidad y a lo mejor el sucesor de Maduro termine siendo Mickey Mouse.”Cierro comillas . Juan C. Azpúrua,El Universal, 6 de febrero, 2014,

EL LLAMADO A LA CALLE

Si una logra leer cada día las  variopintas columnas en las cuales cada quien expone su criterio acerca de todo aquello que nos está ocurriendo,invitándonos a dar la cara, dejar la apatía, comernos la calle, invadir los edificios públicos, llega a la conclusión de que estamos en un túnel sin salida posible y que en realidad las marchas y protestas callejeras nos volverán a mostrar que a cada paso del estudiante o del ama de casa o del empleado público , o de los periodistas, hay una muralla de uniformados, dispuestos a meternos unas cuantas balas en el cuerpo, así que retrocedemos porque todavía no tenemos  ni la fuerza física, ni las armas que han esgrimido en recientes contiendas mundiales en la cuales los opositores salen  a romper sus camisas para exponer sus pechos a la brutal agresión de policías entrenados, como los de aquí para matar todo bulto humano que se les aparezca,solo que esos bultos tienen sus armas a buen resguardo y las usan para defender sus derechos. Los diarios internacionales han publicado conmovedoras escenas de niños despedazados por la agresió siria que en esta semana asesinó a 250 personas  en Alepo, mediante un bombardeo.Aquí los asesinan  a plomo limpio en los barrios, las urbanizaciones, los autopistas, el Metro, las plazas, los parques, las camionetas, mientras Maduro se enfrenta a la Guerra Económica, amenazando a los comerciantes que si no firman una hoja llamada de los precios justos, los expropia de inmediato.

LA GUERRA SILENTE

¿ Qué quiere decir ésto  ? Quiere decir que nos estamos ahogando en una Guerra silente a la que  Maduro ha bautizado como la  “Guerra económica”  tras de la que se esconde la represión  a comerciantes  y empresarios,el desabastecimiento, la corrupción de todos sus ministros sin excepción y la absoluta censura en los periódicos mal llamados libres que nos quedan y pronto desaparecerán porque el alto mando les ha negado los dólares necesarios para importar papel. Estamos solos, sin protección alguna, rogando a Dios que nos permita  vivir el tiempo que merecemos, ya que los llamados líderes comenzaron ya su Guerra interna con órdenes expresas para patear la calle, como si fuéramos robots.Leo en un noticiero internacional que la policía iraquí abusa de las mujeres, que el tesorero de la Merkel deja el cargo , por gestionar fondos en paraísos fiscales, que  a los opositores  ucranianos los masacran en salas  de tortura y que Estados Unidos alerta de bombas escondidas en pasta de dientes. Aquí, están matando poco a poco a los presos politicos y ya Iván Simonovis no le queda  parte de su cuerpo que no esté sufriendo.

LA ÚLTIMA ILUSIÓN

Ayer los partidos del Gobierno y la oposición en Ucrania acordaron una reforma de la Constitución para que el país retorne a un modelo de Estado mixto, recortando los poderes presidenciales, mientras en las calles de Kiev proseguía la protesta opositora. Aquí no pasa nada, porque de los militares involucrados  en  el alijo  de cocaína, solo uno ha salido a la palestra pública y al resto los enviarán a una embajada.

Quizá Sosa Azpúrua tenga razón en la frivolidad conque a veces tomamos la vida, pero si él tiene la fórmula mágica para salir de este desasosiego  que la publique y registre, a ver  si podemos salvarnos de la Guerra económica de Maduro para que mañana nos gobierne un hombre, no el fantasma de un pajarito. Y menos Mickey Mouse, Dios nos libre.

Mariahe Pabon
mariahep@yahoo.com

Nota: El articulo de Juan Carlos Sosa titulado “Mickey Presidente fue publicado el sábado, 8 de febrero de 2014 en el Republicano Liberal

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viernes, 20 de diciembre de 2013

JUAN CARLOS SOSA AZPURUA- CUBAZUELA, EL TRIUNFO DE LA TRANSNACIONAL ROJA

El régimen castro comunista es un sistema que se erige como una patria en sí misma.  Los representantes de este régimen no se consideran nacionales de un país determinado, son miembros de una sola patria: la patria castro comunista.

A los rojos les sucede algo similar a los judíos, quienes ven en Israel su nación y cualquier otra tierra, a pesar de vivir en ella, no es otra cosa que un sitio de paso, un espacio vital donde desarrollar las actividades humanas, pero no se le considera la patria, la de ellos es Israel.

Para comprender la efectividad del sistema castro comunista es importante percibirlo como una empresa trasnacional que va constituyendo filiales en diversas jurisdicciones: Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Venezuela… quedando la casa matriz en Cuba, donde también está ubicado el directorio principal, encargado de impartir las directrices globales.

Es fundamental comprender la naturaleza de este sistema para lograr asimilar lo que ocurre en nuestro país y el por qué tantas políticas, que a priori lucen como un disparate, son perfectamente coherentes y necesarias para la consolidación de la patria castro comunista.

La maquinaria roja está lubricada con una de las inteligencias más sofisticadas y entrenadas que existen sobre la faz de la tierra: el G2. Actuando desde sus respectivas salas situacionales, los miembros del G2 trazan absolutamente todos los escenarios que un cerebro humano es capaz de concebir, y lo hacen para calcular anticipadamente las acciones que deben ejecutar para neutralizar cualquier peligro latente, y posicionarse exitosamente en el territorio ocupado.

El G2, como maestro estratega que es, hace de la vida un tablero de ajedrez, y cada movida de sus fichas responde a planes diseñados con astucia y conocimiento de todas las variables implícitas.

Comprender la naturaleza humana es la primera tarea de un buen estratega.  Y junto con el sexo, nada es más efectivo para relajar las defensas de los hombres que el dinero. Por eso el plan de Fidel Castro de hacerse de las reservas petroleras venezolanas fue concebido desde el mismo inicio de la revolución cubana.

Ninguna aventura barbuda, por más romanticismo guevarista que se le imprimiese, iba a prosperar si no se controlaba primero el poder económico.  Durante el imperio soviético, Cuba tuvo que conformarse con jugar un rol secundario, ser un satélite tropicalizado de los rusos, con ínfulas colonialistas, que pudieron coronarse germinalmente en Angola, pero que nunca extendieron sus plumas como el pavo real que Fidel Castro siempre sintió ser…hasta la llegada del teniente coronel Hugo Chávez, esa ilustre nulidad con el pico de plata afilado y el momento histórico preciso.

Chávez, a pesar de sus neuronas embadurnadas de un patriotismo caletrero de cuartel de provincia, no fue más que un agente del castro comunismo, el “Candidato de Manchuria” de Fidel Castro, diseñado para hacer realidad la génesis lúdica de la Revolución cubana, la colonización de Venezuela para apoderarse de sus reservas petroleras y transformar al castro comunismo en la más poderosa trasnacional del crimen organizado, el centro neurálgico donde convergen las ideologías que esclavizan a los hombres, junto con las herramientas que se emplean para hacerlo:  el secuestro total de la institucionalidad, la promoción de la cultura mendicante y el libre flujo de narcóticos, a través de las instituciones secuestradas que sirven para lavar el dinero de los carteles y promover a los grupos guerrilleros que penetran los sectores humildes, para corromperlos desde sus entrañas.

Al hacerse del dominio de PDVSA, el castro comunismo logró el arma perfecta para avanzar en sus planes de conquista del territorio venezolano. Con dinero prácticamente infinito y comprendiendo las debilidades de la naturaleza humana, la penetración de la sociedad criolla pudo hacerse sin disparar una sola bala, sin tener que fusilar a nadie, solamente bastaba hacer las correspondientes transferencias bancarias y así la música que sonaría siempre sería el canto de sirena de la trasnacional roja.

El “ÚAH Chávez no se va”, entonado a todo pulmón por los “magistrados” del Tribunal Supremo de Justicia;  también esas lágrimas de dolor sincero saliendo por los ojos de los directores del Consejo Nacional Electoral en los “funerales de la Chancleta” (léase los de Chávez); junto con los remitidos del Centro Carter y de César Gaviria silenciando los fraudes más siniestros; coronando con la infiltración del sector opositor, primero colocando agentes en la Mesa de Negociación y Acuerdos, luego aumentándolos en la Coordinadora Democrática y finalmente perfeccionándolos (en sofisticación de la mentira) con la MUD; el castro comunismo colonizó a Venezuela sin disparar una sola bala.

Y como el G2 no se chupa el dedo, supo desde el primer día que sería necesario diseñar una obra de teatro potable para la comunidad internacional y también para los incautos venezolanos, aquellos que no son cómplices conscientes de la transnacional castro comunista, pero que era vital conquistar por la vía del engaño.

Y así entendió el G2 que la narrativa democrática tenía que ser el guion de la comidilla, montar una obra de teatro verosímil donde todo luciera como un sistema de libre elección, donde cada venezolano pudiera participar sin comprometer su educación judeocristiana y sus enseñanzas democráticas.

Penetrando al sector opositor, el castro comunismo logró posicionar a varios de sus agentes más sofisticados, a quienes proporcionó fondos generosos para mantener activos medios de comunicación de amplio alcance, y así transmitir y consolidar la matriz de opinión necesaria para sus planes de conquista.

Y esta prensa escrita, radio y televisión, durante años fue trabajando sutilmente las mentes de los venezolanos, amansada endemoniadamente con otro diablo talentoso: el control cambiario,  que justificó la institucionalización de un sistema como CADIVI, el divino colchón que le brindó comodidad a muchos sectores criollos, nutriendo la ilusión de bienestar que era vital para ganar tiempo, mientras sucedía la colonización total.

Ese narcótico llamado CADIVI drogó el alma rebelde de las capas profesionales y altas del país, facilitándoles un tren de vida más parecido al capitalista que al comunismo de los libros de historia y de las sociedades fantasmagóricas como la cubana.  La ilusión hecha delirio acalló voces contestatarias y propagó un gas invisible que penetró el cerebro de la mayoría de los articulistas de prensa, analistas políticos y periodistas, quienes en lugar de captar el horror de la trasnacional roja, se limitan a observar y analizar la ilusión creada por ésta, como si el mundo ficticio diseñado por el G2 cubano no fuera una obra de teatro para engañar a la colectividad mientras la coloniza.

El 07 de octubre fue apoteósico para la trasnacional roja. Con su Candidato de Manchuria a un suspiro de la muerte, neutralizó toda reacción a las costuras visibles de su farsa, inmortalizando su figura para metamorfosearla en tótem de culto, la droga más efectiva para cultivar una fanaticada descerebrada que repita robóticamente sus proclamas,  a la orden para ejecutar las estrategias trazadas en las salas situacionales del G2.



Al morir Chávez, fue reemplazado por el nuevo Candidato de Manchuria, un colombo venezolano accidental, lavado cerebralmente por la mismísima casa matriz de la trasnacional roja en tierra cubana y entrenado espartanamente para que sus neuronas tengan como única patria al castro comunismo.

Y quince años no son pocos. Durante ese período el G2 corrigió muchos errores y logró que su teatro tuviera la narrativa idónea, interpretado el guion por actores de lujo, bien educados para que el engaño incluyera las dosis de verdad necesarias para el cumplimiento cabal del objetivo.

En el escenario de la democracia venezolana – porque así se llama la ilusión – la oposición a la trasnacional roja tenía que lucir creíble, porque sobre todas las cosas era necesario que se mantuviera como la única oposición al sistema castro comunista… la oposición manejada a control remoto desde el seno del G2 cubano.

Y entonces vino el 14 de abril y el imperativo de hacer de ese día la obra maestra del engaño, la movida del maestro ajedrecista que sabe que para matar al rey se hace necesario sacrificar muchas fichas subalternas, haciendo la ilusión tan real que brille en los ojos incautos como una verdad suprema.

La cantata de fraude era esencial, porque no podía colocarse en el tablero al nuevo Candidato de Manchuria de la trasnacional roja, sin sufrir primero el calvario de su cuestionamiento, ya que a través de esa duda se secuestraría el ánimo rebelde sobreviviente de la sociedad. Únicamente capitalizando el descontento, podía el castro comunismo atraparlo en sus redes, para apaciguarlo y volverlo agua…y eso fue el 14 de abril y los meses subsiguientes…hasta el 8 de diciembre, día en que se silencia absolutamente la cantata del fraude, y se remata el posicionamiento en el escenario del nuevo Candidato de Manchuria de la trasnacional roja.

El 8 de diciembre de 2013 el castro comunismo concede victorias a su oposición mecánica.  Con porcentajes infinitesimales de diferencia, inclusive se sacrifica alfiles como Barinas, y se permite que un partido político insurgente se lleve un buen puñado de fichas rojas, con el solo objetivo de tener preparado al sustituto del rey opositor, que hoy se tambalea en las casillas del tablero de ajedrez dominado por el G2.

Y para hacer más mella del alma rebelde que aún pudiera sobrevivir en la sociedad colonizada, la trasnacional castro comunista organiza una reunión en Miraflores para dejar bien claro quién es su agente preferido, para que no quede dudas que el nuevo Candidato de Manchuria de los rojos es el actor protagónico de la comidilla, de esa obra de teatro que ha transformado a Venezuela en Cubazuela y a un gran porcentaje de venezolanos en cubazolanos.

La colonización de nuestro país por la trasnacional castro comunista es un hecho irrebatible.  Hoy podemos afirmar que Venezuela está secuestrada por un sistema foráneo que vino para quedarse, transformando a una nación libre en tierra de esclavos, de seres autómatas que cada vez ambicionarán menos su libertad, conformándose con una igualdad mendicante, donde desaparecen las diferencias naturales – tan irritantes y odiosas para muchos- igualándose todos en su condición de nada.

La única esperanza residual es que todavía sobrevivan almas rebeldes, que no hayan caído en el embrujo de la ilusión democrática y no sean público inconsciente de la obra de teatro montada por el G2 cubano; que estén dispuestas a luchar, uniéndose en una resistencia inteligente de dignidad y honor que logre imponerse a la trasnacional castro comunista y sus demonios disfrazados de petrodólares.

¿Existe esta resistencia?  Solo el tiempo dará la respuesta.

Mientras tanto aquí no hay patria…salvo la patria castro comunista de la trasnacional roja.

@jcsosazpurua

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