El
hermoso mapa de Caracas realizado por Joseph Carlos de Agüero en el año de
1775, nos presenta en su clásica cuadrícula una ciudad bien dispuesta y
organizada en sus respetivas manzanas, distinguida por los tres símbolos que la
presidían entonces: el de la justicia, el León sujetando la concha y en ella la
cruz de Santiago y la garza que representaba vigilancia.
En el mismo se
encontraban emplazados sus edificios y sus lugares principales: la Iglesia
Catedral; las parroquias de San Pablo, Altagracia, Candelaria; el templo de
Santa Rosa; los conventos de Santo Domingo, San Francisco, La Merced y de las
Religiosas de la Concepción y Carmelitas; la Casa de San Felipe Neri; la
Universidad; los templos de San Mauricio, La Pastora y la Trinidad, y por
último, el Hospital de San Lázaro, todo lo cual evidenciaba el notable crecimiento
de la ciudad.
Caracas, Joseph Carlos de Agüero, 1775. |
A lo largo del plano resaltaban igualmente las quebradas y los
ríos que atravesaban aquel valle, y cuyas aguas le infundían admirable
vitalidad a los muchos cultivos que se plantaron desde que fueron distribuidas
las primeras tierras al momento de su fundación. Era la Caracas en la que
habían nacido aquel año José Angel Lamas y José Félix Ribas, y se cumplían los
primeros tiempos del matrimonio entre don Juan Vicente Bolívar y María
Concepción Palacios y Blanco, futuros padres del Libertador.
Todo
giraba en torno a su Plaza Mayor, y con el paso de los años Caracas se debía
expandir armónicamente tal y como fue previsto y ejecutando: casas principales
que se iban construyendo; calles que se iban definiendo; pendientes suaves para
los caminantes y los carruajes señoriales que ya existían. En los alrededores
las haciendas, los trapiches, los sembradíos, el trabajo agricultor de todos y
el comercio que caracterizaba a la provincia hacia y desde los puertos
principales de la costa y los caminos interiores.
El
Ávila señero observó terminando el siglo XVII cómo aquella ciudad donde no
existían más de 6.000 personas realizando su vida social y política se
desarrollaba cada vez, lo cual demostraba la importancia creciente de la
sociedad que para finales del siglo XVIII alcanzaba las 40.000 almas gracias,
entre otras razones, al fomento del Cacao.
Junto
al emprendimiento en la aventura y la determinación en la lucha de los
conquistadores de Venezuela, encontramos además en muchos de ellos la condición
de: "adelantados" encargados de establecer las poblaciones a nombre
del Rey. Varios fueron hombres de rango social que habían llevado las armas y
el caballo, pero también, instrucciones, conocimientos, planeación. Les
acompañaron en muchos casos los: "segundones", hijos de familias
hidalgas que aspiraban celebridad y riquezas, así como también otros individuos
con habilidades para definir una ciudad, organizarla y construirla, bajo el
concepto de que fundar implicaba la necesidad de civilizar: instituir el
Cabildo, los alcaldes, la Justicia y los regidores, distribuir las tierras,
aplicar las leyes, infundir la religión, establecer las encomiendas, regular y
proteger inclusive los derechos de los naturales, desarrollar la agricultura,
la ganadería, el comercio, la educación, entre otras medidas.
Caracas
empezó a prosperar desde su fundación el 25 de julio de 1567. En nuestro caso,
los habitantes de Caracas se dirigieron al gobernador y capitán general Ponce
de León, el 25 de julio de 1568, un año justo de fundada, solicitando la
permanencia de Losada en razón de: "el gran crédito y buena opinión que de
su persona vecinos y naturales tenemos" por sus actos.
Los
primeros trazos de Caracas fueron hechos por el ingeniero don Diego de Henares
por encargo de nuestro fundador, y quien además se ocupó de medir en los
márgenes del Guaire las tierras que: "a cada soldado le dieron en la vega
de la ciudad". Un plano suyo de Santiago de León de Caracas, que todos
conocemos, es del año 1578. En el mismo no solamente se observa el valle
cruzado de ríos, el Ávila imponente, sino también el Litoral, desde la Punta de
Tucacas y hasta el Morro de Maracapana: "en la cual se acaba esta
provincia de Venezuela".
Buena
parte de aquellos logros, en estas y otras latitudes del Nuevo Mundo, se
debieron al carácter del estamento social existente en la conquista, y según
las consideraciones de J.M. Lipski (1994): "mayoritariamente, la población
que emigró a América estaba formada por un conjunto heterogéneo que podría
calificarse de clases medias urbanas".
Más
de dos siglos habían pasado para percibir los avances de aquella Caracas
inicial. Agüero propuso un: "Reglamento de Alcaldes Celadores" para
asegurar el orden y la paz, luego de haber definido con esmero los espacios en
el plano en el cual se comprendía fácilmente lo que ya era y aspiraba seguir
siendo la ciudad, sus habitantes, su pasado, su presente, su futuro, su
distinguida e irrenunciable identidad histórica en el mundo de la hispanidad.
Jose
Felix Diaz Bermudez
jfd599@gmail.com
@jfdiazbermudez
@jfd599
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