Para
tener una idea del cinismo que esconde la supuesta “lucha revolucionaria” por
el respeto y participación de la mujer, bastará con recordar la desgarradora
historia de la jueza María de Lourdes Afiuni, torturada y ultrajada por los
esbirros del régimen siguiendo instrucciones directas del TteCnel Chávez Frías,
el mismo que humilló una vez a su propia esposa diciéndole en cadena nacional:
"Esta noche te doy lo tuyo" y que -según su ex escolta Leamsi
Salazar- cada vez que se le alborotaban los apetitos sexuales, sin importar la
hora decía: "vayan y me traen a fulanita...".
Las
esposas, madres y hermanas de los presos políticos han sido víctimas de otra
forma de tortura, algunas durante largos años como Bony de Simonovis o Yajaira
de Forero. Otras, como Lilian Tintori de
López o Mónica Radonski de Capriles, lo han sido por períodos cortos que
parecen una eternidad. La tortura
sicológica ha sido brutal contra las madres de miles de estudiantes que han
sido perseguidos, agredidos, encarcelados y vejados. En general, las mujeres venezolanas han sido
víctimas de la violencia de un régimen indolente que -por si fuera poco- se
burla de ellas con esta retórica feminista.
Nada se logra asignando a las mujeres el 40% de puestos en las planchas
del parlamento, si no resolvemos el problema de fondo. El machismo y la
exclusión es un problema cultural que supone reconocimiento y respeto a la
condición humana, y exige valorar el rol trascendente de la mujer en la
sociedad actual. ¿O hablamos de colocar
en la Fiscalía, el TSJ o la AN a personas que -por su condición de mujer-
sirvan de amparo a las atrocidades? La
preservación de esos espacios depende de su absoluta sumisión a los
"machos" violadores de DDHH que le ordenan insultar, agredir a sus
congéneres y actuar como si no tuvieran familia. Desde la óptica revolucionaria, la llamada
"paridad de género" servirá para golpear a María Corina Machado y
promover su ilegal destitución, jamás para defenderla como lo hubiese hecho con
seguridad Argelia Laya, Paulina Gamus o cualquiera de las mujeres del viejo
Congreso de la República.
En
definitiva, hoy la mujer no está en minusvalía, ni necesita de la benevolencia
del militarismo para acceder al poder, mucho menos de la asignación a dedo de una
cuota; algo que más bien subestima sus infinitas capacidades. La MUD cumplirá sin problema la norma
impuesta por el CNE pero la paridad de género no puede ser un recurso
electoral, ni superar las exclusiones o discriminaciones es un asunto
normativo. Lo que necesitamos para construir una sociedad con equidad y
justicia, es un régimen que impulse un cambio cultural y sancione los abusos
contra la mujer, además de garantizar sus derechos y la igualdad de
oportunidades. Con este gobierno tal
aspiración es imposible y en este sentido, la demagogia oficialista brinda una
excelente oportunidad a las fuerzas democráticas -como auténtica alternativa de
cambio- para abordar el tema con la seriedad que merece y brindar a las mujeres
el respeto que se han ganado. A todas,
nuestra admiración de siempre…
Richard Casanova
richcasanova@gmail.com
@richcasanova
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.