En aras de elevar el
bienestar ciudadano y hacer más viable el ejercicio democrático, ha de
procurarse que la práctica de la ciencia económica mantenga un elevado sitial
técnico evitando mezclar la economía con la política, habida cuenta que tal
perversa mezcla afecta negativamente a los dos ámbitos razón por la cual la
conducción de un buen Gobierno debe apoyarse en descripciones (lo que es) y
predicciones (lo que debería ser) emanadas de dicha disciplina; teniendo como
orientación el desarrollo de una teoría o hipótesis que genere pronósticos
válidos y significativos alejados de ¡perogrulladas!, de reminiscencias
“modificadas” de algún pensamiento político obsoleto, y de intenciones
soterradas; al tiempo de jerarquizar los objetivos sociales resaltando la obligación
de responder a una inquietud ciudadana:
¿cómo quiero vivir?
A tenor de lo
señalado, se hace obligante una armonía entre un Estado eficiente articulador
de un Proyecto Nacional para perfilar una sociedad con equidad, a la luz de un
coherente sistema tributario (no un simple proceso recaudatorio) con el
propósito de redistribuir el ingreso nacional; y un mercado poderoso regulado
de manera correcta para facilitar la generación de riqueza, sin convertirse en
un “ente distribuidor” que tenga como objetivo primario elevar la remuneración del capital en
desmedro del trabajo y la familia. Tal forma de organización
política-económica-social, no admite un Gobierno que centre su acción en la
acumulación de poder desdibujando su identidad ideológica de origen, al extremo
de proponerse “derribar la frontera” entre lo público y lo privado al tiempo de
mezclar la economía con la política para abrir espacio al clientelismo como
pilar fundamental para caracterizar las relaciones entre el ámbito económico y
el ámbito político, teniendo como fin ulterior inducir “confusión” en la mente
de los ciudadanos muy especialmente en aquel sector poblacional más vulnerable
(pobreza material y debilidad espiritual), cuyas debilidades de entorno lo
impulsan a convenir en un intercambio económico: votos por un bien material o
ventaja económica, que en simultáneo implica un condicionamiento político:
lealtad-agradecimiento; sentimiento que profundiza (intenta) el Gobierno
mediante la instrumentación de Programas con enfoque asistencialista que les
facilita hacer proselitismo al presentarlos como una muestra de su generosidad,
materializada por el Presidente en
ejercicio y/o de uno anterior.
En el caso específico
de Venezuela, la “confusión lealtad-agradecimiento” se extiende no solo a la
población vulnerable sino que afecta también al sector privado empresarial
(industria y comercio) como consecuencia de la inseguridad económica reinante,
inducida por el control de cambio y de divisas (¿fin político?) dentro de un
marco de controles y regulaciones que dificulta el libre desenvolvimiento de la
actividad económica; e igualmente afecta la estructura político-partidista ante
el encogimiento funcional que les genera la presencia de un clientelismo que
desarrolla una actividad social a través de sus Misiones con evidente
utilización político-electoral por parte del partido oficialista. Es claro, que
esta “confusión” propiciada desde el Gobierno no impide la aparición de
insatisfacciones y desilusiones ciudadanas ante ineficiencias demostradas hasta
impulsar una “confusión de incertidumbre”, que puede desvanecerse ¡¡en favor de
la democracia y el bienestar!! en la medida que los partidos políticos se
extiendan más allá de sus “muros” para ser portadores de un mensaje centrado en
explicar, con lenguaje pedagógico comprensible, los fundamentos que sustentan
sus propuestas que facilite en el
ciudadano internalizar las posibilidades ciertas de un devenir más favorable;
sin insistir en “explicarles” las razones de su vulnerabilidad que en todo caso
¡las conocen mejor que quienes redactan dichas propuestas!!.
Como vitrina
referencial para mostrar algunos indeseables efectos surgidos al mezclar
economía y política, abordaremos sucintamente tres materias de sensible
resonancia. En materia social, y apoyado en aportes del cura salesiano, teólogo
y Doctor en Ciencias Sociales Alejandro Moreno con experiencia alcanzada en más
de 50 años viviendo en barrios venezolanos, se pueden mostrar situaciones
diversas tales como que existen dos sectores de la sociedad que nunca se han
comunicado: el cerro y los edificios; así como que en el año 1987 estábamos en
8 asesinatos por cada 100 mil habitantes y en 2015 ¡estamos en 83!; que existe
una drástica disminución de la edad de víctimas y victimarios siendo que el promedio
de edad del delincuente disminuyó desde 18-20 años hasta 15-16, con el
agravante que la inclusión en la delincuencia violenta comienza a los ¡14
años!, y por tanto su “inicio” en la delincuencia está en torno a los ¡12
años!; que no temen caer en manos de la policía ya que existe un 94% de
impunidad (el Observatorio Venezolano de la Violencia lo estima en 91%); que en
un barrio la violencia de origen se desarrolla en tres círculos: el de los
profesionales (18-25 años), el de los aprendices (14-18 años) y el de los
observadores (10-12-14 años); que matar un policía da prestigio (cerca de 50 en
2015) e incluso puede ser un rito de iniciación, que complementan con el robo
del armamento; y en síntesis que el Estado no quiere revertir la violencia ya que
sostiene (¿con intención de “confundir”?) que el delincuente es una víctima de
la sociedad capitalista (¡!), y mientras no exista la sociedad socialista no
vale la pena hacer nada (¡!). En materia de salud, y basándonos en la página
del Programa venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA) marzo
2015, podemos señalar que una delegación de Venezuela formuló una denuncia ante
la Comisión de Derechos Humanos según la cual la salud venezolana presenta
graves insuficiencias en sus condiciones, al punto que en la práctica se niega
el acceso a este derecho humano a los sectores de la población sometidos a las
peores situaciones de vulnerabilidad, léase la gente más pobres. Las
restricciones afectan incluso al sistema privado de salud, producto de la
política monetaria establecida por el Gobierno Nacional. En materia económica y
según el Centro de Estudios Latinoamericanos (CESLA), Venezuela tiene por
delante un duro panorama ya que acumula problemas que afectan a los sectores
social, económico y político; el Banco Mundial (BM) por su parte, sostiene que
el Gobierno venezolano vive una situación difícil y sufre presiones
inflacionarias y cambiarias que limitan sus acciones en política monetaria que
ha debilitado su capacidad fiscal y que de no aplicarse reformas estructurales
que eviten esta situación en el futuro, el bajo crecimiento se volverá
permanente; mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su
informe “Infrascopio 2014” que mide la capacidad de movilizar inversión, señala
tres factores fundamentales para atraer inversión privada: creación de marcos
jurídicos y regulatorios sólidos, la creación de sistemas de inversión públicos
capaces de promocionar proyectos que atraigan el interés privado, y apoyar el
desarrollo de los mercados de capitales; lo cual, sin la menor duda, constituye
el principal reto de Venezuela y donde Argentina, por ejemplo, en opinión de su
Presidenta ha mostrado capacidad de revisión y enmienda al indicar sobre la
necesidad de asociarse con Rusia, al tiempo que anima al sector empresarial
privado ruso a invertir en su país.
Finalizamos con dos
señalamientos que invitan a la reflexión: 1.- Venezuela luego de recibir en los
últimos 15 años más de US$ 1,5 billones, de haberse endeudado en demasía y de
haber agotado las reservas internacionales; hubo de solicitar y obtener por
intermedio del BCV un préstamo de un
banco de EEUU por US$ 1 millardo (dito) para lo cual fue necesario empeñar
barras de oro que son propiedad del pueblo, 2.- El Ejecutivo Nacional mostró honda
satisfacción, al explicar que en 2015 la Misión Mercal cumplió 12 años y que
actualmente cuenta con 22.000 Centros de Abastecimiento; hecho que induce una
interrogante: con tan significativo número de Centros y siendo el Gobierno el
mayor y casi único importador de alimentos al tiempo de reservarse cerca del
95% del total de las divisas a 6,30 bs/$, ¿cómo persiste una “guerra
alimentaria”?
Jesús Alexis González
Jagp611@gmail.com
@jesusalexis2020
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