LUIS ALFREDO RAPOZO |
La pobreza en Venezuela ha entrado en el escenario para quedarse
por un buen tiempo y parece que como un boomerang se revierte contra el propio
gobierno y sus seguidores.
Y es el producto de una serie
de factores que han interactuado desde
finales de 2008, para acentuarse con la inflación, la inestabilidad de los
precios, el desempleo, sueldos pírricos, desestímulo a la producción, entre
otros factores.
Es un fenómeno que en la medida que crece-asunto que está
sucediendo aceleradamente-, demuestra el fracaso económico de la revolución.
Hay que recordar las expropiaciones casi
a diario que llevaba el gobierno y que
alejaron las inversiones y la seguridad en cualquier parte; el constante ataque
a los empresarios, disminución de la producción agrícola, que ha devenido en
baja de manufactura de productos procesados, cierre de empresas, desempleo y
otros elementos sociales que afectan la convivencia y el buen estado de salud de la sociedad.
Yo digo que la revolución no da pie con bola. El fallecido
presidente Chávez le tenia mucha fe a la cria de gallinas en la planta alta de
las casas con sus gallineros verticales, sin plantearse el desarrollo agro
industrial del pollo de engorde. ¿Cómo es posible que en Venezuela no exista un
gran complejo industrial donde se desarrolle y explote el ave beneficiada para
garantizar el alimento? Todo lo contrario, el gobierno prefirió importar
toneladas de pollos argentinos, brasileros y no sé de dónde más, arruinando la
producción nacional, insólito verdad?
Ahora resulta, que el Presidente Maduro está ganado a la
producción en conuco y llama al campesinado
venezolano a la siembra de subsistencia. De esta manera, no se lanza a
un país al desarrollo jamás de los jamases.
Ahora pienso, que en cualquier momento, Maduro planteará la misión bote para que toda la población
pesquera salga a buscar su pescadito diario y no piensa –Maduro-, en ayudar a
desarrollar una gran industria pesquera como hacen los españoles, los
japoneses, los chinos y el resto de mundo.
Entonces, con esta forma de pensar, planificar el desarrollo del
país no me parece que tengamos buena experiencia en MERCOSUR, ni con cualquier
país que firme con nosotros algún tratado. No producimos nada más que petróleo
y nos empeñamos en seguir evocando el conuco de los abuelos, la cría de
gallinas en el patio de la casa, la pesca en un botecito y sobreviviendo en la
miseria.
Lógicamente, debemos entender que estamos peor que en la llamada
“cuarta república”, pues seguimos dependiendo del petróleo en un 96% de
nuestros ingresos; nadamos en la inflación , el desempleo, no tenemos reservas
internacionales suficientes y nuestros gobernantes no tienen idea de cómo
desarrollar un país con potencialidades
indiscutibles.
Y como dije en otro momento, hasta los jóvenes profesionales y
talentos se van para otros países con el corazón latiendo en la desesperanza, que dejan en el terruño.
Luis Alfredo Rapozo
luisalfredorapozo@gmail.com
@luisrapozo
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