El
sábado 10 de enero del presente año, el Directorio del Centro Popular de
Formación Ciudadana (CPFC) redactó e hizo público un comunicado que tuvo gran
impacto en las redes sociales, que contiene un balance de la dramática
situación que vive el país y concluye con la exigencia de renuncia de Nicolás
Maduro, la cual se erige como una solución constitucional válida, legítima y
oportuna ante la severa crisis que atraviesa Venezuela. Este llamado se realizó
además con urgencia, por cuanto nos parece evidente que el vertiginoso declive
del régimen, aunado a la desesperación creciente de la mayoría de la población
frente a la hiperinflación y la asfixiante escasez de bienes de primera
necesidad, pueden llevar a episodios no deseados como un estallido social o un
golpe militar, que serían desastrosos para el país con consecuencias
incalculables. De allí que la renuncia surge como un mecanismo idóneo que
permite una salida inmediata dentro del marco de la Constitución (tal y como le
venía sosteniendo María Corina Machado), que no requiere además de firmas,
planillas o procedimientos, y que conduce en un plazo perentorio a una nueva
elección presidencial.
Sobre
la base de un análisis y conclusiones similares, los líderes del movimiento
denominado el año pasado como “La Salida”, hicieron unos días más tarde una
declaración conjunta que apuntaba en la misma dirección, señalando que, dadas
las circunstancias, la renuncia sería una opción para Maduro dada su manifiesta
incapacidad y en aras de no seguir dañando al país. De igual forma, en esos
mismos días los partidos Causa R y COPEI plantearon propuestas para acelerar un
cambio de Gobierno, siempre en el marco de la Constitución. También numerosos
articulistas y generadores de opinión se unieron a este sentir y, en general,
el debate sobre la renuncia de Maduro tomó cuerpo en la opinión pública, a
pesar de todas las limitaciones que hoy tenemos en el país para expresarnos
libremente.
Es
así como surge entonces el Acuerdo
Nacional para la Transición, suscrito por María Corina Machado, Antonio
Ledezma y Leopoldo López, los tres líderes de la Alternativa Democrática que
más han calado y crecido en respaldo popular en el último año según todas las encuestas.
En este documento se insiste en los argumentos evidentes de que la crisis sigue
profundizándose y que el gobierno luce incapaz de resolverla, por lo que, ante
la posibilidad de un desplome abrupto que pueda alterar la paz de la República,
es indispensable echar las bases de una transición pacífica y democrática que
permita mantener el orden y el hilo constitucional, además de apuntar hacia la
reconstrucción nacional. No hay en ninguna parte llamados a golpes de Estado o
búsqueda de atajos. Se trata de la constatación de una realidad que está a la
vista de todos, complementada con una propuesta que, por el contrario, tiene
como objetivo evitar que las aguas se salgan del cauce.
Pero
al Gobierno le dolió demasiado este documento que lo pone al desnudo, así como
la audaz entrevista que Leopoldo López le dio a Fernando del Rincón por CNN y
que fue transmitida el día que cumplió un año de estar injustamente detenido.
El efecto de ambas cosas era demasiado para este régimen deslegitimado y
moribundo, por lo que se decidió avanzar un paso en el guión de la represión y
detuvieron arbitrariamente al Alcalde Ledezma. Esta medida tiene, desde nuestra
óptica, dos objetivos muy claros: seguir sembrando miedo en la población en
general y los activistas políticos en particular, por un lado, y desviar la
atención sobre los graves temas económicos y sociales, por el otro.
En
dado caso, es pertinente destacar aquí la improcedencia clara del delito de
conspiración. No sólo por las razones obvias que se han destacado de que se trata
de un documento publicado en prensa, explicado en declaraciones, etc., sino por
el elemento medular de que no hay ninguna intención velada o expresa de
destruir la forma republicana de Gobierno establecida en la Constitución. Por
el contrario, quienes suscriben este acuerdo han luchado y siguen luchando por
restablecer la forma republicana de gobierno, ya que quienes nos gobiernan
acabaron con la división de los Poderes, la libertad de expresión, el respeto a
la disidencia, la aceptación de la pluralidad de ideas, la administración de
Justicia y, en fin, crearon prácticamente una suerte de monarquía de carácter totalitaria
al margen de la Constitución.
Dicho
esto, el llamado es a organizarnos tanto para las elecciones parlamentarias
como para seguir protestando por la crisis y la ineficacia gubernamental al
tiempo que exigimos la renuncia de Maduro. La alternativa democrática debe,
como bien dijo Ledezma, atender el escenario electoral y prepararse para ganar
los próximos comicios parlamentarios, pero también es pertinente que discuta y
empuje la posibilidad de exigir al unísono dicha renuncia. A eso le añadimos
desde esta tribuna que para que esta iniciativa tenga éxito, debemos impulsarla
unidos, resteados y en la calle.
Cipriano Heredia
Soltero
cipriano.heredia@gmail.com
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