Hay que ver todo lo
que pasa por la mente cuando uno disfruta de algo que le gusta. Siempre he
dicho que las sensaciones son llaves que abren los cofres en donde atesoro mis
recuerdos, buenos o malos.
El domingo 13 de
Julio del 2014, conjugó una serie de circunstancias particularmente agradable,
mi mamá cumplía otro glorioso año de vida y nuestra primera actividad fue
acompañarla a misa.
En mi mente se
agolpan los recuerdos; Para mí, los domingos eran días de descanso, comiquitas
en TV, desayuno fuerte con Toddy caliente, el tipo de Venevisión diciendo, “Hoy
Domingo acude a tu Iglesia, solo Dios satisface”, mi mamá cantándonos el corito
para despertarnos.- “El demonio al oidoooo te estaaa diciendooo, no vayas a
misaaa Reinaldoooo sigue durmiendoooo”, la misa en familia, el periódico “El
Universal” en la mesa, mi mamá realizando el crucigrama de la Revista Estampa y
yo esperando abandonara la revista para leer “Los Crímenes más sonados” y los
Misterios firmados por Nicolas Flamel. Las tardes con los micros de Ali Khan y
la jugosa publicidad de “La Estancia”… “Soloooo en la Estanciaaa encontraraaaa,
el buen sabooor de restaurant” (en este momento, los que recuerdan, cantaron la
cancioncita y se les hizo agua la boca).
¡Qué tiempos más
sabrosos, cuando éramos felices… y no lo sabíamos!
Ese domingo, después
de misa, me fui corriendo al salón parroquial a degustar el sabroso
“Sándwich de Pernil”, antes de que se
acabaran, exquisito agregado en el menú Pro Fondo para la construcción del
templo de la parroquia de Los Castores (ya no sé cuántos años tenemos en eso,
pero alcanzar a la inflación se nos ha hecho cuesta arriba).
Un simple Pan
Francés, con su pedazo de pernil, acompañado con las rodajas de tomate y sal, a
la mejor tradición de aquellos famosos sándwich que hacían en la Encrucijada de
Cagua y que tanto le gustaban a un reconocido embajador del Imperio “mesmooo”.
Mientras degusto
tamaño placer, resuenan en mi mente las palabras de mi estimado sacerdote, el
Padre Bladimir Lopera; ese muchacho tiene una maravillosa capacidad de
trasladar la bíblica palabra divina a nuestra mundana cotidianeidad. Su estilo
alegre, humano, carismático, convierte en “palabra viva” a la letra arcana.
El evangelio del día
estaba tomado de san Mateo: 13, 1-23 y trataba de la muy conocida, entre los
cristianos, Parábola del Sembrador, de la cual extraigo lo siguiente:
“…"Una vez salió
un sembrador a sembrar, y al ir arrojando la semilla, unos granos cayeron a lo
largo del camino; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros granos cayeron
en terreno pedregoso, que tenía poca tierra; ahí germinaron pronto, porque la
tierra no era gruesa; pero cuando subió el sol, los brotes se marchitaron, y
como no tenían raíces, se secaron. Otros cayeron entre espinos, y cuando los
espinos crecieron, sofocaron las plantitas.
Otros granos cayeron
en tierra buena y dieron fruto: unos, ciento por uno; otros, sesenta; y otros,
treinta. El que tenga oídos, que oiga"…
…Escuchen, pues,
ustedes lo que significa la parábola del sembrador.
A todo hombre que oye
la palabra del Reino y no la entiende, le llega el diablo y le arrebata lo
sembrado en su corazón. Esto es lo que significan los granos que cayeron a lo
largo del camino.
Lo sembrado sobre
terreno pedregoso significa al que oye la palabra y la acepta inmediatamente
con alegría; pero, como es inconstante, no la deja echar raíces, y apenas le
viene una tribulación o una persecución por causa de la palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre los
espinos representa a aquel que oye la palabra, pero las preocupaciones de la
vida y la seducción de las riquezas la sofocan y queda sin fruto.
En cambio, lo
sembrado en tierra buena representa a quienes oyen la palabra, la entienden y
dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el
treinta".
Su homilía le sacaba
el jugo a la parábola del Sembrador, destacaba estadísticas, confrontaba
nuestra humanidad con la palabra divina y cerraba con 2 tips para tomar en
cuenta en nuestro acontecer diario.
De los dos tips que
nos dejaba, uno quedó dando vueltas por los jardines de mi conciencia; solo
espero que el otro, no se perdiera en los alrededores.
El Sacerdote
resaltaba la importancia de convertir esa reflexión en una herramienta de vida,
ubicarnos en qué tipo de terreno estaba nuestra fe o en cual momento. Ya que
los seres humanos éramos terreno cambiante y dependiendo del momento podíamos
ser cualquiera de los 4 terrenos.
Resaltaba que si el
100% de los católicos fueran a misa, ésta debería darse en estadios. El 87% de
los católicos no eran practicantes y del 13% restante, muchos no prestaban
atención, por lo cual aspiraba a que menos de un 5% se llevara un mensaje
positivo a su casa, esperaba con fe que la palabra llegara a buen terreno y
diera fruto.
Que esperanza de
sociedad…
No hubiese querido
estar en el pellejo de Magdalena, cuando Jesucristo dijo “El que esté libre de
pecado, que tire la primera piedra”, si lo hubiese dicho en Venezuela…
salpicado de entrañas quedaría el redentor.
¿Cómo podemos ser
mejores si estamos convencidos de que lo hacemos bien?, ¿Cómo educa coraje el
que tiene miedo?, ¿Cómo enseña a luchar el que está vencido?, ¿Cómo enseña a
soñar el que no duerme por temor a no volver a despertar?
Aquí no podemos
hablar de mala semilla, es que simplemente, dejamos de ser un buen terreno y
nos aceptamos como el único terreno que hay.
Un pueblo que sobrepone el desarrollo personal al bien
común, no merece tener una nación, solo es una banda de forajidos en un
territorio. Forajidos adornados con crucifijos, delincuentes que se hacen la
señal de la cruz cuando salen a atracar; corruptos que entran a los templos a
dar gracias a Dios por todos los bienes mal habidos; asesinos con la biblia
bajo el brazo tratando de aprenderla por “osmosis sobacal” como decía mi muy
querido y ya inmortal, Padre Rivolta.
NO se puede ser fiel
a Dios y al Diablo, de la misma forma que no puedes aspirar al cumplimiento de
la ley sin justicia y no puede haber justicia sin probidad ni paz.
El respeto no se
compra ni la clase se hereda.
No podemos aspirar
misericordia, si somos incapaces de otorgarla. La ley es para todos no es para
“Los Otros”.
La ley para que sea
justa, debe estar fundamentada en los valores que nos hacen mejores personas.
Los valores son
principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento, son creencias
fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar
de otras, o un comportamiento en lugar de otro. Nos proporcionan una pauta para
formular metas y propósitos, personales o colectivos. Reflejan nuestros
intereses, sentimientos y convicciones más importantes.
Los valores se
refieren a necesidades humanas y representan ideales, sueños y aspiraciones,
con una importancia independiente de las circunstancias.
Son Valores:
Alegría, Amistad,
Amor, Apoyo, Aprendizaje, Armonía, Autenticidad, Aventura, Belleza, Bienestar,
Bondad, Creatividad, Crecimiento, Cuidado, Cultivo, Cumplimiento, Claridad Colaboración, Compañerismo,
Comprensión, Comunicación, Comunidad, Conexión, Confianza, Contribución,
Cooperación, Constancia, Desapego, Desarrollo, Disciplina, Educación, Empatía,
Entrega, Entusiasmo, Estabilidad, Equilibrio, Espiritualidad, Estética, Éxito,
Familia, Fidelidad, Flexibilidad, Franqueza, Fuerza, Generosidad, Gentileza,
Gratitud, Honestidad, Humildad, Humor, Igualdad, Independencia, Integridad,
Justicia, Lealtad, Libertad, Limpieza, Madurez, Naturaleza, Precisión,
Productividad, Progreso, Realización, Respeto, Romance, Sabiduría, Seguridad,
Sencillez, Serenidad, Servicio, Sinceridad, Solidaridad, Suavidad, Ternura,
Exactitud, Nobleza, Paciencia, Participación, Pasión, Paz, Paz interior, Poder,
Tolerancia, Tradición, Tranquilidad, Valentía, Variedad y Vitalidad, entre
otros.
Este es el abono de
la buena tierra, de esto están hechos los grandes seres humano, los cuales, han
contribuido en la creación de las obras que enaltecen la esencia humana.
Y nosotros… ¿de qué
estamos hechos?
¿Cuál es el abono que
alimenta la tierra de nuestra alma?
¿Simplemente nos
olvidamos de lo que decimos que somos
cuando llega el soborno?, ¿Nos pasamos la luz del semáforo cuando nadie nos
está mirando?, ¿Somos como la semilla que cae en el camino?
¿Tal vez somos el
moralista, el que habla de paz, el que habla de ley, la defiende, la proclama,
pero inmediatamente viene la tentación, se presenta el problema y corre a
buscar la salida más fácil, la cual normalmente no es la más honesta?
¿O el ciudadano, el
profesional, el líder que cae en la tentación, para “resolver” o para no estar
en el grupo de los “Pendejos”. Ese que dice “Si todos lo hacen, por qué yo no”
o el legendario “Si no lo hago yo, lo hará cualquier otro” o el que se corrompe
“Por su familia” o el que simplemente “Quien lo va a saber”?
No hay mentiras blancas, solo hay mentiras.
No hay robos pequeños, solo hay robos.
No hay sobornos pequeños, solo hay sobornos.
No hay corruptos pequeños, solo hay
corruptos.
No hay países con valores, hay gente con
valores que viven en países.
Y TÚ… ¿Qué eres?
¿Qué tipo de terreno
eres?
¿Con qué abonas a tus
hijos?
LO QUE TÚ ERES COMO
PERSONA ES A LO ÚNICO QUE PUEDES ASPIRAR COMO PAÍS.
¡AYUDEMOS A CONSTRUIR
UNA MEJOR VENEZUELA!
Reinaldo Poleo
rpoleo@gmail.com
@rpoleo
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, ACTUALIDAD INTERNACIONAL, OPINIÓN, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, REPUBLICANISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA,ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA,CONTENIDO NOTICIOSO,
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.