Una
perversa estrategia nos ha hecho vernos diferentes los unos a los otros por
no pensar igual...
¿Qué
es, pues, ese instinto que gobierna todo el reino animal, que en los hombres
fortifica la razón o reprime el hábito? ¿Es la divinæ particula auræ de
Horacio? No cabe duda, es algo divino, como casi todo lo que es en la Naturaleza.
Todo en ella es el efecto incomprensible de una críptica causa.
La
emergencia de la crueldad se pierde en la noche de los tiempos. Solemos decir
que es instintiva, como queriendo justificar su presencia entre nosotros
e ignorando que la razón y las buenas costumbres enseñadas en el hogar,
atenúan, neutralizan o redireccionan su irrupción y nefastas consecuencias;
por el contrario, los hogares desarticulados con padres enfermos:
personalidades psicopáticas, son capaces de generar odio, resentimiento
y crueldad en la descendencia; igualmente, los gobernantes
desquiciados
nacidos en ese entorno contagian una nación entera, especialmente
si poseen cualidades de líder.
Pero
tiene su contrapartida. Es la divina partícula de la libertad. Es David contra
Goliat. Es el instinto libertario, indómito, el del caballo mirando hacia
la derecha de nuestro escudo. Dios nos hizo libres. Una mujer menudita,
María Corina, solitaria, arriesgando la vida para oponerse a la maldad,
tal como el rebelde desconocido en la República Popular China durante
la revuelta de la plaza de Tian´anmen en 1989; ella solita, enfrentando
con inaudito coraje a un poder corrupto y despiadado, suerte de fila
de tanques de guerra que representan la bestialidad más abyecta.
Tal
ha ocurrido en nuestra patria donde una perversa estrategia bien diseñada
nos ha hecho vernos diferentes los unos
a los otros por el solo hecho
de no pensar igual, mientras un grupúsculo desalmado ignora los males de
la nación: la salud totalmente destruida y el dolor desbordado, maldita crueldad...
Addendum
"¿Por
qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está
en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: "Hermano, deja que te saque
la paja de tu ojo", tú que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!,
saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar
la paja del ojo de tu hermano" (Lucas 6, 41-42)
El
cinismo de Giordani. No puede uno menos que dedicar algunos párrafos a esa
oda al cinismo, no otra cosa que el trasunto de esa carta sin destino, que
es tan difícil de leer sin perturbarse cuando se percibe la miseria humana
en su más clara expresión, cuando se aprecia la poca capacidad de introspección
de una persona incapaz de mirar en derredor y ver el erial en que
con su ayuda, se ha transformado nuestra patria y lo que es más importante,
la turbidez de su mirada que exculpando se inculpa. ¡Un verdadero
cáncer aposentado en la economía nacional! Eso es lo que ha sido...
Pero el pobre hombre de marras no aprendió nada y al intentar quitarse
la careta solo alcanzó a dejar ver otra más triste, confundida y pestilente.
Con más pena que gloria se retira botado, cuando el mismo pito que
aquél tocó, ahora le es tocado a él... Los otros, que vayan tomando consejo
y liando sus bártulos...
Rafael
Muci-Mendoza
rafaelmuci@gmail.com
@MuciMendoza
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