Venezolanos:
¡La planta insolente del Extranjero ha
profanado el sagrado suelo de la Patria!
Un hecho insólito en la historia de las
naciones cultas, sin precedentes, sin posible justificación; hecho bárbaro,
porque atenta contra los más rudimentarios principios del Derecho de Gentes;
hecho innoble, porque es fruto del contubernio inmoral y cobarde de la fuerza y
la alevosía. Durante estos últimos quince años por los aeropuertos internacionales, han accedido las
hordas de esbirros cubanos disfrazados de médicos y otras especies;
sorprendieron y tomaron nuestra patria, en acción simultánea y común, para
apoyar a la mafia instalada en Miraflores, en el proceso de destrucción total
de nuestra nación, planificado y ejecutado por los secuaces de los tiranos
hermanos Castro, quienes, sin importarles nada la destrucción que de Cuba
hicieron, pretenden ahora, destruir
también la patria de Bolívar.
Venezolanos:
El duelo es desigual, porque el atentado esta
siendo consumado por los dos mas grandes criminales latinoamericanos de todos
los tiempos, contra este nuestro país que apenas convalece de los largos y
dolorosos quebrantos que vienen siendo consumados por las hordas vandálicas que
el nativo de Ocaña heredo del, en buena hora difunto, Héroe del Museo Militar. Y porque ha sido
realizado de alevosa manera, pues Venezuela no podía esperar tan insólita
agresión; pero la Justicia está de nuestra parte, y el Dios de las Naciones que
inspiró a Bolívar y a la pléyade de héroes que le acompañaron en la magna obra
de legarnos, a costa de grandes sacrificios, Patria, Libertad e Independencia,
será la que en estos momentos decisivos para la vida de nuestra nacionalidad,
nos inspire en la lucha, nos aliente en el sacrificio y nos asista en la obra
también magna de consolidar la Independencia Nacional. Por mi parte, estoy
dispuesto a sacrificarlo todo en el altar augusto de la Patria; todo, hasta lo
que pudiera llamarse mis resentimientos por razón de nuestras diferencias
intestinas.
No tengo memoria para lo que de ingrato pueda
haber en el pasado. Borrados quedan de mi pensamiento de político y de guerrero
todo lo que fue hostil a mis propósitos, todo lo que ha podido dejar una huella
de dolor en mi corazón. Delante de mí no queda más que la visión luminosa de la
patria, como la soñó Bolívar, como la quiero yo.
Y puesto que ésta no puede ser grande y
poderosa sino en el ambiente de la confraternidad de sus hijos, y las
circunstancias reclaman el concurso de todos éstos, en nombre de aquellos mis
sentimientos y de estas sus necesidades, abro las puertas de todas las cárceles
de la República para los detenidos políticos que aún permanecen en ellas; abro
asimismo las puertas de la patria para los venezolanos que por iguales razones
se encuentran en el extranjero y restituyo al goce de las garantías
constitucionales, las propiedades de todos los anti comunistas que estaban
embargadas por razones de orden político.
Más todavía, si sobreviviere a los
acontecimientos y fuere preciso para la salud de la patria despojarme del
elevado carácter con que me han honrado los pueblos y con el cual voy a la
lucha, estoy listo a mi separación a la vida privada, quedando siempre mi
espada, por supuesto, al servicio de la República, y podéis estar seguros de
que me retiraré satisfecho sin sentir las nostalgias del Poder, porque mi
aspiración mayor es ver a mi Patria grande, próspera y feliz.
Venezolanos:
El sol de Carabobo vuelve a iluminar los
horizontes de la Patria y de sus resplandores surgirán temeridades como las de
las Queseras del Medio, sacrificios como el de Ricaurte, asombros como el del
Pantano de Vargas, heroísmos como el de Ribas y héroes como los que forman la
constelación de nuestra grande Epopeya.
Representados en este momento por los adolecentes y jóvenes estudiantes
que guían, tal cual lo hicieron nuestros emancipadores, al noble pueblo de
Venezuela.
Y hoy, que por una feliz coincidencia
conmemoramos la fecha clásica el Día de la Bandera que era celebrado el 12 de
marzo, fecha en que Francisco de Miranda izó el pabellón tricolor por primera
vez en las costas de Haití en 1806,
hagamos votos porque nuevos Bolívar, Sucre, Miranda, Páez, Urdaneta vengan a
ilustrar las gloriosas páginas de nuestra historia patria y a lograr la
verdadera INDEPENDENCIA Y SOBERANIA de la patria de Bolívar para legarla a
nuestros hijos y nietos
Caracas,
12 de marzo de 2014
Cipriano
Castro
Actualización
realizada por: Ramón Daniel Contreras Barragán
Profesor
Titular Jubilado de LUZ
Ramon
Contreras
radacoba@gmail.com
@radacoba
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