Con el modelo que se intenta implantar en
Venezuela, una minoría política, busca imponerse con la fuerza de las armas y
del poder, a una mayoría que se encuentra aletargada.
La minoría es autoritaria, no respeta la
Constitución y las leyes, tiene asesores y fuerzas de inteligencia cubanos,
utilizan los recursos del estado para comprar voluntades y manipular a los más
necesitados.
La mayoría no quiere más violencia, desea
vivir en paz y en democracia. Esta desunida, la conforman los que apoyan a la
oposición, los que no creen en nadie y los que tienen temor de actuar.
A primera vista la lucha parece un
enfrentamiento entre los que quieren someternos al control de los hermanos
Castro y los que luchamos por salvar la democracia.
Entre los que desean implantar un sistema de
control absoluto, con el control de todos los poderes públicos y una dependencia
alimentaria, laboral y económica, de lo que el Estado tenga a bien
distribuirnos.
Del otro lado se encuentran los sectores
democráticos, los que se enfrentan sin armas, sin protección jurídica,
arriesgando todo en total desventaja, pero sostenidos con la fuerza de sus
valores e ideales.
La lucha es entre Patriotas y Traidores.
Entre “venezolanos por Venezuela” y “venezolanos por Cuba, Bolivia, Ecuador,
Nicaragua, Argentina, Bielorrusia, Irán, Siria, Las Farcs y el Hezbollah”, una
extensa fauna integrada por aduladores y sectores que coinciden con el modelo
antidemocrático bolivariano.
En todo caso, ¡todos! en uno u otro momento
han obtenido su tajada, mientras que nuestro pueblo, aprende a vivir con la
escases, las colas, el control de la información, la inflación galopante,
cortes de electricidad y la muerte que lo ronda en las calles.
Ya nos implantaron la tarjeta de
racionamiento, cedula en mano ante cualquier máquina registradora y la orden
seca y autoritaria: ¡uno por persona!
Comenzamos por perder la ciudad y la libre
circulación, estamos confinados en casas-jaulas-celdas. Pronto se cerraran las
fronteras, nadie tiene prohibido viajar, pero no habrá dólares, ni pasajes, ni
cupos, ni pasaportes.
Se dice que los “patriotas” podemos hablar y
protestar, pero ya no hay una sola televisión libre y los pocos periódicos que
quedan cerraran pronto, ahogados por falta de papel. El que se atreva a
criticar o exigir sus derechos es inmediatamente insultado, acusado, sometido
al escarnio público, tildado de piti-yanqui, apátrida, burgués o escuálido.
Confiscaron granjas, haciendas,
supermercados, negocios, fábricas y perdimos la producción nacional de
alimentos, los trabajos y la inversión privada y extranjera.
Ahora dependemos de los escasos dolores para
importarlo todo, divisas que los “traidores” manejan a su antojo y que se
quedan en manos de los enchufados, también “traidores”. Mientras que el
ciudadano de la calle, por el contrario lo obtiene racionado.
El modelo bolivariano, ha logrado llevarnos a
los niveles económicos más bajos del mundo, inflación, pobreza y escases es lo
que nos espera. Ya nos devaluaron la moneda, por allí viene el aumento de la
gasolina, lo único que no disminuyen son los barriles de petróleo que se envían
Cuba.
Pero sería injusto pensar que la división
entre “patriotas” y “traidores” es así de simple, gente de buena fe puede
existir en ambos lados y traidores, como su nombre lo indica, se encuentran a
la sombra entre ambos sectores.
Traidor es también el que no defiende sus
valores, por lo menos consigo mismo. El que enchufado prefiere enriquecerse con
comisiones, con ilícitos bancarios, mercado paralelos del dólar, el que se
vende y salta la talanquera. El que traiciona sus juramentos y el deber
constitucional. El que permite cubanos en los cuarteles y en los organismos de
identificación y seguridad.
Los que han sembrado la división y el odio,
los que destruyeron la producción. Traicionamos también cuando olvidamos los
exilados, los presos políticos, los caídos y los 200.000 venezolanos asesinados.
Necesitamos ser patriotas, para exigir
respeto a nuestros derechos civiles y los derechos humanos… a la vida y a los
resultados electorales.
Si no hacemos algo ya, el modelo cubano
triunfará. Si la oposición no se renueva y logra renacer la esperanza, la
sociedad civil desarticulada, pronto se encontrará oprimida por el modelo
comunal.
La estrategia de ir oprimiendo poco a poco al
ciudadano, de atemorizarnos con victimas seleccionadas, rinde resultados,
ejemplos sobran: Simonovis, Afiuni, Brito, Radio Caracas, Rosales y compañía.
Desanimo, dudas, traiciones, inhibiciones son
producto de un sistema perverso de opresión a cuenta gotas. Los traidores nunca
han perdido el norte, hemos sido “blandengues” en la defensa de lo nuestro.
La oposición necesita repensarse, buscar
nuevos mecanismos de participación, salirse del simple control partidista,
conseguir la experiencia y el talento donde se encuentren. Dejar de lado las
apetencias, la mediocridad aunque vengan de las filas partidistas amigas.
No es poco los que está en juego, simplemente
la libertad. Nada se resolverá con acciones puntuales entre semanas y fines de
semana de esparcimiento y descanso.
Algunos dirigentes han dejado la piel en el
camino, demasiado solos… a menudo la responsabilidad de la indiferencia está en
ambos lados, entre el que espera que lo llamen y el que piensa que puede
lograrlo solo.
Cuando comprendamos que patriotas somos
todos, que necesitamos a cada uno, estaremos en el umbral del gran movimiento.
El que estamos esperando, el que puede
derrotar “el paquete rojo”, la impunidad, la opresión, el poder mal habido.
Venezuela exige que nos comportemos a la
altura de las circunstancias, cuando los patriotas se encuentren unidos y
marchemos en la misma dirección, los Castros, los corruptos, los traidores, los
pranes, los vendidos, temblaran.
Yo vi marchas, como jamás se había visto en
Venezuela, pueblo decidido, existía la voluntad y el coraje. No pensemos más en
lo que falló, a menos que sea para no repetir los errores.
Tenemos que encontrar el camino de nuevo, no
solo el del cambio, sino el del alma de cada ciudadano, por el cual llegar a la
fibra interna de cada venezolano.
Eso será el detonante de gloriosas páginas de
historia, donde saldremos al lado de una nueva esperanza por la cual valdrá la
pena arriesgarlo todo… para continuar siendo libres.
nelsoncastellano@hotmail.com
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