Si en algo tuvo éxito el chavismo fue en
sacar lo peor de los venezolanos.
Aquí se potenciaron antivalores para levantar
un movimiento político con base en la división y la revancha, construyendo un
discurso que ha tenido como centro el odio y el resentimiento. El odio no solo
contra quienes piensan deferente, sino contra el rico, contra el empresario,
contra el blanco, contra el pobre, contra el negro. Sobre esta base ha crecido
el chavismo, sabiendo que siempre es más fácil agruparse contra aquel que no se
parece a nosotros.
Todos conocemos de dónde venimos, pero en
modo alguno eso justifica lo que vivimos hoy. Aquí nadie niega que nuestro país
sufra desde hace muchos años una severa desigualdad social, visible en los
cinturones de miseria que rodean a las grandes ciudades. Algo no se hizo bien
en el pasado para que millones de venezolanos resultaran condenados a vivir en
la pobreza, sin calidad de vida y sin oportunidades. Pero del “presente”
llevamos 15 años y cambios estructurales no hemos visto, por el contrario,
ahora todos somos más pobres y más dependientes.
El modelo no es sostenible, por eso algunos
andan inventando cosas muy peligrosas, las condiciones económicas no son nada
favorables, por más que quieran seguir alimentando el enorme aparato
burocrático para controlar a la gente a través del estomago, no pueden. El
modelo fracasó y allí están los números a la vista de todos. Ellos son los
responsables, porque ellos son los que toman las decisiones económicas, porque
ellos son los que han convertido a nuestro país en un lugar donde nadie se
atreve a invertir y todo se importa.
Son expertos en trasladar sus culpas a
terceros, si hay inflación es por especulación, si hay escasez es por
acaparamiento, si hay inseguridad es por culpa de los medios ¿Cuándo el
gobierno asumirá que es el único
responsable de lo que está pasando? Señales de rectificación no parece haber,
allí sigue el flamante ministro Jorge Giordani al timón de lo que queda de
economía.
La especulación debe ser castigada, es un
deber constitucional, pero lo que no puede pasar es que el gobierno nos coloque
en el terreno que ellos quieren. La especulación solo es uno de los componentes
de la inflación, el problema de fondo aquí es por qué el gobierno se ha
mostrado incapaz en controlarla ¿La respuesta? Quizás la encontremos en casi 11
años de control de cambio, más de una década con un precio de dólar ficticio
que ha distorsionado la economía como nunca.
Hoy Maduro llama a los comerciantes como los
nazis llamaban a los judíos: “parásitos”. Pero no da explicaciones sobre las
aprobaciones que hizo CADIVI para importaciones, nadie dice nada de los 20 mil
millones de dólares que salieron del país en pleno control de cambio. Mucho
silencio, complicidad y manipulación en época electoral.
Con un barril de petróleo por encima de los
100 dólares, el problema es de administración y de eso no se encarga la
oposición, no se encarga Henrique Capriles Radonski, eso es responsabilidad de
Nicolás Maduro y sus ministros. Sepan quienes hacen largas colas para comprar
televisores y demás electrodomésticos, sepan quienes se han unido a la aventura
de violentar la propiedad de algunos comercios a través de saqueos, que se unen
al gabinete de Maduro terminado de destruir la economía. Cuando se acaben los
inventarios, cuando pasen las elecciones, cuando las pocas empresas que
invierten en el país se vayan, entenderán que su verdadera situación: Plasma
para hoy, hambre para mañana.
Brian Fincheltub
Brian@juventudsucre.com
@Brianfincheltub
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