La
respuesta a la pregunta ¿cuál es la razón de ser de los militares venezolanos?
debería ser de Perogrullo: los militares no son para definir al Estado y la
sociedad, los militares son para la defensa militar de la nación; ni más ni
menos.
Pero
en vista de la actual situación por la que atraviesa Venezuela, plantear el
tema de la función que deben desempeñar los militares, no supone una respuesta
sencilla. El proceso de deformación profesional; o mejor dicho, el proceso de
adoctrinamiento partidista han sido tan profundos que se puede llegar a
afirmar, sin temor a equivocarse, que los militares venezolanos hoy sirven para
cualquier cosa. Por intervenir en las actividades políticas inherentes a la
sociedad civil han descuidado aspectos técnicos vitales del apresto operacional
militar. Los militares venezolanos han invadido masivamente las mejores
posiciones y los más altos cargos en la administración pública y la burocracia
estatal, además del activismo en las campañas de proselitismo partidista
gubernamental.
LAS NUEVA SITUACIÓN
DE LA SEGURIDAD Y DEFENSA NACIONAL
Luego
del final de la confrontación política y militar entre la extinta Unión
Soviética y Estados Unidos, en América Latina se ha planteado un debate sobre
la nueva situación de la seguridad y defensa nacional. Las nuevas amenazas
realmente no son nuevas, siempre estuvieron presentes, pero por la carrera por
la supremacía militar mundial, estas llamadas nuevas amenazas no ocuparon la
prioridad en la lucha.
Pero
una vez derrotado el comunismo, la misión de los ejércitos latinos dejo de ser
el combate contra la subversión
castrocomunista.
Ahora
el combate contra aquellas amenazas que el enfrentamiento entre el Este y el
Oeste habían colocado en un segundo lugar, pasa a ocupar la prioridad en la
lucha y les plantean nuevas misiones a los militares.
De
tal manera que ahora el continente enfrenta una nueva situación en materia de
seguridad y defensa que imponen nuevas misiones militares.
Entre
las nuevas prioridades tenemos el combate al narcotráfico; al comercio ilícito
de armas cortas; las migraciones descontroladas e ilegales; el contrabando de
materiales radiactivos; el comercio de personas y mano de obra esclava; el
crimen organizado; el terrorismo; los desastres naturales y la conservación del
medio ambiente natural; las operaciones humanitarias y de paz, bajo el mandato
del derecho y las organizaciones internacionales, entre otras.
LAS NUEVAS MISIONES
MILITARES
El
punto ahora es que luego del final de la “Guerra Fría” se plantea la redefinición
de las tradicionales misiones militares para enfrentar la nueva situación y las
amenazas a la seguridad y defensa del Estado.
De
tal forma por ejemplo que, en Costa Rica y Panamá los ejércitos fueron eliminados, ahora tienen
unas policías militarizadas.
En
Uruguay hay un fuerte debate sobre la eliminación de las Fuerzas Armadas,
principalmente por los altos costos.
En
Argentina, después de largos años de dominio militar de la sociedad, tal es su
desprestigio, que prácticamente su función es decorativa.
En
Centroamérica y México los militares tienen funciones equivalentes a la Guardia
Nacional venezolana.
En
Bolivia, los militares son para la represión política.
En
el Caribe, incluso la propia Cuba ha reducido sus fuerzas militares.
Al
igual que casi todo el resto del continente, con una que otra excepción como
Chile, Colombia y Brasil, Perú y Ecuador, en medidas cada vez mayores sus
militares están dedicados a enfrentar las amenazas a la seguridad y defensa
planteadas luego de la caída del Muro de Berlín.
LA SITUACIÓN MILITAR VENEZOLANA
No
comparto la opinión de Gustavo Coronel, en artículos publicados en la
patilla.com “Eliminar la Fuerza Armada Venezolana”, y de otros que sostienen
que en Venezuela la institución militar se ha convertido en un cáncer social,
que tiende a hacer metástasis. Tampoco en mi libro “Militares y control social
en Venezuela” planteo en ningún momento la condición parasitaria de la institución armada, como me lo atribuye
Coronel.
No
obstante, sí creo que la institución militar está bastante enferma, pero está
igual de enferma como el resto de las instituciones del país. Tampoco creo en
la eliminación de las Fuerzas Armadas venezolana como plantea Gustavo Coronel.
Creo que se trata más bien de reorganizarlas, reducirlas y tecnificarlas para
enfrentar eficientemente las amenazas y la nueva situación de la seguridad y defensa nacional.
Finalmente,
una vez que los militares en Venezuela decidieron intervenir en el debate
partidista, tal como lo están haciendo hoy, se impone una revisión profunda de
la conciencia histórica que ellos como venezolanos tienen de sí mismo y de la
significación de su función en la
sociedad y el Estado; si se dejan solos, pueden hacer demasiado daño.
En
Venezuela, por el celestinaje castrocomunista, la actualización y modernización
de la institución militar presenta un
retraso importante en relación con el nivel alcanzado por las fuerzas militares
del continente. Afortunadamente pareciera que Colombia comienza a resolver su
guerra civil de mediana intensidad. Y la reclamación territorial a la Guayana
Esequiba y el diferendo marítimo con Colombia, los venezolanos no tenemos la
intensión ni capacidad de resolverlos por la violencia.
Entonces,
sí en América Latina, los militares no son para la guerra, para qué sirven los
militares venezolanos?
@CastilloHernan
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