No hay ninguna inocencia en esa degradación
continua del lenguaje y los chistes que provoca sólo cansan. La burla de las
formas gramaticales quiere ser provocación política, torciendo el sentido como para mostrar que el
poder no conoce límites. En este caso, además de querer exhibir el desprecio
por el sentido común, hay una ironía sobre el lenguaje políticamente correcto y
el calvinismo trastocado en arma identitaria. La incorrección del lenguaje se
vuelve "correcta" como alusión a una presunta igualación de género. Y
por ahí se marca territorio y se corrompe aún más la cuestión del lenguaje de
género.
Digo "aún más" porque la idea de
que la igualdad entre hombres y mujeres se logre a costa de eufemismos y
torcimientos lingüísticos sólo puede ser resultado de una perversión muy
profunda tanto de la idea de igualdad como la de la naturaleza del lenguaje. En
español por otra parte los resultados son aún más grotescos porque en nuestro
idioma, la confusión entre el género de las palabras y el género de los
referentes de esas palabras revela mejor que otras lenguas lo absurdo del
emprendimiento. Al no tener género neutro (género gramatical obviamente), el
masculino se usa en castellano como equivalente al neutro. De modo que
"niños y niñas", por ejemplo, tendría que ser algo así como
"niños (en general), niños (varones) y niñas (hembras)" para poder
satisfacer la taxonomía de los obsesivos puritanos que creen que con mencionar
a las hembras se les transfiere una "visibilidad" que no tendrían de
otro modo. Y por supuesto que el material para chistes se vuelve infinito
cuando esta política se encuentra con la ignorancia etimológica: ¿qué hacer con
palabras como "poeta" o "pediatra" que terminan en
"a" pero son masculinas, porque provienen de lenguas que sí tienen
género neutro explícito? Pero lo importante, creo yo, es que cada vez es más
masivo el desplazamiento de lo político hacia la esfera de las prácticas simbólicas,
como intervenciones deliberadas de las formas cotidianas de representarnos el
mundo.
El mundo íntimo queda atravesado por líneas de poder que lo transforman
en algo ajeno, irreconocible. Lo anticipaba Aldous Huxley en una carta a George
Orwell a propósito de la publicación de la novela de este último, 1984, (y
agradezco a Roger Michelena, @libreros, la referencia de
http://pijamasurf.com/2012/03/vislumbres-del-totalitarismo-y-el-control-de-masas-lacarta-de-huxley-a-orwell-al-publicarse-1984/):
"Pienso que en la próxima generación los amos del mundo descubrirán (...)
que el anhelo de poder puede satisfacerse tan justa y completamente lo mismo
sugiriendo a la gente que ame su servidumbre como flagelándolos y golpeándolos
hasta la obediencia".
Parece que toda la vida se nos ha convertido
en una cruzada, llena de imperativos y de vigilancias, con un mar repleto de
mensajes en botellas que alguien leerá o que nadie verá nunca; pero esta, la
resistencia a los totalitarismos lingüísticos, a la irrupción del poder en los
fundamentos de lo que nos es más común y compartido, que es nuestro idioma,
resulta ser la más importante, la frontera última de la identidad.
Que el poder pretenda construir un dialecto
que viola las convenciones degradando la lógica (puesto que eso es lo que es la
gramática); que pretenda imponer una neolengua irracional para adelantar su
proyecto de una nueva cultura diseñada desde las profundidades de su
resentimiento, es, como se dijo desde algún rincón de la abominable alfombra
burocrática, inadmisible.
colettecapriles@hotmail.com
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Concuerdo totalmente con el planteamiento de Colette Capriles. Estos bastardos han intentado desdibujar todos los símbolos y elementos de nuestra nacionalidad e idiosincrasia. Lastimosamente, el carácter "chistoso" que nos identifica contribuye a hacer bromas de cosas serias. De modo que lo que debería producir un rechazo total, deviene en cadenas de chistes que aparentan celebrar las barbaridades INADMISIBLES de este gobiernucho ilegítimo y rapaz.
ResponderEliminarEstoy de acurdo con quine me antecede, y con Colette en su degradacion del lenguaje,
EliminarEsto conincide y sigue con lo que los cubanos han hecho con el/su lenguaje. Y los "pendejos" en Venezuela no se dan de cuenra de ello y lo y todo lotoman como chiste, sin darse cuenta que tambien de alli viene ese comodin de penetracion con el leguaje.
Saludos,
El tigre que no como chiguire