Dialogar con un objetivo ganar-ganar es
deseable, incluso cuando una de las partes
no tiene escrúpulos. Tal es el caso
de dialogar con secuestradores para obtener la libertad de los rehenes a
cambio de respetar la vida de los malandros.
Sin embargo, hay limitaciones y el
diálogo no procede cuando los raptores
son terroristas que constantemente utilizan el plagio como medio de chantaje.
Por ello, con razón, Israel no dialoga
con este tipo de delincuente.
En Venezuela es imprescindibles dialogar con
los simpatizantes del oficialismo para hacerles entender que no somos enemigos,
que deseamos un mejor país para todos y que está demostrado fehacientemente que
el castro-comunismo solo conduce a que todos seamos pobres, salvo la clase
dirigente o la “nueva clase” como la
llamó Milovan Djilas, o sea los
enchufados de hoy. .
Dialogar con Maduro, Jaua y otros puede ser
procedente pero estableciendo condiciones ya que ellos pretenden imponer un
modelo incompatible con el nuestro. Su meta es que el sector privado y la
disidencia desaparezcan o queden reducidos a su mínima expresión y totalmente
supeditados a la revolución. Por ello,
dialogar sin condiciones previas
es perder el tiempo y darles “un segundo
aire” como se dice en términos boxísticos, ya que solo
compran tiempo y tratan de
engañar a los suyos y a la comunidad internacional.
Como los demócratas queremos una salida
civilizada, no podemos negarnos al diálogo, pero previamente el gobierno debe
aceptar unas condiciones mínimas: liberar a los presos políticos, permitir el
regreso de los exiliados, aceptar una auditoría total de los resultados
electorales del 14 de abril, elegir un CNE imparcial y un TSJ donde priven
magistrados intelectualmente honestos que impartan una justicia que no
discrimine entre opositores y oficialistas. Desde luego no pensamos que el
régimen acuerde estas condiciones mínimas, pero en la medida que avance la
crisis está en su mejor interés aceptarlas. Caso contrario le sucederá lo que a
la izquierda guerrillera. Para sobrevivir
el PSUV debe reducirse a su verdadera dimensión y aceptar las reglas de
la democracia.
Como en botica:
1.
Lamentamos
el fallecimiento de Claus Graf, exvicepresidente de Pdvsa, profesional capaz,
sencillo y un caballero a carta cabal.
Claus y otros distinguidos exdirectivos
son ejemplos de que es una falacia generalizar que los petroleros meritocráticos eran
prepotentes.
2.
Nuestro
reconocimiento a Guillermo Zuloaga e hijos por su lucha en defensa de la
democracia al frente de Globovisión.
3.
La
respuesta de Polar a Maduro fue contundente.
4.
La
posición del régimen a la decisión de la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos sobre el caso de RCTV evidencia una vez más que estamos ante un régimen
forajido.
5.
Provea
demostró que la revolución no respeta solicitudes de reivindicaciones sociales
y laborales de los trabajadores y, además, que la represión contra la disidencia se está incrementando.
6.
Los
efectivos del ejército no están adiestrados para controlar la delincuencia.
Pareciera una medida para amedrentar a la alternativa democrática.
7.
¡No
más prisioneros políticos, ni exiliados!
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Comparto el comentario de Eddie Ramírez en esta oportunidad. Efectivamente, la oposición no debe negarse a dialogar con el oficialismo, pero debe establecer previamente ciertas condiciones básicas para conversar, porque, de lo contrario, se le está dando a esta gente una nueva oportunidad para mantenerse en el poder, y después que baje la presión se olvidan de todo lo acordado, como sucedió con las negociaciones que se adelantaron después del 11 de abril con César Gaviria. Por esa misma razón estoy en desacuerdo con la decisión de la MUD de que los diputados de la oposición se hayan reintegrado a la Asamblea Nacional sin que se haya enjuiciado a los agresores y bajo la presidencia de Diosdado Cabello, que no tiene talante democrático alguno. Freddy Zambrano
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