En la Grecia antigua, se llamaba
idiota a la persona que sólo se ocupaba de sus asuntos, de lo particular, de lo
privado, que ignoraba lo público, “un simple espectador”• de los asuntos de la
ciudad, de la poli: de la política.
Martin Niemoller pastor
evangélico alemán, escribió en 1946, después de la segunda guerra mundial, con
sus 60 millones de muertos.
"Primero vinieron a
buscar a los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los
sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los
católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por mí pero,
para entonces, ya no quedaba nadie que dijera nada".
En una conferencia de iglesias
cristianas de ese mismo año de 1946, se confesó culpable "Preferíamos
mantener silencio. Claramente no somos inocentes”
Quiso protestar, cuando ya era
muy tarde, y pasó ocho años en los campos de concentración de Nacional
socialismo Alemán. Lamento entonces, no haber actuado cuando todavía, era
posible.
En la Venezuela de hoy, la
amenaza comunista pende sobre las cabezas de los venezolanos, y algunos
pretenden jugar a ser “simples espectadores” del drama que vive el país. Soy
músico dice uno… yo constructor, dice otro… y aquel alega que es comerciante,
que vive de su trabajo, que él no es político.
Si el propósito del presidente,
de formalizar el socialismo, en Venezuela, se consolida ---es decir: los medios
de producción terminan de pasar a manos del gobierno—la protesta se
terminara pagando, con la cárcel y con
la vida. Por ello debemos ahora, combatir las expropiaciones y reclamar la
privatización, de las empresas en manos del gobierno. Toca en estos momentos
comprometer todas, nuestras energías y recursos, para parar el peligro comunista
La política es demasiado
importante como para dejarla sólo, en manos de los políticos. Debemos
involucrarnos y reclamar la participación ciudadana en la toma de decisiones de
la vida de la ciudad, de la poli.
Los jueces y los fiscales del
ministerio público no pueden seguir siendo electos por el caudillo o los
cogollos de los partidos, porque así, buscan principalmente, complacer a sus
jefes, y tienden a vender sus decisiones
al que mejor pague. Esa es la asquerosa realidad que ha venido experimentando
Venezuela, durante toda nuestra historia. Ahora toca poner en manos de los
ciudadanos esas decisiones --no por los métodos asamblearios y tumultuarios de
los comunista-- a través de elecciones universales y secretas.
Institucionalizar los jurados de ciudadanos, escogidos al azar. Que Los cargos de representación popular pasen
obligatoriamente por elecciones primarias, para que estos se sientan obligados
con los ciudadanos que los eligen, no con el caudillo o con el partido. Y de
esta manera dejemos, de una vez por todas,
de seguir pecando de idiotas.
raulzapataa@hotmail.com
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