Ahora que empiezan a salir los
nombres de los candidatos a las primarias de la oposición, se empiezan a tejer
una serie de novelones alrededor de los protagonistas de estos comicios, los
cuales quedan expuestos a la palestra pública y a la comidilla de todo el
pueblo que como figuras públicas se ven sometidos a toda clase de chismes y
calumnias que destruyen su honra y buen nombre.
En algunos casos el gobierno y
sus medios comunicacionales utilizan elementos mediocres tan bajos y vulgares
como los pasquines, que por ser anónimos permiten toda clase de injurias y
mentiras. En algunos casos vemos a los mismos candidatos dedicando más tiempo a
sacarle los trapitos al sol a su contendor que a mostrar sus planes y proyectos
de gobierno, desgastándose en contiendas que en nada edifican, más bien hacen
daño, alterando aún más el ambiente social, que ya de por sí está alterado por
tanta injusticia y desigualdad.
Sería bueno que las personas
que han decidido inscribir sus nombres para ser elegidos a ocupar estos cargos
públicos tengan en cuenta estas recomendaciones, para que realicen una campaña
limpia, honesta y a la altura que demuestre que sí tienen condiciones morales y
éticas para ocupar estas curules.
Le aconsejo que si lo que va a
decir contribuye a la buena edificación de los oyentes, sigue adelante,
esfuércese en lograrlo, que cada palabra que salga de su boca bendiga y afecte
positivamente, generando bienestar. Recuerde que de la abundancia del corazón
habla la boca, por tanto todo lo que de sus labios salga será lo que piense y
quedará al descubierto según sean sus expresiones, para bien o para mal, ya que
nadie puede dar de lo que no tiene, en cambio, si se notará cuánto ha guardado
en su corazón cuando se exprese con amargura y rencor o por el contrario con
agradecimiento y amor.
No caiga en el juego malévolo
de las calumnias al repetir comentarios de los que no tiene seguridad que son
ciertos, porque no le constan, más bien concédale el privilegio de la duda, por
tanto como no está seguro de la información, mejor calle y no juzgue, evitando
para sí mismo condenación, ya que la palabra de Dios dice que con la misma vara
que medimos a los demás, seremos también nosotros medidos, tal como lo dice
Santiago 4: 11 "hermanos, no murmuréis los unos de los otros.
¿Quién eres para que juzgues a otros?"..
Por naturaleza nos encanta enterarnos de lo que les sucede a los demás, prueba
de ello son el éxito de las telenovelas que mantienen a miles de personas
cautivas siguiendo sus capítulos, para enterarse de todo lo que les pasa a sus
protagonistas. Cuanto más los personajes de la vida real, que desencadenan toda
clase de comentarios, en especial en esta época preelectoral, donde los
políticos son la comidilla del pueblo. A ellos les digo que no pierdan el
tiempo hablando mal de los demás.
Más bien ganen tiempo
presentando sus proyectos y programas de gobierno y convenciendo a sus posibles
votantes del por qué es más conveniente votar por usted, presentando propuestas
claras y convincentes que demuestren el compromiso y el trabajo para con la
comunidad. Ruego a Dios que sepamos escoger a los mejores, para que no sigamos
quejándonos otros años más.
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