2011 fue un año que brindó
numerosas oportunidades al comandante gobernante para resarcir equivocaciones
cometidas en nombre del socialismo del siglo XXI. No obstante, insistió en
ahondar y mantener sus propuestas demagógicas e intenciones populistas con las
cuales siguió demostrando su capacidad de manipulación de los más desposeídos.
Antonio José Monagas
Indudablemente, 2011 fue un año
difícil. Pero sobre todo, en política. Se caracterizó por inexorables tiempos
de demagogia y de desespero electoral. Aunque seguramente no fue más vehemente
de que lo que será 2012. Durante 2011 pudo apreciarse una gestión gubernamental
cargada de conflictos que sólo fueron expresión de la mortificación de un
Ejecutivo Nacional que desde hace algunos años sabe que la tiene perdida. Sabe
bien que su popularidad ha venido decayendo de forma abismal. Justamente, por
causa de los reiterados errores cometidos al momento de gobernar con conciencia
democrática.
Es esto lo que intenta
disertarse en las siguientes líneas. Particularmente, por la proximidad de
tiempos más enrarecidos a consecuencia de lo que habrá de jugarse el país
cuando elija el nuevo cuadro político que deberá asumir con responsabilidad y
ecuanimidad la conducción de una nación profundamente confundida y atrapada
entre múltiples penurias y peligrosas xenofobias.
2011 fue un año que brindó
numerosas oportunidades al comandante gobernante para resarcir equivocaciones
cometidas en nombre del socialismo del siglo XXI. No obstante, insistió en
ahondar y mantener sus propuestas demagógicas e intenciones populistas con las
cuales siguió demostrando su capacidad de manipulación de los más desposeídos.
Aunque éstos no tantos como ayer. Aún así, constituyen hoy su bastión
electoral.
A pesar de las protestas ante
los abusos y desafueros perpetrados, el presidentes de la República continuó
apropiándose del erario no tanto para subvencionar la pobreza mediante el
reparto de migajas que apenas sirven para incitar el hambre acumulada y excitar
el resentimiento que aviva el socialismo. Pero sí, para encubrir la corrupción
que se trama en las altas y medias esferas gubernamentales con cinismo y
soberana impunidad.
Por esa razón impera la
complicidad entre poderes públicos para de esa forma acicalar realidades que
son empleadas por los agentes gubernamentales para vender al resto del mundo
una imagen adulterada de país mediante la cual ofrecer la sensación de
“pletórica felicidad”. Por demás, falseada. Cosas propias de un populismo que
raya con el fascismo.
La promesa, tantas veces
declarada, de “construir un país a la altura de su historia patria”, se
convirtió en un ejercicio de mera retórica. Tanto fue así, que con la excusa de
realzar la idea de democratizar el sistema político, siguió demoliéndose la
institucionalidad de instituciones puntales para el desarrollo nacional como
las universidades autónomas, los medios de producción y los medios de
comunicación. No hay duda de que el odio enfermó al presidente Chávez. Para
decirlo con otras palabras, en 2011 arreció el resentimiento como criterio de
gobierno. O sea, arreció el canibalismo político.
VENTANA DE PAPEL
CUANDO PESAN LAS CULPAS
Los chavistas dirán “gracias
Chávez” o “cuán bondadoso es Chávez”. Pero ninguna de esas expresiones tiene
sentido ante la “medida humanitaria” concedida por el Tribunal respectivo al
Comisario Henry Vivas. La realidad es distinta de la que algunos obtusos pueden
imaginarse. Detrás de tan farsante medida, se esconden razones que develan
intereses politiqueros que hablan del carácter injusto y represivo del régimen
socialista. Si bien el cuadro clínico del Comisario Vivas revela Vivas que
padece un tumor en las cuerdas vocales, tromboflebitis e irritación en el
colon, lo que puede desembocar en cáncer, gastritis erosiva, problemas
respiratorios y pérdida progresiva de la audición y la visión, en el fondo la
situación tiene una lectura que sólo es demostrativa del aspaviento que dicha
decisión representa. No se trata de aplicar el artículo 502 del Código Orgánico
Procesal Penal el cual refiere la libertad como medida condicional.
El problema tiene en el
trasfondo las culpas que pesan sobre el remordimiento del jefe del régimen
quien busca aparentar realidades diferentes de las impuestas con único
propósito de ganar indulgencias que conmuevan la opinión política
internacional. Que sensibilicen al Congreso uruguayo haciéndole ver que en
Venezuela se “respetan” los derechos humanos. Ello, por las dificultades que
tiene el país para ingresar al Mercosur. Pero debe entenderse que un gobierno
que permite que su sistema judicial actúe según los caprichos presidenciales,
es porque lo envilece la vergüenza. Sus actos no inspirarán respeto y ello,
conduciría a la inmoralidad y deshonra.
MI CARTA AL NIÑO JESÚS
Querido Niño DIOS. Esta vez no
quiero pedirte nada que refleje lo que quisiera tener entre mis cosas. Porque
sé que este espacio es breve y tu tiempo para leerme más aún, lo aprovecharé
para pedirte por mi país. Bien sabes que vivimos como “perros y gatos”. Es
decir, peleándonos o insultándonos sin otra razón que defender posiciones
ideológicas que en algunos se convirtió en oportunidad para lucrarse a
costillas del erario nacional. Esta vez Niño Jesús, voy a pedirte por las
madres que sufren la partida de un hijo por culpa de la violencia que domina
todo los ámbitos de la nación. No sólo por el fanatismo político que ha dañado
la paz que una vez se tuvo. También, por la avaricia que crean las expectativas
del dinero o del poder mal entendido. Niño DIOS, tampoco quiero que olvides
aquellas personas que, a pesar del sacrificio que a diario hacen por crecer
profesionalmente, siguen a la deriva ya que los gobernantes acabaron con buena
parte de las industrias y hoy acaparan lo poco que queda entre el desorden y la
indiferencia social que los caracteriza.
Igualmente sabe Usted que este
nuevo año será electoral por lo que las tentaciones pudieran canalizarse
contrarias al sentimiento democrático que anhelamos. Entonces mi Querido Niño
Jesús, te pido que nos arrope con tu manto de amor para que la conciliación
vuelva a reinar en Venezuela. Así, el país retornaría a vivir en democracia
pues lo contrario sólo generaría más caos y es, justamente, lo que no queremos
vivir como sociedad. Niño Jesús, porque sé que vas a leer mi carta, aunque con
enormes peticiones, me despido de Usted convencido que su bondad cubrirá al
país. Niño Jesús, finalmente deseo que nos bendiga por siempre. Amén.
¡CUIDADO CON DISCURSOS HUECOS!
Este cuento, permite comprender
hasta dónde los discursos son verdaderos o meras construcciones de sandeces. Un
día, un ferretero fue al médico a diagnosticarse. Luego de la consulta pidió la
cuenta y el médico le contestó: - No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy
haciendo servicio comunitario. El ferretero quedó agradecido y se despidió.
Cuando el médico fue a abrir el consultorio al día siguiente, había una nota de
agradecimiento y un juego de herramientas de obsequio en la puerta. Enseguida,
entró un panadero a la clínica, y cuando fue a pagar, el médico respondió: - No
puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El
panadero se puso contento y se fue. A la mañana siguiente cuando el médico
volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de panecillos esperándolo
en la puerta. Más tarde, un maestro fue al consultorio a hacerse el examen de rutina y al momento de
pagar, el hombre otra vez respondió: - No puedo aceptar dinero. Esta semana
estoy cumpliendo servicio comunitario.
El maestro con mucha alegría se
fue. A la mañana siguiente, cuando el galeno abrió, halló una nota de
agradecimiento y una docena de diferentes libros, tales como “Cómo gerenciar la
medicina” y “Cómo volverse exitoso”. Entonces un diputado fue a la consulta
médica y cuando fue a pagar, el profesional de la salud nuevamente dijo: - No
puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo servicio comunitario. El
diputado contento se alejó. Al día siguiente cuando el médico fue a abrir la
consulta, había una docena de diputados, alcaldes, concejales, directores de
oficinas gubernamentales... haciendo cola para chequearse gratis. Hasta acá, es
el relato. Ahora la moraleja deja ver que este cuento plantea la diferencia fundamental
que actualmente existe entre los ciudadanos comunes y los miembros de la
honorable clase política oficialista que tiene el país. De manera que hay que
cuidarse de quienes engañan con discursos huecos o sin base moral de contenido.
Mosca pues con la majadería de tanto politiquero de oficio.
REFLEXIONES DE UNA LECTORA
“El hecho de haberme ausentado
de mi amada y hermosa Venezuela, no es óbice para no seguir conectada con
nuestra realidad política. Tus acertados comentarios, hacen que cada día tome mayor conciencia de una
realidad que a todas luces nos las quieren vender como si estuviéramos viviendo
un cuento. Aunque “Alicia y el país de las maravillas” queda corto. El país
vive una eterna mentira, barnizado de regalos y en medio de un desmedido populismo.
Uno de los males que más nos aqueja como país, resulta pequeño comparado con la
descarada y grosera corrupción que va desde lo insólito hasta lo increíble. Son
aquellas situaciones donde impera la anarquía y el robo que hasta los mismo
rojitos quedan asombrados”.
“Ahora vienen las votaciones en
un año donde se conjuga una suerte de profecía. Venezuela no podía estar
ausente de un panorama que, por la incertidumbre, no podemos vislumbrar con
certeza dentro de la democracia. Y aunque el optimismo es mi escudo y siempre
mi fe es ciega ante la adversidad, aún creo en el deseo de muchos venezolanos
de vivir en una Venezuela libre, demócrata, con seguridad y en paz. Deseo
expresarte mis más sincero agradecimiento por tu constancia, perseverancia y sobre todo tu coraje, actitud ésta que nos
hace falta a muchos pues escondidos cómodamente o no tan cómodos, con caretas
de hipocresía, aceptamos tanta vileza porque nos hemos hecho súbditos del miedo
y esclavos de la cobardía y aceptamos con cara de imbéciles cuanta grosería,
incapacidad, patanería se le ocurre al innombrable. Con la firme esperanza del despertar de la conciencia democrática de
mi pueblo, desde mi corazón a tu corazón deseo que 2012 sea un mejor año de todos
los atrás vividos. Jamás pierdas la esperanza en la justicia y en el amor. Y
que la alegría corra como agua de manantial por tu rostro”. Alix Mora.
amonagas@cantv.net
@ajmonagas
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