En los últimos años se ha utilizado la expresión “capitalismo de Estado” para designar el régimen económico-político que esta viviendo Venezuela. Sin embargo, nos parece que es una mala utilización conceptual, que está muy lejos de caracterizarlo adecuadamente.
La Real Academia Española, en su Diccionario de la Lengua Española, define como capitalismo: “Régimen económico fundado en el predominio del capital, como elemento de producción y generador de riqueza” (1992: p400). Igualmente, el capital es definido como: “Elemento o factor de producción constituido por inmuebles, maquinaria o instalaciones de cualquier género, que, en colaboración con otros factores, se destina con carácter permanente a la obtención de un producto” (idem).
De la definición anterior, se desprende que el capitalismo es un término utilizado para desinar un régimen productivo, sin ninguna connotación moral o distributiva de la riqueza, simplemente significa que si se utilizan los bienes de capital, sobre los otros factores (tierra y trabajo) para producir un bien, estamos hablando de capitalismo.
Si detallamos el discurso oficial, veos que este se centra, en la utilización intensiva del factor trabajo y en la distribución de la riqueza, temas que no están contemplados en la definición dada. Por lo tanto, ajustándonos a ella, sería imposible definir el actual régimen económico de capitalista.
Más contundente es la definición dada por María Teresa Romero y Aníbal Romero en su “Diccionario de Política: ”En forma genérica y amplia, se entiende por capitalismo el sistema socioeconómico organizado en torno a un mercado y con base en dos principios esenciales: el derecho de propiedad privada y la libertad de contrato”. (PANAPO, 2005: p37)
De esta definición destacaremos tres puntos: i) mercado; ii) propiedad privada y iii) libertad de contrato.
El capitalismo se apoya en la llamada economía de mercado, el cual se caracteriza, entre otras, por la transparencia, la libertad de entrada y salida de los factores productivos y el precio como regulador del mismo. Desde hace 8 años existe una regulación del tipo de cambio (pecio de las divisas expresada en bolívares) y regulaciones en el precio de venta de una variedad creciente de bienes y servicios (agravada por la entrada en vigencia de la ley de costos y precios justos) que impiden el desarrollo normal del mercado. Igualmente el principal producto de exportación de Venezuela (el petróleo) fija su precio de venta apoyado en un sistema oligopólico (el Cartel) que nunca se permitiría dentro del territorio nacional.
La propiedad privada es uno de los fundamentos del capitalismo y su definición se basa en tres principios: libertad de compra, disfrute y disposición. En la actualidad hay serios intentos de eliminar la tercera, la disposición.
La Ley de Arrendamiento; de costos y precios justos; la inamovilidad laboral, etc., condicionan y restringen la libertad de contratos.
Por lo antes expuesto (sin juzgar la parte ética, ni hacer afirmaciones sobre que tipo de régimen es mejor, ya que está fuera del alcance de este análisis) el actual régimen no se puede caracterizar como capitalista y menos de capitalismo de Estado.
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