El director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela, José Guerra, aseguró que el masivo endeudamiento promovido por el Gobierno compromete a las generaciones futuras y tendrá un fuerte impacto inflacionario.
El economista indicó que en el Parlamento hacen falta personas con criterio para decidir qué le conviene al país y ser contralores de la gestión fiscal El economista José Guerra considera que el nivel de deuda que actualmente promueve el Gobierno nacional no es soportable por la economía venezolana que, en el 2009, cerró con un repliegue de 3,3% y que en el 2010 inició con una contracción de 5,8% del Producto Interno Bruto.
En una visita a Ciudad Guayana, el director de la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela (UCV) manifestó su apoyo a los candidatos de la Mesa de la Unidad por el estado Bolívar de cara a las elecciones parlamentarias del próximo 26 de septiembre.
Sostuvo que las últimas semanas han sido críticas para la deuda pública, debido al préstamo con la República Popular China por 20 mil millones de dólares y la emisión de bonos del Ejecutivo por 3 mil millones de dólares, que -aseguró- perjudicarán a las futuras generaciones.
"La República de Venezuela dadas las carencias fiscales ha contratado un préstamo con China por 20 mil millones de dólares", que serán entregados en dólares y yuanes, a cambio de 100 mil barriles de petróleo diarios, explicó.
"Esta deuda va a comprometer a la generación futura", dijo, al recordar que el endeudamiento iniciado por la República en 1974 fue pagado años después "con una restricción importante del presupuesto nacional que tuvo que dedicarse al pago de la deuda en lugar de dedicarse a educación o salud".
En este caso, indicó, el camino es similar, "con un nivel de deuda no soportable por la economía venezolana".
Deuda pública
El economista precisó que la deuda pública se ubicaba en 30 mil millones de dólares cuando el presidente de la República, Hugo Chávez, llegó al poder y hoy está cerca de los 120 mil millones de dólares, de modo que se ha cuadriplicado durante el Gobierno actual, el mayor nivel en la historia venezolana.
En el gobierno de Jaime Lusinchi (1986), precisó, la deuda alcanzó a 70 mil millones de dólares.
"Esa deuda significa un sacrificio en el gasto social", dijo, al destacar que es "ilegal", pues va en contra de la Ley Orgánica de Administración Financiera del Sector Público que norma los créditos externos y la necesidad de que el endeudamiento sea avalado por la Asamblea Nacional a través de una Ley Especial.
A la par de este endeudamiento, sumó la emisión de bonos de 3 mil millones de dólares a cargo del Ministerio de Planificación y Finanzas que -indicó- no serán destinados a mejorar las capacidades productivas del país sino al pago de gastos corrientes. "La deuda tiene un efecto pernicioso cuando no se utiliza para fines productivos", dijo.
Guerra indicó que el país está en un estado de precariedad financiera, debido a un mal manejo fiscal y una visión estatista sin resultados positivos.
"Por eso se requiere gente en el Parlamento con criterio objetivo para valorar lo que le conviene o no al país".
Menor competitividad
Por otra parte, explicó que los salarios reales cayeron 9% en el segundo trimestre de 2010, comportamiento que deteriora el poder adquisitivo del venezolano. "Es la hora de que el movimiento laboral se plantee la preservación de su poder adquisitivo tanto por vía directa como indirecta", dijo, en un escenario en el que el proceso inflacionario se ha convertido "en una calamidad".
Apuntó, además, que la inflación incide en los costos de producción de las empresas básicas, cuestión que resta competitividad a las industrias en los mercados internacionales "y van a ir a la quiebra a menos que se definan políticas claras para aumentar la productividad, bajar la inflación y restablecer el poder adquisitivo de los trabajadores".
"Las empresas están literalmente quebradas por falta de materias primas, recurso financiero y también por la inflación", de allí que se creara el mecanismo de reventa tras la importación de materias primas y semielaborados, "pero estas empresas no pueden vivir del subsidio cambiario".
Aunque el Ejecutivo ha negado que el Banco Central de Venezuela financie a las empresas estatales, Guerra explicó que los pagarés -emisión realizada recientemente por la CVG- son comprados por el ente emisor, que a cambio emite bolívares. "La empresa resuelve el problema, pero ¿cómo paga luego al BCV?, debe emitir nuevamente un pagaré y el país se inunda de bolívares que no valen nada".
Detrás de este proceso de emisión de dinero, destacó, está la inflación que en el caso de Venezuela cerrará el 2010 en el nivel más alto del mundo, puntualizó.
Inflación en ascenso
"La inflación generado por estos instrumentos puede ser peligrosa porque cuando el mundo tenía inflación, Venezuela no tenía inflación. Ahora, el mundo no tiene inflación y Venezuela sí", señaló el economista José Guerra, al precisar que la inflación promedio mundial es de 3%, mientras que la venezolana es de 30%.
"Lo que va a ocurrir es que Venezuela va a cerrar el 2010 con la inflación más alta del mundo, porque ya Zimbabue resolvió el problema adoptando dos monedas, el rand y el dólar", subrayó.
El economista indicó que no ve posible una mejora del Producto Interno Bruto, debido a la caída del consumo por la merma de los salarios reales.
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