Me parece mentira tener que escribir estas cosas… Verdaderamente los ranchos mentales son más fuertes que cualquier otra cosa. Y lo peor es que, aparentemente, son permanentes. Ningún tipo de educación, preparación, o crianza los hacen desaparecer cuando se instalan en la bóveda craneal. Tendríamos que dedicarles cientos –si no miles- de palabras para tratar de contrarrestar el efecto, pero es que las “eminencias grises” de la política no ayudan tampoco. Su interés en mantener a ese pueblo así es consecuencia de su propósito de mantenerlo en la más cruda ignorancia, no vaya a ser que cuestione sus “ideas”. Y, por tanto, los mantiene dentro de esa endiablada felicidad que da la ignorancia…
Es inimaginable que tras ¡DOCE! años el pueblo siga creyendo en las más disparatadas e increíbles promesas de quien ha demostrado no poder –ni saber- cumplir ni una sola de ellas. Siguen con el sonsonete de “él es bueno pero lo tienen engañado” o “es que no le dicen las cosas”, y son tan infelices que no caen en cuenta que con eso lo llaman –para usar lo más suave posible- imbécil. Es él quien nombra TODOS los cargos del país: si lo engañan, o no le dicen las cosas, tienen a la vista la mejor prueba de inutilidad e incapacidad del caballero de marras. Después de ¡DOCE! años, nos salen con un nuevo (y “brillante”) eslogan: “Déjenlo trabajar”. ¿Y es que lo ha hecho en algún momento de esos ¡DOCE! años? ¿En qué …? Si con la Asamblea, el Tribunal Supremo, el Poder Moral y cuanta autoridad se ha creado en sus manos nada ha hecho, ¿qué pretende hacer ahora…?
Hasta las excusas son absurdas. Si se acusa a Qaddaffi de masacrar a su gente, a él “no le consta”; si se acusa de lo mismo a Micheletti, ¡hay que intervenir!; nadie debe “inmiscuirse en los asuntos internos de Libia”; ¿y su intervención abierta en los asuntos de Honduras? (seguimos sin reconocer el presidente electo en elecciones legítimas y ¡exigimos! la “reposición de Zelaya”. ¿Eso no es intervención?). Si, como es de esperarse, fallan las medidas económicas tomadas por ¡un ingeniero eléctrico!, la culpa es “del Imperio”, del “complot mediático” o de “los montajes de la banca internacional”, y, con el cuento, tenemos la inflación más alta del mundo, cero producción, una economía y una agricultura de puertos y no hay manera de que aprenda. Pero lo grave es que aún lo apoyen. ¿Será masoquismo ideológico? Y se vuelven locos cada vez que les menciona todo “el amor que siento por el pueblo”. Si eso no lo es, no entiendo qué es masoquismo.
LOS QUE TIENEN UN RANCHO EN LA CABEZA NO QUIEREN QUE ESTO TERMINE |
Todo ello debidamente acompañado por eslóganes vetustos y fracasados. ¿Algo más ridículo que el “¡hasta la victoria siempre!”? Se repite incesantemente desde 1959 en Cuba (y ahora aquí), como se repitió en Chile; pero, ¿cuál, o cuáles, han sido esas victorias? Cuba está al borde una hecatombe económica… “La espada de Bolívar por América Latina”, ¿haciendo qué, sembrando miseria por donde pasa …?; “el pueblo, unido, jamás será vencido” ¿y dónde ha triunfado? ¿Existe algún país de orientación “zoocialista” que haya triunfado en algo o logrado el bienestar de sus ciudadanos? ¿No sería más útil darnos una vuelta por los países “capitalistas” y aprender de ellos? Sin tanta verborrea disfrutan de un nivel de vida infinitamente superior al nuestro.
Más increíble aún es que todo esto venga de los labios de una golpista sin empacho en adjudicar el mismo adjetivo a quien disienta de su manera de ver el mundo (que, al revés de lo que piensa, NO gira alrededor suyo; gira en sentido contrario) Y que decir todas estas cosas me haga merecer ser llamado negativo, quintacolumna o antioposición es la guinda que le faltaba a la torta. Es una carga frontal de lado y lado . Es negar el derecho de señalar aquello que nos parece que no funciona como debe. De lado gubernamental, se espera. De la oposición, es recibir el mismo trato por decir verdades como catedrales que no por ello son agradables.
Y, volviendo al pueblo, aunque sean cosas “intangibles” para él, es sorprendente que ni siquiera tome en cuenta el descenso en la producción de petróleo, por ej., la merma de las reservas internacionales (¿de dónde creerá que saldrá el dinero para las viviendas ofrecidas?) Es doloroso ver cómo un pueblo que hasta ayer creímos honesto y trabajador se destape aspirando a que el Estado les provea lo que la holgazanería y las malas costumbres debidamente aprendidas no proveen. Es un ansia de saquear cuanta empresa, instituto o compañía produzca sin necesidad de contribuir a su producción;
saquear.(De saco).
1. tr. Dicho de los soldados: Apoderarse violentamente de lo que hallan en un lugar.
2. tr. Entrar en una plaza o lugar robando cuanto se halla.
3. tr. Apoderarse de todo o la mayor parte de aquello que hay o se guarda en algún sitio.
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A esto le sumamos una envidia incomprensible hacia el éxito ajeno que ése mismo pueblo no termina de entender que es contraproducente para su propio bienestar, como si destruyendo todo a su paso fuera posible hacer un país que funcione. Es tan imbécil la mentalidad colectiva de las pobladas –porque nada más que eso son- que son incapaces de entender que si se llevan al matadero las reses dedicadas a la subsistencia de esa raza vacuna no tendrán más reses en el futuro y habrán agotado hasta su propia alimentación. Que la destrucción de una empresa de productos lácteos les privará, inmisericordemente, de tales alimentos. Que a quien se roba no es a un ente abstracto e intangible que se llama Estado, que es a sus propios hogares, a sus propias familias y vecinos. Pero no, el reparto de limosnas gobiernero los ha convencido de la inagotabilidad de los recursos, sin que nadie les señale las bajas en reservas, los gastos en reposiciones innecesarias ni las bajas en producción del bien que sea.
¿Es posible que hoy, después de ¡DOCE años! del más ruin desgobierno que haya conocido nuestra historia, haya que seguir explicando todo esto? ¿Será que nuestros genes se niegan a reconocer algo –intangible también- llamado “inteligencia”? ¿O que tras una noche de “rumba” los efectos del lavagallo obsequiado no han desaparecido aún? ¿Es que acaso la inconsciencia de este pueblo seguirá ad aeternum? Basta oír las cretinadas del impedido genético que se cree jefe y señor de la economía nacional para darnos cuenta del estado deleznable al que nos han arrastrado. No hay que ser particularmente brillante para hacer una ligera comparación entre la Venezuela que recibió y la que nos entrega; nos entrega los restos de algo que ni siquiera pretende ser una “aldea Potemkin” [wikipedia:
La expresión Pueblo Potemkin o Pueblo de Potemkin o Pueblos Potemkin se debe al mariscal duque Grigori Alexandrovich Potemkin (1739-1791) para designar aldeas, pueblos, villas inexistentes en Crimea. Algo se define como Pueblo de Potemkin cuando se quiere describir una cosa muy bien presentada para disimular su desastroso estado real. A primera vista parece muy bien acabado y deja a todos impresionados, sin embargo le falta la substancia principal. Es más común la forma plural pueblos Potemkin] que guarde, por lo menos, la ilusión de que, aunque sean fachadas, se ha hecho algo. No; el objetivo es destruir por el mero placer de hacerlo y que, como decía el Dr.Herrera Campins, “quien venga atrás que arree”. ¿Cuál sería el mal tan grave que se les causó para que un país entero tenga que sufrir las consecuencias de su ira…?¿Cuál el que les motiva a crear injerencias de Venezuela en países que ni siquiera han sido aliados tradicionales?
¿Habrá un solo dirigente de oposición capaz de hablar a ese pueblo en términos tan claros y simples? Porque lo que se nos viene encima no es para sonreír; quien herede el pesadísimo legado de tales ineptos no se va a poder dedicar a ejercer funciones normales de Jefe de Estado. Por el contrario, faltarán horas de horas para revertir aunque sea una pequeñísima parte de los daños que se han causado al país y comenzar su reconstrucción. Varios planes Marshall derrochados por el delirio de un desadaptado no se recuperan ni fácil ni difícilmente; sencillamente no se recuperan. Tal vez, si hubiéramos perdido una guerra, nuestro futuro se vería más optimista…
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