¿Por qué resulta tan difícil, por ahora, pensar de manera consensuada en un futuro en el que todos los venezolanos podamos resolver de común acuerdo los principales problemas que hoy aquejan a la sociedad venezolana?.
La respuesta se cae por obvia. Cuando el primer mandatario del país ve a la sociedad venezolana de manera maniquea, es decir, que sólo son buenos los que lo apoyan y malos todos los otros, no sólo está moralmente equivocado sino que si de verdad piensa que hay que cambiar para mejorar, al comportarse de esa manera, está condenando los cambios que promueve a que desaparezcan inexorablemente con el pasar del tiempo.
Nada puede ser duradero si no tiene el apoyo y el consenso de la mayoría de los habitantes del país.
La respuesta se cae por obvia. Cuando el primer mandatario del país ve a la sociedad venezolana de manera maniquea, es decir, que sólo son buenos los que lo apoyan y malos todos los otros, no sólo está moralmente equivocado sino que si de verdad piensa que hay que cambiar para mejorar, al comportarse de esa manera, está condenando los cambios que promueve a que desaparezcan inexorablemente con el pasar del tiempo.
Nada puede ser duradero si no tiene el apoyo y el consenso de la mayoría de los habitantes del país.
Si una lección podemos sacar de lo que ha ocurrido en Venezuela a raíz de los golpes de Estado y golpes jurídicos que acabaron irregularmente con la presidencia de Carlos Andrés Pérez es que de la precipitación , de los intereses ocultos para aparentar ambiciones nobles, del populismo como método para perpetuarse en el poder no queda nada bueno para el futuro de nuestro país.
La inmensa mayoría de los venezolanos hemos cambiado. Ya no aceptamos la injusticia social. Queremos resolver los problemas de inseguridad, alto costo de la vida, mal funcionamiento de los servicios públicos, arbitrariedad en el gobernar, paralización de la justicia, corrupción e ineficiencia en el manejo de la cosa pública. Ese deseo nos une a la mayoría de nosotros sin que pese en ello que seamos escuálidos, chavistas o ni-ni. El que no entienda esto no podrá sacarnos del atolladero y para darse cuenta de que ése es el verdadero país basta que vea cómo nos une el béisbol aunque seamos del Caracas, de Magallanes, Tiburones, Águilas, Bravos, Cardenales, Tigres, Caribes o lo que salga. Todos nos alegramos cuando Félix Hernández ganó el Cy Young o cuando Santana también lo obtuvo y, en esos instantes, ya no somos fanáticos de ningún equipo, no somos chavistas o anti chavistas, somos venezolanos que nos sentimos felices por el éxito de uno de nuestros hermanos.
Dividiendo no se construye sólo se pueden lograr los objetivos sumando. Un mejor país resultará de un entendimiento fundamental entre opositores, chavistas e independientes. Ese es un sueño pero los sueños pueden convertirse en realidad, al menos así lo pensaron Martin Luther King, Mandela, Walesa, Gandhi , Adenauer y De Gaulle.¿Es acaso más difícil lograrlo en Venezuela ?. Las grandes hazañas las hacen los hombres comunes , es hora de rectificar y juntar las manos para construir un gran país en el que de verdad quepamos todos.
EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, ACTUALIDAD, VENEZUELA, OPINIÓN, NOTICIA, REPUBLICANO LIBERAL, DEMOCRACIA, LIBERAL, LIBERALISMO, LIBERTARIO, POLÍTICA, INTERNACIONAL, ELECCIONES,UNIDAD, ALTERNATIVA DEMOCRÁTICA
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.