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jueves, 25 de noviembre de 2010

TRIBUNA LIBERTARIA., RAUL AMIEL - COMPENDIO OPINÁTICO.- 25/11/10 OPINIONES DE ENRIQUE PEREIRA, GERÓNIMO FIGUEROA FIGUERA Y ALONSO MOLEIRO



*ESTEBAN: ¿CUÁL PARTE NO ENTIENDES?. ENRIQUE PEREIRA
*SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, ES COMUNISMO. GERÓNIMO FIGUEROA FIGUERA
*ECOS DE AMENAZAS. ALONSO MOLEIRO


ESTEBAN: ¿CUÁL PARTE NO ENTIENDES?. ENRIQUE PEREIRA

Democracia es gobierno del pueblo. Pueblo es un sustantivo, pero también el sujeto de la acción de gobierno. Déjame explicártelo despacito: necesitaste de una acomodaticia distribución de los votos para lograr la cantidad de votos que te permitiera mantener en la Asamblea un poco menos de cien diputados. Perdiste por una “pírrica” cifra aquel referéndum en que nos tratabas de empujar tu trasnochado socialismo. Te fabricas una explicación puertas adentro, para convencerte de que eres mayoría y que el pueblo te sigue. Tú pareces no entender que cada día tienes menos pueblo, te niegas a aceptar esa realidad y actúas tal como si eso no es importante. Tú eres el único que recibe una paliza electoral en la Universidad del pueblo; la UCV, y volteas la cara para no enterarte, al tiempo que dices que esa es una Universidad de ricos. Hace rato que estás fugado de la realidad. Eso le da a la gente que come mucho salmón ahumado y trufas.
Tú eres tal cuál como los deportistas que paran el reloj antes de terminar de correr y luego se creen la mentira de que hicieron menor tiempo. Y se la creen tanto, que son capaces de ir a una Olimpíada a correr su mentira.
Aterriza de una vez por todas y cuéntate en silencio para que te des cuenta que de una manera irresponsable, estas despreciando los votos de un grupo muy grande de venezolanos, que somos pueblo, y que tú pretendes ignorar olímpicamente. Pueblo no es un verbo que tú conjugas a tu antojo. Pueblo es todo aquel venezolano que se aproximó a una cola de votación para enviarte un mensaje, que tú no terminas de entender. Ese es el mismo pueblo que no entiende esa guerra antiimperialista que nos quieres acuñar, incluyendo ese pavoso acto de apoyo que nos diste ayer por la tarde. Pueblo es el que se mojó con las lluvias de las últimas horas, que tú ni siquiera nombraste en tu decreto de radicalización.
Radicalización deberías pedir a los tribunales para que enjuicien a los que produjeron el desastre de las ciento veinte mil toneladas de comida, los que dejaron colapsar el Metro, los que permitieron el desastre eléctrico y los que han logrado destruir a la industria petrolera. Claro, en tu mentira, es más importante combatir al que vendía carros y es propietario de un canal de televisión que destapa tus ollas podridas. Barreto y otros tantos que robaron el erario nacional que se rasquen la barriga. La mentira revolucionaria, usa una cobija corta y se le salen los pies por debajo, a la luz de todo un pueblo que observa.
A mí me parece una grandísima falta de respeto para con los diputados que elegimos, que tú los trates de la manera que los tratas. Esos diputados nos representarán a nosotros, los millones de venezolanos que no votamos por ti y esos son tan diputados como lo tuyos. Sí tú no entiendes de una vez por todas esto, deja de llamarte demócrata y bautízate como dictador.
En esta carrera loca por conservar el poder que ya sabes perdido, estás cada día más distante de la realidad. Ya viene el primero de diciembre y nos espera un discursito de amor, al pie de algún pesebre, abrazando niñitos. Pídele al niño Jesús una calculadora, la estás necesitando con urgencia.


SOCIALISMO DEL SIGLO XXI, ES COMUNISMO. GERÓNIMO FIGUEROA FIGUERA


Para quienes siguen creyendo en pajaritos preñaos o que los muchachitos los trae la cigüeña, les digo que despierten porque la vaina no es así. El Socialismo del Siglo XXI que tanto pregona el presidente Chávez es el mismo comunismo impuesto a principios del XX en Rusia y expandido a varios países que fueron convertidos en satélites, cuyos habitantes eran una especie de esclavos del Imperio Soviético.

Para quienes no saben, especialmente los jóvenes con edad hasta 30 años, el imperio soviético, compuesto por 15 naciones esclavizadas y 7 naciones satélites, semi-esclavizadas, se llamaba Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y estuvo gobernada por los comunistas desde el año 1917, cuando derrotaron a los Zares, hasta el año 1991, cuando se derrumbó como un castillo de arenas. En 74 años tuvo solamente 5 presidentes y cuatro murieron en el poder de viejos.

No fue ningún oligarca y mucho menos un agente de la CIA, sino Fidel Castro, dictador rojo del Caribe, quien dijo que el Socialismo del Siglo XXI, es el comunismo que pregonó Carlos Marx y es el mismo que ha pisoteado durante 52 años a los cubanos.
Por qué socialismo es comunismo?

Confiscar empresas en nombre del socialismo y no pagar a sus dueños, tal como lo hacen en Venezuela, es comunismo y es lo mismo que hicieron los rusos Vladimir Lenin, León Trosky y José Stalin en Rusia y Fidel Castro en Cuba, quienes convirtieron a esos estados en dueño de todo y a los habitantes en dueños de nada y esclavos de los gobiernos.

Armar expedientes para criminalizar a la disidencia y enviarlos a prisión, como hicieron contra José Sanchez Masuco, Biagio Pirieli, Lazaro Forero, Henri Vivas, Iván Simonovis, Otto Gebauer y María Lourdes Afiuni, hoy detenidos. Richard Blanco, Gustavo Azócar, Oswaldo Alvarez Paz y otro centenar de venezolanos que estuvieron en prisión y hoy tienen medidas cautelares, es lo mismo que hicieron los comunistas en Rusia para enviar a los disidentes, especialmente a los intelectuales, a las campos de concentración de Siberia y lo que hizo Fidel Castro, Raúl Castro y el Che Guevara para encarcelar y fusilar a inocente.

En Venezuela hasta los momentos no habido fusilamiento en las cárceles, tal como hubo en Rusia y Cuba, pero en 12 años de Socialismo del Siglo XXI, la inseguridad ha liquidado a mas 150 mil compatriotas, especialmente jóvenes entre 15 y 30 años.
Atacar y cerrar los medios de comunicación para impedir la libertad de expresión y el derecho a la información libre y plural a favor del pueblo, tal como hicieron con Radio Caracas Televisión y 34 emisoras en Venezuela, es comunismo, porque es lo mismo que hicieron Vladimir Lenin, León Trosky y José Stalin en Rusia y Fidel Castro, Raúl Castro y el Che Guevara en Cuba al cerrar todos los medios de comunicación, permitiendo solo uno oficial por cada sector, un periódico, una televisión y una emisora radio.
Reprimir con policías y guardias nacionales las manifestaciones que reclaman justas reivindicaciones laborales y sociales, utilizando gases lacrimógenos prohibidos que causan graves daños a la salud, tal como estamos acostumbrado a presenciar en Venezuela, es lo mismo que hicieron los rusos y siguen haciendo los dictdores hermanos Castro para implantar el miedo y terror en los ciudadanos para que no reclamen sus derechos, es comunismo.
Si bien es cierto que en Venezuela no podemos decir todavía que hay una dictadura comunista, no es menos cierto que el presidente y todos los que lo acompañan en lo que ellos llaman el proceso revolucionario, como ya saben que son minoría, están haciendo todo muy apresurado para implantar con un andamiaje jurídico, una dictadura comunista como la mal llamada, el mar de la felicidad.

A todos los compatriotas que todavía creen en pajaritos preñaos y que a los carajitos los trae la cigüeña, les recuerdo que lo que los chavistas llaman el mar de le felicidad, es de donde hace mas de 50 años, sus habitantes tratan de huir como sea y en lo que sea. Cualquier cosa que flote es válido para arriesgarse a morir devorados por los tiburones o morir de insolación en alta mar, pero con la esperanza de alcanzar la libertad en las costas de Miami.

ECOS DE AMENAZAS. ALONSO MOLEIRO

Nadie debe desestimar el contenido y las implicaciones del mensaje en cadena ofrecido por el Presidente Hugo Chávez acompañado por la jerarquía de los poderes públicos que controla a su antojo. Por mucho que no se haya materializado su amenaza de cierre a Globovisión. Por mucho que sea cierto que en la ceremonia, tras las piruetas y el efectismo, quedó en el aire la sensación de que no parece cierto que todo lo se quiere se puede.

La torrencial y desproporcionada secuencia de cursilerías patrioteras de los oradores previos, y la gruesa andanada de agravios pronunciada por el presidente, son el pórtico del 2011 que le espera a los venezolanos. Un año lleno que promete epítetos, desmesuras y despropósitos parecidos a este acto.

Un año en el cual la sociedad se jugará un pulso definitivo en la defensa de sus derechos constitucionales para forzar el tránsito a una consulta electoral pacífica frente a un gobierno que parece tentado a provocar un incidente que le permita tener argumentos para arrasar con la legalidad.

El gobierno nacional, desplegando toda suerte de ardides paranoides, forzando la barra para colocar a toda la sociedad detrás de un estado general de sospecha, ha puesto en entredicho, entre otras cosas, la figura de la cooperación internacional. Una legislación universal, fomentada por las mismas embajadas invitadas a un acto como el de ayer, avalada por Naciones Unidas, existente en casi todas las naciones civilizadas del mundo –y practicada con método, en última instancia, por el mismo gobierno nacional- se transforma en la excusa perfecta para desembozar el fantasma de la persecución política.

Eva Gollinger parece dispuesta a desatar una especie de furia macarthista para intentar criminalizar el ejercicio silvestre de la información y abre sus fuegos, incluso, contra periodistas, a quienes presenta como espías o cabezas de playa de una operación antivenezolana, preámbulo de una siempre invocada y jamás materializada invasión internacional.

De forma sibilina, una descalificación política de rutina cobra ribetes delictivos: ejercer los derechos políticos consagrados en la Constitución, apropiarse del derecho a la crítica, la libertad de información, organizarse para el activismo político y la toma del poder, comienza a ser objeto de un mote que pretende ser paralizante: el vocablo “contrarrevolucionario”. Es decir, un paso antes del margen de la ley.

Bien: el Gobierno tiene el poder. Desde ese eje intentará nuevas agresiones y buscará excusas adicionales, que pretenderán ser institucionales como la de ayer. De momento, la oposición, -la sociedad venezolana, las fuerzas vivas de la nación que en este momento son mayoría y que el poder político no ha podido controlar- sin embargo, han logrado hacer suya, a diferencia de lo que sucedía en el pasado, la causa de la Constitución Nacional. El viento de la legalidad sopla a su favor y hablan los hechos: economía mixta con un estado federal, autonomía regional, existencia y valoración del poder municipal, respeto a la propiedad privada, poderes públicos equidistantes y con iniciativa propia; Fuerzas Armadas apolíticas y no deliberantes. El pacto de coexistencia que alguna vez le propuso Hugo Chávez a la nación, la famosa “bicha”, ya no le sirve. El gobierno contraviene a toda hora la Constutución Nacional y, sin remedio, se coloca al margen de sus postulados por decisión propia. Resultó demasiado burguesa.

De un tiempo a esta parte, al corriente de que en esta materia ha perdido terreno, el gobierno ha hecho un esfuerzo de carácter semántico para acercar su proyecto a la brasa constitucional, haciendo uso de ciertos ardides confusos. El Vicepresidente Jaua ha ensayado algunos intentos; el propio presidente Chávez invocó el texto fundamental en el discurso de ayer. Esfuerzos inútiles: la más superficial aproximación a los postulados de la Carta Magna indican que, en este ahora, estos le pertenecen a la disidencia democrática. Como tales, deben ser defendidos.

La pompa teatral del acto de anoche no colocó sobre la mesa demasiadas noticias, contrariamente a lo que muchos esperaban. Fue un acto que pretendió ser institucional y que terminó siendo una tribuna para el insulto. No deja de ser, sin embargo, pórtico de futuras arbitrariedades cubiertas con la bandera nacional y la fanfarria de rigor. Nuevos intentos por materializar un proyecto rupturista destinado a adulterar las libertades básicas de los venezolanos.

Nadie, sin embargo, debe subestimar la capacidad de análisis de la sociedad venezolana. De todos los sectores de la sociedad venezolana

raulamiel@gmail.com

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