MIRAR HACIA LAS CADUCAS IDEOLOGÍAS TEORIZANTES DEL PASADO ES IGUAL A VOLVER A FRACASAR
Carlos R. Padilla L.
Volver a las caducas ideologías, identificadas como de derecha o de izquierda, es volver al pasado. A ese pasado que es imposible volver y solo sirve para tomar de el lo bueno y desechar lo malo. Los ideólogos teorizantes del pasado ( Rousseau, Marx, Gramsci, Keynes, Locke, Hume, Smith y Hayek y otros) representan especulaciones en un marco histórico, político, económico y social diferente al que nos ha tocado vivir. Ellos son el pasado, el NO SER ante el cual debemos buscar alternativas a la luz de las nuevas realidades.
Hay que mirar el NO SER para construir EL SER. Los objetivos factibles, evaluables, congruentes y rentables; deben ser los estimados por cualquier administración, inclusive la del Estado contemporáneo. Lo importante, con medios y recursos idóneos, es convertir esos objetivos en logros que beneficien el colectivo y produzcan "la mayor suma de felicidad posible".
Pensar que el pasado puede volver es absolutamente ilógico. No volverá. Y ello no sucederá pues es imposible que se materialice lo que ya anda viajando por los confines del universo. Lo importante es el presente, el aquí y ahora, proyectado hacia el futuro en un proceso de evaluación continuo que permita la aplicación de eventos que subsanen los errores y se opongan al cumplimiento de lo que se quiere, se puede y se sabe hacer.
Repetir cansonamente que los errores del pasado son los productores de este frustrante presente no implica novedad alguna. Vivir solazándose con un diagnostico de lo malo acontecido sin presentar soluciones novedosas es una practica medio masoquista, es como acompañar a quienes irresponsablemente afirman que en Venezuela no ha pasado nada desde Cristóbal Colón hasta nuestros días y que hemos vivido sumergidos en el océano del eterno fracaso. Baste hacer referencia a que nuestro Primer Presidente, José Antonio Páez, recibía a sus ministros en la sala de su casa recostado en un chinchorro y en piso de tierra y que en la actualidad, sin merecerlo por cierto, el inquilino de Miraflores despacha desde un avión cuyo lujo y costo real es inimaginable.
La mirada actual debe centrarse en programas, que sin ser inmediatitas, busque una concreción rápida en sus realizaciones para así impedir nuevas frustraciones que propicien la búsqueda de Mesías salvadores y no de verdaderos estadistas que nos saque del actual atolladero. Y, desde luego, pedir al Todopoderoso que nos ayude para lograr, entre todos, a lograr un mejor destino en el presente y salvar del desastre a nuestros hijos y nietos que es lo que nos depara la proximidad si no luchamos para salir de esta marasmo al cual nos ha conducido irresponsablemente el grupo de incompetentes y corruptos que hoy nos desgobiernan.
Carlos R. Padilla L.
Volver a las caducas ideologías, identificadas como de derecha o de izquierda, es volver al pasado. A ese pasado que es imposible volver y solo sirve para tomar de el lo bueno y desechar lo malo. Los ideólogos teorizantes del pasado ( Rousseau, Marx, Gramsci, Keynes, Locke, Hume, Smith y Hayek y otros) representan especulaciones en un marco histórico, político, económico y social diferente al que nos ha tocado vivir. Ellos son el pasado, el NO SER ante el cual debemos buscar alternativas a la luz de las nuevas realidades.
Hay que mirar el NO SER para construir EL SER. Los objetivos factibles, evaluables, congruentes y rentables; deben ser los estimados por cualquier administración, inclusive la del Estado contemporáneo. Lo importante, con medios y recursos idóneos, es convertir esos objetivos en logros que beneficien el colectivo y produzcan "la mayor suma de felicidad posible".
Pensar que el pasado puede volver es absolutamente ilógico. No volverá. Y ello no sucederá pues es imposible que se materialice lo que ya anda viajando por los confines del universo. Lo importante es el presente, el aquí y ahora, proyectado hacia el futuro en un proceso de evaluación continuo que permita la aplicación de eventos que subsanen los errores y se opongan al cumplimiento de lo que se quiere, se puede y se sabe hacer.
Repetir cansonamente que los errores del pasado son los productores de este frustrante presente no implica novedad alguna. Vivir solazándose con un diagnostico de lo malo acontecido sin presentar soluciones novedosas es una practica medio masoquista, es como acompañar a quienes irresponsablemente afirman que en Venezuela no ha pasado nada desde Cristóbal Colón hasta nuestros días y que hemos vivido sumergidos en el océano del eterno fracaso. Baste hacer referencia a que nuestro Primer Presidente, José Antonio Páez, recibía a sus ministros en la sala de su casa recostado en un chinchorro y en piso de tierra y que en la actualidad, sin merecerlo por cierto, el inquilino de Miraflores despacha desde un avión cuyo lujo y costo real es inimaginable.
La mirada actual debe centrarse en programas, que sin ser inmediatitas, busque una concreción rápida en sus realizaciones para así impedir nuevas frustraciones que propicien la búsqueda de Mesías salvadores y no de verdaderos estadistas que nos saque del actual atolladero. Y, desde luego, pedir al Todopoderoso que nos ayude para lograr, entre todos, a lograr un mejor destino en el presente y salvar del desastre a nuestros hijos y nietos que es lo que nos depara la proximidad si no luchamos para salir de esta marasmo al cual nos ha conducido irresponsablemente el grupo de incompetentes y corruptos que hoy nos desgobiernan.
Carlos R. Padilla L.
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