En
nuestra condición de ex rectores universitarios hemos considerado necesario
fijar posición ante la grave crisis por la que atraviesa en la actualidad la universidad
venezolana.
Si
bien es cierto que por mucho tiempo nuestras universidades han estado un tanto
preteridas en el tratamiento que los gobiernos de turno le han dispensado, no
es menos cierto que en esta última década la situación se ha venido empeorando
al punto que en la actualidad se hace casi imposible que las funciones propias
de nuestras instituciones se puedan desarrollar con la idoneidad necesaria que
se exige de ellas.
La negación de un presupuesto justo y necesario, año tras
año, ha venido mermando las posibilidades de ejecutar las importantes funciones
intrínsecas de ellas: Docencia, Investigación y Extensión. Todo esto en la
etapa en donde el país ha tenido los mayores ingresos de su historia.
Igualmente
estas deficiencias presupuestarias han generado un deterioro acelerado de la
infraestructura física, la imposibilidad de reemplazar al personal jubilado y
pensionado y de mejorar al personal activo, así como la actualización de
talleres, laboratorios y bibliotecas, el tener sueldos competitivos con el
mercado laboral nacional, y el poder honrar los beneficios obligatorios y
contractuales de la comunidad universitaria.
Aunado
a lo anterior, que de suyo es ya de una gravedad extrema, el actual gobierno
pretende tomar por asalto, jurídico y físico, nuestras instituciones,
violentando su autonomía, contraviniendo un precepto constitucional,
suspendiendo elecciones decanales y de autoridades y pretendiendo desconocer a
sus legítimas autoridades y queriendo imponer un sistema único de pensamiento,
el denominado socialismo del siglo XXI, que no es más que un eufemismo del
castro comunismo, entelequia ideológica fracasada y en decadencia, con lo cual
se daría al traste con la universidad venezolana entendida esta dentro del
concepto universal de Universidad.
Ante
esta situación inaceptable en un país que se supone está regido por un gobierno
democrático y respetuoso del Estado de Derecho, hacemos un enérgico llamado al
ciudadano Presidente de la República y a su ministro de Educación Universitaria
para que depongan de inmediato esa actitud y se comience un diálogo serio,
respetuoso, universitario, civilizado, democrático con los legítimos
representantes de nuestras comunidades universitarias: autoridades, gremios de
profesores, de estudiantes, de empleados y obreros, que permita solventar esta
delicada situación y vuelva la normalidad a nuestras superiores casas de
estudio. De igual forma solicitamos encarecidamente a los demás poderes
públicos de la Nación a que coadyuven en lograr soluciones al conflicto
universitario por ser este un tema que
atañe a la nación entera.
Y
a toda la comunidad universitaria la exhortamos
a continuar con la justa lucha emprendida, sin miedo, no doblegándose
ante amenazas ni aceptando medias o parciales soluciones. La lucha emprendida
debe y tiene que tener una solución integral que permita reivindicar a nuestra
Alma Mater.
Venezuela,
a los veintiséis días del mes de junio de dos mil trece.
Iván
Olaizola D’Alessandro, ex rector UNEXPO y UNE
Benjamín
R. Scharifker, ex rector Universidad Simón Bolívar
Rafael
Isidro Quevedo, ex rector UNELLEZ
Neuro
J. Villalobos R., ex rector LUZ
Diógenes
Figueroa, ex rector UDO
Giuseppe
Giannetto, ex rector UCV
(Si
está de acuerdo por favor agregar su nombre y universidad)
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