En recientes declaraciones el presidente
del Banco Central Vanoli informó que las reservas del Banco Central no son
suficientes para levantar el cepo cambiario. Y siguientemente dijo que se
necesitaría un nivel mayor de reservas para poder eliminar las restricciones
cambiarias impuestas por el gobierno hace cuatro años. No voy a insistir en el aspecto político de esta declaración
respecto a la propuesta de Macri de eliminar el cepo, sino que me voy a referir
específicamente a las implicaciones económicas de esa posición. Entonces en
primer lugar podemos ver que al momento de imponerse el cepo cambiario en el
2010 las reservas del Banco Central alcanzaban a u$s 52.132 millones y a fines
del 2014 habían caído a u$s 30.233. O sea que el cepo no logró frenar la salida
de capitales, sino que por el contrario éstas se multiplicaron.
Según mi estimación en el 2002 el peso estaba
revaluado respecto al dólar en un 45%. A la llegada del gobierno de los
Kirchner la devaluación asimétrica alcanzó a un 200%. Por tanto en el período
2003-2009 el peso se encontraba subvaluado respecto al dólar y más respecto a
otras monedas pues el dólar se había devaluado en un 60% respecto al euro. También
se devaluó respecto al yuan, al yen y al real. Al mismo tiempo se produjo un
aumento de los precios de los commodities. Estos factores tuvieron un efecto
favorable sobre la economía argentina que en gran medida compensaron los que
podemos considerar los errores de la política nacional.
En el período 2003-2008 Argentina tuvo un
superávit comercial promedio de unos u$s 13.000 millones y en el 2008 se
duplicó y alcanzó a u$s 26.588 millones. En ese período las reservas del Banco
Central aumentaron de u$s 16.805 en el 2003 a u$s 47.717 en el 2008. En el 2010
como antes dijimos habían alcanzado a u$s 52.132 millones. Podemos considerar que
el aumento de las reservas en gran medida está relacionado al nivel del
superávit comercial. Pero esa relación cambió a partir la revaluación del peso
y la siguiente imposición del cepo cambiario en el 2010. No obstante que en el
período hasta el 2012 Argentina continuó teniendo un superávit comercial
apreciable, ya en el 2013 las reservas habían caído a u$s 30.612 millones. El
superávit comercial se fue reduciendo en la medida que caían las exportaciones
y se incrementaban las importaciones.
Podemos ver entonces que la caída en las
exportaciones y el aumento de las importaciones fueron en principio la
revaluación del peso que comenzó a tener lugar a partir del 2010. El problema
del desequilibrio ha sido causado igualmente por el elevado nivel de las
retenciones a las exportaciones, que determinaron una caída en la producción
agrícola. A ello se ha unido la caída en los precios de los productos agrícolas
y en especial de la soja. Pero la pérdida de reservas en medio de superávits
comerciales solo se puede explicar como consecuencia de una salida de capitales
consecuencia de la inseguridad jurídica prevaleciente. Y a esa inseguridad
jurídica contribuye la instauración del cepo cambiario, que constituye una
violación paladina de los artículos 14,17 y 19 de la Constitución Nacional.
Las recientes declaraciones de Vanoli muestran
una confusión en la relación de causalidad entre las reservas y las salidas de
capital. O sea la liberación del mercado cambiario no depende del nivel de las
reservas, sino por el contrario éstas dependen en primer lugar de la libertad
de comercio. En segundo término de la relación de paridad del tipo de cambio y
su consecuencia que es la obtención de superávits comerciales. Y en tercer
término de la seguridad jurídica existente. Y esa inseguridad jurídica como
antes dijimos es incrementada por la imposición del cepo cambiario.
Es indudable la necesidad de la eliminación
del cepo cambiario, pero para llevarlo a cabo se requieren otras medidas
fundamentales. En primer lugar la devaluación del peso cuya revaluación en la
actualidad respecto al dólar se puede estimar en un 40% aproximadamente. Es
decir que el dólar de paridad sería de $ 13 por dólar. Ello implicaría una
devaluación respecto del euro del 17%; del yuan del 32% y del real del 39%. Por
otra parte hay que tener en cuenta que el mayor desequilibrio de la economía
argentina lo ha causado el nivel del gasto público que conforme a nuestras
estimaciones en el 2014 alcanzó al 53% del PBI. Un nivel nunca visto en la
historia del país. En el 2.003 el gasto público consolidado alcanzaba a solo un
24% del PBI. El proceso de incremento del gasto hasta llegar a los niveles
actuales muestra la correlación entre el incremento de la inflación y de la
creciente revaluación del peso
Esa situación ha empeorado profundamente
durante los primeros 6 meses del año. El gasto público nacional en ese periodo
supera en un 39% el nivel del año pasado. Consecuentemente el déficit del
presupuesto nacional alcanza a $ 274.631 millones, o sea es 7 veces mayor que
el del año pasado. Pero como he dicho en otras oportunidades el proceso para
reducir el gasto denbe darse en términos reales. Para ello al principio no hay
que rebajarlo sino reducir los impuestos. Y por supuesto inmediatamente después
ir reduciendo el gasto nominal en aquellos sectores que realmente constituyen
un exceso indebido. Estoy convencido de que en cuanto tengamos una restauración
de la seguridad jurídica la economía argentina podría resurgir, tal como ha
ocurrido en Perú. Recordemos que la economía es el resultado de la política.
Armando Ribas
aribas@fibertel.com.ar
@aribas3
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