La literatura sobre las formas de gobernar, tipos de
gobiernos, historia y cambios de gobiernos, funciones de gobiernos, características
de gobernantes, asociaciones políticas,
determinación de políticas económicas, relaciones entre gobiernos y temas
relacionados es verdaderamente extensa y abarca desde la antigüedad hasta el
presente y está expresada en múltiples idiomas.
Este hecho es una demostración de que el interés que el
gobierno despierta en los ciudadanos de las diversas sociedades , en especial,
en aquellos que lo estudian académicamente o con fines prácticos, no es un
asunto que pase de moda.
Este mismo hecho demuestra que gobernar es una función
compleja que requiere de una preparación previa de los ciudadanos y, en
especial, de parte de aquellos que aspiren a ocupar posiciones directivas o
gerenciales dentro del gobierno. En consecuencia, no nos debería extrañar si
frecuentemente llegasen personas a cargos gubernamentales sin la preparación o
la habilidad necesarias para atender a sus responsabilidades.
Ante esa posibilidad: ¿Qué se le podría aconsejar a un
ciudadano cualquiera si quisiese averiguar por su cuenta si su gobierno es
competente? El proverbio “El hombre es la medida del hombre” puede servir de
guía. Utilizando un concepto paralelo se pudiera proponer el símil “Los demás
gobiernos son la medida para cualquiera de ellos”. Con esto en mente, la tarea
de evaluar un gobierno a través de las características de la sociedad a quién
sirve, se facilita. La existencia y el fácil acceso a múltiples indicadores
sociales y a otros datos estadísticos para la mayoría de los países, publicados
regularmente tanto por Naciones Unidas como por otras instituciones, son
herramientas básicas para hacer comparaciones entre sociedades y entre
gobiernos. Algunos de estos índices y datos estadísticos se refieren a: Salud,
educación, alimentación, exclusión y aislamiento social, salarios e ingresos,
desempleo, violencia y crímenes, producto interno bruto per cápita, desarrollo
sustentable, gobernanza, desarrollo económico, patrones de producción y
consumo, corrupción, demografía, derechos humanos etcétera. Para el lector que
desee explorar algunos datos asequibles en la red informática puede visitar:
http://www.un.org/esa/sustdev/natlinfo/indicators/guidelines.pdf
http://www.transparency.org/country
http://www.unodc.org/documents/gsh/pdfs/2014_GLOBAL_HOMICIDE_BOOK_web.pdf.
Con éstos, cualquier persona puede iniciar una
comparación de su gobierno con el resto y, quizás, visualizar posibles maneras
de arreglar sus deficiencias, si las tuviere.
El ciudadano o cualquier persona, mencionados en el
párrafo anterior, se refieren a aquellos que tienen acceso a la red
informática. Por esta razón, es importante que la población cuente con un buen
servicio de comunicación a través de la Web, sea éste personal o suplido por
computadores de bibliotecas públicas. Adicionalmente, cada gobierno debería
abstenerse de impedir el acceso de su población a portales que ofrezcan
información confiable. Desafortunadamente, existen gobiernos que impiden en su
territorio el acceso a fuentes de información que consideren políticamente
inconvenientes. El derecho a informarse y a decidir si la información que
recibe es cierta o incierta, útil o inútil, pertenece a cada individuo, no a
unos pocos individuos, por estar en el gobierno.
Existe también otra manera de analizar sistemáticamente a
un gobierno: Es el estudio de la sociedad a que debe servir: La Constitución
nacional, las prácticas políticas dominantes, las expresiones ciudadanas
colectivas e individuales etcétera. La información obtenida es interpretada en
términos de los efectos que cada factor tiene sobre el desarrollo de la
sociedad como un todo. Es el estudio académico.
Un trabajo de esa naturaleza sobre el gobierno de
Venezuela fue realizado y publicado por Brian Crisp (1994) en la revista
científica World Development. El autor es un profesor universitario que
investiga en el campo de las ciencias sociales. Debe tomarse en cuenta que, en
este tipo de revistas, cada artículo sometido a publicación es enviado a
árbitros internacionales que estudian en detalle el texto, le hacen
observaciones y recomiendan o no su publicación. Adicionalmente, cualquier
lector tiene el derecho de hacerle al artículo una crítica substanciada para
que sea publicada en la misma revista y a la cual el autor tiene derecho a
réplica. Este procedimiento asegura la alta calidad de las informaciones que se
publiquen.
El artículo de Brian Crisp (1994) me ha sido muy útil
para entender el funcionamiento del gobierno de Venezuela durante el periodo
1959-1989. Pienso que también pudiera ser de interés para los venezolanos de la
actualidad y, quizás, para los ciudadanos de algunas otras naciones, ya que su
autor encontró similitudes, entre el gobierno de Venezuela de ese periodo, con
los de muchos otros países.
La observación más resaltante del autor mencionado es que
el poder ejecutivo del gobierno de Venezuela, entre los años de 1959 y 1989, a
través del nombramiento a dedo de 330 comisiones presidenciales, en efecto,
substituyó al poder legislativo. Es decir, neutralizó el poder elegido por el
Pueblo a través de elecciones y lo reemplazó por comisiones presidenciales en
donde sólo estaban representados: El mismo poder ejecutivo y miembros de dos
grupos organizados que reconocía cómo legítimos. En esos 31 años se turnaron en
el poder los partidos políticos Acción Democrática en un 68 por ciento del
tiempo y COPEI en el 32 por ciento restante. A pesar de que las ideologías de
los dos partidos políticos fuesen distintas, en cada caso, el número de
comisiones utilizadas fue proporcional a su tiempo en el gobierno.
La creación de numerosas comisiones presidencias, cada
una con objetivos diferentes, tuvo como resultado la fragmentación de las
políticas nacionales, dando lugar a un conjunto no necesariamente armonioso.
Así mismo determinó que dicho conjunto favoreciese a los intereses de las
minorías involucradas, en detrimento del resto de la sociedad. Brian Crisp
vaticinó que: “Si no ocurre una reforma tanto en el área electoral como en el
área de las consultas, la crisis de ilegitimidad probablemente continuará y los
disturbios y los intentos de golpes de estado se harán más frecuentes” y “…
esta situación pudiera significar el fin de la democracia”.
Para aquellos que deseen analizar en detalle el trabajo
mencionado, la referencia bibliográfica es: Crisp, Brian, 1994, Limitations to
democracy in developing capitalist societies: The case of Venezuela: World
Development, v. 22, n. 10, p. 1491-1509.
Pudiéramos preguntarnos: ¿Estamos
de acuerdo con las observaciones de Brian Crisp?
¿Qué pensamos de sus vaticinios?
¿Deberíamos haber tomado o tomar en cuenta su trabajo?
Una de las razones para compartir este artículo ha sido
resaltar la importancia de los estudios académicos, el apoyo a su realización,
su lectura y el pensar en sus contenidos. Todos conocemos las condiciones que
los promueven.
Jean Pasquali
38jcaj@gmail.com
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