BIENVENIDOS AMIGOS PUES OTRA VENEZUELA ES POSIBLE. LUCHEMOS POR LA DEMOCRACIA LIBERAL

LA LIBERTAD, SANCHO, ES UNO DE LOS MÁS PRECIOSOS DONES QUE A LOS HOMBRES DIERON LOS CIELOS; CON ELLA NO PUEDEN IGUALARSE LOS TESOROS QUE ENCIERRAN LA TIERRA Y EL MAR: POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA. (MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA) ¡VENEZUELA SOMOS TODOS! NO DEFENDEMOS POSICIONES PARTIDISTAS. ESTAMOS CON LA AUTENTICA UNIDAD DE LA ALTERNATIVA DEMOCRATICA

viernes, 17 de julio de 2015

GUSTAVO BRICEÑO VIVAS, LOS DESAFÍOS DE LA DEMOCRACIA

Ciertamente, uno de los graves problemas de la democracia es su ejecución, a saber: ¿en qué sentido tiene la democracia el valor de ser practicada tanto por gobernantes como por los propios ciudadanos? En estos días he leído con dedicada atención un libro de Rafael Caldera con prólogo de Fernando Luis Egaña, en el que plantea con brillantez el problema de la democracia como un desafío gubernamental. El libro es extraordinario porque, entre muchos de sus temas, nos narra las experiencias personales de un gobernante como lo fue Rafael Caldera y los inconvenientes que encontró para la práctica de la democracia como sistema político. 

En efecto, al enumerar los grandes males y los muchos más que existen, como la pobreza, el desempleo, la falta de educación, la corrupción, la marginalidad urbana, el populismo y el más pernicioso, la tentación caudillista, asume la perseverancia y la política de arrimar a favor de la libertad y engrandecer el estímulo a la población para que de una u otra forma escoja el camino de la democracia como forma de vida y como medio de relación social, lo cual impone sacrificios y honestidad, dice el estadista, en el ejercicio de las funciones de los gobernantes.

A nuestro parecer, el desafío de la democracia está igualmente en las manos de los propios ciudadanos. Es decir, de aquellos habitantes que nos creemos con derechos para reclamar a los poderes públicos los deseos individuales y colectivos que son insatisfechos y que afincan en todo caso nuestra condición de seres humanos y partícipes esenciales en un espacio donde debemos satisfacer nuestras inquietudes y anhelos. Es allí, desde luego, donde la encrucijada se abre a expensas de las múltiples interrogantes que a tales efectos se producen. La democracia se perfecciona, entonces, en la medida en que los ciudadanos de a pie la hagamos respetar y obedecer.  

En estos últimos años de severa autocracia en nuestro país, la experiencia deshonrosa sufrida por los ciudadanos ha sido justamente un problema de dimensiones nacionales y universales, y es el hecho de que los ciudadanos venezolanos han sido incapaces –lo expreso con tristeza– de reaccionar frente a las violaciones consuetudinarias de este régimen tan oprobioso que ha mancillado la idiosincrasia del pueblo. Allí se denota un problema sustancial, y para males, es el hecho de que los partidos que abundan en nuestro medio actual no han correspondido sanamente con un análisis real y objetivo de la política social y han sido meros conductores electorales. Por otra parte, se encuentra el régimen actuando sin ningún escrúpulo para hacer y deshacer contra las instituciones democráticas, aquellas que justamente Rafael Caldera en su libro dice y con sobrada razón, tanto sacrificio ha costado a Venezuela crearlas y desarrollarlas.

No hay democracia sin ciudadanos, sin instituciones y sin libertad; es decir, sin un sistema integral y político que inste a la participación y a la armonía social en todos sus aspectos, que le confiera validez y eficacia, pero aunado con una condición esencial y es que los ciudadanos se unan y reaccionen a favor de ella, contando con los medios personales y colectivos para lograr que la democracia se imponga, no solo como un valor primordial sino que exista el convencimiento ético de que todos debemos actuar con la fuerza necesaria y persuasiva para imponerla.

Tantas situaciones en nuestro país pudiéramos haber evitado si fuéramos reales ciudadanos y no simples habitantes que conviven en un espacio geográfico. 

De ser ciudadanos ya se hubiera evitado la existencia de un régimen que degrada nuestra situación personal. Si fuéramos ciudadanos no permitiéramos la diáspora de venezolanos profesionales que a diario se van a países diferentes por cuanto consideran una esperanza para una mejor vida. Nos falta entonces valentía, ciudadanía, patriotismo, en fin, valor y determinación. Así lo creo.

Gustavo Briceño Vivas
gbricenovivas@gmail.com
@gbricenovivas

EL ENVÍO A NUESTROS CORREOS AUTORIZA PUBLICACIÓN, SIN COMUNISMO UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE, ESTO NO PUEDE CONTINUAR, TERCERA VIA, DESCENTRALIZAR, DESPOLARIZAR, RECONCILIAR, DEMOCRACIA PARLAMENTARIA, LIBERTARIO ACTUALIDAD NACIONAL, VENEZUELA, NOTICIAS, ENCUESTAS, ACTUALIDAD INTERNACIONAL,

No hay comentarios :

Publicar un comentario

Comentario: Firmar con su correo electrónico debajo del texto de su comentario para mantener contacto con usted. Los anónimos no serán aceptados. Serán borrados los comentarios que escondan publicidad spam. Los comentarios que no firmen autoría serán borrados.