La cínica convocatoria de Nicolás Maduro a
una supuesta unidad nacional, en medio de la ruptura del Estado de Derecho y la
más arbitraria persecución de la oposición, me hizo recordar a una de las más
importantes figuras políticas del siglo XX venezolano: Jóvito Villalba.
Justamente, su trascendente liderazgo fue factor fundamental para crear las
condiciones necesarias que permitieron enfrentar tres complejos momentos de
nuestro devenir como país: la transición hacia un régimen constitucional a la
muerte de Juan Vicente Gómez; el golpe de Estado de Marcos Pérez Jiménez contra
la voluntad popular en 1952, y el acuerdo político que permitió la transición
hacia la democracia en 1958.
Su recia personalidad y su vibrante verbo lo
convirtieron en el líder fundamental de la generación de 1928 en su enfrentamiento
contra la dictadura gomecista. Lo
esperan seis años de cárcel en el Castillo de Puerto Cabello, con grillos de
setenta libras.
En diciembre de 1935, a la muerte del
dictador, Eleazar López Contreras, su ministro de Guerra y Marina, se encarga
del Poder Ejecutivo. De inmediato decreta la libertad de los presos políticos y
el retorno de los exiliados.
A excepción de esas medidas, el nuevo
gobierno parecía la continuación del anterior régimen. El 14 de febrero, la
violencia se desborda, empiezan los saqueos contra importantes figuras
gomecistas.
En la tarde, la Federación de Estudiantes
convoca a una manifestación de protesta.
Más de treinta mil personas, encabezados por el rector Francisco A. Risquez y
Jóvito Villalba, presidente de la Federación de Estudiantes, se dirigen hacia
Miraflores.
Ante la sorpresa de todos, el presidente López recibe al rector Risquez y
al joven Villalba. Los discursos, en particular el de Jóvito Villalba, plantean
el cambio político que exigen los venezolanos.
La respuesta de López es firme, pero
respetuosa. De inmediato, se produce un importante cambio en el gobierno. Salen
las figuras representativas del gomecismo y son designadas personalidades de
gran prestigio como Rómulo Gallegos, Diógenes Escalante, Néstor Luis Perez, Santos A. Dominicci, Enrique Tejera y Luis
Gerónimo Pietri. Según Manuel Caballero, el 14 de Febrero es el día en que nace
la democracia en Venezuela.
La Junta de Gobierno, convoca a elecciones el
30 de noviembre de 1952. La oposición política a la dictadura se divide. URD y
Copei deciden participar. Acción Democrática rechaza la convocatoria y el PCV,
ordena votar a sus militantes desde la clandestinidad. La “unidad popular” es
agitada con fuerza por URD. En un multitudinario mitin en el Nuevo Circo se oye
el verbo de Jóvito Villalba. El pueblo decide votar. Al mediodía del 30 de
noviembre ya es pública la victoria de URD: 1.198.000 votos contra 403.000
votos del FEI. El régimen suspende los boletines de prensa. Presiona a Ángel
Grisanti y a Juan Saturno Canelón, presidente y vicepresidente del Consejo
Supremo Electoral, para que cambien el
resultado. Se niegan a hacerlo.
En telegrama público Marcos Pérez Jiménez
reconoce la derrota. Jóvito Villalba y la dirección Nacional son invitados al
ministerio del Interior. La decisión es asistir. Villalba salva el voto, pero
los acompaña. Son detenidos y expulsados. Un comunicado del Alto Mando Militar
designa presidente provisional a Marcos Pérez Jiménez. El fraude electoral, un
verdadero golpe de Estado, se había consumado.
En 1957, Marcos Pérez Jiménez, decide
convocar a un plebiscito para continuar en el poder. Esta decisión y la
creciente crisis económica, genera un profundo malestar. La pastoral de
Monseñor Rafael Arias Blanco, la constitución de la Junta Patriótica y la
huelga general en la Universidad Central son síntomas de ese descontento.
Jóvito Villalba, desde su llegada a Nueva York, en 1956, había iniciado
importantes contactos con dirigentes de
otros partidos. Por su parte, Rafael Caldera es detenido por orden del dictador
hasta hacer público el resultado del plebiscito. Las amenazas, lo conducen a
asilarse en la Nunciatura Apostólica. El 19 de diciembre se le permite salir
hacia Nueva York. A su llegada lo
esperan en el aeropuerto Jóvito Villalba y Rómulo Betancourt. Almuerzan en el
Athletic Club. Es el inicio del Pacto de Punto Fijo.
El año de 1958, se inicia con el alzamiento
del 1° de enero, la huelga general del 21 de enero y la decisión de las Fuerzas Armadas, el 23
de enero, de ponerle fin a la dictadura. Después, 40 años de gobierno civil.
Los primeros en reunirse, el 23 de enero, en su
casa de habitación de esa ciudad, son Jóvito Villalba, Rómulo Betancourt y Rafael Caldera. Si algo
caracteriza la personalidad de Jóvito Villalba es la lealtad a sus ideales y la
honestidad de sus acciones.
Fernando Ochoa Antich.
fochoaantich@gmail.com
@FOchoaAntich.
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