ORLANDO VIERA-BLANCO |
"Vigente
ésta su grito "que para la patria muchacho, que no pisen tu
corazón". Porque así se siente el
pueblo. Burlado, abandonado, pisado y mal parido..."
Cuando
el activista cantautor de Coro Ali Primera Rosell, llamado así por sus
ancestros de origen árabe, escribió la letra y lirica de su conmovedora
trova "Los Techos de cartón",
Alí daba rienda suelta a un sentimiento desgarrador: "niños color de mi
tierra, con sus mismas cicatrices...millonarios de lombrices". Decretaba
Primera la presencia del sufrimiento que no abandonó al pueblo, hasta su
divorcio de AD y COPEI a finales de los '90, y mismo que no lo abandona en
tiempos de aparente revolución.
"Los
Techos de Cartón" escrita en 1974, daba luces de la miseria de la gente en
Latinoamérica, forzada a vivir en estructuras de lámina, pasta, ladrillo y
zinc, en momentos que las dictaduras aun pululaban en la región, y que en
Venezuela teníamos 15 años de democracia.
Pero en ambos casos, ni las democracias emergentes, ni los pretores de
gorra, sable y bigote, resolvían el sufrimiento popular.
¿La
razón? Muy previsible en tiempos Cepalistas: la fascinación por el caudillo, el
proteccionismo mesiánico y la sumisión de las masas a la dependencia del
Estado-gobierno. Modelos que aun estableciendo un orden gendarme opresor o una
oferta democrática populista, carecían de un elemental sentido de productividad
y resiliencia, capaz de empoderar al hombre a la solución de sus problemas.
Aun
no salimos de la versión latina del positivismo salvaje de finales del siglo
XIX, donde lo que prevalece es el centralismo puro, el clientelismo castrador y
el culto a la personalidad. Y como dice Primera "que alegres viven los
perros en la casa del explotador"...La pregunta es: ¿Quiénes han sido esos
explotadores? ¿Sólo el patrón? ¿Sólo el dueño de castilletes? ¿Y los socialistas de caviar? ¿Y los
demócratas de maletín? ¿Y los revolucionarios que cantan a la luna llena al pie
de un cantón veneciano? ¿Y los ataviados
de batas de galeno que dicen en sus solapas "yo soy comunista, yo creo en
Marx? ¿Quiénes son los perros de Fidel?
Mucha
lluvia ha caído y mucha lluvia ha pasado sin que pase el sufrimiento; sin que
pase la esperanza'. El tema no es ser demócrata o revolucionario, de izquierda
o de derecha, rojo o azul. El asunto es ser profundamente humano, esencialmente
liberal, francamente nacionalista y reflexivamente justo.
Los
cerros bajaron en Venezuela. Antes la gente de "los techos de cartón"
bajaba a la ciudad, "bajaba el obrero, arrastrando sus pasos por el peso
del sufrir. Mira que es mucho el sufrir...Y arriba dejaba la mujer
preñada" Pero ya no. Ahora bajan y hacen largas colas por estas calles
buscando alimento; mendigando "la leche del carajito"-como le estepan
a Maduro-para ese muchacho de la patria querida que nació en
"revolución" y ahora llora inocuamente porque igual no mamará. La
tragedia de Maduro y la revolución es que no hay a quien responsabilizar. No al
imperio que ahora dialoga con Fidel. No al patrono. No al explotador, ni el
adeco, ni el oligarca, ni el copeyano. No a Leopoldo tras las rejas; no al
mercado, al fenómeno del "niño" o a un pajarito conspirador.
Hoy
el pueblo en las casas de cartón comprende-por su profundo sufrimiento-que la
escasez, la inflación y la criminalidad no son obra sino de un inconmensurable
despilfarro, una inmunizada corrupción y un micilianato que privilegia al
hombre de fusil por encima del civil. La gente está en la calle desesperada por
comer.
El
pueblo se ve en retroceso, perdiendo los logros que obtuvo con HCH. La gente le
pierde respeto a Maduro, quien al tiempo de pasearse por la muralla china con
toda la familia, amigos-viejos y niños-la gente le dice desde un abasto,
"gracias Maduro por el excelente Diciembre que nos has hecho pasar".
Apunta Primera: ¿Cuándo viene la esperanza? La respuesta: Con Chávez la
tenían...Con Maduro "mira que pesa el sufrir".
Qué
triste se oye la lluvia...en las casas de cartón. Qué lejos pasa la esperanza
en los techos de cartón. Qué vigente esta loa a la miseria que hoy supera mil
veces los latrocinios que inspiraron su letra en los '70, en términos de
deterioro país devaluación, inflación, criminalidad y dilapidación Qué hubiese
escrito el cantautor Falconiano propulsor de la nueva canción de una revolución
que "se pierde en maraña y pone la vida del pueblo sin mañana". Qué
hubiese trovado Primera de la patria de hoy, de "la patria es el
hombre", cuando los hombres de mando pobrecitista, amasan fortunas, lujos
y faustos, que no exhibe ni de cerca, ningún "patrón-explotador" de
antes. Vigente ésta su grito "que para la patria muchacho, que para la
patria muchacho, que no pisen tu corazón".
Porque así se siente el pueblo. Burlado, abandonado, pisado y mal
parido. Los hombres de gobierno de hoy que entregan a Venezuela a Chinos, Rusos
y Cubanos, son hombres a quienes el hombre no vale más que "toas" las
cosas. Sino que todas las cosas: el
poder, el dinero, el boato, el ego, el desquite, valen más que el hombre...!y
que toda la patria muchacho!
Parafraseando
a Primera: Qué triste ver esas colas de los hombres de cartón...
Orlando
Viera-Blanco
vierablanco@gmail.com
@ovierablanco
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