FERNANDO OCHOA ANTICH |
La
estabilidad de un gobierno se produce por la magnitud y cohesión de las fuerzas
políticas y sociales que le sirven de
apoyo. Curiosamente, su fortaleza surge inversamente a la magnitud de la
violencia que sea necesaria utilizar
para su sostenimiento. Su mayor o menor legitimidad evita la necesidad de su
empleo. Justamente, la fortaleza del régimen chavista ha surgido en el tiempo
de la permanente utilización que se ha hecho de constantes convocatorias a procesos electorales. Esa es quizás una de
las razones de la inquietante debilidad que muestra el gobierno de Nicolás
Maduro para poder enfrentar la actual crisis nacional. Su elección presidencial se produjo a través
de un resultado muy estrecho al obtener 7. 587. 579 votos (50,61 %) frente a su
contendor Henrique Capriles que obtuvo 7.363.980 Votos (49,12%) en medio de
condiciones electorales muy
desfavorables ante un permanente ventajismo gubernamental.
El
año 2014 estuvo signado por un proceso de violencia y de permanente irrespeto a
los derechos humanos, conocido
popularmente como la “Guarimba”, la cual produjo delicadas consecuencias
políticas y personales que aún ensombrecen el sentimiento nacional: 43 muertos,
la prisión de Leopoldo López, de los alcaldes Ceballos y Escarano y un
importante número de ciudadanos a los cuales
se les está sometiendo a los tribunales penales, entre ellos a María Corina
Machado, y a otras medidas restrictivas de su libertad personal. Este delicado
enfrentamiento condujo a Nicolás Maduro a convocar a un diálogo nacional con las fuerzas opositoras, con la presencia
del Nuncio Apostólico y los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador. Lamentablemente, esa
posibilidad de diálogo fracasó estruendosamente ante “los permanentes insultos
a la oposición” y el retardo en la solución del caso de Iván Simonovis.
Esta complicada situación política, se ha
visto agravada por una delicada crisis económica que ha empezado a generar un
marcado descontento popular. La
inmanejable deuda pública, la creciente inflación, la permanente
devaluación del bolívar, la caída del precio del petróleo y la marcada escasez de productos de primera
necesidad son claras muestras de un irresponsable manejo de nuestra economía
que parece no tener solución dentro de la ortodoxia ideológica del actual
régimen. Es imposible entender que se intente corregir este errado camino
mediante la ratificación de un sistema de orientación marxista que atenta
contra la libertad y los derechos
ciudadanos sin tomar en cuenta la opinión de otros sectores nacionales que ya
son indiscutible mayoría en la opinión pública. El colmo de la insensatez es
querer mantener este camino sin tomar en cuenta el indiscutible fracaso de la
Revolución Cubana.
Esta
delicada situación política y económica ha hecho circular recientemente un
análisis del conocido “Informe Stratfor”, en el cual se mantiene
“que informes ampliamente diseminados, no confirmados, ninguno de ellos,
mantienen que se puede estar planeando
un golpe de Estado en contra de Nicolás
Maduro por sectores cercanos al chavismo en la propia Fuerza Armada y en los conocidos colectivos. La
maniobra busca coordinar con la mayoría del PSUV en la Asamblea Nacional para
impedir que Maduro regrese al poder después de su viaje” En el informe se
resaltan las figuras de Diosdado Cabello, Rafael Ramírez y del general en jefe Vladimir Padrino López.
Curiosamente, no nombran al mayor general Miguel Rodríguez Torres. La
conclusión es muy delicada: “Dadas las varias facciones dentro de la Fuerza
Armada venezolana, los militares podrían fragmentarse en una eventual acción
contra Maduro”.
En
un artículo que titulé: “En defensa de la Fuerza Armada Nacional”, mantuve que
“estaba seguro que muchos de sus miembros debían estarse preguntando cuál era
el camino debería tomar la Fuerza Armada en medio de las complejas y difíciles
circunstancias que vive Venezuela”. Al final de ese artículo mantuve: “lo más
que puedo decir, como viejo compañero de armas, es recomendarles mantener la
unidad interna, la disciplina, la jerarquía y el espíritu de cuerpo ante los complejos retos que, con seguridad,
tendrá que enfrentar la Fuerza Armada”. Estos rumores, que concluyen en el
Informe Stratfor, señalan una grotesca maniobra del propio régimen que busca
acusar a la oposición política de estar conspirando con el objeto de debilitar
su unidad interna ante la segura victoria que puede obtener en las elecciones
parlamentarias. Después de ese triunfo, surgirán innumerables caminos para
provocar un seguro cambio político en Venezuela…
Fernando
Ochoa Antich
fochoaantich@gmail.com.
@FOchoaAntich.
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